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Capítulo 4 Nutrición y alimentación


Capítulo 4 Nutrición y alimentación

Conocimientos básicos de anatomía y fisiología digestiva

La fisiología digestiva estudia los mecanismos que se encargan de transferir nutrientes orgánicos e inorgánicos del medio ambiente al medio interno, para luego ser conducidos por el sistema circulatorio a cada una de las células del organismo. Es un proceso bastante complejo que comprende la ingestión, la digestión y la absorción de nutrientes y el desplazamiento de estos a lo largo del tracto digestivo (Chauca, 1993a).

El cuy, especie herbívora monogástrica, tiene un estómago donde inicia su digestión enzimática y un ciego funcional donde se realiza la fermentación bacteriana; su mayor o menor actividad depende de la composición de la ración. Realiza cecotrófia para reutilizar el nitrógeno, lo que permite un buen comportamiento productivo con raciones de niveles bajos o medios de proteína.

El cuy esta clasificado según su anatomía gastrointestinal como fermentador post-gástrico debido a los microorganismos que posee a nivel del ciego. El movimiento de la ingesta a través del estómago e intestino delgado es rápido, no demora más de dos horas en llegar la mayor parte de la ingesta al ciego (Reid, 1948, citado por Gómez y Vergara, 1993). Sin embargo el pasaje por el ciego es más lento pudiendo permanecer en el parcialmente por 48 horas. Se conoce que la celulosa en la dieta retarda los movimientos del contenido intestinal permitiendo una mayor eficiencia en la absorción de nutrientes, siendo en el ciego e intestino grueso donde se realiza la absorción de los ácidos grasos de cadenas cortas. La absorción de los otros nutrientes se realiza en el estómago e intestino delgado incluyendo los ácidos grasos de cadenas largas. El ciego de los cuyes es un órgano grande que constituye cerca del 15 por ciento del peso total (Hagan y Robison, 1953, citado por Gómez y Vergara, 1993).

CUADRO 32 Clasificación de los animales según su anatomía gastrointestinal

Clase

Especie

Hábito alimenticio

Fermentadores pregástricos

 

Rumiantes

vacuno, ovino

herbívoro de pasto

   

antílope, camello

herbívoro selectivo

 

No rumiantes

hámster, ratón de campo

herbívoro selectivo

   

canguro, hipopótamo

herbívoro de pasto y selectivo

Fermentadores postgástricos

 

Cecales

capibara

herbívoro de pasto

   

conejo

herbívoro selectivo

   

cuy

herbívoro

   

rata

omnívoro

 

Colónicos

   
   

saculados

caballo, cebra

herbívoro de pasto

   

no saculados

perro, gato

carnívoro

Fuente: Van Soest, 1991, citado por Gómez y Vergara, 1993.

La flora bacteriana existente en el ciego permite un buen aprovechamiento de la fibra (Reid, 1958, citado por Gómez y Vergara, 1993). La producción de ácidos grasos volátiles, síntesis de proteína microbial y vitaminas del complejo B la realizan microorganismos, en su mayoría bacterias gram-positivas, que pueden contribuir a cubrir sus requerimientos nutricionales por la reutilización del nitrógeno través de la cecotrófia, que consiste en la ingestión de las cagarrutas (Holstenius y Bjomhag, 1985, citado por Caballero, 1992).

El ciego de los cuyes es menos eficiente que el rumen debido a que los microorganismos se multiplican en un punto que sobrepasa al de la acción de las enzimas proteolíticas. A pesar de que el tiempo de multiplicación de los microorganismos del ciego es mayor que la retención del alimento, esta especie lo resuelve por mecanismos que aumentan su permanencia y en consecuencia la utilización de la digesta (Gómez y Vergara, 1993).

CUADRO 33 Capacidad fermentativa en porcentaje del total del tracto digestivo

Especie

Retículo rumen

Ciego

Colon y recto

Total

Vacuno

64

5

5 8

75

Ovino

71

8

4

83

Caballo

-

15

54

69

Cerdo

-

15

54

69

Cuy

-

46

20

66

Conejo

-

43

8

51

Gato

-

-

16

16

Fuente: Parra, 1978, citado por Gómez y Vergara, 1993.

Necesidades nutritivas de cuyes

La nutrición juega un rol muy importante en toda explotación pecuaria, el adecuado suministro de nutrientes conlleva a una mejor producción. El conocimiento de los requerimientos nutritivos de los cuyes nos permitirá poder elaborar raciones balanceadas que logren satisfacer las necesidades de mantenimiento, crecimiento y producción. Aún no han sido determinados los requerimientos nutritivos de los cuyes productores de carne en sus diferentes estadios fisiológicos.

Al igual que en otros animales, los nutrientes requeridos por el cuy son: agua, proteína (aminoácidos), fibra, energía, ácidos grasos esenciales, minerales y vitaminas. Los requerimientos dependen de la edad, estado fisiológico, genotipo y medio ambiente donde se desarrolle la crianza.

Los requerimientos para cuyes en crecimiento recomendados por el Consejo Nacional de Investigaciones de Estados Unidos (NRC, 1978), para animales de laboratorio vienen siendo utilizados en los cuyes productores de carne.

Mejorando el nivel nutricional de los cuyes se puede intensificar su crianza de tal modo de aprovechar su precocidad, prolificidad, así como su habilidad reproductiva. Los cuyes como productores de carne precisan del suministro de una alimentación completa y bien equilibrada que no se logra si se suministra únicamente forraje, a pesar que el cuy tiene una gran capacidad de consumo. Solamente con una leguminosa como la alfalfa proporcionada en cantidades ad libitum podría conseguirse buenos crecimientos así como resultados óptimos en hembras en producción.

