ROMA, 19 de noviembre de 2002 -- En
abril de 2002 terminaron más de 20 años de guerra civil
en Angola. Al hacer el inventario, el panorama era sombrío: las
tasas de malnutrición eran elevadas, había millones de personas
desplazadas, la producción agrícola había disminuido
drásticamente y era necesario reconstruir todo el sector
agrícola. Pero había llegado la paz y, afortunadamente, también
la ayuda.
"La cobertura de la
prensa en el proceso de paz había colocado a Angola en el mapa y
en la atención de los donantes", explica Fernanda
Guerrieri, Jefe del Sistema de Operaciones de Emergencia de la
FAO. Los gobiernos de Italia, Japón y Estados Unidos
respondieron a la solicitud de fondos para restablecer la
agricultura de Angola, presentada en el llamamiento
interinstitucional unificado de las Naciones Unidas de 2002. De
los 6,8 millones de dólares EE.UU. solicitados,
llegaron 5,1 millones. Los fondos y el cese del fuego
permitieron que la FAO interviniera en la totalidad del
territorio de Angola.
"La guerra
nos había impedido anteriormente llegar a muchas zonas del país
-explica Guerrieri-. Pero en 2002 hemos podido llevar semillas y
aperos a los campesinos de algunas de las zonas más alejadas de
Angola". La ayuda les llegó oportunamente a los
agricultores para la temporada de siembra de septiembre y
octubre. En conjunto, más de 300 000 familias recibieron aperos,
semillas de hortalizas y de otros productos alimentarios, como
maíz, porotos y sorgo.
La distribución de
miles de toneladas de semillas no hubiera sido posible sin la
colaboración de las ONG asociadas, como CARE, Caritas, World
Vision International y muchas otras. "Su labor fue
extraordinaria en la distribución de los aperos y las semillas a
los campesinos más vulnerables de todo el país",
explica Guerrieri.
Además, la FAO y sus
asociados están realizando un proyecto de tenencia de la tierra,
para facilitar el reasentamiento y la reinserción de las
personas desplazadas. Hay otro proyecto para fortalecer la
capacidad de Angola de producir sus propias semillas de buena
calidad. "No había en el país semillas de buena
calidad, así que se han elegido campesinos de nueve provincias y
les hemos capacitado para producir semillas de calidad. A
continuación compramos parte de su producción para distribuirla
a otros campesinos necesitados", explica Guerrieri.
De los 21 países incluidos en el
llamamiento de 2002, Angola fue uno de los pocos que recibió
casi la totalidad de la cantidad pedida para el sector agrícola.
Guerrieri afirma: "Ha sido un buen año para Angola.
Primero, se alcanzó la paz, y después los donantes apoyaron los
proyectos agrícolas necesarios presentados en el
llamamiento".
El año que viene
será decisivo para la consolidación de la paz y la prosperidad
en Angola, país incluido en el llamamiento unificado de 2003. En
general, los organismos de las Naciones Unidas y las ONG están
pidiendo 386 millones de dólares EE.UU. para
166 proyectos. El elemento agrícola, cuya
responsabilidad compete a la FAO, asciende a
12,7 millones de dólares EE.UU. y se concentrará en la
coordinación de operaciones agrícolas de urgencia, en la
distribución de semillas y aperos, en facilitar el acceso de los
repatriados a las tierras, en promocionar la cría de animales
pequeños y en la creación de capacidad local para la producción
de semillas, así como en la nutrición familiar.