FAO en México

Agricultores Familiares alzan la voz para tener cadenas de valor más incluyentes

21/10/2019

 

  • Durante la conmemoración del Día Mundial de la Alimentación, 80 participantes en intercambio de conocimientos se pronuncian por impulsar el consumo y dar valor agregado a productos de la pequeña agricultura.

 

Ciudad de México. Treinta organizaciones de productores forestales y agrícolas de Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Filipinas, Ghana, Guatemala, Kenia, México, Nicaragua y Togo, quienes de manera colectiva representan alrededor de 725 mil productores, se reunieron en Cuetzalan, Puebla, México, del 8 al 16 de octubre en el Intercambio La Canasta de Productos: Hacia cadenas de valor inclusivas de sistemas agroforestales y ancestrales.

Este intercambio global de productoras/es agrícolas y forestales fue desarrollado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Forest and Farm Facility (FFF); Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB); Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC), Cocoa of Excellence; Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red MOCAF); Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE – Costa Rica); Red Mexicana de Agricultura Familiar, Indígena, Campesina y Afrodescendiente (REMAFICA) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

El objetivo de este evento de intercambio entre pares de los productores y representantes de gobierno, fue compartir conocimientos, saberes y experiencias de sistemas diversificados de cacao, café, vainilla, miel, y otros productos importantes de la canasta de productos, para incrementar conocimientos de los diferentes sistemas agroforestales en paisajes multifuncionales que den beneficios tanto para los medios de vida y bienestar de las poblaciones locales, como para la biodiversidad y el cambio climático.

Además del intercambio entre pares, la experiencia les permitió recibir diversas capacitaciones técnicas de expertos tanto mexicanos como de otros países y de ser intercambiar propuestas e iniciativas con representantes de gobierno, generándose así un intercambio de Cooperación Sur-Sur en sus tres niveles: productores, técnicos y decisores.

A continuación, se presenta un resumen de las conclusiones del intercambio.

Que se promueva y se fomente la importancia de la conectividad del paisaje y sus diversos componentes (social, cultural y ancestral, económico productivo, paisajístico, biodiversidad, agro-ecológico), además el reconocimiento y fortalecimiento del valor del conocimiento, sabiduría y prácticas ancestrales (por ejemplo, millpa, chakra, kikuyu, chagaa), que permiten ir incrementando el reconocimiento e inclusión de los sistemas tradicionales agroforestales como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) y de la UNESCO.

Se recomienda diseñar estrategias para impulsar el consumo local y nacional de la canasta de productos. Valorizar la calidad de la canasta de productos de los pequeños productores que le permite agregar un valor adicional a través de la transformación hacia diversos mercados local, regional, nacional e internacional.

Se reconoce que la asociatividad es una base fundamental para el desarrollo de las organizaciones de productores forestales y agrícolas para la producción, transformación y comercialización de bienes y servicios derivados de la canasta de productos provenientes del bosque y las fincas. Es importante fortalecer los vínculos para reconectar la familia y comunidades con la producción agrícola y forestal dentro de sistemas diversificados.

Es necesario desarrollar estrategias que combinen tanto el conocimiento científico como ancestral para desarrollar fuentes de mejoramiento de vida diversificados para los pequeños productores y organizaciones de base. El turismo comunitario es un ejemplo que se visibilizó como un complemento para diversificar las fuentes de ingresos y la resiliencia de los productores. Otros ejemplos incluyen la implementación de buenas prácticas agrícolas que facilitan establecer esquemas de trazabilidad de los productos de la canasta, sistemas de siembra y cosecha de agua, tecnificación del riego para el uso y el aprovechamiento del agua, capacitación para la producción agroecológica y evitar la dependencia de insumos agro-tóxicos.

Se reconozca el valor de la soberanía y la seguridad alimentaria y nutricional y la importancia de la gran diversidad de productos, así como de los servicios ambientales a la interdependencia urbana-rural a las cadenas de valor de los productos, a la salud, y a la conservación de la biodiversidad, de manera que sean reconocidos como elementos clave para la producción sostenible de bosques y fincas, y comunidades resilientes. Y que repercuta en el diseño e implementación de políticas públicas para fomentar la producción, intercambio de semillas, agregación de valor, comercialización y consumo en los territorios.

Reconocer el rol fundamental de la mujer, entre otros:

En la conservación y uso sostenible de los recursos alimenticios y medicinales de la canasta de productos de sistemas productivos forestales y agrícolas que fomenta el empoderamiento de las mujeres, así como incrementar sus ingresos.

Como guardianas de las semillas y las múltiples variedades de cultivos ancestrales resilientes que son cada vez más importantes para enfrentar el desafío del cambio climático.

En el liderazgo en las organizaciones de productores forestales y agrícolas como espacio principal para la participación y empoderamiento de las mujeres en la agricultura familiar campesina y que esto permite independencia económica con el fin de aportar a una vida libre de violencia.

Que el desarrollo de las políticas públicas sean la consecuencia de una verdadera participación de las comunidades priorizando sus necesidades a fin de que se resuelvan los problemas relacionados a la tenencia de la tierra, el fraccionamiento de las parcelas, y la desintegración familiar.

Reconocer el rol y la importancia de los pueblos indígenas, afrodescendientes y las comunidades locales en la conservación y uso sostenible de los recursos naturales, así como en la conservación de los conocimientos y saberes ancestrales, por ejemplo, la medicina ancestral, las prácticas y modelos ancestrales, prácticas tradicionales de intercambio de cultura, alimentos y saberes.

Es fundamental involucrar activamente a los jóvenes con enfoque intergeneracional en emprendimientos de la canasta de productos con tecnologías apropiadas a sistemas productivos forestales y agrícolas locales que a su vez fomenta su empoderamiento para enfrentar los desafíos al futuro. Despertar el interés de los jóvenes a través de las tecnologías de la información, comunicación (TICs), negocios económicamente rentables y ambientalmente sostenibles con el mejor conocimiento local, tradicional y técnico. Un ejemplo exitoso que se puede replicar son las eco-escuelas rurales y agro-negocios.

Se recomienda desarrollar planes de negocios, políticas y programas que permitan a las organizaciones de productores forestales y agrícolas acceder al crédito adaptado a sus condiciones de producción de la canasta proveniente de los bosques y fincas, o en su caso incentivar y facilitar los sistemas locales de ahorro y crédito.

El rol del sector público y de la política pública en apoyar a los pequeños productores de bosques y fincas. Debe garantizar la participación efectiva desde la familia, comunidad y sociedad en general, promoviendo la articulación en la toma de decisiones y facilitar el acceso a bienes y servicios diferenciados para los pequeños productores de la agricultura familiar.  

Se recomienda crear, aplicar y fiscalizar la política pública en los diferentes países para fortalecer y apoyar a los productores de la canasta proveniente de los bosques y fincas integrales para emprender modelos de negocio dirigidos a mercados conscientes a través de la cadena de valor. Promover la formación de los productores sobre educación financiera y emprendimiento.

Intercambio Sur-Sur. Se promueva y fortalezca el intercambio de conocimientos entre países y entre redes locales y nacionales e internacionales de producción y comercialización, así como vincularlos a las políticas públicas.

 

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