En los países de Centroamérica y República Dominicana, la Agricultura Familiar agrupa a unos 2,4 millones de familias. Estos productores y productoras a pequeña y mediana escala rescatan los alimentos tradicionales, contribuyen a la protección de la biodiversidad agrícola y tienen gran potencial para avanzar hacia sistemas alimentarios más sostenibles. Es por esto que la Agricultura Familiar es elemento estratégico en la lucha contra el hambre y la pobreza rural. Mesoamérica sin Hambre busca fortalecer las políticas diferenciadas para la Agricultura Familiar, garantizando el acceso a recursos productivos, servicios rurales y mercados locales.