FAO en República Dominicana

Gobierno y organismos internacionales debaten sobre migración, seguridad alimentaria y desarrollo rural

16/10/2017

Santo Domingo. - ¿Es posible cambiar el futuro de la migración invirtiendo en seguridad alimentaria y desarrollo rural? Esta es una de las interrogantes que fueron debatidas en el desayuno conversatorio organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

El evento que se celebró este lunes 16 de octubre, con motivo del Día Mundial de la Alimentación, constó de varios paneles en los cuales especialistas del área analizaron aspectos relativos a la seguridad alimentaria, la nutrición, la migración y el desarrollo rural.

La FAO plantea que el objetivo mundial de alcanzar el Hambre Cero en 2030 no puede lograrse sin tomar en cuenta las conexiones entre la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y la migración, tema al que hizo referencia Carmelo Gallardo, Representante de la FAO en el país, en el primer panel del conversatorio.

La FAO considera que el desarrollo rural puede abordar factores determinantes ante el desafío migratorio, creando oportunidades de negocio y empleo, contribuyendo a su vez a una mayor seguridad alimentaria, medios de vida más resilientes, un mejor acceso a la protección social, una reducción de los conflictos sobre los recursos naturales y soluciones a la degradación del medio ambiente y al cambio climático.

El panel contó con la participación de los ministerios de Agricultura, de la Presidencia, Economía, Planificación y Desarrollo y fue moderado por Rosajilda Vélez, Directora General de la Unidad de Estudios de Políticas Económicas y Sociales del Caribe del MEPyD.

Las palabras de apertura estuvieron a cargo de los representantes de la FAO y OIM, Carmelo Gallardo y Jorge Bacca, respectivamente; así como de Ismael Cruz, viceministro Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura y Alejandra Liriano, viceministra de la Presidencia.

Flor Rojas, directora del Instituto Nacional de Migración, conversó sobre “Migración y desarrollo en República Dominicana: una mirada desde las zonas rurales”, analizando el proceso de urbanización de la República Dominicana, que pasó de ser un país mayoritariamente rural hace medio siglo, a tener casi el 80% de su población viviendo en ciudades.

El tercer panelista, Pedro Juan del Rosario, investigador del IDIAF, se refirió al desafío migratorio en la zona fronteriza y a la necesidad de invertir en el desarrollo rural para aprovechar el potencial de la migración para apoyar el desarrollo y aumentar la resiliencia de las comunidades de acogida y desplazadas, con miras a un crecimiento inclusivo y sostenible.

El cuarto panelista fue el señor Josué Gastelbondo, Jefe de Operaciones de OIM, quien habló sobre la migración y el desarrollo rural en regiones de abastecimiento alimentario para las ciudades: estrategias e instrumento del Fondo Internacional de Garantías para dominicanos en el Exterior FIG-DOMEX.

La actividad conmemorativa contó con el testimonio de jóvenes rurales de la zona fronteriza entre República Dominicana y Haití, quienes explicaron por qué decidieron dedicarse a la producción agrícola en sus comunidades vez de emigrar hacia las zonas urbanas.

 

Día Mundial de la Alimentación

“Cambiar el futuro de la migración: Invertir en seguridad alimentaria y desarrollo rural” es el lema escogido este año por la FAO para celebrar el Día Mundial de la Alimentación que conmemora cada 16 de octubre la fecha de la fundación de la organización en el 1945.

Escoger el tema de la migración es una forma de atraer la atención de la ciudadanía y los líderes mundiales ante una situación que representa un desafío global, debido a que muchos migrantes llegan a las zonas urbanas o a países en desarrollo, donde deben competir por recursos de por si escasos, creando tensiones y conflictos.

La FAO explica que las motivaciones y los impactos de la migración están íntimamente vinculados a los objetivos globales de la FAO en su lucha contra el hambre y el alcance de la seguridad alimentaria, reduciendo la pobreza rural y promoviendo el uso sostenible de los recursos.

La creación de condiciones que permitan a las poblaciones rurales, especialmente a los jóvenes, permanecer en sus hogares cuando sientan que es seguro hacerlo y tener medios de vida más resilientes, es un componente crucial de cualquier plan para emprender el desafío migratorio.

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