COMITÉ DE AGRICULTURA

15º período de sesiones

Roma, 25-29 de enero de 1998, Sala Roja

VIGILANCIA DE LOS RECURSOS DE TIERRA Y AGUA DULCE:
CALIDAD Y UTILIZACIÓN

Tema 6 del programa provisional

Indice


RESUMEN

La Cumbre Mundial sobre la Alimentación subrayó la función fundamental que desempeña la tierra y el agua en la producción de alimentos, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible. Pidió que se atribuyera la máxima prioridad a los programas destinados a resolver los diversos problemas relacionados con la tierra y el agua con que se enfrentan muchas regiones y países y que afectan a la producción de alimentos y a la sostenibilidad de la base de recursos.

En este documento se examinan las principales cuestiones relacionadas con la calidad de las tierras y el agua y su uso en la agricultura y se presentan las actividades y los programas de la FAO relacionados con la vigilancia respecto de las tierras y el agua. Se subraya también la urgente necesidad de mejorar la evaluación y vigilancia del estado, aprovechamiento y degradación de los recursos de tierras y agua a nivel local, nacional y mundial. La FAO cuenta con una ventaja comparativa y tiene una función específica que desempeñar en la vigilancia de las tendencias respecto de los recursos de tierras y agua y espera que se asegure la necesaria coherencia de los datos y se facilite la información correspondiente a sus Miembros y a la comunidad internacional.


Se pide orientación sobre las cuestiones y propuestas que se indican a continuación que tienen consecuencias directas en las actividades actuales y futuras de la FAO en este sector:

Se invita al Comité de Agricultura a que examine estas cuestiones y elabore perspectivas nacionales y regionales para orientar las nuevas actividades de la FAO. Se solicita la orientación del COAG en particular sobre la prioridad y curso de acción preferido para atender los compromisos originados en el ámbito del sistema de las Naciones Unidas que están sujetos a una presentación de informes al Secretario General de las Naciones Unidas.

I. TENDENCIAS EN EL APROVECHAMIENTO DE LAS TIERRAS Y EL AGUA

1. Dadas las tendencias demográficas de los países en desarrollo y sus niveles de producción de alimentos per cápita todavía bajos, seguirán necesitándose constantes y crecientes suministros de alimentos. La FAO necesita formular proyecciones y vigilar la capacidad mundial para producir los alimentos necesarios a precios asequibles, así como también el potencial interno de los países menos desarrollados con insuficientes suministros alimentarios y una limitada demanda efectiva de mercado.

2. Es probable que continúe la expansión de la agricultura a nuevas tierras que ha caracterizado la evolución de la agricultura en el pasado, particularmente en los países en que la combinación del potencial de producción y la necesidad de alimentos así lo imponen. Para el 2010 las tierras destinadas a producción de cultivos se ampliarán en un porcentaje estimado del 5 por ciento de la reserva de tierras, principalmente en las ecorregiones húmedas ricas en tierras de África y América Latina. Pero el aprovechamiento de las tierras agrícolas tiende a disminuir en ecosistemas y bosques frágiles así como en zonas de tierras húmedas o protegidas, y el proceso requiere que se introduzca una estrecha vigilancia y medidas de política para invertir las tendencias.

3. Durante el siglo XX la reducción mundial de agua dulce aumentó a un ritmo dos veces más rápido que el de la población. La agricultura de riego determinó alrededor del 70 por ciento de esa reducción y hasta más del 90 por ciento en algunos países en desarrollo áridos. La ampliación del riego fue apoyada por las políticas destinadas a favorecer la producción y el desarrollo de alimentos. No obstante, la ampliación del riego ha venido ya disminuyendo y no puede continuar ampliándose al mismo ritmo, debido a la elevada proporción de recursos de agua dulce anualmente disponibles que ya se utilizan.

II. CUESTIONES RELATIVAS A LAS TIERRAS Y EL AGUA

A. NECESIDAD DE VIGILAR EL APROVECHAMIENTO Y LA DEGRADACIÓN DE LAS TIERRAS Y LA DESERTIFICACIÓN

4. Debido al crecimiento demográfico, en los países en desarrollo se registra una constante disminución de tierras cultivadas por persona. En varios países se dispone de menos de 0,1 ha de tierras cultivadas por persona y de reservas limitadas o prácticamente nulas de tierras. La disminución de tierras per cápita constituye una amenaza para la seguridad alimentaria, sobre todo allí donde las poblaciones rurales dependen de los recursos locales de tierras para poder vivir.

