Claire Chenu: ‘Mira más de cerca la tierra que pisan tus pies’

Claire Chenu habla con autoridad y convicción cuando se trata de los suelos. Jefa del consejo científico de programa nacional de investigación sobre suelos de Francia, y profesora de ciencias del suelo en la escuela AgroParisTech, es Embajadora Especial del Año Internacional de los Suelos 2015. En esta entrevista alza la voz a favor de los suelos de nuestro planeta, antes de que sea demasiado tarde. 

¿De dónde viene tu interés por los suelos?

¡Porque todos dependemos de los suelos! Tal vez no lo sepamos, pero los suelos son esenciales para atender nuestras necesidades de alimentos, fibras, agua y muchas otras más. Personalmente, los suelos me interesan porqué tienen vida. Se considera que los suelos son la última frontera en términos de biodiversidad de la Tierra. A primera vista, el suelo es marrón y no tiene un aspecto muy llamativo, pero, examinándolo más de cerca, tiene de hecho una arquitectura muy compleja, con poros, agujeros y canales. Es un mundo tridimensional en el que existe una muy amplia variedad de organismos. No todos están activos, pero muchos sobreviven esperando las condiciones favorables.

¿Es algo que debemos cuidar?

Una de las lecciones más importantes que he aprendido, y que sigue sorprendiéndome, es cómo son los suelos multifuncionales. A un nivel básico, los suelos son el soporte en el que crecen las plantas y que nosotros necesitamos para producir alimentos, energía y fibras. Pero, ellos también desempeñan un grande papel en el ciclo del agua y son muy importantes para la regulación de la cantidad y la calidad de la misma. Además, los suelos son el lugar donde eliminamos nuestros desechos. Muchos de los antibióticos de que disponemos provienen de bacterias y hongos que fueron aislados en los suelos.

¿Qué desea lograr como Embajadora Especial del Año Internacional de los Suelos?

Considero que la seguridad de los suelos es una de las más importantes cuestiones mundiales, junto con la seguridad alimentaria, la seguridad hídrica, la seguridad energética ,el mantenimiento de la biodiversidad y el cambio climático. Todas están cuestiones están estrechamente relacionadas entre sí, pero la seguridad de los suelos no está recibiendo la misma atención que algunas de las otras cuestiones y es hora que esto cambie. Estamos vinculados a los suelos en muchos aspectos de nuestras vidas diarias. Mi objetivo no es informar a los científicos del suelo, sino a las personas que normalmente no prestan atención a los suelos: partes interesadas, responsables de la toma de decisiones y ciudadanos.

Ha mencionado que la seguridad de los suelos está relacionada con otras cuestiones mundiales ¿De qué manera?

Un buen ejemplo sería el cambio climático. Creo que en este momento a todos nos preocupa el cambio climático, pero no todos sabemos que el suelo contienen el mayor reservorio de carbono terrestre. El suelo almacena casi tres veces más carbono que la atmósfera. Por tanto, pequeños cambios en el carbono del suelo pueden repercutir de manera importante en la cantidad de CO2 en la atmósfera. Un manejo adecuado de los suelos puede limitar el aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera e incluso reducirla. Es un asunto de interés en las noticias; muchos países van a abordarlo en la próxima COP21 en diciembre. La cuestión mundial más importante en la que influyen los suelos es la seguridad alimentaria

¿De qué forma influyen exactamente los suelos a la seguridad alimentaria? 

Una cosa que realmente me sorprendió en una reciente debate internacional fue cuando una participante dijo que los suelos eran una de las pocas riquezas que tenían en su país. Como carecen de costosos equipos agrícolas y grandes explotaciones ganaderas, su capital principal son los suelos que utilizan para producir alimentos. Creo que esto resume realmente cuán importantes son los suelos para nuestra seguridad alimentaria futura. Los suelos son el soporte en el que crecen las plantas; proporcionan agua y nutrientes para su crecimiento y representan la base para una producción agrícola saludable.

¿Cuál es el estado de los suelos del mundo en la actualidad?

El estado mundial de los suelos es bastante aterrador. Lamentablemente, alrededor de un tercio de los suelos mundiales están degradados debido a amenazas como la erosión, la contaminación, la compactación, la pérdida de materia orgánica o la desertificación. Esto es especialmente negativo, porque los suelos son un recurso limitado. Sólo el 22 por ciento de la superficie de las tierras emergidas es adecuada para la agricultura, ya sea porque las pendientes son demasiado pronunciadas, hace demasiado frío, son desiertos, el suelo es demasiado fino o están debajo del agua.

