Conjunto de Herramientas para la Gestión Forestal Sostenible (GFS)

Restauración y gestión del ecosistema de manglares

Este módulo ofrece orientaciones a las personas interesadas en la conservación, restauración y gestión del ecosistema de manglares. Presenta una visión holística, equilibrando las funciones de la amplia variedad de bienes y servicios suministrados por los manglares, desde mariscos y carbón vegetal hasta la retención del sedimento y la atenuación de las mareas de tempestad. Los manglares crecen a lo largo de las costas, pero su influencia se extiende a menudo tanto tierra adentro como mar adentro.

Tipos de ecosistemas

Es difícil establecer parámetros generales sobre los ecosistemas de manglares debido a las muchas condiciones geomorfológicas e hidrológicas bajo las cuales se desarrollan y a las variadas historias de perturbaciones naturales e inducidas por el hombre. Los manglares que crecen en llanuras aluviales de ríos ricos en sedimento tienden a ser extensivos y productivos. En el otro extremo hay manglares que se desarrollan en los residuos de coral, donde las olas arrastran continuamente los sedimentos finos. Los sistemas de manglares se pueden clasificar, por ejemplo, si están dominados por las especies Avicennia u otras especies de la familia de las Rhizophoraceae (p.ej., Rhizophora en la América tropical y Rhizophora, Bruguiera y Ceriops en el Asia tropical). Hay muchos sistemas de clasificación de los ecosistemas de manglares que ofrecen apreciaciones útiles para su manejo y restauración.

Pérdida de ecosistemas

Pérdida de ecosistemas

El ritmo de pérdida de los ecosistemas de manglares ha disminuido en los últimos 10 años alrededor de dos por ciento por año, aunque este ritmo es mucho más alto en algunos países, principalmente en Asia[4]. Sin embargo, el ritmo promedio mundial sigue siendo alarmante, aunque se hayan logrado avances significativos en algunos países por medio de la restauración.

La destrucción de los manglares es ocasionada principalmente por el cultivo de camarones (“acuicultura”), o el rellenado de tierras para proveer espacio para asentamientos humanos, agricultura e infraestructura (p.ej., aeropuertos). Hoy día, los manglares están siendo convertidos a la acuicultura en un ritmo sólo levemente inferior del que se observaba hace algunas décadas, a pesar de la enorme evidencia actual de que la viabilidad financiera a largo plazo de estas tierras es considerablemente baja. Las propuestas para ulteriores conversiones de los manglares para cualquier otro propósito se deberían analizar pormenorizadamente, y se deberían prevenir los raleos ilegales, además de penalizarlos apropiadamente. Los estanques acuícolas abandonados, comunes en muchos lugares tropicales, a menudo están disponibles para la restauración; pero los esfuerzos de restauración podrían estar frustrados debido a que los suelos se han degradado y los flujos de agua se han interrumpido. Es preferible evitar el raleo de los manglares para cualquier finalidad, en vez de una rehabilitación dispendiosa más tarde. Los manglares también se están degradando debido a la sobreexplotación de recursos; la magnitud de dicha degradación se ha medido con menor precisión, pero es probable que sea enorme.

[4] Bankespoor, Dasgupt y Lange (2016).

Gestión de usos múltiples

Gestión de usos múltiples

Las áreas costeras están habitadas por diferentes tipos de personas que van desde comunidades empobrecidas y aisladas geográficamente hasta urbanidades ricas; y los valores atribuidos a los ecosistemas de manglares y a sus paisajes marinos y terrestres son, por consiguiente, ampliamente variados. Si bien el aprovechamiento maderero es importante tanto para la subsistencia como para la generación de ingresos, la mayoría de las poblaciones que dependen de los manglares busca sus ingresos principalmente de la pesca y actividades conexas. Algunas especies de peces que son importantes para la pesca comercial, de subsistencia y deportiva, completan la mayoría de su ciclo de vida en los manglares; y muchas otras usan los manglares durante los estadios larvales o juveniles.

