FAO en Guatemala

Sembrando conocimientos, cosechando mejores comunidades

Historia de Ofelia Manuel Tecú

Marzo, 2014. El sistema de extensión agrícola guatemalteco desapareció en el año 1996, lo cual dejó a las familias sin acompañamiento técnico y capacitaciones en el tema agropecuario. A partir del año 2010 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en coordinación con el Sistema Nacional de Extensión Rural del Ministerio de Agricultura (SNER-MAGA) iniciaron una serie de capacitaciones dirigidas a cientos de pequeños productores, quienes se han encargado de promover las buenas prácticas en sus comunidades.

Esta red de promotores, ha sido una plataforma de apoyo para el incipiente nuevo sistema de extensión rural gubernamental. El proyecto “Mejora de medios de vida de pequeños agricultores” se ejecuta en 335 comunidades de cuatro distintos departamentos del país. Una de estas es Panacal, ubicada en Rabinal Baja Verapaz.

En la actualidad gracias al trabajo coordinado entre FAO y SNER -MAGA, las familias de la comunidad Panacal cuentan con tres promotores y promotoras comunitarias quienes les capacitan en buenas prácticas tales como: gestión de agua, agricultura de conservación (uso de rastrojo, estructuras de conservación de suelo, uso de abonos orgánicos, etc.), fitomejoramiento participativo y hogar saludable.

“Yo me dedico a la agricultura y soy ama de casa” dice Ofelia Manuel Tecú, de 27 años, quien desde hace tres años es promotora en Panacal y atiende a 18 familias que participan en el proyecto apoyado por la Unión Europea.

“Me eligieron como promotora. Al principio tenía miedo de hablar porque no podía hablar bien el español. Me quedaba en la silla de la última fila. Yo pensaba que solo los hombres debían hacer esta labor” cuenta Ofelia, quien es madre de Lesvia Leticia, de ocho años, y de Edwin Waldemar, de cinco.

Aún así, Ofelia se capacitó y hoy alterna sus labores del hogar y la agricultura con la labor de promoción. La productora atiende los roles de padre y madre ya que su esposo trabaja en el área sur del país en corte de caña de azúcar durante la mayoría del año.

“Me interesó y yo tomé la decisión de aprender” dijo. “Después de casi 36 meses ha aprendido que para todo hay tiempo”.

Las prácticas que implementa en su hogar han dado frutos y los resultados se ven reflejados en sus cosechas, y también han tenido un impacto positivo en la salud de sus hijos.

“Antes del proyecto, me regañaban en el centro de salud porque llevaba muy seguido a mis hijos con tos o con diarrea” comenta Ofelia. Ahora que ha aprendido buenas prácticas de higiene su familia hierve el agua y eso les ha permitido evitar muchas enfermedades.

En su comunidad también ha habido mejoras. “Prácticas como la no quema y uso de rastrojo que mantienen la humedad han hecho que los cultivos aguanten las sequías. Ya no se ven las gallinas por allí corriendo. Antes usted podía ver a las gallinas echadas poniendo huevos hasta en las hamacas. Ahora ya encerramos a los animales y el hogar está más limpio” comenta la promotora, quien de niña soñó con ser doctora.