Iniciativa Pesquerías Costeras

¿Por qué Côte d’Ivoire está perdiendo sus manglares debido a la pesca?

Por medio de la Iniciativa Mundial Pesquerías Costeras, la FAO y sus asociados trabajan en la recuperación de los manglares.

17/01/2020

Imagine el tamaño de 18 000 canchas de fútbol, una junto a la otra. Esa es la magnitud de los bosques de manglar en Côte d'Ivoire. Enclavadas principalmente a lo largo del borde costero del sur, en grandes lagunas y a lo largo del río Cavally que sirve de frontera con la vecina Liberia, entre Assinie y Fresco, pueden encontrarse cerca de 10 000 hectáreas de manglar.

Sin embargo, estos manglares alguna vez duplicaban su actual extensión. Según la . Evaluación de los recursos forestales mundiales (FAO, 2015), este país de África Occidental contaba con 20 000 hectáreas de manglares en 1990

¿Qué está ocurriendo con los manglares?

Aparte del cambio climático y el desarrollo urbano, el motivo fundamental de esta disminución es, en realidad, la práctica de ahumado de pescado. Las largas ramas y raíces subacuáticas de los manglares se talan y utilizan como leña en improvisados hornos. La firme y rojiza leña obtenida del mangle les da a los pescados un aspecto dorado y un sabor penetrante y ahumado.

Los productos pesqueros ahumados son un gran negocio en Côte d'Ivoire y representan el 65 %, es decir, mil toneladas, de todo el pescado que se comercializa. El ahumado del pescado es realizado esencialmente por las mujeres de las comunidades pesqueras costeras, y les genera a estas unos 240 000 empleos indirectos.

Pero tal demanda y dependencia del ahumado del pescado, sin mencionar los posibles riesgos para la salud debido al humo que produce la leña, aumentan la degradación y pérdida de los bosques de manglar. Se necesitan otros métodos para ahumar el pescado y una mejor actitud y mayor conciencia con respecto a la conservación de los manglares por parte de las comunidades pesqueras locales, de manera que éstos puedan seguir siendo recursos tanto para las personas como para el planeta.

Click to enlarge
Manglares protegidos del Parc des Îles Ehotilés ©FAO/Mohamed Adé

¿Por qué son importantes los manglares?

Los manglares son hábitats donde los peces se reproducen, se desarrollan y se refugian debido a que sus aguas son más frías, tienen mayor contenido de oxígeno y extensas raíces que les sirven como guarida contra sus depredadores.

Para el medioambiente, los bosques de manglar son un punto de encuentro entre los ecosistemas oceánicos, continentales y fluviales. Su capacidad de absorción del dióxido de carbono ayuda a mitigar los efectos del cambio climático y, además, sirven como defensa de los bordes costeros.

Para las comunidades costeras, este conjunto de árboles y arbustos son bancos pesqueros que ofrecen alimentos, proteínas y sustento.

¿Hay algo que se esté haciendo?

Durante los próximos años, la FAO y el Convenio de Abiyán, un órgano medioambiental de la ONU, llevarán a cabo los trabajos de recuperación de unas 350 hectáreas, lo que equivale a unas 654 canchas de fútbol, de sitios de manglar accesibles ubicados en Fresco y Sassandra.

Los trabajos de conservación serán especialmente beneficiosos para Sassandra, donde los manglares son habitados por peces clave para la explotación comercial, como la sardina y el arenque. Estas pesquerías sirven de sustento para cerca de 2000 pescadores a pequeña escala, quienes representan la amplia mayoría, el 70 %, de la industria pesquera marfileña.

TLos trabajos estarán acompañados de esfuerzos más amplios destinados a una mejor gestión de las pesquerías costeras. Mejorar las condiciones de trabajo, mejorar la calidad de los productos pesqueros, así como empoderar a las mujeres con respecto a la cadena de valor de los alimentos de origen marino y crear conciencia sobre la conservación de los manglares forman parte, en su conjunto, de la Iniciativa Pesquerías Costeras (IPC), financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).

Côte d'Ivoire no es el único país que obtiene beneficios. Con el fin de lograr que las pesquerías costeras sean más sostenibles en lo medioambiental, lo social y lo económico, la IPC abarca, además, a Cabo Verde, Ecuador, Indonesia, Perú y Senegal.

Los equipos y organismos participantes se reunieron recientemente en Abiyán para planificar los trabajos para el próximo año y para poner en común sus conocimientos acerca de gestión de pesquerías locales y conservación de manglares.

Click to enlarge
IPC equipo en las manglares de Abidjan en Adaiké ©FAO/Mohamed Adé

La IPC en acción

Los trabajos de conservación se llevan a cabo en terreno, o, en el caso de los manglares, sobre tierra y agua. Para comprender el sentido de los futuros trabajos que se realizarán en Côte d'Ivoire y Senegal, y tras una reunión anual con asociados, se organizó una salida a terreno en la que el equipo de la IPC se trasladó a un manglar ubicado en Adiaké, a dos horas de viaje en automóvil desde Abiyán.

Allí, sobre una superficie de unas 550 hectáreas, en un archipiélago compuesto por seis islas, las Ehotilé, ubicadas en la laguna Aby en la región de Sud-Comoé, es donde el Convenio de Abiyán de la ONU sobre el Medio Ambiente realiza actualmente trabajos de conservación, que se divulgan en las comunidades con el fin de crear más conciencia acerca de los manglares.

El Dr. Yacoub Issola, del Convenio de Abiyán, explicó que la exuberante vegetación consiste principalmente en los bosques que hay en el centro y en los manglares (40 %) situados en las orillas de las islas. En las islas pueden encontrarse dos especies de manglar: el Laguncularia racemose (manglar blanco) y el Rhizophora mangle (manglar rojo), siendo el que produce madera roja el que más se usa para ahumar pescado.

Defensores de los manglares

Al igual que en las islas Ehotilé, la mayor parte de los manglares del país se encuentran en los parques nacionales, por lo que cuentan con alguna suerte de protección. Los guardaparques patrullan las islas y los manglares, pero las autoridades carecen de los medios y recursos para supervisarlos a cabalidad con el fin de impedir la tala de árboles, la caza o la pesca.

Mientras el guardaparques de las islas Ehotilé explicaba las funciones de su actividad de supervisión del parque, surgieron otros relatos de quienes están en la primera línea de defensa de los manglares.

"Si se trata de protegerlos, no lo pienso dos veces", le dijo al equipo Hilda León, una pescadora peruana. La Sra. León ha pasado décadas trabajando en la extracción de conchas negras en las aguas fangosas y profundas de los manglares del centro de la región de Tumbes, en el norte del Perú. La venta de conchas negras le ha generado el sustento para sus 11 hijos, además de conectarla con el cuidado de la naturaleza y de los manglares.

Aunque los leñadores ilegales la han amenazado en reiteradas ocasiones debido a su firme protección de los bosques de manglar en los que trabaja, ella afirma "Si muero por protegerlos, que así sea, al pie de un manglar".