La Municipalidad Metropolitana de Lima crea Consejo de Sistemas Alimentarios de Lima (CONSIAL)

Mejorar los hábitos de consumo vinculados a nutrición, fortalecer la gestión de los mercados de abastos para asegurar el acceso a alimentos nutritivos, seguros e inocuos, y generar una gobernanza participativa a través del enlace entre los principales actores. Estas son las metas por cumplir del Consejo de Sistemas Alimentarios de Lima (CONSIAL), que fue aprobado el pasado 30 de octubre, donde Lima reafirmó su labor en la construcción de un sistema alimentario seguro y sostenible.

Esta plataforma, liderada por la Municipalidad Metropolitana de Lima, compromete a todos los actores de la cadena alimentaria urbana —públicos, privados y de la sociedad civil— a trabajar en la planificación e implementación de políticas públicas que beneficien a productores y consumidores limeños, especialmente a aquellos en situaciones de pobreza y malnutrición.

La creación del CONSIAL supone uno de los principales avances de la Nueva Agenda Urbana de FAO, que busca mejorar la seguridad alimentaria y nutrición de las ciudades y regiones, teniendo en cuenta los cambios en los hábitos de consumo de las poblaciones, así como las actividades de generación de empleos e ingresos para los productores. De esta manera, la capital avanza en su compromiso de desarrollar iniciativas para una alimentación saludable y accesible, con el apoyo técnico de la FAO. Asimismo, se espera que la experiencia de la planificación del Sistema Alimentario Limeño sea compartida como modelo para otras ciudades de la región de América Latina y el Caribe y a nivel global. 

En las últimas décadas, se ha comprobado que Lima cuenta con un sistema alimentario que presenta limitaciones pues los procesos productivos tienen ineficiencias o no están formalizados, los patrones de consumo no están ligados a la nutrición y los actores que participan no cuentan con las capacidades técnicas requeridas para asegurar un correcto manejo de los productos. En ese sentido, CONSIAL surge como una iniciativa esencial para asegurar la seguridad y sostenibilidad del sistema alimentario en una ciudad que congrega a más de 10 millones de habitantes y que tiene desafíos para superar problemas como la obesidad, sobrepeso y anemia.