FAO en Perú

FAO: “Pensar en el Fenómeno El Niño como una emergencia es una trampa y un error”

22/09/2016

Estudio de la FAO sobre Gestión Resiliente en el Sector Agrario reconoce gestión positiva del sector ante el FEN pero recomienda la superación de barreras institucionales específicas en materia de conceptualización del riesgo, flexibilidad para la ejecución de recursos y articulación con el nivel subnacional.

Lima.- Con el propósito de contribuir a la construcción de un sistema agrario resiliente que responda oportuna y eficazmente a perturbaciones que comprometan su funcionalidad, la FAO y el MINAGRI estudiaron de cerca el proceso de respuesta del sector agrario ante el Fenómeno El Niño (FEN) 2015 – 2016. 

Una gestión resiliente permite a una organización adaptarse y asegurar su supervivencia frente a crisis, amenazas o cambios a partir de ajustes positivos que permiten que una organización no sólo supere un evento negativo, sino que además se fortalezca.

“Efectivamente el MINAGRI ha realizado una buena gestión ante el FEN, gracias al compromiso del equipo encargado de las acciones y al liderazgo de las autoridades. Pero hemos detectado cuellos de botella importantes que pueden comprometer el desempeño del sector ante contingencias o perturbaciones futuras”, aseguró Julio Postigo, Consultor de la FAO a cargo del estudio.

Uno de los principales hallazgos del estudio llama la atención sobre la forma de gestionar los roles de los funcionarios y los presupuestos de las diferentes áreas. “Las organizaciones resilientes, al ser impactadas por una perturbación, no solo tienen la capacidad de responder eficientemente, como lo hizo el MINAGRI, sino que esa respuesta les permite seguir cumpliendo sus funciones naturales” explicó Postigo. Parte del problema que destaca el estudio es que al responder al FEN se distrajeron recursos financieros y humanos para atenderlo y quedaron descuidadas las funciones regulares del MINAGRI, que son las que les dan sentido al Ministerio. “Si estamos atendiendo las emergencias, no tenemos algo que normar. Esto lleva a que el Ministerio sea menos resiliente porque descuida sus funciones y hace que los funcionarios se confundan, porque son enviados a hacer cosas en las que no necesariamente son expertos”, alertó.

Los resultados del análisis llaman la atención, además, sobre otros tres aspectos esenciales: conceptualización del riesgo, flexibilidad para la ejecución de recursos y articulación con el nivel subnacional.

Concebir y reaccionar ante el Fenómeno El Niño

Sobre la forma de entender y planificar acciones de cara al Fenómeno El Niño, el experto de la FAO alertó que se ha abordado el Fenómeno desde la emergencia. Esto –dijo– hace difícil pensar en prevención y reduce la capacidad de planificar. “Esto no solo es una trampa sino un error, ya que la evidencia indica que estos eventos van a ser cada vez más intensos y más continuos: la distancia entre estos se ha acortado, y se están convirtiendo en procesos. Debemos cambiar la manera en la que entendemos los fenómenos extremos, y ver que el cambio climático tiene que ver con un proceso de cambio y no con una eventualidad”, alertó.

Ernesto Ormeño, Director de Gestión de Riesgo del MINAGRI, concordó en que “el sector agrario solo reacciona luego de un evento climático o actúa frente a un pronóstico, pero en realidad se debería mitigar o atenuar los eventos climáticos de forma constante, continua. Deberíamos aprender a convivir con El Niño y todo lo que se haga debería hacerse como práctica permanente, inclusive los presupuestos”.

Sobre la flexibilidad para la ejecución de recursos, precisamente, el estudio llamó la atención sobre el marco normativo, que no es lo suficientemente flexible como para agilizar la reasignación presupuestal y los procesos de compra en momentos de emergencia. Es importante, señala el informe, que el sector cuente permanentemente con un presupuesto fijo para las actividades de prevención siguiendo modelos de gestión similares al del sector transporte, en donde ya se destinan partidas específicas para el mantenimiento de carreteras y otras actividades que se realizan cada año antes del periodo de lluvias.

“Tenemos que cambiar el switch en el Perú para orientarnos a la prevención de riesgo de desastres y se debe estimar por Ley una cantidad suficiente de presupuesto para estas acciones”, aseguró Ormeño.

Gestión resiliente en contextos de descentralización

Por último, en cuanto a la gestión descentralizada, los funcionarios del MINAGRI entrevistados en el estudio aseguran que los gobiernos subnacionales, a pesar de ser advertidos sobre la necesidad de adoptar acciones de prevención, no realizan dichas acciones hasta que el fenómeno es inminente.  Según el estudio, los gobiernos subnacionales resultan ser los actores con los que es más difícil coordinar. Esto no permite insertar en la agenda descentralizada una verdadera gestión de riesgo de desastres y afecta el grado de resiliencia del sector en su conjunto.

“Hemos visto que, por un lado, el encargo de dirigir el proceso recae en el MINAGRI y, a la vez, encontramos que el Ministerio, debido al proceso de descentralización, se ha quedado sin brazos operativos en las regiones. Las acciones terminan siendo implementadas por los proyectos especiales, que se mueven solos y tienen su propio presupuesto, y de nuevo se distrae recurso humano y presupuesto”, asegura el experto de FAO.

Christian Garay Torres, Director General de Seguimiento y Evaluación de Políticas del MINAGRI, está de acuerdo con que “se debe enfocar la gestión resiliente también desde el nivel subnacional, ya que más de dos terceras partes del presupuesto de gestión de riesgos climáticos a nivel nacional es ejecutado por estos niveles de gobierno”.

 

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Loretta Favarato
Comunicadora de FAO Perú
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