5. Las reservas de tierras potencialmente cultivables se concentran principalmente en pocos países. Sólo una reducida proporción dispone de condiciones agroecológicas favorables para el desarrollo agrícola a costos razonables. La mayor parte de las reservas de tierras se encuentran en ecosistemas frágiles que necesitan ser protegidos, o suelos con graves limitaciones que requieren elevadas inversiones para el desarrollo agrícola o que se hallan subutilizadas debido a limitaciones bióticas, tales como la mosca tsé-tsé y la tripanosomiasis.

6. Crece cada vez más la demanda de tierras agrícolas para urbanización, habiendo alcanzado el crecimiento urbano proporciones sin precedentes en los países en desarrollo. En muchos lugares las tierras agrícolas de primera calidad son las más susceptibles de invasión urbana e industrial. Pero la urbanización alivia también la presión de la pobreza rural en zonas de bajo potencial y facilita la función del comercio en apoyar la seguridad alimentaria. Es necesario vigilar y apoyar el desarrollo de la agricultura urbana, en particular donde ello contribuye a garantizar la seguridad alimentaria.

7. La erosión del suelo, probablemente la forma más generalizada y perniciosa de degradación de la tierra, está aumentando en muchas partes del mundo. la salinización del suelo plantea también un grave problema en la agricultura tanto de riego como de secano. Las tecnologías y políticas mejoradas pueden favorecer un moderado crecimiento de la población en zonas rurales marginales sin agravar la degradación de las tierras. Es necesario que la conservación y la rehabilitación o bonificación del suelo y las tecnologías conexas constituyan parte integrante del desarrollo agrícola.

8. La desertificación (degradación de las tierras inducida por la acción humana en zonas de tierras áridas) ha sido objeto de gran atención por parte de la comunidad internacional, que ha llevado a la adopción y aplicación de la Convención de lucha contra la desertificación. La superficie de tierras de cultivo y pastizales susceptibles de desertificación se estiman en el 30 por ciento de la superficie mundial de tierras, y ha venido creciendo según una estimación del 10 por ciento al año. Hay pocas dudas de que la reducción de nutrientes del suelo y el uso excesivo de suelos frágiles para pastos y cultivos constituyen las causas principales de la desertificación.

9. La escasez de tierras y la desigualdad de acceso a las tierras, el agua y otros recursos tienden a desplazar a la población rural pobre a zonas marginales y ecológicamente frágiles. No se reconocen suficientemente las funciones hidrológicas, ecológicas y socioeconómicas a menudo muy importantes de las tierras húmedas, por lo que se necesitan criterios integrados para su identificación y gestión; además, el drenaje de las tierras húmedas para la producción de alimentos en los países de recursos pobres con elevadas presiones demográficas tienden a crear conflictos con la conservación y el uso sostenible de dichas tierras húmedas.

10. En muchos países de bajos ingresos y de inseguridad alimentaria con perspectivas de desarrollo general desfavorables, elevada incidencia de la pobreza rural y tasas de crecimiento demográfico constantemente elevadas, continuará aumentado el número de personas que tratan de vivir de la agricultura. La reforma agraria continuará siendo un importante instrumento para aliviar la pobreza y aumentar la inseguridad alimentaria en zonas rurales. La concesión de tierras seguras y derechos sobre el agua, sean de carácter individual o comunal, aumentará en gran medida el derecho adquirido de los pequeños propietarios de mejorar la gestión de los recursos y de invertir en la recapitalización de la fertilidad y la conservación del suelo así como en otras mejoras de la tierra.

11. Como coordinadora sectorial para el Capítulo 10 del Programa 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente para el Desarrollo (CNUMAD), la FAO promueve un enfoque integrado para la planificación y la gestión de los recursos de tierras. La vigilancia puede proporcionar la información necesaria para una toma de decisiones racional para la gestión sostenible de los recursos de tierras, y también para entender mejor los proceso y las tendencias de la degradación de las mismas, permitiendo adoptar medidas más oportunas y eficaces de prevención, control y restablecimiento. Es necesario incluir en los sistemas de vigilancia indicadores de densidad de población y derechos de tierras.

