10 de octubre de 2019, San José.- Representantes de los ministerios de Medio Ambiente y Agricultura de Centroamérica y la República Dominicana compartieron ayer soluciones integrales que promuevan la adaptación y mitigación al cambio climático en la agricultura, la ganadería y los bosques.

El Diálogo Intersectorial fue el punto central de un evento paralelo organizado conjuntamente por las Secretarías de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) y el Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC), ONU Medio Ambiente, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) en el marco de la Pre COP25 que se celebra en Costa Rica.

El encuentro contribuyó a la reflexión de los principales desafíos y oportunidades para avanzar en una agenda y posición agroambiental conjunta entre los países del SICA para la COP25 de cambio climático, que se celebrará a inicios de diciembre en Chile; incluyendo metas específicas de desarrollo sostenible y reducción de emisiones en el sector agricultura, bosques y otros usos de la tierra (conocido como AFOLU); y con la participación de actores públicos y privados.

Asimismo, las soluciones identificadas contribuirán al alcance de las metas de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (CND), los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las metas de Aichi, y las metas regionales y globales de restauración de ecosistemas.

Durante la actividad, la FAO y ONU Medio Ambiente presentaron “El potencial proporcionado por la agricultura sostenible adaptada al clima, inclusiva y amigable con la biodiversidad, para un cambio transformacional de la agricultura y alimentación”.

“Los efectos del cambio climático cada vez son más evidentes en Centroamérica, y aunque la región produce una muy mínima parte de las emisiones globales, tres países están entre los diez más vulnerables a los riesgos climáticos”, destacó Adoniram Sanches, Coordinador Subregional de la FAO para Mesoamérica.

“Las autoridades nacionales de los países del SICA están haciendo esfuerzos en la trasformación de la agricultura, para hacerla más sostenible y resiliente y actuando desde una visión integradora y sistémica, características necesarias para adaptarse a esta realidad, y también están aprovechando el potencial de fondos climáticos y ambientales para implementar acciones que permitan esta transformación”, agregó.

Por su parte, el Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador y Presidente Pro Témpore de CCAD, Fernando López Larreynaga, presentó la iniciativa “Construcción de resiliencia en la región SICA bajo un enfoque sinérgico entre mitigación y adaptación-enfocándose en el sector AFOLU”.

Finalmente, el Ministro de Agricultura y Ganadería de Costa Rica y miembro del CAC, Renato Alvarado Pineda, presentó “Buenas prácticas y lecciones aprendidas para la región en la implementación del Programa Carbono Neutralidad en la agricultura y como disminuir las brechas de género”.

El Diálogo también contó con las contribuciones de Nils Leporowski, Presidente de la Federación Centroamericana de Cámaras Agropecuarias e Industriales de Centroamérica (CAMAGRO), y Angel Murillo, Representante de BCIE.

Contexto

Los países de la región del SICA, a través de la Estrategia de la Agricultura Sostenible Adaptada al Clima (EASAC) 2018-2030 elaborada por el CAC, están promoviendo una agricultura sostenible adaptada al clima como una solución integral para mejorar los medios de vida y la productividad agrícola, así como aumentar la resiliencia y las capacidades para la adaptación y mitigación al cambio climático, en el marco global de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

La EASAC se alinea y está vinculada con otros instrumentos regionales importantes liderados por la CCAD: la Estrategia Ambiental Regional Marco (ERAM) 2015-2022 y la Estrategia Regional de Cambio Climático (ERCC) 2018-2022.

Los países de la región SICA están apostando por una agricultura sostenible adaptada al clima, inclusiva y amigable con la biodiversidad, como una solución integral para mejorar los medios de vida y la productividad agrícola, así como aumentar la resiliencia y fortalecer las capacidades de adaptación y mitigación. 

Además, consideran que este tipo de agricultura promueve la mejora de la gobernanza y gestión sostenible de recursos naturales (agua, suelos, bosques y biodiversidad), contribuye a garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, y combate la pobreza rural.

La reducción de la deforestación y de la degradación de la tierra proporcionan la mayor oportunidad para generar reducciones de emisiones. Sin embargo, la mejora de la producción ganadera, el manejo sostenible de los suelos y la restauración de las tierras degradadas son otras buenas prácticas con un alto potencial.

Para lograr un cambio de la agricultura y la alimentación se requieren complementariedad de acciones entre diferentes sectores y actores nacionales, incluyendo el sector privado, territoriales y regionales; marcos institucionales y normativos favorables; inversiones, fortalecimiento de las capacidades institucionales y alianzas que permitan ampliar las buenas prácticas.

Algunos países de la región se encuentran diseñando, implementando y/o evaluando proyectos de acción climática y ambiental a partir de fondos nacionales e internacionales – Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), Fondo de Adaptación, Instituciones financieras Internacionales y más recientemente Fondo Verde del Clima (FVC), que brindan oportunidades para avanzar en la EASAC y que requieren acciones coordinadas entre los Ministerios de Agricultura y Ministerios de Ambiente y alianzas con el sector privado, la sociedad civil y otros actores.  Asimismo, se requieren inversiones públicas y del sector privado para escalar las soluciones integrales.