Se han realizado diferentes investigaciones tendentes a determinar los requerimientos nutricionales necesarios para lograr mayores crecimientos Estos han sido realizados con la finalidad de encontrar los porcentajes adecuados de proteína así como los niveles de energía. Por su sistema digestivo el régimen alimenticio que reciben los cuyes es a base de forraje más un suplemento. El aporte de nutrientes proporcionado por el forraje depende de diferentes factores, entre ellos: la especie del forraje, su estado de maduración, época de corte, entre otros.

CUADRO 34 Requerimiento nutritivo de cuyes

Nutrientes

Unidad

Etapa

   

Gestación

Lactancia

Crecimiento

Proteínas

(%)

18

18-22

13-17

ED1

(kcal/kg)

2 800

3 000

2 800

Fibra

(%)

8-17

8-17

10

Calcio

(%)

1,4

1,4

0,8-1,0

Fósforo

(%)

0,8

0,8

0,4 0,7

Magnesio

(%)

0,1-0,3

0,1 0,3

0,1 0,3

Potasio

(%)

0,5-1,4

0,5-1,4

0,5-1,4

Vitamina C

(mg)

200

200

200

1 Energía digestible.

Fuente: Nutrient requirements of laboratory animals. 1990. Universidad de Nariño, Pasto (Colombia). citado por Caycedo, 1992.

Proteína

Las proteínas constituyen el principal componente de la mayor parte de los tejidos, la formación de cada uno de ellos requiere de su aporte, dependiendo más de la calidad que de la cantidad que se ingiere. Existen aminoácidos esenciales que se deben suministrar a los monogástricos a través de diferentes insumos ya que no pueden ser sintetizados.

El suministro inadecuado de proteína, tiene como consecuencia un menor peso al nacimiento, escaso crecimiento, baja en la producción de leche, baja fertilidad y menor eficiencia de utilización del alimento. Para cuyes manejados en bioterios, la literatura señala que el requerimiento de proteína es del 20 por ciento, siempre que esté compuesta por más de dos fuentes proteicas. Este valor se incrementa a 30 ó 35 por ciento, si se suministra proteínas simples tales como caseína o soya, fuentes proteicas que pueden mejorarse con la adición de aminoácidos. Para el caso de la caseína con L-arginina (1 por ciento en la dieta) o para el caso de la soya con DL-metionina (0,5 por ciento en la dieta) (NRC, 1978).

Estudios realizados, para evaluar niveles bajos (14 por ciento) y altos (28 por ciento) de proteína en raciones para crecimiento, señalan mayores ganancias de peso, aumento en el consumo y más eficiencia en los cuyes que recibieron las raciones con menores niveles proteicas (Wheat et al., 1962). Porcentajes menores de 10 por ciento, producen pérdidas de peso, siendo menor a medida que se incrementa el nivel de vitamina C. El crecimiento de los cuyes entre el destete y las 4 semanas de edad es rápido, por lo que ha sido necesario evaluar el nivel de proteína que requieren las raciones. Al evaluar raciones heteroproteicas, con niveles entre 13 y 25 por ciento, no se encuentra diferencia estadística (P<0,01) para los incrementos totales (Augustin et al., 1984). Es imprescindible considerar la calidad de la proteína, por lo que es necesario hacer siempre una ración con insumos alimenticios de fuentes proteicas de origen animal y vegetal. De esta manera se consigue un balance natural de aminoácidos que le permiten un buen desarrollo. Las fuentes proteicas utilizadas en la preparación de las raciones fueron alfalfa, soya y harina de pescado. Este último insumo nunca en niveles superiores al 2 por ciento. Los resultados registrados por otros autores en la etapa de cría son similares a los de la etapa de recría (Pino, 1970; Mercado et al. 1974). Esto deja abierta la posibilidad de continuar los estudios de la función de la actividad cecotrófica en la nutrición de los cuyes. Los estudios para determinar los requerimientos de aminoácidos en cuyes como animal productor de carne se hacen necesarios.

Utilizando el residuo de cervecería seco (RCS) en la preparación de raciones para cuyes, se han logrado balancear raciones con 19,94,20,20 y 22,56 por ciento de proteína con inclusión de 15, 30 y 45 por ciento de RCS. Con el nivel de 15 por ciento de RCS (19,94 por ciento de proteína) se obtuvo mayor ganancia de peso, siendo estadísticamente similar con el nivel de 30 por ciento (20,20 por ciento de proteína) y superior al de 45 por ciento de RCS (22,56 por ciento de proteína). Las mayores ganancias de peso (711 y 675 g) fueron logradas con los niveles de 20 por ciento proteína (15 y 30 por ciento de RCS) frente a la ganancia (527 g) lograda con 22,56 por ciento de proteína. Las ganancias diarias fueron de 17, 16, 15 g/animal/día. Los consumos totales de proteína fueron de 412,405 y 438 g durante 42 días. Los consumos y las ganancias están relacionadas con la cantidad y calidad de la proteína ingerida, es decir, por la disponibilidad de aminoácidos. Las raciones fueron preparadas con maíz en niveles entre 7 y 17 por ciento, torta de soya entre 3 y 14 por ciento, subproducto de trigo entre 38 y 50 por ciento y RCS entre 15 y 45 por ciento. Además se utilizó igual en todas las raciones, CaCO3 al 2 por ciento, sal 0,3 por ciento y como ligante para el peletizado 4 por ciento de melaza. Los rendimientos de carcasa fueron de 72,64, 72,72 y 70,88 por ciento. En el presente trabajo se alcanzó el kilogramo de peso vivo a las 8 semanas de edad, esto con cuyes de líneas precoces (L1.96.75) producidas por el INIA del Perú (Cerna, 1997).

