Alimentación y agricultura sostenibles

La FAO ha elaborado marcos intersectoriales y marcos adaptados a sectores específicos. Con el tiempo, estos marcos han evolucionado para adaptarse a los cambios en el contexto mundial y a la creciente base de conocimientos. También los comités técnicos de la FAO (COAG, COFO y COFI) mejoran y ajustan los marcos de sostenibilidad sectoriales bajo la orientación de sus Secretarias en los departamentos pertinentes. Los marcos de sostenibilidad de la FAO complementan los enfoques de la Organización sobre las diferentes dimensiones de la sostenibilidad, entre ellas las dimensiones económica, social y medioambiental.

Marcos y enfoques

Agricultura climáticamente inteligente

La agricultura climáticamente inteligente es un enfoque integrador destinado a hacer frente a los retos interrelacionados de la seguridad alimentaria y el cambio climático. Tiene tres objetivos: 1) aumento sostenible de la productividad agrícola para financiar el aumento equitativo de los ingresos agrícolas, la seguridad alimentaria y el desarrollo; 2) adaptación y fortalecimiento de la resilencia de los sistemas agrícolas y de seguridad alimentaria al cambio climático en varios niveles, y 3) reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a la agricultura (cultivos, ganadería y pesca).

 

Afrontar la escasez de agua

El programa de la FAO para afrontar la escasez de agua es compatible con los programas ONU-Agua. Este enfoque programático de la gestión del agua agrícola tiene como objetivo aumentar la productividad agropecuaria y promover el uso sostenible de los recursos hídricos en la agricultura a través de la mejora de su gobernanza, gestión, desarrollo y conservación. En su programa sobre el agua, la FAO aplica los principios de la gestión integrada de los recursos hídricos al sector agropecuario.

 

Enfoque ecosistémico de la pesca (EEP)

El Comité de Pesca (COFI) de la FAO ha adoptado el enfoque ecosistémico de la pesca (EEP) como el medio adecuado y práctico para la aplicación plena del Código de Conducta para la Pesca Responsable. El EEP es un proceso de planificación de la gestión basada en los riesgos que abarca los principios del desarrollo sostenible, incluidos los elementos humanos y sociales de la sostenibilidad, y no solo los componentes ecológicos y ambientales.

 

Enfoque ecosistémico de la acuicultura (EEA)

El enfoque ecosistémico de la acuicultura (EEA) se propone equilibrar los diferentes objetivos sociales, teniendo en cuenta los conocimientos e incertidumbres sobre los componentes bióticos, abióticos y humanos de los ecosistemas, tales como sus interacciones, flujos y procesos, y aplicando un enfoque integrado dentro de los límites significativos desde los puntos de vista ecológico y operacional.

 

Programa marco sobre adaptación al cambio climático - FAO-Adapt

FAO-Adapt es un programa marco para toda la organización lanzado en junio de 2013. Proporciona orientación general, introduce principios, así como temas y actividades prioritarias, y presta apoyo a la ejecución de las actividades multidisciplinares de la FAO en materia de adaptación al cambio climático.

 

Código de Conducta Responsable para la Pesca Responsable (CCPR)

El Código de Conducta para la Pesca Responsable fue elaborado por la FAO tras una solicitud de la Conferencia Internacional sobre la Pesca Responsable (Cancún, México, 1992) a fin de reforzar el marco jurídico internacional para mejorar la conservación, gestión y explotación y producción sostenibles de los recursos acuáticos vivos. El CCPR se dirige a todas las partes interesadas de las industrias de la pesca y la acuicultura.

 

Ahorrar para crecer: intensificación sostenible de la producción de cultivos

En 2011, la FAO lanzó el modelo Ahorrar para crecer como un nuevo paradigma para la producción intensiva de cultivos que permita mejorar la productividad y la sostenibilidad. El modelo Ahorrar para crecer propugna una Revolución Verde “más verde” a través de un enfoque ecosistémico basado en la contribución de la naturaleza al crecimiento de los cultivos, como la materia orgánica, la regulación de los flujos de agua, la polinización y la lucha biológica contra las plagas de insectos y las  enfermedades.

 

Segundo Plan de acción mundial para los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura

El Segundo Plan de acción mundial para los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura es un marco estratégico para la conservación y el uso sostenible de la diversidad genética de las plantas de la que depende la alimentación y la agricultura. Preparado bajo los auspicios de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura, el Plan fue aprobado por el Consejo de la FAO en su 143º período de sesiones en noviembre de 2011.

 

Estados de los recursos genéticos en el mundo

Los estados de los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura en el mundo evalúan el estado de dichos recursos en los diferentes sectores de la agricultura, así como su utilización, los factores que contribuyen a su erosión, y los retos y oportunidades relacionados con su conservación y utilización sostenible para contribuir a la seguridad alimentaria y la nutrición. Se preparan mediante procesos participativos impulsados por los países.

 

Gestión forestal sostenible

Debido a la amplia diversidad de tipos, condiciones y contextos socioeconómicos de los bosques en el mundo, no se puede dar una definición de gestión forestal sostenible que no sea muy general. Sin embargo, la gestión forestal sostenible se puede considerar como la utilización y conservación sostenibles de los bosques con el objetivo de mantener y reforzar los múltiples valores de los bosques a través de las intervenciones humanas. Dado que el objetivo de la gestión forestal sostenible es contribuir de manera permanente a las diversas necesidades de las sociedades, las personas ocupan un lugar central en ella.

 

Gestión sostenible de la tierra (GST)

La GST se puede definir como "el uso de los recursos de la tierra, incluyendo suelos, agua, animales y plantas, para la producción de bienes para cubrir las necesidades humanas que cambian, mientras simultáneamente se asegura el potencial productivo a largo plazo de estos recursos y el mantenimiento de sus funciones medioambientales” (Cumbre para la Tierra de las Naciones Unidas, 1992).

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