Empleo rural decente

Pesca y acuicultura

La pesca y la acuicultura constituyen los medios de vida de cerca de 820 millones de personas en el mundo. No obstante, resulta complejo estimar cuántos empleos generan estas actividades a nivel global dado el elevado número de actividades de precosecha, cosecha y postcosecha asociadas a este sector. Los empleos van desde la producción y la venta de insumos (embarcaciones, artes de pesca, cebo, etc.) hasta la piscicultura y cosecha, el procesamiento, la comercialización y la distribución de peces. Las operaciones de pesca y acuicultura pueden ser informales y de pequeña escala, pero también pueden ser muy organizadas y de carácter industrial.

Las comunidades de pescadores habitualmente se ubican en zonas rurales y tienen acceso limitado a información de mercados e infraestructura. Con frecuencia es posible constatar que se registran grandes pérdidas postcosecha de volúmenes ya reducidos como resultado de manejo y procesamiento inadecuados, falta de instalaciones adecuadas para almacenamiento y tecnologías de distribución. Como consecuencia de ello, muchos pequeños pescadores y piscicultores son pobres y suelen depender de mano de obra familiar no remunerada, incluida la de mujeres y en ocasiones niños. Además, enfrentan diversos obstáculos para elevar su productividad y nivel de ingresos, incluido el acceso limitado a crédito, conocimiento e insumos. Tanto los pescadores que trabajan en pequeñas operaciones como los que laboran para grandes empresas están expuestos a riesgos ocupacionales.

Por otra parte, el sector de la pesca y la acuicultura se caracteriza por una alta prevalencia de modalidades de trabajo informal, subempleo, empleo temporal y estacional. La protección de los derechos laborales es frágil e incluso cuando existe una normativa, pocas veces se cumple. Restricciones en la organización de la mayoría de los trabajadores de pesca en sindicatos, asociaciones y cooperativas también impide su influencia en decisiones relativas a acceso y uso de recursos de pesca. Por último, prácticas como la pesca ilegal, no declarada, no reglamentada y el uso de banderas de conveniencia se encuentran estrechamente vinculadas al abuso laboral, incluida la explotación de trabajadores migrantes pobres.


La función de la FAO:

Promover el trabajo decente en pesca y acuicultura constituye una importante estrategia que puede redundar en una gestión más eficaz y responsable de la pesca y la acuicultura y, al mismo tiempo, puede mejorar los medios de vida y la seguridad alimentaria. Por otra parte, mejores condiciones laborales en la pesca y la acuicultura pueden optimizar las respuestas a las demandas del mercado y generar mayores oportunidades de negocios a través de las exportaciones y el acceso a mercados. La Iniciativa de la FAO sobre el crecimiento azul reconoce la importancia de garantizar que los trabajos actuales y futuros de este sector correspondan a empleo decente, lo que a su vez asegurará una gestión sostenible de recursos marinos y de agua dulce y aportará al desarrollo social y económico global. La FAO aúna esfuerzos con gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y otros organismos de las Naciones Unidas para garantizar la disponibilidad de trabajos, incluidos empleos alternativos, y para mejorar las condiciones laborales en toda la cadena de valor de la pesca, desde la captura a los mercados.