Las poblaciones locales extraen diferentes tipos de crustáceos y moluscos que viven en los suelos de los manglares para subsistencia y venta. Incluso la pesca aparentemente demasiado alejada de los manglares (p.ej., la que se basa en especies características de los arrecifes de coral y praderas submarinas) se beneficia de la mejor calidad del agua proporcionada por los servicios de retención de sedimentos de ecosistemas de manglares sanos. Hay una enorme evidencia de que los ecosistemas integrados forestería-pesca-acuicultura ofrecen sólidas alternativas más factibles desde el punto de vista económico y ecológico que el raleo de los manglares para la acuicultura. Sin embargo, la justificación de los esfuerzos de protección y restauración de los manglares, y su uso sostenible, deberían incluir consideraciones sobre la amplia gama de bienes y servicios ecosistémicos que ofrecen a los beneficiarios, que van desde los usuarios para la subsistencia hasta los ecoturistas. 

Función de escudo biológico

Función de escudo biológico

Dado que más de un tercio de la población mundial vive en las zonas costeras, la protección que ofrecen los manglares frente a mareas de tempestad, maremotos y vientos es fundamental y lo será mucho más aún en función de las proyecciones de tormentas con mayor intensidad debidas al cambio climático, a la par del aumento del nivel del mar. Los beneficios de escudo biológico ofrecidos por los manglares pueden ser sustanciales; varían con lo ancho del bosque además de la densidad y la altura de sus árboles y de acuerdo con las características topográficas, batimétricas, de las olas y de los vientos. En comparación con los enfoques de ingeniería estructural, comúnmente empleados para la protección de las comunidades costeras, por ejemplo, la construcción de rompeolas submareales y malecones, el mantenimiento y la restauración de los manglares en general son más económicos y duraderos; además, los manglares sanos ofrecen muchos otros bienes y servicios ecosistémicos de lo que dichos enfoques de ingeniera estructural podrían.

El costo de la restauración de los manglares, para que funjan de escudos biológicos contra las olas, es 2–6 veces inferior al costo de la construcción de rompeolas submarinos, alternativa bastante común[5]. La protección de los manglares intactos de la deforestación y de la degradación es incluso un enfoque más rentable que la protección de las áreas costeras de baja altitud, donde los asentamientos humanos a menudo se expanden rápidamente. La función de protección de las zonas costeras de los manglares está creciendo a la par del aumento del nivel del mar; sin embargo, cerca de un cuarto de todos los manglares está amenazado por dicho aumento[6].  Algunos ecosistemas de manglares podrían estar hambrientos de sedimentos debido al aumento del nivel del mar; mientras otros podrían estar imposibilitados de “migrar” a terrenos apropiados en función de la infraestructura topográfica o humana.

[5] Narayan et al. (2016).

[6] Alongi (2008).

Balance del carbono

Balance del carbono

Los ecosistemas de manglares están entre los ecosistemas más productivos del mundo, y contienen enormes cantidades de carbono en su biomasa y suelos, calculadas en 1 028 MgCO2-e por ha (hasta un metro de profundidad en el subsuelo). Este almacenamiento del carbono, además del rápido ritmo de absorción del carbono por los mangles, se debería tomar en cuenta en las decisiones sobre la protección, aprovechamiento y gestión de los manglares. Las emisiones de carbono debidas al elevado ritmo de destrucción de los manglares se calculan en 0,25 PgCO2 por año, lo que significa un valor total anual de emisiones mayor que el de España. El costo económico marginal del daño al medioambiente mundial se calcula en 41 USD por MgCO2 emitidos en la atmósfera; de tal forma, al detener la destrucción de los manglares se ahorrarían alrededor de 9 800 millones de USD al año en todo el mundo. 

Tratamiento de las aguas residuales

Tratamiento de las aguas residuales

La habilidad que tienen los manglares para retener sedimentos y absorber nutrientes los vuelve asequibles para el tratamiento de las aguas residuales orgánicas, sin embargo, también bioacumulan metales pesados, que pueden producir daños en sus tejidos y podrían ocasionar disrupciones en los componentes superiores de la cadena de alimentación. Las aguas residuales de estanques de cultivo de camarones intensivamente manejados pueden ser saneadas eficazmente por los ecosistemas de manglares; se calcula, sin embargo, que se requieren 2–22 ha de bosques de manglares para biofiltrar los desperdicios generados por una ha de estanques de cultivo de camarones[7].

[7] Walters et al. (2008).

