San Juan de Limay, Nicaragua, con sus 56 comunidades se ha caracterizado históricamente por ser una zona sumamente seca. Sus familias tenían una cultura de quema y sus pobres cosechas no eran suficientes para abastecer de alimentos a su comunidad. Los niños como consecuencia de todo esto sufrían desnutrición extrema.

La FAO llegó en el 2007 con una propuesta de autosostenibilidad logrando un cambio profundo en la mentalidad de las familias. Organizó a los productores locales y los capacitó para que pudieran, a partir de granos básicos, tener sus propios bancos de semillas. El cambio fue tan marcado que ellos mismos se convirtieron en promotores del desarrollo, edificaron lugares de reuniones y a partir de pequeños huertos familiares mejoraron su dieta básica.

Todas las familias ahora tienen seguro los tres tiempos de comida y los niños han mejorado notablemente su nivel de nutrición.