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Así se salva el pulmón del mundo

:28/07/2016

“Bienvenidos al pulmón del mundo”. Así recibe Fernando Alvarado nada más bajar de la canoa en la comuna de Alta Florencia, en plena Amazonía ecuatoriana. A pocos kilómetros del Parque Nacional Yasuní, esta comunidad indígena kichwa situada a orillas del río Napo trata de sacar adelante desde hace 13 años su proyecto de ecoturismo. Como ella, varias comunidades del cantón Aguarico, en la provincia de Orellana, buscan en el turismo una alternativa a la explotación petrolera en una de las regiones más biodiversas del mundo.

 

El intenso verdor de la selva amazónica se mezcla con los tonos azules y marrones del cielo y el río. Un sol abrasador calienta al viajero poco antes de que las nubes tomen el cielo por asalto y descarguen su furia en forma de diluvio. El ruido del motor impide escuchar las canciones de las innumerables especies de pájaros que se acomodan en los majestuosos árboles que pueblan las riberas del Napo. Este es el panorama que se encuentra el turista que decide pasar sus días de descanso en el rincón más profundo de la selva de Ecuador. Un viaje de 300 kilómetros en lancha desde la ciudad de Coca a través de unas aguas que van a parar directamente al río Amazonas, ya en Perú. Entre cuatro y 12 horas de viaje, según la velocidad de la embarcación y el caudal del río, en las que admirar la inmensidad de la selva y comprobar los múltiples contrastes que habitan en ella. En este viaje todo es posible, desde observar pesados camiones cargados de crudo a bordo de gabarras que surcan lentamente el Napo, hasta contemplar parejas de guacamayos cortando el cielo con su estela multicolor.

Uno de los destinos es Sacha Ñambi, el proyecto de turismo comunitario de Alta Florencia. "Sendero en la selva" en idioma kichwa, Sacha Ñambi nació en 2003 por decisión de los habitantes de esta comunidad. “Como los terrenos de la comuna no son buenos para la agricultura, la asamblea apostó por desarrollar la actividad turística”, comenta Alvarado, responsable del proyecto. Buscaban un sustento económico, pero también “una forma de manejar nuestro bosque de forma sostenible”, cuenta este hombre de mediana edad y eterna sonrisa que se declara en contra de la explotación petrolera en su territorio. Con el apoyo deSolidaridad Internacional y otras ONGs, los habitantes de Alta Florencia recibieron formación en turismo y construyeron varias cabañas que ahora sirven de alojamiento para los visitantes. Sin embargo, no reciben tantos como les gustaría.

Pese a contar con más de 5.000 hectáreas de bosque primario y situarse a poca distancia del Yasuní, son muy pocos los turistas que llegan a la comunidad. En lo que va de 2016 apenas han recibido a 14. “El terremoto en la costa y la erupción del volcán Cotopaxi han afectado mucho”, se queja Alvarado, en referencia a los últimos desastres naturales que han amenazado a Ecuador.

 

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Foto de Cancillería del Ecuador vía Flickr (CC BY-SA 2.0)


Author: JAIME GIMÉNEZ

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