Conjunto de Herramientas para la Gestión Forestal Sostenible (GFS)

Uso de aguas residuales tratadas en las actividades forestales y agroforestales en las tierras secas

Los cambios mundiales en la frecuencia y la cantidad de precipitaciones están aumentando los efectos de las sequías en las regiones áridas, y cabe prever que aumentarán aún más ante el cambio climático. En entornos con escasez de agua, el uso de aguas residuales puede ser una opción para regar algunos cultivos agrícolas y forestales, contribuyendo a la conservación de agua dulce. El objetivo de este módulo es informar sobre el uso inocuo de aguas residuales en sistemas forestales y agroforestales en zonas secas y degradadas, así como sobre la reforestación en zonas áridas utilizando aguas residuales tratadas.

Uso de aguas residuales tratadas en las actividades forestales y agroforestales en las tierras secas contribuye a los ODS:

Los bosques y los árboles desperdigados en las tierras secas proporcionan una amplia variedad de servicios, como el mejoramiento del suelo y su protección frente a la erosión y la desertificación. Además, pueden complementar los ingresos de los agricultores al ser fuentes de combustible de madera, productos a base de fibras y forraje. Los árboles proporcionan además sombra al ganado y, si se plantan en cortinas protectoras, protegen los cultivos agrícolas reduciendo la evapotranspiración y actuando de rompe vientos.

Los árboles necesitan la humedad del suelo para crecer, y suelen considerarse competidores de los cultivos agrícolas. Sin embargo, con sus amplios sistemas radicales, pueden absorber el agua de la parte más profunda del perfil del suelo, ocupando de algún modo diferentes nichos ambientales que los de los cultivos agrícolas anuales. Además, la calidad y la cantidad del agua que muchos árboles necesitan para sobrevivir y crecer son menores que la de los cultivos agrícolas.

En numerosas regiones de todo el mundo, la eliminación de las aguas residuales producidas por la industria, la agricultura y los asentamientos urbanos plantea problemas considerables. En función de su origen, las aguas residuales pueden contener agentes patógenos perjudiciales para la salud de las personas, como lombrices intestinales, bacterias y virus, así como sales, metales pesados y sustancias venenosas.

Según la base de datos Aquastat de la FAO, sólo se recicla el 52 por ciento de las aguas residuales municipales producidas a nivel mundial. En muchos países en desarrollo no se dispone de sistemas adecuados para tratar las aguas residuales, y no existen redes de alcantarillado ni plantas de tratamiento de las aguas residuales. En consecuencia, una gran cantidad de aguas residuales sin tratar se vierten a los ríos, mares o, después de dispersarse en la tierra, a las aguas subterráneas, lo cual provoca contaminación, la salinidad del suelo y una disminución de la calidad del agua. En los países con un abastecimiento de agua dulce limitado y sin gestión de los efluentes, el riesgo de contaminar los suelos y las aguas subterráneas y dañar la producción agrícola y forestal es muy alto. Por el contrario, el tratamiento eficaz de las aguas residuales puede transformar una posible amenaza ambiental en una fuente importante de agua adicional reduciendo, al mismo tiempo, la contaminación y mejorando el reciclaje de nutrientes. Las aguas residuales tratadas pueden utilizarse para incrementar la producción de madera, biomasa y alimentos.

Para reducir al mínimo o eliminar la necesidad de bombeo (y, por tanto, disminuir el costo energético), las aguas residuales tratadas deberían utilizarse inmediatamente aguas abajo desde el lugar de tratamiento de  las aguas en el que se virtieron. Por lo tanto, el uso de aguas residuales tratadas en las actividades forestales y agroforestales debería integrarse en las zonas urbanas y periurbanas, ya que puede contribuir al reverdecimiento del territorio y ayudar a los agricultores locales en la producción de bienes y servicios ambientales.

Se pueden establecer bosques plantados y regados con aguas residuales para la producción de madera, madera para pasta o combustible de madera o bien con fines ambientales (por ejemplo, la protección del suelo), o se pueden integrar con la agricultura a fin de producir madera, proporcionar sombra y forraje para los animales y proteger los cultivos de los daños causados por los vientos. No todas las especies y los cultivos arbóreos se pueden regar con aguas residuales, y debe tenerse especial cuidado al plantar árboles para la producción de fruta.

Un tratamiento eficaz de las aguas residuales es fundamental para el mantenimiento de un nivel elevado de salud pública. Las aguas residuales sin tratar no deben ser nunca vertidas al ambiente, y, especialmente en las tierras secas, el uso inocuo de las aguas residuales tratadas es aconsejable desde un punto de vista ecológico. El riego con aguas residuales tratadas puede ser caro debido a los costes que conllevan el establecimiento y mantenimiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales y la energía necesaria para el tratamiento. No obstante, es probable que el costo de producir aguas residuales adecuadas para el riego se vea más que compensado por los beneficios para la salud pública y el medio ambiente y por el incremento de la productividad de las tierras regadas derivados de la eliminación de vertidos de agua contaminada al ambiente.