FAO en Nicaragua

FAO y FIMI impulsan la generación de nuevas lideresas indígenas para el hambre cero en Mesoamérica

18/09/2018

Guatemala recibe a 30 lideresas indígenas de México y Centroamérica para participar en la Escuela de Formación de Formadoras indígenas en derechos humanos y seguridad alimentaria y nutricional

Con el propósito de renovar y fortalecer los liderazgos de las mujeres indígenas en las comunidades de los países centroamericanos y de México, FAO y FIMI inauguran hoy la Escuela de Formación de Formadoras Indígenas en Derechos Humanos y Seguridad Alimentaria y Nutricional, en la Ciudad de Guatemala.

“No será posible reducir las cifras de hambre y malnutrición en la región, si no incluimos a las mujeres indígenas y trabajamos con ellas”, enfatizó Diego Recalde, Representante de la FAO en Guatemala.

Teresa Zapeta, Directora Ejecutiva de FIMI, en su participación inaugural señaló que el Foro internacional de Mujeres Indígenas es una red global que trabaja a favor del fortalecimiento de capacidades de lideresas indígenas de las 7 regiones del mundo, buscando incidir e incluir en las políticas públicas de los Estados las perspectivas de las mujeres indígenas.

En América Latina, se estima que el número personas indígenas alcanzan los 45 millones (8.3% de la población), y particularmente entre México y los países centroamericanos se estima que hay cerca de 25 millones de personas indígenas, destacando Guatemala en donde el 41% de la población se autoidentifica como indígena, según datos de la CEPAL.

La lideresa indígena Gilberta Mendoza Salazar, de 46 años, de Puebla, México, indicó que para ella ha sido importante notar que las situaciones de discriminación, de desnutrición, de violencia que sufren las mujeres indígenas son similares en todos los países que participan en la escuela. Además, indicó que es muy importante fortalecer las redes entre las mujeres de los países mesoamericanos para que juntas procuren el empoderamiento de las mujeres.

Desde el año 2015, FAO y FIMI trabajan en conjunto para impulsar la formación de lideresas indígenas que promuevan la garantía de los derechos humanos y derechos de los pueblos indígenas para garantizar la seguridad alimentaria de sus familias y comunidades.

Ambas organizaciones han impulsado durante 3 años la realización de distintas Escuelas de lideresas indígenas en países como la India, Filipinas, Perú, Bolivia, El Salvador, Panamá, entre otros y este año han centralizado esfuerzos en cuatro escuelas regionales que permitan promover alianzas y colaboraciones entre mujeres indígenas activistas y organizadas a nivel regional para la incidencia y participación en procesos de alto nivel internacionales.

Asimismo, la Escuela de Formación de Formadoras Indígenas que se inauguró ayer tiene como fin garantizar que el conocimiento adquirido durante las dos semanas de cursos con especialistas y expertos de distintas instituciones del Gobierno de Guatemala, de la FAO y otras agencias de Naciones Unidas y organizaciones indígenas, se replique en las 30 comunidades a las que pertenecen las lideresas indígenas.

“Es fundamental trabajar con las jóvenes indígenas, son actores claves para mejorar en el empoderamiento y para continuar con los conocimientos ancestrales y para empoderar a otras jóvenes líderes en los territorios” indicó Recalde.

La Escuela de Formación de Formadoras Indígenas de Mesoamérica contempla materias como seguridad alimentaria y nutricional, métodos de incidencia política, mecanismos de Naciones Unidas para Pueblos Indígenas, Directrices Voluntarias para la Gobernanza de la Tierra y los recursos naturales, convenios y tratados regionales e internacionales y métodos de transmisión de conocimientos, entre otros.

Asimismo, incluye una visita a la localidad Jocotán, Chiquimula para conocer el trabajo en campo que impulsa la FAO para el empoderamiento de mujeres campesinas e indígenas para combatir la pobreza y el hambre en seis comunidades chortí, en el marco del programa Mesoamérica sin Hambre con apoyo de AMEXCID.

Este proyecto acompaña con asesoría y apoyo técnico a más de 80 mujeres artesanas que realizan artesanías con cultivos nativos (maguey, carrizo y tule) a través de técnicas de extracción de la materia prima vegetal y recuperando diseños y tejidos ancestrales.