Las legumbres, un tipo de cultivo leguminoso, son especies vegetales de la familia Leguminosae que producen semillas comestibles usadas para el consumo humano y animal.

Sólo las leguminosas cosechadas para obtener la semilla seca se clasifican como legumbres. Las especies que se utilizan como hortalizas (por ej. guisantes verdes, frijoles verdes), para la extracción de aceite (por ej. soja, maní) y con fines de siembra (por ej. trébol, alfalfa) no se consideran legumbres.^[1]

[1] FAO 1994. Definition and classification of commodities: 4. Pulses and derived products. (Accessed 22/10/2015). www.fao.org/es/faodef/fdef04e.htm

Algunos de los tipos de legumbres más consumidas incluyen leguminosas de semilla seca como frijoles, frijoles blancos (Phaseolus vulgaris L.), habas (Vicia faba L.), garbanzos (Cicer arietinum), guisantes o arvejas (Pisum sativum ), frijol mungo (Vigna radiata L.) caupí, frijoles de carete [Vigna unguiculata (L.) Walp.], y diversas variedades de lentejas (Lens culinaris Medik.). También hay muchas especies menos conocidas de legumbres como altramuces (Lupinus albus L., Lupinus mutabilis Sweet) y guisante de tierra (bámbara) [Vigna subterranea L. (Verdc.)].

Aunque el número exacto puede resultar desconocido, puede calcularse que existen cientos de variedades de legumbres, incluyendo muchas variedades locales que no se exportan o cultivan en todo el mundo. Por ejemplo, el Instituto Internacional de Investigación de Cultivos para las Zonas Tropicales Semiáridas (ICRISAT) informó de que 66 y 77 variedades de cultivos de guandul (guisante de paloma) [Cajanus cajan (L.) Huth] y garbanzos, respectivamente, se han difundido en diferentes países.^[1]

[1] ICRISAT 2015. Crops. (Accessed 26/10/2015). www.icrisat.org.

Las legumbres son importantes por diversas razones. Comer legumbres regularmente puede ayudar a mejorar la salud y la nutrición de las personas debido a su alto contenido de proteínas y minerales. Incluir legumbres en sistemas de cultivo intercalado y/o usarlas como cultivos de cobertura mejora la fertilidad del suelo ^[1] y reduce la dependencia de los fertilizantes químicos al fijar el nitrógeno y liberar el fósforo, contribuyendo así a un sistema de producción más sostenible.^[2] Las legumbres son también importantes para mantener y maximizar la producción en la rotación de cultivos entre legumbres y cereales. En estas rotaciones, el rendimiento de los cereales y la concentración de proteína cruda puede aumentarse debido al nitrógeno residual aportado por el cultivo previo de legumbres.^[3],[4],[5] Sin embargo, no hay datos e información suficiente sobre la contribución real de legumbres a la seguridad alimentaria y la nutrición de los hogares. Esta importante cuestión debería documentarse y explorarse mejor durante el Año Internacional de las Legumbres.

[1] Clark, A. 2007. Managing cover crops profitably. Sustainable Agriculture Network (SAN), Beltsville, USA.

[2] Bohlool, BB; Ladha, JK; Garrity, DP; George, T. 1992. Biological nitrogen fixation for sustainable agriculture: A perspective. Plant and Soil 141:1–11.

[3] Howieson, JG; O’Hara, GW; Carr, SJ. Changing roles of legumes in Mediterranean agriculture: developments from an Australian perspective. Field Crop Research 65:107–122.

[4] Wright, AT. 1990. Yield effect of pulses on subsequent cereal crops in the northern prairies. Canadian Journal of Plant Sciences 70:1023–1032.

[5] Gan, YT; Miller, PR; McConkey; Zentner, RP; Stevenson, FC; McDonald, CL. 2003. Influence of diverse cropping systems on durum wheat yield and protein in the semiarid Northern Great Plains. Agronomy Journal 95:245–252.

