El documento Recursos. Asociaciones. Impacto en 2020 muestra cómo trabajó la FAO en colaboración con múltiples partes
interesadas en 2019, aprovechando al máximo las asociaciones para obtener mejores resultados sobre el terreno.
Mediante un atento examen de los desafíos y estrategias que guiaron nuestras actividades en los planos regional
y mundial a lo largo del año pasado, en el informe se destacan los esfuerzos de la FAO por producir resultados,
y extender las iniciativas que los producen, en beneficio de las poblaciones más vulnerables en todo el mundo.
La FAO mantuvo su capacidad y apoyo para más de 130 países en 2019 en un esfuerzo por ampliar las actividades y
lograr mayores repercusiones con medidas rápidas, decisivas, coordinadas e innovadoras por parte de todos y para todos.
Gracias a nuevas inversiones de sus generosos asociados por valor de 1 300 millones de USD en 2019, la FAO seguirá acelerando
los esfuerzos mundiales para mejorar y transformar los sistemas alimentarios y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
A lo largo del año pasado, la FAO hizo grandes progresos con miras a crear asociaciones más sólidas para
la seguridad alimentaria y la nutrición y para proteger las vidas y los medios de subsistencia de los más vulnerables en el mundo.
Con un Marco estratégico armonizado con los ODS, la FAO trabajó en más de 2 740 importantes proyectos e iniciativas
en los planos mundial, regional y nacional, incluidos 1 150 proyectos catalizadores del Programa de cooperación técnica.
A pesar del apoyo continuo y los esfuerzos multilaterales para combatir el hambre en África,
el continente sigue estando lejos de alcanzar el ODS 2 (Hambre Cero) para 2030.
En 2019, la FAO trabajó en África para promover la seguridad alimentaria para todos y asegurar
que las personas tengan un acceso regular y adecuado a alimentos de alta calidad, nutritivos e inocuos,
que les permitan llevar una vida activa y sana. Al unir asociaciones e inversiones, la FAO ayudó a fortalecer
la resiliencia de los sistemas alimentarios y las comunidades rurales vulnerables, mientras realizaba intervenciones
coordinadas de apoyo a las estrategias regionales y nacionales para promover la seguridad alimentaria y la nutrición.
Asia y el Pacífico es una región muy dinámica con un desarrollo alentador y con experiencias
con éxito en las últimas décadas. Sin embargo, entre otros desafíos, hay casi 500 millones de personas subalimentadas en la región hoy en día.
En 2019, las actividades de la FAO en Asia y el Pacífico apoyaron el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles,
atentos a la nutrición y climáticamente inteligentes, y ayudaron a los países a abordar amenazas a la salud complejas
e interconectadas y a aumentar su productividad mediante una mejor gestión de los recursos naturales.
En los últimos años, en Europa y Asia central se han producido cambios estructurales en muchos países con un crecimiento
económico acelerado que han sacado a las poblaciones más vulnerables de la pobreza y reducido significativamente el hambre.
A pesar de ello, desafíos tales como la malnutrición, la desigualdad y la baja producción en la agricultura siguen siendo grandes
amenazas para la seguridad alimentaria y nutricional.
En 2019, el trabajo de la FAO en la región ayudó a los países en su transición hacia economías de mercado más fuertes y, también,
a revitalizar sus sectores rurales y a mejorar la seguridad alimentaria y nutricional mediante el desarrollo de sistemas alimentarios
inclusivos y sostenibles.
* Las referencias a Kosovo se entenderán en el contexto de la Resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La erradicación de la inseguridad alimentaria y la malnutrición son desafíos persistentes en el Cercano Oriente y África del Norte,
que se ven exacerbados por altas tasas de crecimiento demográfico, la creciente urbanización, el bajo crecimiento de la producción
de alimentos y la disminución de la productividad, y la escasez de agua.
En 2019, la FAO trabajó con los países de la región para reducir la inseguridad alimentaria, erradicar el hambre,
aumentar la eficiencia y la productividad del uso del agua en la agricultura y mejorar la resiliencia y
la capacidad de las comunidades vulnerables para hacer frente a perturbaciones y crisis y para recuperarse de ellas.
La FAO también trabajó para promover el empleo rural decente y el crecimiento económico inclusivo en beneficio de los
grupos vulnerables, en particular las mujeres y los jóvenes.
La región de América Latina y el Caribe ha logrado grandes progresos en la reducción del hambre en los últimos 20 años,
con una disminución de 20 millones del número de personas subalimentadas desde el año 2000. A pesar de ello, el 6,5% de
su población padecía hambre en 2018 y actualmente hay 188 millones de personas aquejadas de inseguridad alimentaria moderada o grave.
En 2019, la FAO incrementó su apoyo a los principales acuerdos para la seguridad alimentaria y procesos de políticas en
la región para garantizar el derecho a la alimentación de todos. La FAO promovió el desarrollo productivo y el bienestar
social de los agricultores y su adecuada participación en los sistemas alimentarios y fomentó la transición hacia un desarrollo
inclusivo y sostenible de la agricultura, la pesca y los bosques.