B. NECESIDAD DE VIGILAR EL USO Y LA
CALIDAD DE LOS RECURSOS DE AGUA

12. Sigue todavía aumentando la demanda mundial de los recursos limitados de agua dulce, mientras que se están realizando ya proyectos económicamente más atractivos de fomento de los recursos de agua. Se compite por la disponibilidad de agua, sobre todo en las regiones áridas con elevado índice de crecimiento demográfico y de expectativas de desarrollo. No obstante, no se ha agotado todavía el potencial de productividad de la agricultura de riego. El panorama es complejo debido a la diversidad de las situaciones locales, que varían de la de escasez de agua con fuerte competencia, pasando por regiones semiáridas que todavía podrían recurrir al agua para el desarrollo, a regiones húmedas donde el agua no constituye el factor limitador principal para el desarrollo agrícola.

13. El aumento de la escasez mundial de agua no debería ocultar el hecho de que en muchos lugares el principal problema es el drenaje del agua excedente. Se van perdiendo tierras de riego a causa de una infraestructura y gestión de drenaje inadecuados. Importantes zonas agrícolas de la región templada, en particular la zona nordoriental de Europa, requieren un mejoramiento y mantenimiento extensos del drenaje para lograr elevados niveles de productividad y controlar las inundaciones que continúan perjudicando a la población rural.

14. La contaminación por las aguas de desecho domésticas, el drenaje urbano, los efluentes industriales y las aguas de desecho y de drenaje agrícolas están haciendo que aumente el agua no idónea para el uso. El control de la contaminación puede resultar costoso y comportar graves consecuencias económicas y sociales. En los países desarrollados se están aplicando criterios como el de que "el que contamina paga" con un apoyo generalizado del público y una fuerte financiación. Algunos países en desarrollo han afrontado los problemas de control de la contaminación y es necesario adoptar medidas adecuadas y oportunas para evitar una costosa rehabilitación del medio ambiente.

15. Muchos países en desarrollo, en particular algunos de los países más pobres e inseguros en alimentos de la zona tropical, disponen todavía de considerables reservas de agua dulce. Estos países pueden aplicar medidas de fomento de los recursos de agua tanto para producir alimentos para su población como también en cuanto instrumento para estimular el crecimiento económico y generar ingresos, mejorando así su seguridad alimentaria. Se dispone de tecnología para aplicar sistemas de riego oportunos y bien calculados que se utilizarán cada vez más a medida que la escasez y la competencia hagan aumentar el costo del agua.

16. La publicación del estudio "Las políticas de recursos hídricos y la agricultura" en el Estado de la alimentación y la agricultura (SOFA) de 1993, de la FAO, contribuyó en gran medida a despertar la sensibilidad mundial respecto de la escasez del agua como una limitación para el desarrollo. La preocupación creció ulteriormente gracias al estudio de las Naciones Unidas "Evaluación general de los recursos de agua dulce en el mundo" (1997). La Comisión de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (CDS) dio instrucciones al Secretario General de las Naciones Unidas para que mejorara la programación conjunta en el ámbito del sistema de las Naciones Unidas, y reconociera la necesidad de publicar periódicamente un estudio mundial del estado de los recursos de agua dulce.

C. NECESIDAD DE DATOS E INFORMACIÓN
SOBRE LAS TIERRAS Y EL AGUA

17. Las necesidades de los usuarios son diferentes a nivel internacional, nacional y local:

18. Las actividades fundamentales de la FAO, tales como "La agricultura mundial hacia el año 2020", se basan en el suministro de datos básicos para análisis y proyecciones. Para el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA) es necesario identificar las zonas de elevado potencial donde deberían concentrarse los esfuerzos. El Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (GCIAI) y el Foro Mundial sobre Investigación Agrícola (FMIA) necesitan datos para tomar decisiones sobre prioridades de investigación relativas a zonas y cultivos marginales. Si no se dispone de suficiente información sobre tierras y agua, no pueden formularse declaraciones de política agrícola que se orienten apropiadamente a la sostenibilidad, tanto mundial, nacional como subnacional.

19. Los gobiernos que son firmatarios de distintas iniciativas de la CNUMAD - el Convenio sobre la diversidad biológica, la Convención de lucha contra la desertificación - se enfrentan con decisiones que han de adoptarse sobre conflictos respecto de la utilización de las tierras entre la demanda de identificación, demarcación y control de las reservas naturales y la demanda para usos agrícolas y de otro tipo. A tal fin, los gobiernos necesitan disponer de información fiable sobre el potencial y las limitaciones de los recursos de tierras para adoptar decisiones apropiadas sobre su asignación y uso.

