FRANCISCO MAMIAGA AVOMO: “Hay muchos jóvenes que se forman y no encuentran una salida en la administración pública; y con las ECA, desarrollarían mejor el sector agrícola”
Bata. - FRANCISCO MAMIAGA AVOMO es un joven ecuatoguineano de 23 años, beneficiario del proyecto “Escuela de Campo para Agricultores para mejorar el desarrollo de la producción agraria en Guinea Ecuatorial” en la ciudad de Bata. Es hijo de Luis Deogracias Mamiaga y Consuelo Avomo Ngomo y Técnico Superior en agronomía y forestal y medio ambiente por la Escuela de Capacitación Agraria de la ciudad de Bata, en Guinea Ecuatorial.
“Siempre quise ir a la universidad, pero no pude por la presión familiar y la responsabilidad que conlleva ser el primogénito en nuestro contexto local y cultural para algunas familias; y decidí hacer una formación profesional que exige menos años, para poder obtener un trabajo en corto tiempo y empezar a producir ingresos.” asegura el joven.
Es huérfano de padre y primogénito de 3 hermanos de padres divorciados. Al fallecer su papá, con el que se quedó tras la separación, él tenía 16 años. Tuvo que independizarse y sobrevivía gracias a un equipo de futbol local, en el que ganaba unos 18.000 francos, que equivalen a 33,29 USD.
Mamiaga Avomo forma parte de la Escuela de Campo para Agricultores (ECA) "AMOR", que es el resultado del proyecto de cooperación técnica “Escuelas de Campo para Agricultores (ECAs) para mejorar el desarrollo de la producción agraria en Guinea Ecuatorial”, financiado por la FAO y con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Bosques y Medio Ambiente (MAGBOMA). Lleva en el proyecto desde el inicio y al principio del cursillo de formación cuando se anunció del proyecto muchos se animaron, pero a lo largo del tiempo esto fue cambiando. “Éramos bastantes, pero en el trabajo de campo nos quedamos 23 jóvenes de la ECA. Entre ellos 13 hombres y 10 mujeres”.
“Desde el cursillo que se llevó a cabo yo era un participante más como todos. Al principio a mí me interesó la idea del proyecto, de hecho, yo mismo me lancé a estudiar lo que era la agricultura, después trabajando en el proyecto a nivel práctico”. Para Mamiaga, es la mejor experiencia que ha tenido en su carrera. “Me quedo con lo mejor”.
Una escuela de campo para agricultores es un espacio que reúne a trabajadores de la tierra, pastores de ganado o pescadores para aprender cómo moverse hacia prácticas de producción más sostenibles, mediante una mejor comprensión de agro-ecosistemas complejos y una mejora de los servicios ecosistémicos. Un equipo de las escuelas de campo se reúne regularmente durante un ciclo productivo para poner en marcha a experimentación y participación enfocado en el aprendizaje práctico para mejorar las habilidades y conocimientos que ayudarán a adaptar las prácticas a su contexto específico.
En una ECA típica, en una de las parcelas se aplican los métodos agrícolas convencionales de la zona, mientras que la otra se utiliza para poner en práctica las consideradas buenas prácticas. Loos agricultores observan y experimentan con los principales elementos del agroecosistema tomando medidas del desarrollo de las plantas.
Según Francisco en la Escuela de Capacitación Agraria (ECA) se les impartía sólo los conocimientos teóricos de echo esta experiencia les llegó como anillo al dedo. “De hecho, a través de esta oportunidad de la FAO, en particular de Don Walter, hemos aprendido bastantes cosas. Nunca había trabajado con el mocachi y desconocía el nivel tipo A, pero ahora en cualquier parte puedo defender y compartir todo lo que he aprendido”.
Las prácticas alternativas no se aceptan automáticamente como superiores a las convencionales. Corresponde a los agricultores decidir lo que funciona mejor a partir de sus ensayos y observaciones. De esta forma, la ECA ofrece un entorno libre de riesgos donde debatir, profundizar, modificar y experimentar con nuevas ideas de manejo agrícola.
