Derecho a la alimentación

Las políticas de adaptación al cambio climático son clave para el derecho a la alimentación

News - 26.09.2019

Roma, 26 de septiembre de 2019- El cambio climático no solo se encuentra entre las principales causas del incremento del hambre en el mundo, sino que también tiene profundas consecuencias en los medios de vida de las personas y su capacidad para disfrutar de su derecho a una alimentación adecuada. Dado el considerable impacto del cambio climático en la realización de este importante derecho humano, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha comenzado recientemente a intensificar su trabajo en este nexo.

Más específicamente, investiga la interacción entre las políticas de adaptación al cambio climático y el derecho a la alimentación. Aunque en pocas ocasiones se ha estudiado conjuntamente este vínculo, ha estado contemplado en distintos instrumentos. De hecho, un objetivo general de las Directrices sobre el derecho a la alimentación es crear un entorno económico, social, político y cultural para capacitar a las personas a disfrutar de su derecho a alimentarse con dignidad y libertad de manera sostenible.

"Como instrumento global que ofrece recomendaciones políticas, las Directrices han llamado desde su adopción en 2004 a redefinir la formulación de políticas con el fin de abordar eficazmente las vulnerabilidades en el núcleo de la inseguridad alimentaria y la nutrición", señaló Juan Carlos García y Cebolla, Líder del Equipo de Derecho a la Alimentación de la FAO.

Los expertos pretenden que esta perspectiva se considere un elemento clave en la elaboración de medidas de adaptación a nivel nacional, de modo que los avances políticos aborden con mayor coherencia el cambio climático y el hambre, dos de los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). También buscan integrar un enfoque basado en los derechos humanos en los procesos de políticas para garantizar que nadie se quede atrás, especialmente los grupos vulnerables y marginados.

En estos días, la FAO desarrolla un marco analítico para guiar estudios que se llevarán a cabo en América Central y África Occidental posteriormente. Dadas las numerosas sinergias, así como el impulso actual en torno a estos temas, expertos e instituciones de diferentes áreas colaborarán entre sí.

Natalia Winder Rossi, Oficial de Protección Social de la FAO, subraya que los pobres extremos, quienes suelen vivir en las zonas expuestas a mayores riesgos, están menos equipados para protegerse contra los peligros climáticos y recuperarse rápidamente de los choques. “La FAO apoya el desarrollo de sistemas de protección social ante riesgos que pueden mitigar los impactos negativos de los choques por cambio climático, apoyar a los agricultores más pobres a adoptar prácticas más sostenibles, al tiempo que promover la inversión en prevención y acción temprana a través de protección social”, afirmó. Así, en todas las regiones, la protección social se ha convertido en un "componente crítico" de las estrategias de reducción de la pobreza y resiliencia.

Acción urgente para enfrentar el desafío del cambio climático.

A pesar de las numerosas promesas y los esfuerzos considerables para erradicar el hambre a lo largo de los años, los avances hasta la fecha no responden a los objetivos de la Agenda 2030. Según el Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019, hay más de 820 millones de personas hambrientas. El impacto negativo del cambio climático en los medios de vida de las personas seguirá aumentando a menos que se tomen medidas drásticas para cambiar los sistemas alimentarios de manera sostenible.

EL informe especial sobre Cambio Climático Tierra, elaborado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) y publicado el pasado octubre, señala que es necesario crear condiciones propicias para la adaptación a través de políticas, mercados, instituciones y gobernanza. La presión sobre la producción de alimentos afectará su disponibilidad e interrumpirá los medios de vida de las comunidades, especialmente de los más vulnerables, alejando a las personas y al planeta de un futuro sostenible y resiliente.

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