Las legumbres son ricas en nutrientes, y son una fantástica fuente de proteínas, que es particularmente importante para la salud humana. Las legumbres se componen de aproximadamente un 20-25 por ciento de su peso en proteína, que es el doble del contenido de proteína del trigo y el triple que el del arroz. Cuando se come junto con cereales, la calidad de la proteína en la dieta se ve significativamente mejorada y se forma una proteína completa.

Las legumbres tienen un bajo contenido en grasa y contienen cero colesterol. Su índice glucémico (un indicador del efecto sobre el azúcar en la sangre) también es bajo, y son una fuente importante de fibra en la dieta. Puesto que no contienen gluten, son un alimento ideal para las personas celíacas. Además, las legumbres son ricas en minerales (hierro *, magnesio, potasio, fósforo, zinc) y vitaminas del grupo B (tiamina, riboflavina, niacina, B6 y ácido fólico), todas los cuales juegan un papel vital en la salud.

_{* El cuerpo humano aprovecha mejor el hierro procedente de los alimentos de origen animal que el de las legumbres. Para mejorar la disponibilidad de hierro en las legumbres, se recomienda combinarlas con fuentes de vitamina C, como por ejemplo los cítricos.}

Las legumbres son parte importante de una dieta saludable por su elevado contenido en proteínas, fibra y otros nutrientes esenciales. Su alto contenido de hierro y zinc las hacen especialmente beneficiosas para las mujeres y niños con riesgo de anemia. Las legumbres también contienen compuestos bioactivos que muestran alguna evidencia de ayudar a combatir el cáncer, diabetes y las enfermedades del corazón.^[1] Algunas investigaciones indican que comerlas regularmente puede ayudar también a controlar y combatir la obesidad.^[2]

[1] http://grainlegumes.cgiar.org/why-grain-legumes-matter/improving-nutrition-and-health/
[2] http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22916815

Las legumbres son semillas secas y se pueden almacenar durante largos períodos de tiempo sin perder su valor nutritivo, lo que otorga flexibilidad y una mayor disponibilidad de alimentos entre cosechas. Puesto que pueden utilizarse para el autoconsumo o como cultivos comerciales, los agricultores que cultivan legumbres tienen la opción de comer o vender su cosecha. Además, algunas legumbres –como el guandú y los guisantes de tierra– pueden cultivarse en suelos muy pobres y ambientes semiáridos donde no pueden crecer otros cultivos. Los residuos de los cultivos de leguminosas de grano también pueden utilizarse potencialmente como forraje animal, y la mayor concentración de proteína de estos residuos, mejora la salud animal. Sin embargo, hay escasos datos cuantitativos sobre la relación entre las legumbres y la seguridad alimentaria: es necesario continuar investigando para comprobar todo el potencial de las legumbres en la mejora de la seguridad alimentaria.

Un atributo importante de legumbres es su capacidad de fijar el nitrógeno biológicamente. Estas plantas, en simbiosis con ciertos tipos de bacterias (por ej. Rhizobium, Bradyrhizobium), son capaces de convertir el nitrógeno atmosférico en compuestos de nitrógeno que pueden ser utilizados por las plantas en crecimiento, mejorando en consecuencia la fertilidad del suelo.^[1] Se ha calculado que las leguminosas pueden fijar entre 72 y 350 kg de nitrógeno por hectárea y año.^[2] Además, algunas especies de legumbres son capaces de liberar fósforo en el suelo, que también juega un papel importante en la nutrición de las plantas.^[3] Estas dos características son especialmente importantes para los sistemas de producción agrícola de bajos insumos y los principios agroecológicos, ya que permite reducir sustancialmente el uso de fertilizantes. Al mismo tiempo, las rotaciones que incluyen cultivos leguminosos permiten continuar la producción futura en la misma parcela de tierra. Las legumbres en los sistemas de cultivo intercalado no sólo permiten una mayor eficiencia de utilización del agua subterránea debido a la estructura de sus raíces, sino que también pueden reducir el uso de plaguicidas, y las legumbres de enraizamiento profundo –como el guandú– pueden suministrar agua subterránea a las especies intercaladas. El uso de legumbres indígenas –como el guisante de tierra (bambara) – podría contribuir a mejorar la seguridad alimentaria, ya que se adaptan a los sistemas de producción y consumo locales. Por último, es importante señalar que las legumbres son muy versátiles y se pueden utilizar en diferentes sistemas de producción agrícola como rotaciones, cultivos intercalados, en alternancia, etc y por supuesto como cultivo de cobertura.^{[4],[5],[6],[7]}