“Lo mejor para mi es el trabajo de campo. Si no le tienes amor al campo o a la tierra no podrás trabajar y en consecuencia no podrás conocer las maravillas que conllevan eso. Debes tener pasión y entrega. Ponerse retos y a través del día a día ir a por ellos”.
Muchos jóvenes consideran la agricultura como una pérdida de tiempo y otros piensan que es un sector prometedor y garantía para el empleo juvenil. “Yo mismo he sido víctima de estos comentarios de parte de familiares, amigos y demás. En GE y en todo el mundo se come todos los días, lo que quiere decir que la agricultura es uno de los pilares de la economía mundial. En África la agricultura es fundamental para la subsistencia de muchas familias. En este contexto, invito a todos los jóvenes que cambien de mentalidad ya que la agricultura viene a solventar la salud y la alimentación de las personas. Es verdad que exige mucho esfuerzo físico, pero después de todo hay buenos y grandes beneficios”.
Desde pequeño Mamiaga quiso estudiar derecho. Según él, desde que estudió agricultura y conoce el valor de la tierra, está enamorado del trabajo del campo. “Estoy muy orgulloso de haber estudiado agricultura, me apasiona la tierra. Pienso que un agricultor debe ser amante del sol, de la luvia y de todo lo que venga del suelo”. “Mi visión a corto plazo es abastecer primero al entorno, y con el tiempo abastecer al mercado local. Tego el sueño de ser productor mundial y poder exportar al exterior”.
Según Avomo, al principio supuso un gran problema el que su familia aceptase esta profesión. “Muchos compartían la visión despectiva de la agricultura, pero con el tiempo han ido aceptando poco a poco mi nuevo amor que es la agricultura”.
“ECA AMOR lo componen 23 jóvenes, 13 hombres y 10 mujeres, que han estudiado agricultura y forestal. Somos jóvenes que amamos lo que hacemos por eso nos llamamos ECA “Amor”, ya que tiene un significado muy especial para nosotros. Las cuatro letras de la palabra amor significan para nosotros la visión que tenemos y lo que queremos hacer. La “A” representa lo que es el amor, la entrega por lo que hacemos, la “M” de mentalidad, la “O” de organización, la “R” de responsabilidad que conlleva al respeto. Estamos trabajando e intentamos hacerlo mejor” declaró Mamiaga.
El enfoque de las ECA facilita el empoderamiento de las personas, los hogares y las comunidades. “Quiero decirle muchas gracias a la FAO ya que no hay palabras para agradecer lo que nos han enseñado no sólo técnica y prácticamente, sino también por habernos enseñado a amar el trabajo de la tierra y hacerlo nuestro. Muchas gracias a Don Walter, Asesor técnico del proyecto, porque gracias a él, hemos aprendido a valorar el suelo y a darle un uso sostenible”.
El aprendizaje mientras la práctica promueve la experimentación en la finca de cultivo, la organización del grupo y la toma de decisiones, lo que incrementa la probabilidad de que al final del proceso los agricultores adopten prácticas mejoradas y las asuman como propia. “Producimos hortalizas como tomate, pepino, berenjena local, berenjena morada, pimiento, sandía, calabacín, perejil, cebolla y repollo. Ya contamos con compradores fijos del entorno”.
“Al escuchar hablar de esta oportunidad, yo sinceramente no tenía esperanza y pensaba que era otra ilusión fallida, pero gracias a la FAO y al Gobierno de Guinea Ecuatorial por esta experiencia. Somos jóvenes ecuatoguineanos y necesitamos más oportunidades como estas. Hay muchos jóvenes que se forman y no encuentran una salida en la administración pública; y con las ECA, desarrollarían mejor el sector agrícola. El gobierno necesita de productores que puedan autoabastecerse y abastecer también a la población en general” reconoció Francisco Mamiaga Avomo.
Las ECA han mejorado las habilidades de más de 4 millones de agricultores, ganaderos y pescadores en todo el mundo. Las ECA han evolucionado para abordar diversos temas: desde el manejo integrado de los plaguicidas hasta los sistemas de producción sostenible, el agropastoreo, las cadenas de valor, la nutrición y las aptitudes para la vida. Estas escuelas han permitido a las personas y grupo a avanzar hacia prácticas más sostenibles y mejorar los medios de vida de subsistencia.