CUADRO 35 Evaluación de diferentes niveles de proteína en raciones para cuyes destetados precozmente

 

Proteína en la ración

(porcentaje)

 

13

17

20

25

Consumo materia seca (g)

Concentrado

268,30

258,30

303,80

287,60

Forraje

488,80

490,20

484,00

486,20

Total

757,10

748,50

787,80

773,80

Incremento peso (g)

198,90

195,90

199,20

219,40

Conversión alimenticia

3,81

3,82

3,96

3,53

Proteína consumida (g)

Concentrado

34,88

43,91

60,76

71,90

Forraje

96,88

97,18

95,93

96,36

Consumo proteínas/día (g)

6,27

6,72

7,48

8,01

Incremento peso/día (g)

9,47

9,33

9,49

10,45

Nota: Edad del destete: 7 días; periodo experimental: 21 días.

Cuando la alimentación es mixta, la proteína la obtiene por el consumo de la ración balanceada y el forraje; si es una leguminosa la respuesta en crecimiento es superior al logrado con gramíneas. La baja calidad de un forraje fuerza al animal a un mayor consumo de concentrado para satisfacer sus requerimientos. El consumo total de MS es similar cuando consumen alfalfa (Medicago sativa) o pasto elefante (Pennisetum purpureum) más concentrado, el aporte de MS de la alfalfa es 1,636 kg y el del concentrado 1,131 kg. Los consumos de pasto elefante tienen un menor aporte, el cual es compensado con un mayor consumo de MS aportada por el concentrado (Cuadro 36).

Con raciones de 18,35 por ciento de proteína y 3,32 Mcal de ED/kg se logran mayor crecimiento, buena conversión alimenticia y menor costo. El peso de comercialización (778 g), se alcanza a las 7 semanas de edad. Se obtuvo incrementos promedios diarios de 15,32 g/animal (Saravia et al., 1994a).

CUADRO 36 Evaluación del crecimiento de cuyes alimentados con alfalfa (Medicago sativa) y pasto elefante (Pennisetum purpureum)

 

Alfalfa

Pasto elefante

Consumo materia seca (g)

Concentrado

1 131

1 622

Forraje

1 636

1 117

Total

2 7670

2 739

Incremento peso (g)

481

453

Conversión alimenticia

5,75

6,04

Proteína consumida (g)

Concentrado

192,1

275,7

Forraje

323,9

74,9

Total

516,0

350,6

Consumo proteínas/día (g)

9,21

6,27

Incremento peso/día (g)

8,59

8,09

Nota: Período experimental: 8 semanas. Fuente Vásquez, 1975.

CUADRO 37 Efectos de tres niveles proteína del concentrado para cuyes en crecimiento

 

NDT1 + Proteína

 

(porcentaje)

 

26

21

17

Consumo materia seca (kg)

Concentrado

1,5

1,6

1,7

Forraje

1,3

1,3

1,3

Consumo proteína (g/animal/día)

11,61

10,64

9,80

Incremento peso (g/animal/día)

3,39

4,29

4,64

Conversión alimenticia

14,90

11 ,80

11,90

1 Con 66 por ciento de nutrientes disponibles totales (NDT).

Fuente : Mercado et al., 1974.

CUADRO 38 Dos niveles de proteína para cuyes en crecimiento

 

Ración 1

Ración 2

Ración 3

Control

Proteína (%)

18,35

20,55

20,48

18,08

Energía digestible (Mcal/kg)

3,32

3.47

3,46

3,30

Incremento (g/animal/día)

15,32a

14,92a

15,40a

12,78b

Consumo (g/animal/día)

Materia seca

       
 

concentrado

39,14

34,21

33,13

31,02

 

pasto elefante

11,95

13,15

13,12

12,91

Total

51,09

47,36

46,25

43,93

Proteína

       
 

concentrado

7,18

7,03

6,79

5,61

 

pasto elefante

1,54

1,69

1,69

1,66

Total

8,72

8,72

8,48

7,27

Conversión alimenticia

3,09

3,10

2,85

4,00

Costo (dólares EE.UU./kg/animal)

1,11

1,23

1,12

1,70

Edad: 49,3 días; período experimental: 5 semanas.

Fuente: Saravia et al., 1994a.

Se han realizado diferentes trabajos tendentes a determinar los requerimientos de pro teína para cuyes en crecimiento. Los porcentajes de inclusión en la dieta van entre 12 y 24. Los resultados muestran que no se encontró significancia estadística.

El requerimiento de proteína es realmente el requerimiento de los distintos aminoácidos que la componen. Algunos aminoácidos son sintetizados, mientras que otros no se sintetizan, entre ellos se encuentra la arginina, histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, triptófano, treonina y valina. El NCR (1978) recomienda niveles de 18 a 20 por ciento de proteína total, con niveles de arginina de 1,26 por ciento, triptófano 0,16 a 0,20 por ciento, cistina (0,36 por ciento) y metionina (0,35 por ciento) con un total de aminoácidos azufrados de 0,71 por ciento. Las necesidades del cuy en términos de energía digestible (ED) es de 3 000-3 250 kcal/kg de MS.

