Inclusive and Sustainable Territories and Landscapes Platform

“Territories facing digitalization, global trends and the network-society” (Full interview available in Spanish)

Interview with Cecilia Gañan de MolinaI, International Territorial Development and Communication Consultant

:05/08/2019

 

Ha instaurado la era de la la economía colaborativa y de los mercados desintermediados y servificados. Ha convertido a los nuevos emprendedores en “born global”.  Ha permitido que trabajemos de manera ubicua, que tengamos los documentos en la nube y que nuestros colaboradores puedan encontrarse en otro continente. Ha traído consigo la “formación invisible”, aquélla que recibimos leyendo blogs, oyendo podcasts, viendo conferencias o participando en webinars, y que complementa la formación clásica, e incorpora la socialización del aprendizaje…

 

El grado de transformaciones inherentes a la era digital es tan grande y sucede además a un ritmo tan vertiginoso, que, para muchos, también ha traído consigo un enorme grado de desconcierto. Estamos ante una sociedad constituida por una red de conexiones y desconexiones a gran velocidad, tal como la describió el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, quien acuñó el concepto de “tiempos líquidos”, para describir la provisionalidad en la que vivimos inmersos.

 

Evidentemente, en un contexto tan trepidante, los territorios no pueden ser ajenos al cambio, ypor ello han de realizar una transición en numerosos ámbitos, si quieren tener opciones de competir en la nueva era digital global.

 

Por un lado, la globalización tiende a homogenizar los territorios; pero, por otro, lo local -en relación a sus esencias y a sus valores específicos – adquiere una nueva relevancia y se posiciona como un componente de riqueza estratégica y diferenciadora para el territorio.  La búsqueda de la autenticidad, el valor de las cosas genuinas, forma parte del anhelo contemporáneo, y ahí es donde el medio rural puede encontrar grandes nichos de oportunidad y especialización, al contar con ventajas competitivas frente al mundo urbano.

 

Necesitamos, por ello, que nuestros territorios estén atentos a las oportunidades que pueden bridarles las nuevas tendencias globales, y no sólo las tecnológicas. Entre esas tendencias se encuentran una creciente atención a la diversidad y a la igualdad (de razas, de género, de identidad sexual, etc); a la sostenibilidad y al respeto por el medio ambiente; a nuevos modelos económicos que nos permitan tomar conciencia de los límites (economía circular, economía del bien común, economía slow…).

 

Lógicamente el mundo rural seguirá cumpliendo con su papel estratégico de proveedor de alimentos y de equilibrio territorial; de cuidador del paisaje y de la Naturaleza. Pero, además puede promover nuevas actividades emprendedoras ligadas a los nuevos planteamientos de economía circular, a la resiliencia ante el cambio climático, a las nuevas tecnologías ligadas al agro, a la economía colaborativa, a la cohesión social, a la economía del conocimiento. A su vocación y a su valor diferencial; a la economía de las experiencias y de las tradiciones. A la especialización inteligente en el área en el que más ventaja competitiva tenga en el marco comarcal, regional o nacional.

 

La inteligencia territorial reside en aquellos lugares que apuestan por valores como la sostenibilidad, la responsabilidad social y ambiental, la buena gobernanza, el equilibrio rural-urbano, la innovación, el conocimiento. Y, para ello, no se necesita ni un tamaño concreto, ni tecnologías punta, ni un nivel de infraestructuras predeterminado. Cualquier territorio puede ser un territorio inteligente si cuenta con unos valores, tiene voluntad de aprender y se adapta a los cambios. Y para ello, el trabajo en red juega un papel esencial, ya que las conexiones, en la era digital, equivalen a oportunidades.

 

Avanzar complementariamente en procesos de co-diseño y co-desarrollo de iniciativas entre todos los agentes de las comunidades, permite incrementar, además, tanto el capital social de un territorio, como su potencial innovador.

 

Las nuevas corrientes del Desarrollo territorial avanzan hacia la visión de que la innovación es hoy en día un proceso relacional. E incluyen en sus planteamientos, además de los principios de la buena gobernanza y la participación, el estudio de las interacciones entre agentes del territorio y la promoción de una cultura de innovación basada en la confianza y los valores cooperativos. Nuevas pautas para nuevos tiempos.

 

Esa nueva importancia de las redes que establecen los actores del territorio, tanto entre ellos como con las redes exteriores, ha colocado en un primer plano la necesidad de contar con un conocimiento preciso sobre las relaciones y las conexiones que existen entre ellos. Hay todo un nuevo campo de conocimiento denominado “Capital relacional” que está siendo abordado a partir de metodologías de métrica de redes sociales que permiten obtener información sobre las relaciones existentes entre un grupo determinado de personas (de un territorio, por ejemplo), y el grado de robustez de las conexiones que se establecen entre ellas. Con la ayuda de determinados instrumentos de software libre, la información obtenida se puede representar gráficamente en mapas de actores del territorio, a partir de los cuales se puede trabajar, de manera colaborativa, en la preparación de una serie de cartas de habilidades y compromisos a favor del desarrollo colectivo.

 

La nueva resiliencia territorial, en ese sentido, estará estrechamente ligada a la capacidad que tenga un territorio de estar conectado, tanto internamente, como con el exterior, con redes de conocimiento y de cooperación. Y a la aportación que pueda hacerse, desde lo local, a la creación de valor compartido global.

 

Porque, después de todo, los valores más importantes y los que más hemos de cuidar son, también en la era digital, los intangibles.

 

Author: Cecilia Gañan de MolinaI, Consultora Internacional de Desarrollo Terriotiral y Comunicación

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