Foto: Paola Muñoz/FAO

Quito, 14 de agosto de 2015 –  Durante los próximos días, Ecuador recibe una misión técnica de Cooperación Sur-Sur conformada por técnicos brasileños y de la Oficina Regional de FAO, quienes compartirán sus experiencias para la elaboración de un diagnóstico del sector algodonero que les permitirá plantear una propuesta para el mejoramiento de la cadena productiva del algodón en Ecuador y el fortalecimiento de la agricultura familiar algodonera. 

La comitiva representando el Gobierno de Brasil es integrada por representantes de la Agencia Brasileña de Cooperación del Ministerio de Relaciones Exteriores (ABC/MRE); la Asociación Brasileña de las Empresas de Asistencia Técnica y Extensión Rural (Asbraer); y de la Secretaria Nacional de Economía Solidaria del Ministerio de Trabajo y Empleo (Senaes/MTE). También participan representantes de la Oficina Regional de la FAO que, junto a la Representación de FAO en Ecuador, el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y la Secretaría Técnica de Cooperación Internacional (Seteci) realizarán un estudio prospectivo para futura implementación de proyecto en el país. 

Para eso, el grupo viajará a distintas zonas del país y también participarán de un taller de prospección sobre el cultivo, el miércoles 19 de agosto, en Portoviejo. 

Con este proyecto se prevé pasar de una producción de 450 hectáreas - datos a 2014 - a una de 6.000 hectáreas para 2016. Pedro Pablo Peña, representante de FAO Ecuador, indicó que, entre otras cosas, la iniciativa impactará favorablemente en la vida de los agricultores que se dedican a esta actividad. Por lo general, son personas de escasos recursos económicos que viven en zonas vulnerables. 

Situación en Ecuador

Debido al déficit permanente de algodón en Ecuador, entre 2007 y 2012, el país importó 89.855 toneladas de la fibra por un valor de 181.5 millones de dólares.

A escala regional, la producción de Colombia y Perú son notablemente mayores. Parte de los problemas que enfrenta el sector son la falta de material genético, de tecnificación, de estructura organizacional de los productores y ausencia institucional en este rubro. 

Según datos de Funalgodón, el 99% de los productores nacionales son pequeños. En promedio, cada uno sembró 1,7 hectáreas de algodón en 2013 y de tres a cuatro hectáreas de otros cultivos. 

El proyecto

El proyecto de Fortalecimiento del Sector Algodonero por medio de la Cooperación Sur-Sur tiene como objetivo contribuir al desarrollo del sector algodonero y de la agricultura familiar en los países miembros del Mercosur o asociados y Haití. Participan como países socios en esta iniciativa: Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Haití, Paraguay y Perú. 

Llevado a cabo por el Programa de Cooperación Brasil-FAO, el proyecto apoya el combate a la pobreza rural por medio de la complementación de capacidades técnicas de la institucionalidad pública y privada a partir de la experiencia de Brasil. 

Para la puesta en marcha, cada país socio ha pasado por diversas etapas como la elaboración de un diagnóstico local sobre la cadena del algodón en la agricultura familiar y la identificación de las instituciones brasileñas cooperantes que apoyarán técnicamente a cada país. 

Posteriormente, se ha realizado una misión técnica con representantes de ABC, FAO y técnicos de Embrapa que visita el país para conocer de manera más cercana las instituciones y representaciones del gobierno, de los agricultores familiares, con salidas al campo  para conocer desde el cultivo hasta la comercialización del algodón en el país. 

A partir de esta misión se elabora el documento del proyecto, seguido de la  firma que permite la implementación. 

Actores

La ABC/MRE colabora con toda su experiencia en cooperación técnica, facilitando el intercambio de conocimientos y habilidades desarrolladas por las instituciones brasileñas. 

Por su parte, la FAO pone a la disposición su experiencia de más de 60 años en cooperación para el desarrollo agrícola y contribuye en facilitar contactos y acuerdos entre las instituciones colaboradoras de los países socios. 

Los países asociados al proyecto contribuyen por medio del intercambio de experiencias y adaptación a las realidades locales, así como los conocimientos existentes en la cadena de valor del algodón.