FAO en Perú

Agricultura e Inclusión Social buscan indicadores comunes para implementar y medir impacto de Escuelas de Campo

21/04/2016

FAO capacita a especialistas y técnicos de AGRORUAL y FONCODES para unificar criterios de implementación de Escuelas de Campo y generar indicadores comunes para evaluar su impacto.

Lima.- Cerca de 50 técnicos y especialistas del sector Agricultura e Inclusión Social se reunieron en Lima para poner en común sus conocimientos sobre las Escuelas de Campos para Agricultores (ECA) y para definir criterios e indicadores comunes que permitan medir el impacto de esta metodología de extensión rural.

El taller fue organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de Desarrollo Productivo Agrario (AGRORURAL). La FAO promovió esta capacitación conjunta en el marco del “Proyecto regional de fortalecimiento de los sistemas de extensión rural para la Agricultura Familiar”, tras reconocer que, en el Perú, tanto AGRORURAL como FONCODES, a través de programas como Sierra Norte, Sierra Selva Alta, Haku Wiñay y Noa Jayatay, están implementando de forma dispersa y no estandarizada esta misma metodología de extensión rural. 

“Hoy día, en toda la región latinoamericana, la extensión rural y la asistencia técnica están bajo la lupa. Es urgente que las iniciativas en este campo se trabajen con enfoques claros, unificados y, sobre todo, que seamos capaces de generar indicadores para una evaluación eficiente. Tenemos que demostrar que estamos logrando resultados, que estamos teniendo impactos reales en la vida de los productores”, alertó John Preissing, Representante de la FAO en el Perú. “Evaluar una ECA implica producir evidencias; y las evidencias son la base de las políticas públicas”, concluyó. 

Durante los tres días de taller, los directores zonales de AGRORURAL y los técnicos de FONCODES revisaron los fundamentos metodológicos de las ECA, repasaron las distintas fases de su implementación y detectaron los principales desafíos de medición que implica esta metodología.

“Uno de los principales retos que tienen los técnicos aquí se refiere a la facilitación. Están todavía muy centrados en la exposición porque han sido formados bajo un esquema de enseñanza formal”, sostuvo Francisco Espinoza, experto en educación de adultos y consultor de la FAO para este taller. “Aunque tanto en AGRORURAL como en FONCODES se utilizan materiales muy didácticos y bastante participación, hay que cambiar el paradigma e incorporar en las ECA ejercicios que permitan hacer y aprender-haciendo, para posteriormente reforzar ciertos conceptos a través de una exposición dialogada”, recomendó.

Espinoza recalcó, también, la necesidad de entender la capacitación como un instrumento para el logro de ciertos fines y no pensar en la ECA como fin en sí mismo. “Falta desarrollar el concepto de medición para la mejora continua de la ECA.  Si bien, este taller avanzó en la generación de indicadores, se va a requerir mayor profundización y algún tiempo de práctica antes de que puedan verse resultados concretos”, dijo.

Por su parte Margarita Mateu, Directora de Desarrollo Agrario de AGRORURAL, destacó la necesidad de perfeccionar la forma en la que ambos sectores implementan esta metodología de asistencia técnica dado que “a partir de las Escuelas de Campo, que no solo promueven la transferencia de tecnología de una manera horizontal sino que revalorizan el conocimiento de nuestros productores, nos acercamos más a las metas de la Estrategia Nacional de Talentos Rurales y de la Estrategia Nacional de Agricultura Familiar”. 

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Loretta Favarato
Comunicadora de FAO Perú
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