Los aminoácidos azufrados han sido estimados con dietas a base de 20 por ciento de proteína de soya. Se ha observado una mayor ganancia de peso en cuyes de 3 a 6 semanas de edad usando una ración comercial con un aporte de 0,44 por ciento de metionina.

Acabado. En evaluaciones realizadas en la etapa de acabado para medir el crecimiento compensatorio de los cuyes alimentados con forraje restringido (3,32 por ciento de MS aportaba el forraje) y raciones con diferentes niveles de proteína total: 18 por ciento, 18,35 por ciento, 14 por ciento y 16,73 por ciento (afrecho de trigo), los incrementos promedios totales y diarios alcanzados en tres semanas fueron de 258,63 ± 31,88 (12,32 g), 225,63 ± 33,68 (10,74 g), 204,17 ± 16,63 (9,72 g) y 165,83 ± 17,24 (7,90 g) para 18, 18,5, 14 y 16,73 por ciento de proteína, respectivamente. Se encontró diferencia altamente significativa entre tratamientos (P<0,01). Los incrementos de peso y consumos diarios de proteína así como sus conversiones alimenticias se muestran el Cuadro 42 (Chauca et al., 1995d).

Al hacer la evaluación de los incrementos diarios por semana se aprecia claramente un mayor incremento en la 1' semana. Durante la 2a semana los incrementos diarios comienzan a disminuir, esta disminución es menor en los tratamientos donde los niveles proteicas son altos, el tratamiento con 14 por ciento de proteína y el afrecho de trigo (16,54 por ciento de proteína) alcanzan incrementos menores aún consumiendo cantidades similares. Durante la 3a semana los incrementos diarios alcanzados son inferiores. De acuerdo al análisis de la información la etapa de acabado para aprovechar el crecimiento compensatorio no debe ser mayor de dos semanas. Los consumos de proteína son similares pero su respuesta en el crecimiento se basa en la calidad de la misma, la combinación de fuentes proteicas de origen animal y vegetal dan un mejor aminograma.

Los requerimientos de proteína en la etapa reproductiva han sido poco estudiados. Resultados obtenidos en Colombia demuestran mejores rendimientos productivos durante la gestación, cuando se suministra raciones con 18 a 20 por ciento de proteína. Durante la lactancia se utilizan raciones con un 20 a 22 por ciento de proteína (Caycedo et al., 1988).

Utilización de forrajes. En crecimiento y engorde, con raciones de 14 a 17 por ciento, se han logrado buenos incrementos de peso utilizando pastos rye grass, tetraploides, alfalfa, tréboles y ramio (Bohemeria nívea), alcanzando pesos superiores a 800 g a los tres meses de edad (Caycedo, 1993b).

CUADRO 39 Consumos diarios de proteína y fibra e incrementos de peso logrados en cuyes alimentados con alimentación mixta 1

Ración

Consumo (g/día)

Ganancia de peso (g/día)

Conversión alimenticia

 

MS

PT

FC

NDT

   

Alfalfa + concentrado a

52,10

9,38

5,55

34,52

6,75

7,67

Grama china + concentrado

50,70

7,95

5,55

34,87

6,49

7,80

Hojas plátano + concentrado

52,36

8,34

4,65

35,42

6,17

8,26

Cascara papa + concentrado

51,02

7,93

2,88

36,20

6,71

7,92

Alfalfa (80 9) + concentrado b

49,90

9,21

7,83

-

8,54

5,34

Alfalfa(120 g)+concentrado

59,40

11,11

10,39

-

8,63

6,87

Alfalfa (160 g) + concentrado

67,95

12,88

13,09

-

10,08

6,73

Alfalfa (200 g) + concentrado

78,90

15,13

16,42

-

10,02

7,87

Alfalfa (200 g) + concentrado c

60,36

11,44

11,64

-

6,36

9,48

Alfalfa(80 g) + concentrado

44,28

8,12

6,56

-

6,07

7,29

Alfalfa(80 g) + Vit C (10 mg)

42,05

7,74

6,30

-

6,19

6,80

Alfalfa(80 g) + Vit C (30 mg)

46,13

8,12

5,76

-

6,78

6,56

Concentrado + Vit C (10 mg)

30,60

5,24

1,89

-

5,84

5,23

Concentrado + Vit C (30 mg)

30,14

5,16

1,84

-

5,00

6,02

Alfalfa + concentrado d

Concentrado (NDT 58,9 - PT 26,4)

49,95

11,88

7,92

24,33

2,45

20,4

Concentrado (NDT 57,5- PT 22,6)

51,86

11,32

8,48

25,76

2,75

18,9

Concentrado(NDT 56,4 - PT 17,7)

54,71

10,45

9,12

28,64

3,11

17,6

Concentrado (NDT 66,0 - PT 25,8)

50,87

10,93

7,80

25,50

3,41

14,9

Concentrado (NDT 66,1 - PT 20,8)

52,48

10,93

8,49

27,32

4,43

11,8

Concentrado (NDT 66,0 - PT 17,4)

