Plataforma de Territorios y Paisajes Inclusivos y Sostenibles

Un estudio de caso de valor compartido en Chile de la mano del BID

:08/06/2015
Mediante una evaluación experimental de una “compañía destacada” de la industria frutícola chilena, el Banco Interamericano de Desarrollo ha aplicado el concepto del valor compartido en el ámbito de las inversiones sostenibles. Acuñado por los profesores de Harvard Michael E. Porter y Mark R. Kramer en 2011, el concepto de valor compartido está en plena discusión entre las empresas, los gobiernos y los profesionales del desarrollo territorial como una manera para que las empresas aumenten sus rendimientos financieros y, al mismo tiempo, tengan un impacto social y medioambiental en su comunidad.

“Los frutos de su trabajo: un caso práctico de valor compartido” narra cómo una empresa líder en el sector frutícola chileno está llevando a cabo prácticas de valor compartido a través del apoyo del BID. 

El concepto de valor compartido puede ser definido como “las políticas y las prácticas operacionales que mejoran la competitividad de una empresa a la vez que ayudan a mejorar las condiciones económicas y sociales en las comunidades donde opera. La creación de valor compartido se enfoca en identificar y expandir las conexiones entre los progresos económico y social”. (Porter et Kramer, 2011).

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para apoyar las inversiones sostenibles en el sector privado, ha creado las Evaluaciones de Valor Compartido para ayudar a sus clientes en la región ALC en el diseño de una estrategia de acción de negocios que focalice las inversiones en la mejora tanto  de la competitividad como del valor social de la comunidad. 

En el estudio “Los frutos de su trabajo: Un estudio de caso de valor compartido”, y a partir de una alianza con la empresa Subsole, el principal exportador de fruta de Chile, el BID ha trabajado en la identificación de oportunidades de valor compartido para solucionar el desafío empresarial del empleo estable y calidad, con especial atención a la inclusión de las mujeres en la agricultura. 

Para el BID, la evaluación experimental de Subsole puso a prueba un marco para el desarrollo de nuevos instrumentos y servicios que podrían interesar a los clientes del BID en América Latina y el Caribe en la incorporación de inversiones en valor compartido a sus operaciones. La empresa, de propiedad familiar, ya contaba con un historial de diez años de colaboración con el BID y además tenía ya un probado compromiso en materia social, energética y ambiental. 

El concepto del valor compartido se aplica a muchos aspectos de la actividad empresarial, pero el estudio experimental con Subsole se concentró en el principal problema de la compañía que es la disponibilidad de mano de obra sostenible. En el marco del proyecto, se creó una metodología pormenorizada a fin de definir y cuantificar aspectos concretos en los que se superpusieran las necesidades de la sociedad y las de la compañía. 

La experiencia de Subsole es demasiado reciente para someter la metodología a una prueba científica, pero los primeros indicios señalan que el proceso de evaluación ofrece un instrumento útil para la toma de decisiones, al cuantificar la noción algo abstracta del valor compartido en términos económicos concretos.

Su principal aportación probablemente sea, el haber actuado como proyecto demostrativo que ilustre la importancia de trabajar con un enfoque sistémico en el diseño de inversiones y en reivindicar los vínculos entre la rentabilidad financiera y la social en el territorio. 

Acceder al estudio

Shared Value Initiative

Palabras clave: BID, valor compartido, Chile, inversiones privadas, enfoque sistémico, sostenibilidad
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