Foto: Palova Souza/FAO

Brasília, Brasil, 28 de agosto de 2018 - De 2012 a 2018, Brasil y otros países de América Latina y el Caribe (ALC) participaron en un proceso de diálogo e intercambio de experiencias promovidos por el proyecto Fortalecimiento de las Políticas Agroambientales en América Latina y el Caribe, una iniciativa conjunta entre FAO, el Ministerio de Medio Ambiente de Brasil y la Agencia Brasileña de Cooperación. 

Para hacer una evaluación final de los resultados alcanzados en esta asociación de Cooperación Sur-Sur, representantes de gobiernos y de diferentes sectores de la agricultura y el medio ambiente de Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, México, Panamá y Paraguay, así como invitados de agencias de cooperación, organizaciones multilaterales y representantes de la FAO, se reunieron en Brasilia para hacer un balance y discutir los próximos pasos. 

La posibilidad de conciliar las políticas de diferentes sectores - producción de alimentos, seguridad alimentaria y nutricional, sostenibilidad y conservación ambiental - en el desarrollo de indicadores para evaluación integrada de políticas agroambientales fue uno de los destaques del proyecto. 

Según el Gerente de Proyectos de la Agencia Brasileña de Cooperación (ABC), Ana Maria Graziano, el evento de clausura fue importante para celebrar los resultados conquistados en la primera fase y garantizar la continuidad del trabajo. "Esa reunión representa el tipo de cooperación que Brasil lleva a cabo: con diálogo, construcción conjunta y celebración de resultados", comentó. 

También participaron del encuentro el Representante de la FAO Brasil, Alan Bojanic; la Secretaria de Extractivismo y Desarrollo Rural Sostenible del Ministerio de Medio Ambiente (MMA), Juliana Simões; el Secretario Nacional de Articulación Social, Henrique Ferreira; la Secretaria Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional del Ministerio de Desarrollo Social (MDS), Lilian Rahal; el Director de la Agencia Alemana de Cooperación para el Desarrollo - GIZ Brasil, Anselm Duchrow; además de representantes del Banco Mundial, EMATER, SEAD, CONTAG, OCB, ANAT, ANA, INCRA e Ipea. 

La agudización de la crisis ambiental, los desafíos relacionados con el cambio climático, la pobreza rural y la inseguridad alimentaria en ALC impulsaron el desarrollo de esta cooperación para fortalecer las políticas agroambientales en la región. 

Alan Bojanic, Representante de FAO Brasil, defendió la importancia de la iniciativa, que buscó construir puentes y establecer diálogos entre sectores como la pesca, la agricultura y la sostenibilidad: "Más que nunca, necesitamos una agricultura sostenible, inclusiva. Necesitamos mayores esfuerzos para articular la agricultura la conservación de la biodiversidad, los conocimientos tradicionales, el rol de la agricultura familiar, la sostenibilidad de la agricultura como un todo debe ser el gran objetivo. Estos puentes que el proyecto ha construido tienen que ser mantenidos para que los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) sean alcanzados". 

Para la Coordinadora del proyecto por la FAO, Jéssica Casaza, "El gran mérito del proyecto promovido por la asociación entre FAO y el Gobierno de Brasil fue crear una visión integradora que guía de manera mucho más armónica las discusiones en las áreas de producción de alimentos, seguridad alimentaria y el medio ambiente”. 

Una de las estrategias clave para contribuir al fortalecimiento de las políticas públicas agroambientales fue el desarrollo de las Directrices Voluntarias para las Políticas Agroambientales en América Latina y el Caribe, que son un conjunto de sugerencias de políticas agroambientales que buscan promover la integración entre la conservación del medio ambiente, la producción agrícola, pecuaria, forestal la pesca y la acuicultura. 

La Secretaria de Extractivismo del Ministerio de Medio Ambiente (MMA), Juliana Simões, subrayó que el secreto para el éxito de la iniciativa es el respeto a la realidad de cada país: "Cada país puede seleccionar las directrices que tienen más sentido a su realidad nacional. Eso es libertad y respeto a la soberanía". 

Además, la Secretaria destacó como uno de los resultados del proyecto la posibilidad de reunir las agendas políticas de los países para pensar acciones orientadas hacia el medio ambiente, el área social, la agricultura, entre otros. "Fueron más de 126 instituciones de los países socios que estuvieron involucradas en las reuniones y diálogos nacionales", comentó Simões. 

Este esfuerzo para que el diálogo fuera horizontal con los países socios también fue reconocido por el representante de la Secretaría Ejecutiva de Planificación del Sector Agrícola de Costa Rica, Edgar Ramírez: "Todo se ha hecho sobre la base del diálogo y el intercambio de conocimientos. Es decir, no llegaron en nuestros países diciéndonos qué hacer. Respetaron nuestras experiencias nacionales". 

Próximos pasos

Para la próxima fase del proyecto, los expertos piensan en desarrollar una plataforma que reúna indicadores comunes a todos los países involucrados para posibilitar la evaluación de las políticas agroambientales a nivel regional. 

Para la consultora de la FAO, Angela Cordeiro, hay que refinar aún más los indicadores para que ellos representen las realidades de todos los países de la región de manera equilibrada. Además, debe haber un esfuerzo aún mayor para que los indicadores permitan evaluar políticas y hacer un mapeo de las tendencias de desarrollo sostenible de acuerdo con los ODS de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. 

Proyecto

El proyecto Fortalecimiento de Políticas Agroambientales en Países de América Latina y el Caribe a través del Diálogo e Intercambio de Experiencias Nacionales, que integra las acciones del Programa Cooperación Internacional Brasil-FAO, es fruto del trabajo coordinado con diversos sectores y servicios de los Ministerios de Agricultura y de Medio Ambiente de Cuba, Brasil, Colombia, Costa Rica, México, Panamá y Paraguay (Chile y Nicaragua participaron en la primera etapa), y es ejecutado de forma conjunta por la FAO, MMA y ABC. 

En seis años de ejecución en la región, el gobierno brasileño invirtió cerca de US $ 1.080.000 por medio del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil (MMA), con el objetivo de contribuir al fortalecimiento de las políticas públicas agroambientales como una herramienta para reducir la pobreza, pobreza rural y la inseguridad alimentaria en el contexto del cambio climático en los países de la región.