Descenso del trabajo infantil mediante la promoción del empleo rural digno

En sus dos primeros años, el programa de la FAO prestó apoyo a 36 políticas, estrategias y programas nacionales en Malawi y Tanzanía.

Datos clave

En Malawi trabaja cerca del 37 % de la población del país cuya edad está comprendida entre los 5 y los 17 años. La mayoría se ocupa de actividades agropecuarias como la producción de cultivos, la pesca y la ganadería. Gran parte de esta labor es peligrosa y supone un riesgo para la salud y la seguridad de los niños, que a menudo trabajan muchas horas a cambio de un salario ínfimo o nulo. El trabajo no solo afecta a la salud de los niños, sino también a su futuro, al interferir en su derecho a la educación. Muchos niños trabajadores no van a la escuela o, si van, están demasiado cansados por el esfuerzo para poder asimilar los conocimientos que les permitirían mejorar su vida. Malawi tiene políticas en materia de trabajo infantil, pero se refieren más bien al trabajo industrial y la agricultura comercial y no sirven para abordar adecuadamente el problema del trabajo infantil en la agricultura de subsistencia y la economía informal. Un programa de la FAO de promoción del “empleo rural digno” en Malawi y su vecino del norte, la República Unida de Tanzanía, contribuyó a crear conciencia sobre los efectos del trabajo infantil en el desarrollo rural. Como resultado de esta labor y otras actividades conexas llevadas a cabo por la FAO con asociados, Malawi ha elaborado y aprobado un intenso marco de acción para prevenir y reducir el trabajo infantil en la agricultura.

La promoción del “empleo rural digno”, como su propio nombre indica, va más allá de la creación de oportunidades de trabajo. Consiste en elevar la calidad de los puestos de trabajo existentes o crear otros nuevos que doten de medios a la población rural y le reporten un nivel de ingresos digno y un entorno laboral seguro y saludable.

Un programa de la FAO de tres años de duración, ejecutado en 2011 en Malawi y la República Unida de Tanzanía junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), opera en el ámbito de las políticas para concienciar a los gobiernos de que el empleo rural digno les reportará beneficios de importancia capital. A medida que las personas mejoren sus medios de vida y perciban un futuro más seguro, también contribuirán a mejorar la seguridad alimentaria y reducir la pobreza y tendrán mayor capacidad y voluntad de ordenar los recursos naturales de forma más sostenible. Las autoridadesresponsables se han hecho eco de estas ideas. Los dos primeros años la FAO prestó apoyo técnico a 36 políticas, estrategias y programas nacionales sobre temas que iban del trabajo infantil en el país a su programa nacional de creación de empleo para los jóvenes y de la política agrícola nacional de la República Unida de Tanzanía a su programa de desarrollo del sector pesquero. 

La mayor parte de los pobres del mundo vive y trabaja en zonas rurales
Las estadísticas de las zonas rurales de los países en desarrollo subrayanla importancia de prestar especial atención al empleo rural digno en el marco de todo intento de mitigar la pobreza y mejorar la seguridad alimentaria. Conviene tener presente que en las zonas rurales de los países en desarrollo habita un 75 % de la población pobre mundial, que más de la mitad de esta población es menor de 25 años, que el sustento del 86 % de la población de las zonas rurales depende de la agricultura, que menos del 20 % tiene acceso a protección social y que, en la mayoría de los casos, trabajan en la economía informal.

Los gobiernos no suelen ser conscientes de que el 60 % del trabajo infantil corresponde a la agricultura, principalmente en forma de mano de obra familiar no remunerada, lo cual no está debidamente contemplado en la legislación sobre el trabajo infantil. Los reglamentos de protección de los trabajadores suelen centrarse en los trabajadores de las industrias y fábricas, sin ofrecer la misma protección a los trabajadores agrícolas. La concentración de la FAO en el empleo rural digno ha concienciado a las autoridades responsables de los efectos del trabajo infantil en el futuro de una nación, así como de la importancia de ofrecer soluciones a los pequeños productores, que se ven atrapados en un círculo vicioso de pobreza y trabajo infantil desde el momento en que las familias sin recursos ponen a trabajar a sus hijos en lugar de escolarizarlos. Los niños siguen sin adquirir conocimientos técnicos, con lo cual carecen de capacidad de encontrar trabajo, montar una explotación productiva o poner en marcha su propia empresa. Al ser menor su capacidad de aportar sustento en la edad adulta, ponen a trabajar a sus propios hijos para atender las necesidades domésticas, con lo cual se perpetúa el círculo vicioso de la pobreza. 

El enfoque integrado por países de la FAO
La FAO utiliza un enfoque integrado por países para promover el empleo rural digno, es decir, congrega a los ministerios gubernamentales, como el de agricultura y trabajo, pero también da cabida a federaciones y sindicatos de agricultores. El objetivo es que todas estas partes interesadas reconozcan la importancia del empleo rural digno y colaboren en la creación de un entorno propicio a su plasmación. Con ello, la FAO promueve la inversión en el niño en tanto base de la futura fuerza de trabajo nacional.

En atención a los múltiples aspectos del empleo rural digno, la FAO ha agrupado a diversos especialistas de toda la Organización para atender las necesidades de las partes interesadas y los asociados. En el marco del denominado equipo de la FAO en pro del empleo rural digno, expertos en asuntos como el género, los derechos laborales, el trabajo infantil y el empleo juvenil facilitan a Malawi y la República Unida de Tanzanía asesoramiento técnico a fin de que lo incorporen en sus marcos de política.

Con ayuda del equipo y en colaboración con el Departamento de Pesca de la FAO, Malawi ha elaborado una nueva política nacional pesquera y acuícola (2013-18) en la que se reconoce que el desarrollo social y el trabajo digno son fundamentales para garantizar medios de vida sostenibles en el sector pesquero. También se propugna la reducción del número de niños trabajadores que se dedican a ocupaciones peligrosas. El equipo prestó apoyo técnico al Gobierno para crear el correspondiente plan de ejecución. En Malawi, a raíz de la colaboración del equipo con la Alianza internacional de cooperación sobre el trabajo infantil y la agricoltura se aprobó un intenso marco de acción que supuso un destacado hito en la prestación de apoyo político del máximo nivel a la adopción de medidas amplias de prevención y reducción del trabajo infantil en la agricultura.

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