55,37

10,46

9,25

29,78

4,70

11,9

Alfalfa + concentrado e

49,41

9,21

5,54

22,31

8,59

5,75

Pasto elefante + concentrado

48,91

6,27

8,43

22,58

8,09

6,04

Pasto elefante + concentrado f

PT 18,35 - Mcal ED/kg 3,32

51,09

8,72

8,29

-

15,32 a

3,09

PT 20,55 - Mcal ED/kg 3,47

47,36

8,72

8,02

-

14,92 a

3,10

PT 20,48 - Mcal ED/kg 3,46

46,25

8,48

7,16

-

15,40 a

2,85

PT 18,08 - Mcal ED/kg 3,30

43,93

7,27

8,22

-

12,78 b

4,00

Chala de maíz + concentrado 2,g

20% PV diario

50,60 a

8,54 a

7,88 a

139,55 a

12,3 a

4,12

10% PV diario

45,36 b

8,48 a

5,84 b

136,26 a

11,9 a

3,81

20% PV interdiario

44,98 b

8,42 a

5,76 b

135,48 a

11,3 a

3,97

10% PV interdiario

44,07 b

8,75 a

4,91 c

139,38 a

10,9 a

4,05

Chala de maíz + RCS 2,h

RCS 0%

46,9 b

8,42

5,88

130

15,05 b

3,12 a

RCS 15%

51,3a

9,80

6,02

150

16,93 a

3,03 a

RCS 30%

49,4 ab

9,64

6,11

140

16,07 ab

3,07 a

RCS 45%

48,6 ab

10,42

6,47

140

14,93 b

3,26 b

1 En base a trabajos realizados por el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) del Perú

2 Kcal/animal/día.

Nota: ED = energía digestible; FC = libra cruda, NDT = nutrientes disponibles totales PT = proteína; PV = peso vivo; RCS = residuo de cervecería seco.

Fuente: a Huacho, 1971; b Paredes et al., 1972; c Tamaki, 1972; d Mercado et al., 1974 e Vasquez, 1975 fSaravia et al., 1994a; g Rivas. 1995; h Cerna, 1997

CUADRO 40 Evaluación de diferentes niveles de proteína en la ración de cuyes en crecimiento

Proteína en la ración (porcentaje)

Significancia estadística

-

-

-

-

-

-

18

19

20

-

-

ns a

12

-

14

-

16

-

-

-

-

-

-

14 b

-

-

-

15

-

-

18

-

-

-

-

ns c

-

-

-

-

16

-

18

-

-

21

24

ns d

-

-

-

-

-

-

18

-

20

-

-

ns e

Nota: ns = sin diferencia significativa.

Fuente e institución: a Tello, 1972, Universidad Nacional Agraria La Molina, Perú: b Bocanegra, 1972, Universidad Nacional Técnica de Cajamarca, Perú; c Chauca et al. 1974,; d Caycedo et al.. 1988, Universidad de Nariño, Pasto. Colombia; e Saravia et al. 1994a. Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA). Perú,

CUADRO 41 Requerimientos de lisina y aminoácidos azufrados para cuyes en crecimiento y acabado

Aminoácidos

Edad'

Porcentaje

Energía

 

(días)

(g/Mcal de EM)

 

Metionina +

crecimiento

0,43

1,88

cistina

acabado

0,32

1,31

Lisina

crecimiento

0,68

2,97

 

acabado

0,58

2,37

1 Crecimiento: 21-49 días. acabado: 49-91 días.

Fuente: Vargas, 1988

2 EM = energía metabolizable.

CUADRO 42 Incrementos de peso diarios, conversión alimenticia y consumo de proteína por día logrado en cuyes alimentados con diferentes raciones de acabado

Ración de proteína

Incrementos diarios (semana)

Conversión alimenticia

Consumo de proteína

(porcentaje)

1a

2a

3a

Forraje + concentrado

Concentrado

(día)

20,15

15,35

13,22

8,38

3,83

1,80

4,31

18,35

13,45

11,28

7,50

4,68

2,35

4,43

14,00

14,11

8,43

6,63

6,15

3,58

4,82

16,73 1

7,77

8,89

7,03

6,45

3,29

4,06

1 Porcentaje de proteína del afrecho de trigo.

Para cuyes en crecimiento los niveles de proteína de las raciones dependen de la disponibilidad del recurso forrajero, sea este gramínea o leguminosa. Trabajos realizados en el Perú, entre los años 70 y 80 utilizaban la alfalfa como forraje para la alimentación de cuyes, bajo éstas condiciones la proteína proveniente del concentrado era menor. El cambio en los sistemas de producción ha determinado el uso de gramíneas y subproductos agrícolas en la alimentación de cuyes. Esto, unido a la escasez de forraje, viene determinando el uso de raciones con niveles de proteína superiores. Del análisis de la información disponible el cuy en su etapa de crecimiento requiere 7,2 g de proteína/día, aportada por el forraje y el concentrado. Los incrementos alcanzados con cuyes en proceso de mejoramiento fueron en promedio de 8,36 g/día (Tamaki, 1972; Vásquez, 1975), y con cuyes mejorados los incrementos diarios alcanzados fueron de 15,40 g con consumos de proteína de 8,48 g/animal/día (Saravia et al., 1 994a).

Fibra

Los porcentajes de fibra de concentrados utilizados para la alimentación de cuyes van de S al 18 por ciento. Cuando se trata de alimentar a los cuyes como animal de laboratorio, donde solo reciben como alimento una dieta balanceada, ésta debe tener porcentajes altos de fibra. Este componente tiene importancia en la composición de las raciones no solo por la capacidad que tienen los cuyes de digerirla, sino que su inclusión es necesaria para favorecer la digestibilidad de otros nutrientes, ya que retarda el pasaje del contenido alimenticio a través de tracto digestivo.