¿Qué es lo que más perjudica a los suelos hoy?

La erosión es el problema más importante que afrontamos a escala mundial, y tiene consecuencias dramáticas. Cuando los suelos se ven afectados por la erosión, la capa del suelo que deja el terreno es la capa superior, que es la más rica en materia orgánica. La erosión se asocia con la pérdida de materia orgánica, que produce pérdida de fertilidad, y esto se relaciona directamente con la capacidad de crecimiento de las plantas y de producción de alimentos.

¿Se pueden restaurar los suelos? 

La limitada tierra que es adecuada para la producción de alimentos se ha degradado y reducido considerablemente durante los últimos 50 años, y el proceso continúa. La prioridad es detener la degradación del suelo. Debemos actuar en ambas direcciones: reducir la degradación de suelo y promover la restauración del mismo. Existen los conocimientos científicos para elaborar estrategias de restauración.

Las ciudades del mundo siguen extendiéndose, cubriendo los suelos ¿Que se puede hacer?

En la mayoría de los países, las ciudades se construyeron en lugares donde la tierra era fértil y la agricultura próspera. Hoy, las ciudades se están expandiendo sobre los mejores suelos. Actualmente, la ordenación territorial se basa en la consideración muy simple de lo que es práctico en términos de infraestructura. No se presta ninguna atención a la calidad del suelo y su capacidad de desempeñar diferentes funciones. Sería un gran adelanto si la calidad del suelo se tuviera en cuenta en la ordenación de tierras. Un ejemplo muy simple: construir en tierras contaminadas podría ser más razonable en muchas zonas. Los planificadores territoriales necesitan entender mejor las funciones del suelo. Una mejor caracterización de la calidad del suelo promovería la ordenación sostenible de las tierras.

¿Cuáles son los desafíos para Europa Oriental y Asia Central?

En Europa Oriental, los problemas de contaminación son enormes debido a la historia de la industria. Lo mismo que en Europa Occidental, porque la gente no era consciente de los compuestos químicos utilizados en las actividades industriales. Limitar la contaminación actual y rehabilitar los lugares contaminados son cuestiones importantes. Hoy, se observan intentos por descontaminar los suelos y rehabilitarlos. También en Asia Central, en algunas zonas existe preocupación por la desertificación y erosión atribuibles al empobrecimiento y degradación generales de los suelos. Hay una pérdida de materia orgánica y actividad biológica y, por tanto, una pérdida de estructura del suelo y una mayor sensibilidad a la erosión eólica o hídrica.

La desertificación de las zonas semiáridas es muy importante, al igual que la salinización, en especial cuando los suelos se riegan con agua de mala calidad.

¿En que consistiría una buena gestión de los suelos?

A menudo, las personas perciben los suelos de manera muy diferente. Los planificadores territoriales los consideran como la superficie en la que se puede o no se puede construir. Los agricultores los consideran el soporte en el que crecen las pantas, y las personas interesadas por la calidad de agua los ven como tampones. Pero, si manejamos los suelos teniendo en cuenta una sola función, los degradamos más fácilmente y les impedimos cumplir las demás funciones. Por ejemplo, si sometes los suelos a una serie muy intensa de prácticas agrícolas, quizá no puedas utilizarlos para manejar la biodiversidad o para almacenar el carbono o reducir los gases de efecto invernadero. De ahí que es importante, como primera medida, promover el conocimiento de la multifuncionalidad de los suelos. El buen manejo de los suelos que conserva sus múltiples funciones y que, en especial, abastece de alimentos pasa por la conservación o mejora de su contenido de materia orgánica y de su actividad biológica.

¿Qué pueden hacer las personas en su vidas cotidianas para cambiar las cosas?

Hasta quienes no son agricultores ni trabajan directamente con los suelos pueden hacer algo: tener conciencia e informar a los demás. Podemos evitar utilizar plaguicidas en nuestros propios jardines, reciclar nuestros desechos y usar compost, prestar atención al modo en que se han producido nuestros alimentos (con prácticas perjudiciales para los suelos o no), tratar de comprar productos locales para reducir nuestro uso indirecto de suelos que vienen del otro extremo del planeta. En el caso de que participemos en nuestra comunidad, en las decisiones relativas a dónde construir y dónde reciclar, hay que ser conscientes y asegurarse de que se tengan en cuenta los suelos. Desde luego, no estamos trabajando en la misma escala que los agricultores y los ordenadores de tierras, pero toda acción cuenta.

28 de septiembre de 2015, Budapest, Hungría

28/09/2015

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