20. Sin un conocimiento cuantitativo de los elementos del equilibrio hídrico y del funcionamiento de los sistemas de riego, seguirá desconociéndose en gran medida el potencial de mejorarlos. Es necesario hacer un esfuerzo importante para conocer a fondo los sistemas hídricos y las consecuencias de la reasignación de recursos para incrementar la eficiencia del uso del agua. Es necesario conocer a fondo los procesos, basándose en datos sobre las cuencas hidrográficas para poder formular políticas apropiadas y adoptar medidas de ordenación.

21. Tanto los países que disponen de escasos recursos hídricos como los que gozan de exceso de agua necesitan disponer de información más completa, más exacta y mejor integrada de las aguas para fines de planificación, desarrollo y ordenación de una agricultura más productiva. A medida que se va ampliando el comercio mundial y la seguridad alimentaria viene basándose cada vez más en el comercio, se necesita disponer de datos e información mundiales sobre tierras y agua para vigilar los cambios y las tendencias respecto del estado de los recursos mundiales de tierras y agua.

22. Alrededor de 300 importantes cuencas hidrográficas y muchos acuíferos subterráneos cruzan las fronteras nacionales. Los conflictos internacionales y regionales sobre el agua generalmente nacen a raíz de los intentos por incrementar los suministros. En las regiones áridas, donde estos conflictos son más graves, se usa a menudo el argumento de que es indispensable aumentar los suministros para la seguridad alimentaria y, en consecuencia, para la seguridad nacional. Es fundamental que los países ribereños encuentren formas de cooperar en el desarrollo y la ordenación de los recursos hídricos transfronterizos. Una base informativa mundial de datos de vigilancia sistemáticos sobre las aguas constituyen instrumentos esenciales para el proceso de negociación y solución de cuestiones relacionadas con los recursos de agua transfronterizos en el que la FAO debería contribuir.

III. ACTUALES PROGRAMAS RELACIONADOS CON LA INFORMACIÓN Y LA VIGILANCIA SOBRE LOS RECURSOS DE TIERRAS Y AGUA

23. Las actividades de la FAO relativas a la información y la vigilancia en materia de tierras y agua incluyen lo siguiente:

24. La FAO, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Centro Internacional de Referencia e Información sobre Suelos acordaron en 1995 preparar conjuntamente para el año 2002 una primera versión de una base de datos mundial actualizada sobre suelos y terrenos (SOTER), y de realizar sistemáticamente un inventario y evaluación del estado de la degradación de las tierras (GLASOD), así como elaborar técnicas satisfactorias para la conservación de los suelos y la rehabilitación de las tierras (RMETC). Estos inventarios se combinarán con inventarios más detallados de algunos países.

25. En varios talleres celebrados en África, Asia y América Latina se ensayaron metodologías y marcos de evaluación general de los suelos. Se iniciaron estudios nacionales e inventarios regionales en cooperación con instituciones nacionales y socios internacionales, en particular el Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), el Centro Internacional de Investigación Agrícola en las Zonas Secas, el Centro Internacional de la Papa, la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica y otros.

26. Para satisfacer la creciente demanda de datos relativos a la aportación de la agricultura al desarrollo económico, la Base de Datos Estadísticos Sustantivos de la Organización (FAOSTAT) proporciona datos primarios sobre superficie, producción y productividad de diferentes cultivos, aprovechamiento de las tierras, consumo de fertilizantes, etc. Para presentar el panorama mundial de producción agrícola y sus repercusiones en el suministro de alimentos, FAOSTAT presenta también hojas de balance de alimentos de los países, estadísticas de comercio exterior relativas a alimentos y productos básicos agrícolas, así como la población que depende de la agricultura.

27. El proyecto AFRICOVER, un esfuerzo colaborativo entre la FAO y las instituciones regionales y nacionales de África produce mapas actualizados de las superficies terrestres de los distintos países de África, ha establecido referencias geográficas respecto de la información sobre el uso de las tierras.

28. La FAO está cooperando con el IIASA en el mejoramiento de su metodología mundial de ZAE y una base de datos para su uso en la evaluación ordinaria de los potenciales de tierras cultivables para generar información para estudios mundiales y análogos sobre agricultura y seguridad alimentaria. Ello incluye instrumentos de apoyo para la adopción de decisiones aplicables al análisis del aprovechamiento de las tierras con objeto de determinar la asignación óptima de tierras a los usos más idóneos.