[1] Nulik, J; Dalgliesh, N; Cox, K.; and Gabb, S. 2013. Integrating herbaceous legumes into crop and livestock systems in eastern Indonesia. Australian Centre for International Agricultural Research (ACIAR), Canberra, Australia.
[2] Frame, J. 2005. Forage legumes for temperate grasslands. Science Publishers, Inc., Enfield, USA and Food and Agriculture Organization of the United Nations, Rome, Italy.
^[3] Rose, TJ; Hardiputra, B; Rengel, Z. 2010. Wheat, canola and grain legume access to soil phosphorus fractions differs in soils with contrasting phosphorus dynamics. Plant and Soil 326: 159–170.
[4] Li, L; Sun, J; Zhang, F; Guo, T; Bao, X; Smith, FA; Smith, SE. 2006. Root distribution and interactions between intercropped species. Ecosystem Ecology 147:280–290.
[5] Hauggaard-Nielsen, H; Jørnsgaard, B;Kinane, J; Jensen, RS. 2008. Grain legume-cereal intercropping: The practical application of diversity, competition and facilitation in arable and organic cropping systems. Renewable Agriculture and Food Systems 23:3–12.
[6] Sekiya, N; Yano, K. 2004. Do pigeon pea and sesbania supply groundwater to intercropped maize through hydraulic lift? – Hydrogen stable isotope investigation of xylem waters. Field Crop Research 86:167–173.
[7] Williams, JT. 1993. Pulses and Vegetables. Underutilized Crop Series. Chapman & Hall, London, England.

Además de sus propiedades de liberar fósforo y fijar nitrógeno –al igual que otras leguminosas–, las legumbres ayudan a aumentar la materia orgánica y la biomasa y la actividad microbiana (por ej. bacterias, hongos) en el suelo. También mejoran la estructura del suelo y la capacidad de retención de agua, ayudando a la vez a reducir la erosión eólica e hídrica.^[1],[2]

[1] http://www.agriculture.gov.sk.ca/Default.aspx?DN=4b50acd7-fb26-49a9-a31c-829f38598d7e

[2] Biederbeck, VO; Zentner, RP; Campbell, CA. 2005. Soil microbial populations and activities as influenced by legume green fallow in a semiarid climate. Soil Biology and Biochemetry 37:1775–1784.

Las especies de legumbres tienen una amplia diversidad genética de la que se pueden seleccionar o desarrollar variedades mejoradas: un atributo que es particularmente importante para la adaptación al cambio climático debido a que de esta amplia diversidad pueden obtenerse más variedades resistentes al clima. Por ejemplo, los científicos del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) trabajan actualmente en el desarrollo de legumbres que deberían ser capaces de crecer a temperaturas superiores a la “zona de confort” normal del cultivo. Dado que los expertos del clima sugieren que el estrés por calor será la mayor amenaza para la producción de frijol en las próximas décadas, estas variedades mejoradas de legumbres serán de vital importancia, especialmente para los sistemas de producción agrícola de bajos insumos.^[1]

Las legumbres ayudan a mitigar el cambio climático al reducir la dependencia de los fertilizantes sintéticos. La fabricación de estos fertilizantes conlleva un consumo intensivo de energía y emite gases de efecto invernadero a la atmósfera, por lo tanto su uso excesivo es perjudicial para el medio ambiente. Muchas legumbres promueven a menudo mayores tasas de acumulación de carbono en el suelo que los cereales o pastos.^[2]

[1] Russel, N. 2015. Beans that can beat the heat. International Center for Tropical Agriculture (CIAT), Cali, Colombia.

