Esta medida se dirige a las inversiones que tienen como objetivo la mejora de las infraestructuras de las explotaciones y de los equipamientos existentes en el medio rural, a través de caminos rurales y otras infraestructuras de apoyo a las explotaciones y al medio rural; mejora y modernización de regadíos (para racionalizar y mejorar las redes de riego, etc); ordenación y usos de vías pecuarias.

Tiene como objetivo la lucha contra los procesos erosivos del medio natural; la conservación y mejora de las masas forestales, tanto en terrenos públicos como en actuaciones de la iniciativa privada; y el fomento y aprovechamiento ordenado de las especies cinegéticas y piscícolas.

Los principios de acción de una gestión de tierras sostenible son: conocimiento y comprensión clara de la condición de la tierra, las causas de su degradación, desertificación, sequía  e impactos de las medidas aplicadas; desarrollo de la capacidad de los interesados para el buen gobierno y la toma de decisiones; y coherencia al asegurar la alineación de las políticas, programas y acciones a través de la agricultura, el medio ambiente, la tierra, el agua (recursos naturales) y los sectores de desarrollo (seguridad alimentaria, la pobreza, rural-urbana). El enfoque de Gestión sostenible de la tierra (FAO) promueve la coordinación entre las acciones que restauren la seguridad alimentaria, la nutrición y los medios de vida de las poblaciones más vulnerables ante las adversidades climáticas y socioeconómicas. Este enfoque abarca la protección, la conservación y el uso sostenible y la restauración o rehabilitación de los recursos degradados y se puede aplicar a una variedad de escalas (local, nacional y transfronteriza).  Además, tiene en cuenta la actividad humana y las organizaciones sociales en la planificación y la gestión de los recursos naturales, y por tanto considera tanto la dimensión biofísica como la socioeconómica. El Programa de Gestión Sostenible de la Tierra, es utilizado en el marco de la ONU para abordar las tendencias negativas de la desertificación, la degradación de las tierras y la sequía, mediante la mejora en gobernanza, gestión y planificación. Ver también Gestión Sostenible de la Tierra (Banco Mundial, 2006). 

A través de la adopción de medidas de Buenas Prácticas Agrícolas; y Buenas Prácticas Ganaderas; del enfoque de Agricultura Climáticamente Inteligente (basada en (i) aumentar de manera sostenible la productividad agrícola; (ii) adaptarse y crear resiliencia ante el cambio climático; y (iii) reducir y/o eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), siempre que sea posible). 

Algunas medidas al respecto sería: tecnologías productivas; Seguros agrarios; infraestructuras agrarias; modernización de regadíos. 

Los objetivos de estos programas son mejorar la calidad en los procesos de elaboración y comercialización de la producción agroalimentaria; apoyar el asociacionismo, la participación en el proceso de comercialización; favorecer la mejora sanitaria de la cabaña ganadera para acceder al mercado (agrupaciones de defensa sanitaria); fomentar la investigación agroalimentaria y transferencia de tecnología agraria