Agua

Thiaye, Senegal - A woman watering soil to prepare the ground before planting cabbage © FAO / Olivier Asselin

Los seres humanos podemos sobrevivir con unos pocos sorbos de agua al día, pero el "agua que comemos” diariamente a través de los alimentos que consumimos es mucha más: basta pensar en los 15.000 litros necesarios para producir un kilo de carne.

Por ello, con una población creciente que cambia cada vez más su dieta hacia productos “hambrientos de agua”, debe hacerse todo lo posible para mejorar la forma en que utilizamos el agua en la agricultura y aprovechar al máximo unos recursos hídricos limitados.

La labor de la FAO en el agua

La agricultura se enfrenta a retos complejos de aquí al 2050 para alimentar a una población que alcanzará 9 000 millones de personas. Una certeza, sin embargo, es que se necesitará más agua para producir el 60% de los alimentos adicionales que se calcula serán necesarios. La labor de la FAO en el agua se centra en un uso del agua en la agricultura más eficiente, equitativo y respetuoso con el medio ambiente.

Las cuestiones en torno al agua que han de abordarse incluyen:

  • producir más alimentos con menos agua;
  • crear resiliencia en las comunidades agrícolas para hacer frente a inundaciones y sequías;
  • aplicar tecnologías de agua potable que protejan el medio ambiente.

Riego

La agricultura de regadío desempeña un papel clave en la producción de alimentos. Trabajamos con gobiernos, gestores del agua, ingenieros y campesinos para modernizar sus sistemas de riego y que sean más productivos y menos perjudiciales para el medio ambiente. Para mucha gente del medio rural, el agua es a menudo el principal factor de producción que debe ser garantizado. La FAO promueve soluciones de gestión del agua agrícola fácilmente asequibles que incrementan los ingresos rurales y la seguridad alimentaria.

Recursos hídricos

Los enormes progresos en la producción alimentaria en los últimos años han hecho posible proporcionar alimentos de mejor calidad a más personas que nunca.

Sin embargo, con demasiada frecuencia, esto se logra a expensas de los recursos hídricos y de la salud de los ecosistemas que sustentan.

Para hacer frente a este desafío, la FAO apoya modelos de intensificación limpios y eficientes en el uso de recursos, aumentando la productividad del agua para los usos domésticos, industriales y agrícolas.

Gobernanza del agua

La FAO apoya programas que mejoran la gobernanza del agua para un uso más eficiente, transparente y equitativo del agua para la agricultura. Aborda la competencia por el agua entre diversos sectores a través del vínculo agua-alimentos-energía, basándose en el diálogo multisectorial sobre políticas y la labor para la resolución de conflictos.

Por ejemplo, nuestro programa sobre la gobernanza de las aguas subterráneas se centra en la aplicación de políticas y directrices institucionales diseñadas a nivel local, nacional y transfronterizo. Nuestro objetivo es promover las mejores prácticas en materia de gobernanza de las aguas subterráneas como forma de lograr una gestión sostenible de estos recursos.  

Cambio y variabilidad climática

El cambio climático llevará a fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes e intensos, como sequías e inundaciones, con un impacto devastador en los sistemas de producción de alimentos. Una gestión racional del agua es esencial para aumentar la resiliencia de la sociedad contra estas amenazas cada vez mayores.

La labor de la FAO se centra en:

  • promoción de políticas pro-activas  de gestión de riesgos de sequías e inundaciones; 
  • creación de capacidades en materia de alerta temprana e información periódica sobre las amenazas;
  • apoyar un mayor almacenamiento de agua para amortiguar la variabilidad y el cambio climático.

Información

La concienciación sobre la relación entre alimentos, energía, pobreza, medio ambiente y cambio climático es cada vez mayor, así como la aceptación de que el agua juega un papel fundamental en todas estas cuestiones. La FAO opera y mantiene AQUASTAT, la fuente más completa y consultada en estadísticas mundiales sobre el agua.

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