FAO en Perú

Rufina Luque: Mujeres del campo, ¡trabajemos!

24/10/2016

Lima. Rufina Layme Luque es productora de quinua y presidenta de la Asociación San Juan de Dios en la provincia de Azángaro. Ella participa de las capacitaciones del Programa Conjunto Granos Andinos (FAO, OIT, UNESCO). 

En esta conversación, Rufina desvela las dificultades de ser mujer en el campo, la necesidad de encontrar un mercado para poder vender más sus productos y su gran dedicación al cultivo de la quinua.

En la pequeña comunidad Wilacunca Vilcapampa que alberga no más de 40 personas, nos esperaba Rufina con dos compañeras suyas. La radio de la comunidad había anunciado nuestra visita. Por costumbre, les ofrecimos panes y una bebida para poder compartir y discutir juntos. El primer trago fue entregado a la Pachamama, la madre tierra. Nos explicó Rufina que la tierra es otro ser vivo, nos da la vida y la producción. Por eso agradecen primero a la tierra. Nos sentamos en círculo al lado de la chacra de Rufina y así empezó nuestra conversación.

¿Es difícil trabajar en el cultivo de la quinua?

Sí, porque ahora trabajamos el terreno manualmente y de manera orgánica. Nosotras pagamos el varón que viene con su tractor. Preparamos el terreno en el mes de mayo hasta la primera semana de septiembre. Después, empezamos a rastrear, y luego ya sembramos. Ahora estamos en octubre, si es que llueve, empezamos a deshierbar en la quincena o a fines de noviembre. Si no llueve, empezamos en diciembre. Hace años que estamos sufriendo por la lluvia. También hemos conocido heladas. Después, tenemos que preparar las camas para la semilla. Tiene que estar 15 días en la casa. Después empezamos a trillar, manualmente. Y eso toma tiempo. Tenemos que estar 4 o 5 personas al día.

Nosotras estamos buscando un mercado para vender la quinua, porque no hay mercado. También necesitamos máquinas para la selección de la semilla. Con la FAO, hemos trabajado y nos han ayudado bien. Antes, estábamos exportando semillas y abono para sustentar algo en el campo. Pero desde el año pasado, bajó la venta de quinua. Estamos vendiendo pero poco. Vendemos 10 kg a 15 kg. Solo cuando salimos, vendemos más. Hace algunos años, nos hemos hecho conocer en Arequipa, y hemos vendido la quinua hasta 200 kg. Hoy, necesitamos un mercado más cerca de nuestra comunidad.

¿Desde cuando preside su Asociación?

Nuestra Asociación empezó en el 2004. Yo empecé como presidenta en el 2012, y en diciembre de este año cumplo mi función. Como presidenta, tengo que ir a las capacitaciones, ser activa; en todo tengo que estar para informar a nuestros socios. Siempre me ha gustado ser activa así.

La Asociación San Juan de Dios cuenta con 16 socios. Son 3 varones y 13 mujeres. Hacemos dos reuniones al mes en el caserío de la comunidad. Prácticamente nosotras hablamos de lo que vamos a hacer en nuestra chacra, cómo vamos a cultivar la quinua, cuándo vamos a sembrar, cuándo viene el tractor, desde qué fecha empezamos. Hablamos, y las que van a las capacitaciones informamos a los socios.

¿Cuáles son las dificultades que encuentran las mujeres en el campo?

Las mujeres ganamos menos y los varones ganan más. Cobran más porque tienen más fuerza. Los varones trabajan rápido, son ágiles.

Rufina vive con su esposo y es madre de cuatro hijos. Nos cuenta que solo ha estudiado hasta la escuela primaria. Por eso, trabaja mucho para poder ofrecer más educación a sus hijos.

Las mujeres madres somos las que sufrimos más. Porque tenemos que dar a nuestros hijos de comer, de estudiar, pasajes cuando estudian lejos, necesitamos plata y por eso necesitamos un mercado para vender nuestra quinua.

¿Ha visto un cambio con las capacitaciones recibidas por el Programa Conjunto Granos Andinos?

Sí hemos cambiado. Antes no sembrábamos en surco, pero gracias a la capacitación de la FAO, nos han capacitado para sembrar la quinua en surco (hendidura alargada, técnica agrícola). Hemos cambiado la experiencia. Queremos aprender más. Necesitamos que nos enseñen más. Queremos aprovechar más las capacitaciones que nos dan. Vender semillas es el gran beneficio del proyecto.

¿Qué aspiraciones tiene con sus compañeras para el futuro?

Ahora estamos pensando en organizarnos más y después comprometernos para hacer un centro de acopio de la quinua en la comunidad. Estamos levantando una pequeña acta para la comunidad; a ver si podemos organizarnos con cualquier institución para recibir apoyo y enseñar a nuestros hijos en este centro de acopio. Después, necesitamos más personas que nos podrían apoyar, para formar una empresa, y trabajar juntos con nuestros hijos. 

¿Le gustaría dejar un mensaje a sus compañeras mujeres rurales del Perú?

¡Trabajemos! Hay que triunfar en la vida, trabajando, manteniendo a nuestros hijos, siempre preparándoles. A todas las mamas del Perú, deben dar la quinua a sus hijos. Jugo de quinua, masa moja de quinua, su chaufa de quinua, galletas de quinua, quinua pelada... No podemos despreciar la quinua. Debemos trabajar con más orgullo. Salimos con la quinua en la mañana y en la tarde siempre pensando en nuestra quinua, trabajando con orgullo.

Asociación de palabra

Mujer: En quechua decimos “Warmi” que significa “trabajadora”

Educación: Yachay, significa “saber”. Si quedamos en nuestras casas, no sabemos nada.