La cooperación Sur-Sur forja con éxito vínculos entre Nigeria, China y la FAO

La repercusión de un importante programa de cooperación Sur-Sur de la FAO puede verse en toda Nigeria gracias a un grupo de expertos y técnicos chinos.

Datos clave

Desde el aumento del aporte vitamínico de los huevos hasta la mejora del aprovechamiento de las aguas en los arrozales, pasando por la construcción de jaulas flotantes para peces o la introducción de la apicultura, en toda Nigeria se aprecian los efectos de una importante iniciativa de la FAO centrada en la seguridad alimentaria. Un grupo de expertos y técnicos chinos operan en el país en el marco de un acuerdo de cooperación Sur-Sur impulsado por la FAO. Mediante esta labor, dividida en dos fases y financiada principalmente por el propio Gobierno de Nigeria, se presta apoyo al Programa Nacional para la Seguridad Alimentaria. En la primera fase, que duró de 2003 a 2007, unos 500 técnicos chinos realizaron 3.736 visitas sobre el terreno, organizaron más de 500 demostraciones y ejecutaron más de 200 microproyectos. Con ello no solo mejoraron los medios de vida y el rendimiento, sino que las organizaciones de agricultores respaldadas por la iniciativa también pudieron reproducir lo aprendido. A raíz del éxito de la primera fase aumentó la reputación del proyecto, lo cual permitió que la segunda fase obedeciese en mayor medida a la demanda. Actualmente se atienden las solicitudes de determinados tipos de apoyo presentadas por distintos Estados. En total, 190 expertos y técnicos están decididos a ayudar al sector agropecuario de Nigeria a aumentar su productividad y fortalecer la capacidad, no solo de los productores, sino también de los elaboradores, los jefes de las explotaciones y los extensionistas. La segunda fase terminará en 2015.

En marzo de 2012 un técnico chino especializado en ganadería llegó a una granja avícola del noreste de Nigeria para prestar apoyo en el marco de un proyecto de cooperación Sur-Sur concertado entre Nigeria, China y la FAO. La granja, de tres hectáreas de extensión, contaba con 430 gallinas ponedoras cuya tasa de producción de huevos apenas llegaba al 25 %. Además, los huevos carecían de vitamina B1. El técnico propuso de inmediato cambiar el pienso de las gallinas por otro rico en vitamina B1, inocular a los polluelos y mejorar las prácticas higiénicas. Como consecuencia de ello la producción de huevos aumentó un 60 %, la tasa de mortalidad disminuyó y subió la tasa de crecimiento de las aves.

En paralelo, técnicos chinos que visitaban zonas de Nigeria donde se produce arroz constataron que los agricultores empleaban técnicas ineficientes y anticuadas que, no solo exigían gran cantidad de mano de obra y llevaban mucho tiempo, sino que producían arroz de mala calidad. También en este caso, con la introducción de soluciones agronómicas prácticas en ámbitos como la selección de semillas y de lugares y gracias a la adopción de prácticas de elaboración mejoradas, como la adición de humedad para reducir el número de granos quebrados durante la elaboración, los agricultores han multiplicado por más de tres el rendimiento por hectárea del arroz.

Los técnicos chinos asumen un compromiso a largo plazo

Se acaban de exponer unos cuantos ejemplos de, literalmente, cientos de actividades llevadas a cabo en toda Nigeria por expertos y técnicos chinos llegados al país para prestar apoyo al sector agropecuario bajo los auspicios de una iniciativa de la FAO de cooperación Sur-Sur dividida en dos fases. Iniciada la segunda fase, los técnicos no se limitan a subirse al avión, ofrecer asesoramiento y marcharse; se comprometen a permanecer dos o tres años en Nigeria para poner en marcha y evaluar mejoras técnicas en pro de los campesinos, los productores agropecuarios y los comerciantes. Algunos de los que participaron en la primera fase volvieron a tomar parte en la segunda.

En el marco de la primera fase del programa, que se extendió por todo el país, se prestó apoyo en materia de silvicultura, acuicultura, horticultura, ganadería e intensificación de los cultivos. Se introdujeron actividades que iban de la construcción de invernaderos y la propagación de árboles frutales al riego por goteo con fines de aprovechamiento de las aguas y la tecnología de aula para producir peces gato. De hecho, gracias al apoyo ofrecido por los técnicos en una explotación privada provista de un lago que llevaba años sin aprovecharse, la explotación dispone ahora de 50 jaulas de peces, ocho puentes flotantes y la capacidad de producir 10.000 peces. Y la cosa no acaba ahí. La explotación ha construido con materiales locales un criadero de peces. Actualmente produce sus propios alevines y los vende a productores vecinos, que han adoptado la misma tecnología e incluso han establecido una cooperativa para trabajar en equipo.

Los centros regionales promueven la transferencia de tecnología

A raíz del éxito de la primera fase del programa, en el marco de la segunda (2009-2015) ha aumentado la demanda de apoyo, que puede atenderse con un menor número de técnicos chinos pues el proyecto ha establecido centros regionales de extensión que prestan múltiples servicios. Estos centros, que obedecen a una estrategia encaminada a prestar servicios a más beneficiarios con menos personal, permiten a los técnicos realizar a la vez demostraciones ante productores de toda la región y ocuparse del desarrollo de la capacidad y la transferencia de tecnologías concretas a productores de esa región concreta. Así, por ejemplo, el centro de la zona sudoccidental se centra en la producción de peces en jaulas, la producción y elaboración de bambú y la creación y gestión de huertos, mientras que el de la zona septentrional y central ha introducido aperos sencillos y asequibles e impartido capacitación en su fabricación y uso. Al respecto cabe mencionar la fabricación de una perforadora de pozos entubados empleada por las comunidades de la región para horadar pozos con fines de abastecimiento de agua.

A lo largo de su existencia, el programa ha evaluado constantemente sus logros. La FAO ha organizado también la visita a China de una delegación nigeriana para que observe los tipos de apoyo que China puede ofrecer, especialmente en materia de producción acuícola y de arroz. Estas visitas, sumadas a las evaluaciones, generaron el tipo de información necesaria para incorporar en fases intermedias ajustes basados en los conocimientos disponibles. Con ello, el programa ha conseguido tener máxima repercusión determinando exactamente lo que necesitan las comunidades rurales y determinando la manera más eficiente de atender esas necesidades.

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