Portal de Suelos de la FAO

El Manejo de Suelos de Arcillas Expandibles

Vertisol oscuro, con grietas anchas, Nicaragua

En los suelos de arcillas expandibles ocurren problemas específicos con el manejo del agua y suelo, el laboreo, los sistemas de cultivo y el manejo de nutrientes. Se categorizan bajo la orden Vertisol y subgrupos verticos. Son típicos en zonas (sub)tropicales con estaciones secas pronunciadas. En las zonas tropicales semiáridas el manejo del agua y del suelo son factores importantes  para su manejo. El mal drenaje interno y la conductividad hidráulica extremamente lenta llevan a condiciones de encharcamiento y a su vez retardo en la plantación. Sus propiedades de consistencia extrema permiten el laboreo apenas durante un corto plazo de régimen de humedad del suelo ya que se tornan pegajosos con humedad  y duros en secos. El laboreo en condiciones húmedas puede resultar en que el suelo se pegue y forme terrones grandes. Las grietas anchas y profundas durante la estación seca permiten que el agua de la lluvia descienda libremente entre las grietas. Los suelos sostenidos en sistemas con altos insumos, aunque contengan un alto contenido de propiedades químicas, sufren de baja fertilidad produciendo deficiencias en N, P y micronutrientes.  

La presencia de arcillas expandibles forman  microrelieves de gilgai dando una forma irregular en la superficie del suelo. Puede causar severos daños en la infraestructura y edificios que se hayan construido sobre los suelos.

Aparte de la necesidad de captar la mayor cantidad de agua de lluvia posible, es necesario prevenir daños en los cultivos causados por encharcamiento del suelo una vez que las grietas se hayan cerrado y la tasa de infiltración se haya disminuido,  mediante la instalación de un drenaje superficial adecuado. Un método tradicional y antiguo que se puede aplicar es la cama levantada  donde se laborea el suelo de tal forma que se voltea hacia el interior y el centro. Se han utilizado con gran éxito en muchas zonas de África.

En zonas muy secas el laboreo contribuye con un aumento de la captación del agua en el suelo y  minimizar las pérdidas de agua por escorrentía y evaporación. Por lo contrario se utilizan  las zanjas y los surcos para otro fin. Las zanjas tienen la función de desviar el agua, por veces está formada con una largura apta que se convierte en un método de captación de agua para conducirla a los surcos, donde se encuentra el cultivo. Para impedir el movimiento del agua en el surco las zanjas se pueden ‘‘atar’’ a intervalos con un corte transversal y en épocas muy lluviosas las zanjas se desatan.

Los sistemas de cultivo son aspectos fundamentales para el manejo de las arcillas expandibles. El sistema ICRISAT  donde se implementa el laboreo post cosecha seguido de la preparación del semillero y siembra a seco ha logrado éxito en zonas con lluvias impredecibles. El manejo adecuado y el momento de las prácticas de cultivo son determinantes cruciales para el manejo de las arcillas pesadas.