Planificación participativa para la gestión sostenible de los ecosistemas de manglares

Planificación participativa para la gestión sostenible de los ecosistemas de manglares

Los múltiples usos de los manglares (que van desde el turismo y pesca deportiva a la protección contra la erosión costera y daños por tormentas, hasta la explotación comercial de madera y de pescado) sugieren que un enfoque eficaz podría ser la zonificación para la gestión de los ecosistemas a nivel de paisaje. El éxito de un enfoque de zonificación requiere la participación de una amplia gama de partes interesadas y su adherencia a los principios del consentimiento libre, previo e informado para garantizar que la gestión no ponga en desventaja a las poblaciones marginadas. Otro beneficio de un enfoque inclusivo es que los usuarios de los manglares tienen mucho conocimiento local y tradicional que, combinado con la investigación científica, puede ayudar a restaurar y a manejar los ecosistemas de manglares. Las zonas de protección de los bosques protegidos son especialmente importantes a lo largo de los cursos de agua y en áreas que probablemente se verían afectadas por tormentas, erosión y sequías. Los manglares aledaños a las áreas densamente pobladas se deberían reservar para fines recreativos y educativos (y para suministrar servicios ecosistémicos y realizar las funciones de protección) al igual que los manglares en condiciones relativamente prístinas. 

Restauración

Restauración

Las intervenciones de restauración de los ecosistemas de manglares tienen diferentes intensidades. En la parte inferior del espectro, la cesación del aprovechamiento y de otras presiones en un manglar podría producir su regeneración natural; en la parte más intensa, los esfuerzos de restauración podrían incluir la reconfiguración hidrológica para el flujo del agua y el depósito de sedimentos, seguida por la siembra a mano de las plántulas criadas en los viveros. El costo de las intervenciones varía en consecuencia, de unos 200 USD/ha a más de 200 000 USD/ha.

La principal razón del fracaso de los proyectos de restauración del manglar es la combinación inadecuada de especies arbóreas con las condiciones hidrológicas (p.ej., frecuencia e intensidad de inundaciones por marea). Es fundamental una evaluación minuciosa de las intervenciones potenciales de restauración antes de su implementación; esto podría incluir la consideración de los elementos florales (p.ej., población de árboles y selección de especies), reclutamiento de fauna, funciones ecosistémicas (p.ej., secuestro de carbono) y potencial para uso sostenible. Los cangrejos y moluscos herbívoros generalmente son sensibles a la degradación del ecosistema y, por tanto, son buenos indicadores del éxito de la restauración. Se pueden evitar muchos problemas solicitando los servicios de las poblaciones locales en todas las fases de gestión del manglar: su conocimiento y experiencia pueden contribuir enormemente al éxito de las intervenciones.

Anteriormente, las metas de restauración del manglar típicamente habían sido la producción maderera y la estabilización de las costas, sin embargo, se están propagando y piloteando más enfoques holísticos que favorecen múltiples usos para un gran número de comunidades. Hoy día se sabe bastante sobre como plantar y cuidar un bosque de manglares, sin embargo, errores costosos siguen sucediendo cuando los gestores no logran aprender de experiencias precedentes. Más aún, un excesivo enfoque sobre el crecimiento de los mangles podría producir plantaciones arbóreas en vez de ecosistemas de manglares funcionales capaces de suministrar hábitats para cangrejos, moluscos, peces y otros organismos, de los cuales dependen muchas de las poblaciones locales. Por suerte, incluso los monocultivos de árboles se desarrollan ultimadamente en ecosistemas relativamente diversos, si se evitan raleos de grandes proporciones u otras formas intensivas de aprovechamiento.

Prácticas silvícolas

Prácticas silvícolas

El raleo intensivo de los manglares para carbón vegetal y otros productos forestales se sigue manteniendo, a menudo con aprobación gubernamental, porque desde el punto de vista financiero es más remunerativo para los cultivadores que la extracción selectiva o el tratamiento por cortas uniformes. Los impactos ambientales del raleo intensivo se pueden reducir dejando franjas de protección a lo largo de los cauces, restringiendo cortas a tala rasa a pequeños manchones y replantando las áreas cuando falla la regeneración natural. Sin embargo, incluso en las áreas mejor manejadas, el rendimiento –de madera y moluscos y crustáceos comestibles– disminuye con cada raleo sucesivo y se reduce la biodiversidad. Además, los canales a menudo cavados para facilitar la extracción maderera pueden tener impactos hidrológicos a largo plazo. Antes de aprobar el aprovechamiento intensivo, las autoridades deberían considerar otras opciones silvícolas y la amplia gama de servicios ecosistémicos suministrados por los manglares. 