El aporte de fibra esta dada básicamente por el consumo de los forrajes que son fuente alimenticia esencial para los cuyes. El suministro de fibra de un alimento balanceado pierde importancia cuando los animales reciben una alimentación mixta. Sin embargo, las raciones balanceadas recomendadas para cuyes deben contener un porcentaje de fibra no menor de 18 por ciento.

Para determinar el efecto del nivel de fibra y la absorción de enzimas digestivas en el crecimiento de cuyes mejorados de 30 días de edad. Se compararon raciones con 10, 15 y 20 por ciento de fibra y a los mismos niveles, se les agregó enzimas digestivas. El concentrado fue de 18 por ciento de proteína y 63 por ciento de nutrientes disponibles totales (NDT), el forraje utilizado fue rye grass. Los incrementos alcanzados con niveles de 10, 15 y 20 por ciento de fibra fueron 10,2, 9,2, y 9 g/animal/día, los incrementos diarios fueron ligeramente mayores cuando se utilizaron enzimas digestivas (11,1, 10,3 y 9,9 g). Las conversiones alimenticias de MS fueron de 12,1, 13,2 y 13,2 valores más altos a los registrados 10,9, 11,8 y 11,8, respectivamente, para los niveles de 10, 15 y 20 por ciento de fibra sin enzimas y con enzimas digestivas (Carampoma, et al., 1991).

Los coeficientes de digestibilidad de la fibra de los forrajes son: la chala de maíz del 48,7 por ciento para la hoja y del 63,1 por ciento para el tallo, la alfalfa del 46,8 por ciento, la parte aérea del camote del 58,5 por ciento, y la grama china (Sorghum halepense) del 57,7 por ciento (Saravia et al., 1992b); y de insumos como el afrechillo del 60,0 por ciento y el maíz grano del 59,0 por ciento (Ninanya, 1974).

Energía

Los carbohidratos, lípidos y proteínas proveen de energía al animal. Los más disponibles son los carbohidratos, fibrosos y no fibrosos, contenido en los alimentos de origen vegetal. El consumo de exceso de energía no causa mayores problemas, excepto una deposición exagerada de grasa que en algunos casos puede perjudicar el desempeño reproductivo.

El NRC (1978) sugiere un nivel de ED de 3 000 kcal/ kg de dieta. Al evaluar raciones con diferente densidad energética, se encontró mejor respuesta en ganancia de peso y eficiencia alimenticia con las dietas de mayor densidad energética. Para las evaluaciones con hembras en reproducción, cada animal recibe 200 g de pasto elefante y para el caso de crecimiento recibieron 150 g/animal/día.

Los cuyes responden eficientemente al suministro de alta energía, se logran mayores ganancias de peso con raciones con 70,8 por ciento que con 62,6 por ciento de NDT (Carrasco, 1969). Si se enriquece la ración dándole mayor nivel energético se mejoran las ganancias de peso y mayor eficiencia de utilización de alimentos. A mayor nivel energético de la ración, la conversión alimenticia mejora (Zaldívar y Vargas, 1969). Proporcionando a los cuyes raciones con 66 por ciento de NDT pueden obtenerse conversiones alimenticias de 8,03 (Mercado et al., 1974).

Con una ración balanceada a base de maíz, soya suplementada con DL-metionina y con 8 por ciento de coronta más forraje restringido (50 g de alfalfa/día), más agua con vitamina C ( I g de ácido ascórbico por litro), se registraron consumos de 22,61 y 30,14 g de MS/día, con una conversión alimenticia entre 2,80 y3,29 para ganancias de peso entre 10,21 y 7,17 g/día; esta dieta aportaba 72 por ciento de NDT y 16,8 por ciento de proteína (Atuso, 1976).

CUADRO 43 Desempeño productivo y consumo de concentrado con 18 por ciento de proteína cruda y diferente contenido energético

 

Nivel energético (kcal de EM/kg)

 

2600

2 800

3 000

Reproductores 1

Consumo promedio (g/animal/día)

30

28

27

Peso crías al nacimiento (g)

90

109

114

Crecimiento 2

Consumo promedio (g/animal/día)

24

21

20

Incremento diana (g/animal/día)

5,7

6,6

6,6

1 Hembras de 14 semanas de edad, evaluadas durante 100 días.

2 Inicio 4 semanas; crecimiento: 10 semanas.

Nota: EM = energía metabolizable.

Fuente: Samame, 1983.

CUADRO 44 Comportamiento del consumo ante diferentes valores de energía digestible y composición química de la ración

Tratamiento

ED

Fibra

Proteína

Consumo de MS

 

(Mcal/kg de alimento) 1

(%)

(%)

(%)

A

3,1

10,8

18,1

5,0

B

2,6

14,9

16,3

5,9

C

2,2

18,6

12,3

6,8

Nota: ED = energía digestible, MS = materia seca.

1 Corno porcentaje de peso vivo

2 Variación en porcentaje de panca de maíz en la ración.

Fuente: Caballero, 1992.

Existe una aparente relación inversa entre contenido energético de los alimentos y su consumo, lo cual indica la capacidad de variar el consumo de alimento con el objeto de alcanzar en lo posible ingresos energéticos semejantes.

La digestibilidad y consumo voluntario de los forrajes más utilizados en la alimentación de cuyes en la costa central vienen siendo estudiados con el fin de racionalizar la crianza de cuyes. Los forrajes son fuentes de energía y su consumo varía ante diferentes valores de ED.