[2] Jensen, ES; Peoples, MB; Boddey, RM; Gresshoff, PM; Hauggaard-Nielsen, H; Alves, BJR; Morrison MJ. 2012. Legumes for mitigation of climate change and the provision of feedstock for biofuels and biorefineries. A review. Agronomy for Sustainable Development 32:329–364.

Además de ofrecer un suministro de alimentos de larga conservación, los cultivos leguminosos pueden aportar ingresos adicionales a los productores al venderse y comercializarse. Las legumbres son cultivos de alto valor, que por lo general alcanzan precios 2-3 veces más altos que los cereales.^[1] El procesamiento de las legumbres a nivel local puede también ofrecer oportunidades adicionales de empleo en las zonas rurales.

[1] http://grainlegumes.cgiar.org/why-grain-legumes-matter/reducing-rural-poverty/

[Translate to Español:] En 2013, la India era el mayor importador mundial de legumbres, y Canadá el mayor exportador. Los pronósticos oficiales indican que Canadá continuará como principal exportador mundial en 2014, exportando 6,2 millones de toneladas de legumbres (principalmente guisantes), seguido de Australia (1,7 millones de toneladas), Myanmar (1,2 millones de toneladas), Estados Unidos (1,1 millones de toneladas) y China (800 000 toneladas), siendo la India un destino principal en todos los casos, con más de una cuarta parte del total de las importaciones de legumbres mundiales, seguida por la Unión Europea, China, Pakistán y Egipto.

[Translate to Español:] La producción de legumbres está muy concentrada. La India, donde las legumbres son una fuente importante de proteínas para una población mayoritariamente vegetariana, es el mayor productor mundial de legumbres, con una cuarta parte de la producción mundial en 2013. En conjunto, los cinco principales países productores representaron el 51 por ciento de la producción mundial en 2013. No obstante, los países que ocupan los cinco primeros puestos han cambiado de forma significativa en los últimos 20 años. Si bien la India ha mantenido su estatus a través del tiempo, los otros cuatro países son muy diferentes a los que había en 1992.

Sin embargo, el consumo de legumbres, en términos per cápita, ha registrado un descenso lento pero constante en los países desarrollados y en desarrollo, pasando de 7,6kg/persona/ año en 1970, a 6,1kg/persona/año en 2006. El Cercano Oriente/África del Norte es la única región donde el consumo per cápita de legumbres se ha incrementado, pasando de 6,2 kg/ persona/año a 7,1kg/persona/año durante el mismo período de tiempo. Según la FAO, estas tendencias no reflejan tan solo el cambio de los hábitos alimentarios y preferencias de los consumidores, sino también la incapacidad de la producción nacional para mantener el ritmo del crecimiento demográfico en muchos países.

En conjunto, el comercio internacional de legumbres ha crecido rápidamente, mucho más rápido que la producción. Por ejemplo, una tasa de crecimiento anual del 3,3 % entre 1990 y 2012 ha significado que las exportaciones totales de legumbres se han más que duplicado, de 6,6 a 13,4 millones de toneladas. Como resultado, el porcentaje de la producción de legumbres que se comercializa aumentó del 11 al 18 por ciento durante ese período. El valor de las exportaciones de legumbres ha crecido aún más rápido, en especial en los últimos años, pasando de 2 500 millones de USD en 1990 a cerca de 9 500 millones de USD en 2012.

En el futuro, es previsible que el comercio internacional de legumbres continúe creciendo. Los obstáculos al crecimiento de la producción y la productividad en las regiones en desarrollo pueden no superarse con facilidad y, como consecuencia, será muy probable que la producción de legumbres vaya por detrás de la demanda. Por ello se espera que muchos países en desarrollo continúen dependiendo de las importaciones para satisfacer sus necesidades.