29. En el marco de un proyecto sobre cartografía de la vulnerabilidad de los suelos y terremos en Europa central y oriental (SOVEUR) se utiliza una base de datos geográfica para levantar mapas sobre el estado de la degradación de las tierras por la acción del hombre en 13 países, con particulr referencia a la contaminación de los suelos y su vulnerabilidad a diferentes categorías de contaminantes. Los resultados del proyecto servirán también para un programa mundial sobre el desarrollo de un sistema de información mundial sobre suelos y terrenos, una evaluación mundial sobre el estado y los riesgos de degradación de los suelos, y la evaluación de la productividad potencial de las tierras. Los resultados de la SOVEUR y otros proyectos afines se utilizaron para compilar Directrices que pueden adaptarse a otros países y regiones.

30. Desde 1992, la RMTC se ha utilizado como instrumento destinado a promover el mejoramiento de la toma de decisiones sobre la ordenación de las tierras y la transferencia de tecnología apropiada mediante la recopilación, el análisis, la presentación y difusión de conocimientos sobre conservación mundial de los suelos y el agua. Actualmente se está emprendiendo un inventario sistemático de técnicas de conservación de suelos y rehabilitación de tierras aplicando la RMETC. Dicho instrumento se ha utilizado también para identificar posibles soluciones a los problemas de degradación de las tierras. Se están elaborando a nivel nacional productos e interpretaciones nacionales mejorados y se están compartiendo mundialmente datos agregados junto con estudios monográficos.

31. Se han mantenido contactos, entre otros, con comunidades de usuarios de las bases de información que están agrupados en el Programa Internacional de la Geosfera y la Biosfera y el Sistema Mundial de Observación Terrestre. Ello incluye también la comunidad de modelación que trabaja en las universidades e instituciones de investigación, y los órganos internacionales, tales como el Banco Mundial, el PNUMA, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial de Meteorología (OMM), el Consejo Internacional de Uniones Científicas (CIUC) y el Instituto Mundial sobre Recursos (WRI).

32. Las cuestiones del agua entran en el ámbito de competencia de casi todos los organismos del sistema de las Naciones Unidas, pero la coordinación y la sinergia se aseguran por conducto del Subcomité de Recursos Hídricos del CAC. La FAO mantiene estrechos contactos por lo que respecta al agua en particular con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la OMM, la UNESCO, el PNUMA y el Banco Mundial. Gran número de ONG e instituciones nacionales participan también en las actividades nacionales sobre el agua. La FAO mantiene estrechos contactos con la Comisión Internacional de la Irrigación y el Saneamiento (ICID) y el Instituto Internacional de Ordenación de las Aguas (IWMI). Entre los grupos internacionales de coordinación y fomento, la FAO está asociada con la Alianza Mundial en favor del Agua.

33. El AQUASTAT de la FAO reúne información sistemática sobre recursos hídricos y uso rural del agua. El AQUASTAT se emprendió a raíz de la falta de disponibilidad de una base de datos mundial sobre el agua utilizable para la ordenación sostenible de las tierras y el agua. Se abarca alrededor del 90 por ciento de la superficie mundial regada, y se han elaborado los informes "El riego en cifras" derivados de AQUASTAT para África, el Cercano Oriente y los países de la ex Unión Soviética. Se preparará un informe para las Américas en 1998, que se publicará en 1999. Se preparó información derivada de AQUASTAT sobre potencial de riego en África, "A Basin Approach" (1997), corrigiendo el frecuente doble recuento de recursos de agua en cuencas hidrográficas compartidas, para la Evaluación general de los recursos de agua dulce del mundo en 1995-96 para la Comisión de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

34. Se está elaborando una base de datos sobre sistemas, métodos y equipo para mejorar técnicas de riego para la agricultura en respuesta a la creciente demanda de información acerca de tecnología fiable y de bajo costo para un abastecimiento hídrico puntual y bien calculado. La base de datos está complementada por folletos prácticos sobre técnicas mejoradas de riego en las explotaciones agrícolas, que incluyen costos, diseños y aplicaciones de muestra y por una base de datos computadorizada de información sobre suministro de equipo de riego. El material será accesible en el futuro en Internet, e incluirá breves descripciones de información sobre equipo de riego, una guía de fabricantes y abastecedores y una recopilación de la Organización Internacional de Normalización (ISO) y otras normas relativas al equipo de riego. Tras una fase experimental, se requerirá financiación para el siguiente bienio.