Para evaluar la etapa reproductiva se ha utilizado cuyes hembras empedradas a las 14 semanas de edad, alimentadas con pasto elefante a razón de 200 g/día, suplementado con raciones isoproteicas (18 por ciento proteína), con diferente contenido energético, 2 600, 2 800 y 3 000 kcal de energía metabolizable por kilogramo de alimento. Se ha logrado pesos promedio de las crías al parto de 90, 109 y 114 g. Los consumos promedios de concentrado por animal/día fueron 30,28 y 27 g, respectivamente. Se puede apreciar que a medida que disminuye el nivel energético los consumos son mayores (Samame, 1983).

CUADRO 45 Comportamiento del consumo ante diferentes valores de energía digestible

Forrajes

ED

Consumo 1

 

(kcal/g de MS)

MS

ED

   

(R)

(kcal)

Hoja de camote

3,08

7,16 a

22,05 a

Alfalfa

2,56

6,27 b

16,05 b

Chala de maíz

1,89

7,31 c

13,82 c

1 Consumo por 100 g de peso vivo.

Nota: ED = energía digestible, MS = materia seca.

Fuente: Saravia et al., 1992a.

CUADRO 46 Determinación de la digestibilidad de insumos energéticos, proteicas y fibrosos en cuyes

Insumo

Energía digestible

 

(kcal/kg base seca)

Subproducto de trigo

3 219

Cebada en grano

3 721

Pasta de algodón

1 636

Torta de soya

3 585

Chala de maíz

2 382

Heno de alfalfa

2 480

Fuente: Correa et al., 1994.

Grasa

El cuy tiene un requerimiento bien definido de grasa o ácidos grasos no saturados. Su carencia produce un retardo en el crecimiento, además de dermatitis, úlceras en la piel, pobre crecimiento del pelo, así como caída del mismo. Esta sintomatología es susceptible de corregirse agregando grasa que contenga ácidos grasos insaturados o ácido linoleico en una cantidad de 4 g/kg de ración. El aceite de maíz a un nivel de 3 por ciento permite un buen crecimiento sin dermatitis. En casos de deficiencias prolongadas se observaron poco desarrollo de los testículos, bazo, vesícula biliar, así como, agrandamiento de riñones, hígado, suprarrenales y corazón. En casos extremos puede sobrevenir la muerte del animal. Estas deficiencia pueden prevenirse con la inclusión de grasa o ácidos grasos no saturados. Se afirma que un nivel de 3 por ciento es suficiente para lograr un buen crecimiento así como para prevenir la dermatitis (Wagner y Manning, 1976).

Agua

El agua está indudablemente entre los elementos más importantes que debe considerarse en la alimentación. El animal la obtiene de acuerdo a su necesidad de tres fuentes: una es el agua de bebida que se le proporciona a discreción al animal, otra es el agua contenida como humedad en los alimentos, y la tercera es el agua metabólica que se produce del metabolismo por oxidación de los nutrientes orgánicos que contienen hidrógeno.

Por costumbre a los cuyes se les ha restringido el suministro de agua de bebida; ofrecerla no ha sido una práctica habitual de crianza. Los cuyes como herbívoros siempre han recibido pastos suculentos en su alimentación con lo que satisfacían su necesidades hídricas. Las condiciones ambientales y otros factores a los que se adapta el animal, son los que determinan el consumo de agua para compensar las pérdidas que se producen a través de la piel, pulmones y excreciones.

La necesidad de agua de bebida en los cuyes está supeditada al tipo de alimentación que reciben. Si se suministra un forraje suculento en cantidades altas (más de 200 g) la necesidad de agua se cubre con la humedad del forraje, razón por la cual no es necesario suministrar agua de bebida. Si se suministra forraje restringido 30 g/animal/día, requiere 85 ml de agua, siendo su requerimiento diario de 105 ml/kg de peso vivo (Zaldívar y Chauca, 1975). Los cuyes de recría requiere entre 50 y 100 ml de agua por día pudiendo incrementarse hasta más de 250 ml si no recibe forraje verde y el clima supera temperaturas de 30 °C. Bajo estas condiciones los cuyes que tienen acceso al agua de bebida se ven más vigorosos que aquellos que no tienen acceso al agua. En climas templados, en los meses de verano, el consumo de agua en cuyes de 7 semanas es de 51 ml y a las 13 semanas es de 89 ml. esto con suministro de forraje verde (chala de maíz: 100 g/animal/día).

Cuando reciben forraje restringido los volúmenes de agua que consumen a través del alimento verde en muchos casos está por debajo de sus necesidades hídricas. Los porcentajes de mortalidad se incrementan significativamente cuando los animales no reciben un suministro de agua de bebida. Las hembras preñadas y en lactancia son las primeras afectadas, seguidas por los lactantes y los animales de recría.

La utilización de agua en la etapa reproductiva disminuye la mortalidad de lactantes en 3,22 por ciento, mejora los pesos al nacimiento en 17,81 g y al destete en 33,73 g. Se mejora así mismo la eficiencia reproductiva (Chauca et al., 1992c).

Con el suministro de agua se registra un mayor número de crías nacidas, menor mortalidad durante la lactancia, mayor peso de las crías al nacimiento (P<0,05) y destete (P<0,01 ), mayor peso de las madres al parto (125,1 g más), y un menor decremento de peso al destete. Esta mejor respuesta la lograron las hembras con un mayor consumo de alimento balanceado, estimulado por el consumo de agua ad libitum. Estos resultados fueron registrados en otoño, en los meses de primavera-verano cuando las temperaturas ambientales son más altas, la respuesta al suministro de agua es más evidente.

