Alertar a tiempo sobre las crisis del mercado alimentario

©FAO/Giulio Napolitano

La FAO ha puesto en marcha un sistema de intervenciones de alerta temprana ante las crisis de los mercados alimentarios que ha desempeñado un papel clave en la prevención de nuevas crisis en estos mercados. El Índice de Precios de los Alimentos, el Sistema de Información de los Mercados Agrícolas (AMIS) y los informes Perspectivas Alimentarias son tres ejemplos de éxito.

Datos clave

Cuando en agosto de 2010 una sequía veraniega indujo a Rusia, un importante país productor de cereales, a iniciar una prohibición de sus exportaciones de cereales, se produjo una gran agitación en los mercados mundiales, con reviviscencias de los repuntes del precio de los alimentos de 2007-2008. Conforme los medios de comunicación comenzaron alertar sobre un resurgimiento de la crisis alimentaria, la FAO actuó rápidamente y convocó una reunión extraordinaria de sus Grupos Intergubernamentales (GIG) sobre los Cereales y el Arroz. A pesar del breve preaviso, más de 100 países enviaron representantes a la reunión, lo que indicaba la existencia de un sentimiento mundial que ansiaba obtener información precisa sobre el mercado de una fuente neutral. Gracias a esa reunión, que contribuyó a calmar los mercados y evitar una crisis, surgió la idea de establecer un nuevo sistema de información sobre el mercado agrícola. Su objetivo: reducir la volatilidad de los precios al aumentar la transparencia y la eficiencia de los mercados mundiales de productos básicos.

Al principio de esta iniciativa a mediados de 2006, la FAO comenzó a observar un fuerte incremento de las solicitudes de análisis de la oferta y la demanda de los cultivos alimentarios más importantes —no sólo por parte de los gobiernos y los medios de comunicación, sino también, y cada vez más, del sector privado, especialmente los principales bancos de inversión—. Al percatarse de esta situación, la FAO empezó a publicar un índice mensual del precio de los alimentos en 2007 que en la actualidad es una referencia mundial para el precio de los alimentos. Este índice desempeñó una función clave asistiendo a los mercados a seguir atentamente los precios internacionales de los productos alimenticios básicos y demostró ser vital para apoyar a los gobiernos y los mercados durante la crisis de precios de los alimentos de 2007-2008. Facilitar a los gobiernos y al sector privado la información completa y rigurosa sobre el mercado que necesitaban a fin de tomar decisiones fundamentadas constituyó a la FAO como un proveedor no alineado con el mercado, fiable y neutral de información mercantil.

De este modo, cuando los precios de los cereales comenzaron a ascender de nuevo en los mercados internacionales en 2010, la FAO reconoció la necesidad de aportar datos tangibles y oportunos que probaban que la situación del suministro mundial no era tan grave como en 2007. Mediante la convocatoria de reunión extraordinaria de sus grupos intergubernamentales (GIG) sobre los cereales y el arroz, la FAO pudo proporcionar actualizaciones y previsiones sobre la oferta y la demanda y mostrar que la oferta actual podía satisfacer la demanda mundial prevista. La rapidez de esta respuesta de la FAO resultó ser suficiente para calmar un mercado muy intranquilo, y redujo así la posibilidad de especulación y reserva estratégica que podía haber provocado precios más elevados y restricciones artificiales de los suministros de alimentos para aquellos que son menos capaces de soportar esa carga, en particular los países menos desarrollados.

Transparencia para la confianza

La reunión de los GIG también aportó un foro en el que los países exportadores e importadores podían debatir sobre el tipo de medidas que deberían tomar en caso de que los mercados sufrieran irregularidades temporales en el futuro. Esto demostró la importancia no sólo de la transparencia en la presentación de informes, sino también el valor de crear confianza en la fuente y de la precisión de los datos del mercado. 