35. La importancia del asesoramiento sobre políticas en materia de ordenación de recursos hídricos ha llevado al Servicio de Aguas de la FAO a elaborar y publicar información y orientaciones que pueden aplicarse a la creación de capacidades nacionales. La FAO, a través de los fondos fiduciarios regionales, participa en la creación de capacidades y la vigilancia sobre los recursos hídricos en el lago de Victoria y en la cuenca del Nilo. En el ámbito del Programa de Cooperación Técnica (PCT), la FAO cooperó con el Parlamento de América Central en la elaboración de políticas hídricas regionales. Esta labor se está realizando cada vez más en cooperación con la Unión Europea, el Banco Mundial y el PNUD. El AQUASTAT constituye una base fundamental para estas actividades, pero necesitará financiación constante para las actualizaciones periódicas.

IV. DEFICIENCIAS EN CUANTO A LOS DATOS Y LA INFORMACIÓN PARA LA VIGILANCIA DE LOS RECURSOS DE TIERRAS Y AGUA

36. Los actuales datos nacionales sobre tierras y agua presentan grandes lagunas y son a menudo de baja calidad, en particular en los países menos adelantados. La información básica sobre calidades de las tierras y el estado de la degradación y la erosión de las mismas, y sobre el estado de fertilidad de los suelos en las tierras de cultivo es limitada, y en muchos de éstos países se carece de información sobre el uso efectivo de las tierras. La falta de datos impide realizar nuevos progresos en el examen de los beneficios de la investigación por tipo de tierras. Siguen entrañando suma importancia, al determinar futuras prioridades y estrategias, cuestiones como los tipos de tierra que probablemente producirán las mayores tasas de rendimiento económico a las nuevas inversiones en la investigación agrícola internacional, el equilibrio óptimo entre los objetivos de mejorar la productividad de las tierras, de impedir su degradación y de restablecer las tierras ya degradadas.

37. La información disponible sobre recursos mundiales de tierras y agua es en parte anticuada. La información sobre la degradación de las tierras es más reciente pero carece de detalles. A menudo se requiere información sobre el aprovechamiento efectivo de las tierras, pero no se ha compilado nunca sistemáticamente ni se ha armonizado a nivel mundial.

38. Tal vez las mayores deficiencias en cuanto al conocimiento de los recursos de tierras y agua se refieren al uso efectivo de estos recursos, en particular el relativo al agua y las tierras sometidas a riego en la agricultura de secano. Otras deficiencias en los actuales archivos de datos mundiales conciernen a la información sobre el uso del agua y a la demanda de agua (incluido el de riego), derechos sobre las aguas y datos socioeconómicos. Se pide a la FAO que conjuntamente con otros organismos del sistema de las Naciones Unidas contribuya, en el ámbito de su competencia, a actualizar periódicamente la situación mundial de los recursos de tierras y agua dulce.

39. La vigilancia de la situación respecto del uso de los recursos de tierras y agua y la futura sostenibilidad y vulnerabilidad de su desarrollo en relación sobre todo con la seguridad alimentaria requiere que se reúna información apropiada sobre los recursos de tierras y agua. Debería recopilarse información a nivel nacional, utilizando los sistemas ya en uso en la medida en que sean apropiados y almacenarse en sistemas de información geográfica. Para la compatibilidad con la contabilidad hídrica, es necesario recopilar datos sobre tierras en términos de cuencas hidrográficas y divisorias de aguas.

40. La recopilación internacional de datos requiere que se dispongan todos los datos sobre base comparable por lo que respecta a unidades y criterios, medición y evaluación y períodos de tiempo comparables para datos temporales. Para facilitar la integración de los datos por los usuarios y la recopilación rentable de los datos, se necesitan normas sobre datos, incluido un procedimiento de control de calidad de los datos y alguna forma de calibrar y verificar la exactitud de la información basada en ellos. Se necesitan directrices sobre cómo elaborar y mantener archivos de datos.