Siembra de mangles

Siembra de mangles

Si se considera que un ecosistema de manglares no se regenerará naturalmente después del aprovechamiento, debido a la falta de semillas locales u otros propágulos, se podrían requerir intervenciones para restablecer el bosque. Hay muchas opciones disponibles que varían en costos y probabilidades de éxito. Si las especies locales pertenecen a la familia de las Rhizophoraceae que producen propágulos alargados y flotantes, un enfoque es recolectar dichos propágulos en las áreas adyacentes e insertarlos en el sedimento; a menudo esta es una técnica de éxito si las condiciones hidrológicas (p.ej., la profundidad de las inundaciones marinas y el ritmo del flujo del agua) son favorables y las plántulas no son dañadas por residuos madereros que se podrían mover con las mareas. Cuando la temporada de disponibilidad de propágulos es menor que la temporada de siembra, los propágulos se pueden plantar en bolsas o tubos, cuidarlos en los viveros y luego trasplantarlos en el momento adecuado. Las plántulas de viveros se utilizan a menudo para la restauración del manglar, especialmente de aquellas especies con plántulas pequeñas, criptovivíparas (p.ej., las especies Avicennia) y las especies propagadas por semillas (Sonneratia). Cuando las plantas de vivero, bien cuidadas, se siembran adecuadamente, pueden tener altos índices de supervivencia y crecer bien. Sin embargo, el costo de este enfoque podría ser alto, debido a que las operaciones de viveros pueden ser caras y los trabajadores no pueden acarrear más que pocas plántulas a la vez.  

Malezas, plagas y especies exóticas

Malezas, plagas y especies exóticas

En algunos lugares, los esfuerzos de gestión y restauración del manglar se ven frustrados por la presencia de malezas autóctonas o especies exóticas invasoras que se podrían introducir accidental o deliberadamente para fines de acuicultura o de forestería.  Los helechos gigantes del mangle (esp. Acrostichum), por ejemplo, pueden proliferar en las áreas raleadas y competir con los mangles plantados o regenerados naturalmente. La palma de mangle, Nypa fruticans, una especie originaria del Sudeste Asiático, donde es bastante utilizada por las poblaciones locales, es un invasor agresivo en África occidental donde su uso es menos apreciado. Asimismo, la introducción de especies exóticas, como la tilapia africana, ha causado problemas en los ecosistemas de manglares en Asia y América del Sur. 

Tenencia

Tenencia

Los manglares están siempre sujetos a ambigüedad jurisdiccional porque crecen al margen tanto de la tierra como del mar y producen recursos marítimos y terrestres. Las responsabilidades superpuestas sobre los ecosistemas de manglares pueden producir mala gestión, conflictos por la gestión y menosprecio de las funciones para el ecosistema y las necesidades de algunas partes interesadas. La tendencia histórica de ubicar a los manglares en la jurisdicción de los departamentos forestales (que probablemente favorecen indebidamente la producción maderera) está cambiando y, hoy día, hay una mayor colaboración y esfuerzos entre las agencias para incluir a las partes interesadas locales en los procesos de toma de decisiones. En el pasado, muchos proyectos de desarrollo de manglares habían procedido a pesar de las protestas de los propietarios tradicionales, cuyas reivindicaciones consuetudinarias no eran reconocidas por el Estado. Hoy día, muchos países están realizando esfuerzos para afrontar estas reivindicaciones consuetudinarias. 

Disponibilidad de la información

Disponibilidad de la información

El acceso a la información sobre la ecología y gestión de los manglares está aumentando como resultado de servicios como el Sistema de información y base de datos mundial sobre manglares (GLOMIS), creado y administrado por la Secretaría de la Sociedad internacional de ecosistemas de manglares (ISME) en Japón con apoyo de centros regionales en Brasil, Fiji, Ghana e India. La iniciativa Manglares para el futuro también funciona como mecanismo de información sobre los manglares. El portal de  ecosistemas costeros tropicales es una excelente fuente de mapas, listado de especies y descripciones de los manglares. La creciente disponibilidad de imágenes satelitales de alta resolución (p.ej., Landsat y SPOT), radares de apertura sintética y la penetración de la cubierta forestal basada en la información láser (p.ej. airborne LIDAR), está facilitando el monitoreo, restauración y protección de los manglares.