Además, en 2010, con la reaparición de los altos precios de los alimentos, el G20 situó la seguridad alimentaria mundial entre los nueve pilares clave de los Planes de acción plurianuales sobre el desarrollo durante su Cumbre de Seúl. Como consecuencia la FAO junto con varias organizaciones internacionales pertinentes —el FIDA, el IFPRI, el PMA, la OCDE, el Banco Mundial, la UNCTAD, el Equipo de tareas de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la crisis mundial de la seguridad alimentaria y la OMC— realizó un estudio sobre diversas formas de mejorar la gestión y mitigar los riesgos de volatilidad del precio de los alimentos sin distorsionar los mercados. El informe de las organizaciones internacionales, que se presentó al G20 durante la Cumbre de noviembre de 2011 que tuvo lugar en Francia, incluía diez recomendaciones, una de las cuales solicitaba la creación de un Sistema de información sobre el mercado agrícola (SIMA). La dirección del G20 apoyó la propuesta, mediante el establecimiento del SIMA como un sistema abierto y mundial de información sobre el mercado agrícola que seguiría atentamente los principales desarrollos que influyen en los mercados mundiales e informaría rápidamente de cualquier condición inusual del mercado. Simultáneamente colaboraría en paralelo con el fin de mejorar la calidad de los datos, el análisis del mercado y las previsiones a nivel nacional e internacional.

Al establecer la sede de la secretaría del SIMA en la FAO, el G20 permitió que esta iniciativa se aprovechase de las redes y los sistemas con que ya contaba la FAO para proporcionar la información necesaria con el fin de evitar o calmar las crisis infundadas del mercado, una información que podía transcender los valores numéricos de las estadísticas agrícolas para ofrecer una visión representativa de la situación real sobre el terreno.

Previsiones de mercado

La FAO publica varios informes de mercado a lo largo del año, entre ellos sus Perspectivas alimentarias semestrales, que realizan previsiones sobre la producción, el consumo, el comercio y las existencias mundiales mediante la utilización de datos que recopilan y analizan los especialistas en productos básicos de la FAO. Asimismo, las Perspectivas alimentarias incorporan en sus previsiones las opiniones de los expertos que ofrecen las redes de la FAO, con el fin de llenar los vacíos estadísticos y desarrollar análisis de mercado que no consistan solamente en números. Por consiguiente, en 2010, la capacidad de la FAO para recurrir a sus previamente establecidas redes de participantes en la producción y el comercio a nivel local, nacional y regional significaba que podía responder a las solicitudes externas sobre las condiciones del mercado con informes que reflejaban la realidad de la situación. La FAO ha lanzado una iniciativa con el fin de mejorar la calidad de las estadísticas mundiales.

La secretaría del SIMA engloba las nueve organizaciones internacionales que se habían propuesto al G20 originalmente, y la secretaría de los GIS sobre los Cereales de la FAO desempeña también la función de secretaría del SIMA. Como parte de las iniciativas para mejorar la transparencia del mercado, el SIMA ha instaurado un Foro de respuesta temprana que cuenta con expertos en políticas de los principales países productores e importadores que se reunirán en caso de alertas de crisis alimentaria. Los miembros del Foro evalúan la información y los análisis del mercado a medida que surgen de la secretaría del SIMA, que publica notas de prensa con regularidad sobre las implicaciones para la seguridad alimentaria de la situación, y coordina las respuestas de los gobiernos. Aunque los miembros fundadores del SIMA son los propios miembros del G20 —las 20 economías más importantes del mundo— se invitó a siete países que no forman parte de este grupo a unirse debido a su importancia en los mercados mundiales. El SIMA ha desarrollado también una página web colaborativa que proporciona acceso libre a la información del mercado, que incluye una base de datos única que facilita las previsiones a corto plazo y los datos de referencia precisos. Estos datos permitirán a la comunidad internacional tomar decisiones basadas en hechos con el fin de abordar las situaciones de emergencia según vayan surgiendo.

Compartir esta página