V. LA FUNCIÓN DE LAS TECNOLOGÍAS

41. En el contexto de la presión demográfica, las preocupaciones de desarrollo y del medio ambiente, las cuestiones de ordenación de las tierras y el agua se han hecho cada vez más complejas e interdependientes y requieren la integración de la información sobre tierras y agua con la información sectorial, así como instrumentos mejorados de apoyo para las decisiones. La nueva tecnología permite establecer sistemas integrados globales, que facilitan el acceso a información de escala múltiple y a análisis de finalidades múltiples en apoyo de la adopción de decisiones en materia de tierras y agua. Por ejemplo, la navegación mediante el sistema de localización por satélite (SLS) y la elaboración y el análisis de imágenes captadas a distancia, pueden incorporarse para mejorar la capacidad y ampliar las aplicaciones de los sistemas integrados. Asimismo, las tecnologías para una agricultura específica para el lugar a nivel local o de campo desempeñará una creciente función en el aumento de la productividad de las tierras.

42. Con las nuevas tecnologías e instrumentos de bajo costo actualmente disponibles, se ha hecho accesible el desarrollo y la aplicación de la vigilancia rápida y eficaz sobre las tierras y el agua. El éxito del concepto reside en integrar los adelantos recientes en tecnología de información (obtención rápida de datos a través de la telepercepción y el SLS, instrumentos de trabajo y programas informáticos veloces, rápido desarrollo de las aplicaciones, y multimedias para la rápida difusión de información) con investigadores y planificadores y administradores locales de recursos de tierras y agua.

VI. LA FUNCIÓN FUTURA DE LA FAO

43. El espectro de actividades asociadas con la vigilancia de los recursos de tierras y agua es tan variado que ninguna organización dispone del ámbito de competencia y los recursos financieros necesarios para ocuparse de todos ellos. Debería evitarse la duplicación de actividades y la información debería estar mejor integrada que en el pasado. La FAO está concentrando sus esfuerzos en aquellos sectores en que su contribución puede ser máxima. Dispone de una ventaja comparativa respecto de otras instituciones en la recopilación mundial de información sobre recursos de tierras y agua y el uso a nivel nacional. En particular, la FAO tiene una capacidad específica y reconocida en cuanto a la evaluación del uso de las tierras y el agua rural y su capacidad de integrar las cuestiones relativas a las tierras y el agua con otras que corresponden al mandato de la FAO, tales como la pesca continental, la silvicultura y el desarrollo rural. La FAO es también el organismo principal por lo que respecta a la elaboración de datos sobre suelos y terrenos y la aplicación de éstos en los estudios agrícolas mundiales y nacionales. La FAO emprendió el sistema AQUASTAT debido a la demanda de estos datos de uso del agua que ningún otro organismo estaba en condiciones de proporcionar.

44. Será importante que la FAO centre su atención en las necesidades respecto de sus principales iniciativas de programas, es decir, evaluación mundial, ordenación integrada de cuencas hidrográficas y ordenación de los recursos de tierras y agua a nivel local. Además, se pide a la FAO que en el ámbito del sistema de las Naciones Unidas contribuya a las iniciativas mundiales de información. Debería procurar colaborar siempre que sea posible con las ONG y el sector privado.

45. En el marco de estas actividades normativas, la FAO inició en 1998 un proyecto de seis años sobre "desarrollo de información y sistemas de apoyo para decisiones sobre ordenación de recursos de tierras y agua". El proyecto ofrece el marco para todas las iniciativas futuras de la FAO en el sector de la información y la vigilancia en materia de tierras y agua. El proyecto tiene por objeto:

VII. SECTORES EN QUE LA FAO NECESITA LA ORIENTACIÓN DEL COAG

46. Se invita al Comité de Agricultura a que examine estas cuestiones y proporcione perspectivas nacionales y regionales para orientar las nuevas actividades de la FAO. En particular, se necesita orientación sobre las cuestiones y propuestas que se indican a continuación, que tienen consecuencias directas en las actividades actuales y futuras de la FAO en este sector:

47. Se pide la orientación del COAG sobre las formas de reforzar la cooperación internacional en el sector de la vigilancia de los recursos de tierras y agua. El COAG podría señalar también a la atención de los Miembros que la información de los países sobre los recursos de tierras y agua, que es a quienes incumbe su recopilación, no sólo constituye la base para la planificación final, sino que constituyen también los bloques de construcción para los sistemas regionales y mundiales que se necesitan para la vigilancia de la seguridad alimentaria mundial y la salud de nuestro planeta.