Foto: Karla Perez/FAO

Brasília, Brasil 04 de agosto de 2017 - La iniciativa de Escuelas Sostenibles desarrollada por las Escuelas Públicas y Centros de Educación y Nutrición - Centros Infantiles de Atención Integral Sostenibles (CEN-CINAI), del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de Costa Rica, ha sido seleccionada entre las 12 buenas prácticas internacionales certificadas por el Premio de Tecnología Social de la Fundación Banco do Brasil 2017.

Con esta certificación, la iniciativa en alimentación escolar del MAG en Costa Rica pasa a formar parte del Banco de Tecnología Social (BTS) de la Fundación que, actualmente, cuenta con 995 iniciativas aptas para su replicación. El BTS es una base de datos en línea que reúne metodologías reconocidas que promueven  la solución de problemas comunes en diversas comunidades. Los interesados en conocer todas las tecnologías pueden acceder a la página web de la Fundación.

Las iniciativas certificadas fueron reconocidas como soluciones que tienen un impacto positivo y eficaz en la vida de las personas, que ya se han aplicado a nivel local, regional o nacional, y que pueden replicarse a mayor escala y a nivel nacional.

El próximo 15 de agosto el comité de la Fundación dará a conocer los tres finalistas. En noviembre se llevará a cabo la gala de premiación en la que se anunciará el nombre del ganador.

Este año se lleva a cabo la novena edición del Premio de Tecnología Social. Por primera vez, se abrieron las postulaciones a las iniciativas internacionales en una categoría especial que incluye los temas: agua y medioambiente, agroecología o ciudades sustentables, todos ellos relacionadas con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS).

Celebrado cada dos años, el premio es considerado uno de los principales del tercer sector en Brasil. Para la edición 2017, el concurso cuenta con la cooperación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en Brasil y el apoyo de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Para la coordinadora regional del proyecto de Fortalecimiento de Programas de Alimentación Escolar en América Latina y el Caribe, de la Cooperación Internacional Brasil-FAO, Najla Veloso, las innovaciones tecnológicas en el marco de las políticas de alimentación escolar inciden en diversas áreas de la vida de los estudiantes, especialmente, en la salud y la educación, lo que también favorece el alcance de los ODS en los países de la región.

Costa Rica

El Gobierno de Costa Rica, a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Ministerio de Salud, Educación, Desarrollo Social e Instituciones del Sector Agropecuario y de Desarrollo Rural, se incorporó a los Programas de Alimentación Escolar Sostenibles (PAES)  en  2014, mediante  las Escuelas y Centros de Educación y Nutrición-Centros Infantiles de Atención Integral Sostenibles (CEN-CINAI). Estas están presentes en 58 centros educativos y 10 CEN-CINAI, e involucran a una serie de actores locales y regionales de diversas instituciones con el objetivo de fortalecer los programas de alimentación preescolar y escolar en el país. 

“Las Escuelas y CEN-CINAI Sostenibles han tenido un ambiente y resultados muy positivos y constructivos en Costa Rica. Se han convertido  en un elemento trascendental de incidencia política, ya que evidencian que estos programas se pueden implementar mediante un proceso integral y sostenible y replicarse a nivel nacional, sin incurrir en una inversión adicional de recursos”, comentó Ivannia Quesada, Viceministra de Agricultura y Ganadería de Costa Rica.

La mayoría de los cantones que tienen Escuelas y CEN-CINAI Sostenibles están ubicados en la Zona Sur del país, donde se concentra el mayor porcentaje de pobreza a nivel nacional (30,9%) y una escolaridad de 7%, por debajo de la media, así como, una mortalidad infantil de 10%, sobre el 8.9% de la registrada en todo Costa Rica.

Las acciones están en marcha en Desamparados, Cajón y Pérez Zeledón de San José y Buenos Aires, Corredores y Coto Brus de Puntarenas y en la Región Brunca del país.

Aproximadamente 10.800 niños y niñas,  638 docentes, así como 2.700 padres y madres de familia han recibido educación alimentaria y nutricional, evidenciando un cambio en sus hábitos alimentarios e incorporando estilos de vida más saludables.

Se han fortalecido un total 8 organizaciones que agrupan a los agricultores familiares que comercializan y abastecen los centros educativos con productos frescos, de calidad y autóctonos que permiten dinamizar las economías locales. Para ello, se  han capacitado 240 agricultores familiares con el objetivo de fortalecer sus sistemas productivos, fomentar las buenas prácticas agrícolas y mejorar sus mecanismos de comercialización de manera que quede garantiza la calidad y la inocuidad que exige la alimentación preescolar y escolar.   

“Costa Rica comprueba que los Programas de Alimentación Preescolar y Escolar son una red efectiva de protección social, que disminuye el riesgo de que la población infantil más pobre no asista a los centros educativos o vea limitado su aprendizaje por sufrir hambre, además de que los agricultores no vendan su producción a precios justos. Por esta razón, se busca replicar esta experiencia en otras zonas del país y que las acciones desarrolladas se eleven al nivel de políticas públicas relacionadas con la alimentación y la nutrición infantil”, afirmó Quesada.

El Modelo de Escuelas y de CEN-CINAI Sostenibles también capacitó a más de 200 funcionarios del Gobierno sobre la importancia de la alimentación escolar y las compras a la agricultura familiar con miras a la implementación de acciones sostenibles en el tiempo, y promovió 58 Comités de Salud y Nutrición Escolar y 10 Comités Específicos de CEN-CINAI, mediante la sensibilización y capacitación de aproximadamente 290 integrantes de estas organizaciones sociales.

Por medio de esta iniciativa, Costa Rica impulsa la participación de la sociedad civil, la promoción de la educación nutricional y alimentaria, el fomento de hábitos alimentarios saludables por medio de huertos pedagógicos, el establecimiento de las compras de productos de la agricultura familiar local para la alimentación preescolar y escolar, la mejora y reforma de los comedores escolares, el mobiliario y equipamiento y las bodegas de alimentos, así como la adecuación de los menús escolares a la cultura local.