La utilización de agua de bebida en la alimentación de cuyes en recría, no ha mostrado diferencias que favorezcan su uso en cuanto a crecimiento, pero si mejoran SU conversión alimenticia. Los cuyes que recibían agua ad libitum alcanzaban una conversión alimenticia de 6,80 mientras que los que no recibían alcanzaban una de 7,29.

CUADRO 47 Producción de cuyes hembras alimentadas con o sin agua

 

Alimentación ad libitum

 

Sin agua

Con agua

Tamaño de camada

Nacimiento

2,73

2,78

Destete

2,42

2,53

Mortalidad al destete (%)

12,22

9,00

Peso (g)

Nacimiento

118,03 (90)

135,84 (100)

Destete

176,97 (79)

213,70 (91)

Peso total de camada (g)

Nacimiento

321,90

377,33

Destete

423,66

540,19

Peso de las madres (g)

Parto

1 032,5 ± 162,4 (33)

1 157,6 ± 154,4 (36)

Destete

934,0 ± 203,1 (33)

1 123,8 ± 172,0 (36)

Fertilidad (%)

82,5

90,0

Fuente: Chauca et al., 1992c.

CUADRO 48 Consumos de concentrado de cuyes hembras alimentadas con o sin suministro de agua de bebida

Tratamiento

Consumo

Costo por hembra

 

Total 1

Por hembra

(dólares EE.UU.)

 

(kg)

(g/día)

 

Con agua

3,30

49,26

0,80

Sin agua

2,15

32,14

0,53

1 67 días de empadre.

La forma de suministro es en bebederos aporcelanados con capacidad de 250 ml. aunque se facilita la distribución si se les proporciona en bebederos automáticos instalados en red.

Digestibilidad de insumos alimenticios utilizados en la alimentación de cuyes

El determinar los coeficientes de digestibilidad de los diferentes insumos alimenticios sean forrajes o componentes de raciones, permite estudiar mejor la nutrición del cuy como productor de carne.

Actividad cecotrófica

La cecotrófia es un proceso digestivo poco estudiado; se han realizado estudios a fin de caracterizarla. Esta actividad explica muchas respuestas contradictorias halladas en los diferentes estudios realizados en prueba de raciones. Al evaluar balanceados con niveles proteicas entre 13 y 25 por ciento, que no muestran diferencias significativas en cuanto a crecimiento, una explicación de tales resultados podría tener su base en la actividad cecotrófica. La ingestión de las cagarrutas permite aprovechar la proteína contenida en la célula de las bacterias presentes en el ciego, así como permite reutilizar el nitrógeno proteico y no proteico que no alcanzó a ser digerido en el intestino delgado.

Para evaluar la actividad cecotrófica, medida a través de pruebas de digestibilidad, se ha utilizado chala de maíz (Zea mays), donde la digestibilidad de MS -permitiendo la actividad cecotrófica-, fue superior en 18 por ciento al compararla con la digestibilidad obtenido evitándola. Este efecto es menor cuando se evalúa un forraje de buena calidad como la alfalfa en donde la diferencia de digestibilidades evitando la actividad cecotrófica es menor (4,67 por ciento). Estas pruebas permiten estimar por diferencia la fracción de alimento que deja de ser aprovechada cuando se impide realizar la cecotrófia.

El afrecho de trigo (subproducto industrial) es utilizado en las crianza familiar-comercial de la costa central por su disponibilidad y bajo costo al compararlo con raciones elaboradas. Su inclusión como único suplemento justifica el estudio de su calidad nutritiva. Al evaluar el efecto de la actividad cecotrófica pudo apreciarse que la digestibilidad de este insumo se ve fuertemente afectada (29,07 por ciento menor) cuando se impide realizar dicha actividad.

CUADRO 49 Coeficientes de digestibilidad de algunos insumos usados en la alimentación de cuyes

 

MS

Proteína

Grasa

Fibra

Nifex

MO

NDT

Forrajes

Alfalfa

             
 

verde

60,59

64,96

40,92

32,27

75,14

-

-

 

heno

-

58,98

22,36

40,71

78,89

-

56,77

Cebada (parte aérea)

-

83,19

69,73

66,00

81,72

-

79,09

Camote (hoja)

74,36

72,07

70,85

59,40

81,39

   

Col lisa

             
 

cuyes mejorados

85,67

84,06

19,97

52,85

95,46

86,50

81,50

 

cuyes criollos

82,35

68,95

32,59

64,08

93,46

83,50

79,30

Col crespa

90,70

83,05

51,66

90,38

94,22

91,80

82,90

Grama china

54,34

51,77

68,06

57,28

55,66

-

56,80

Gramalote

-

15,75

49,18

34,84

41,41

-

35,02

Kudzu

-

61,86

23,91

26,52

73,80

-

50,68

Maicillo

-

13,46

71,91

36,93

58,66

-

46,70

Chala de maíz

50,05

62,58

45,78

46,91

43,35

   
 

hoja

50,00

66,15

48,66

83,18

43,26

-

50,10

 

tallo

62,60

35,96

63,08

23,22

63,90

-

60,20

 

panca

28,20

47,41

55,80

6,10

35,30

28,80

28,80

Morera (hoja)

69,40

75,55

21,50

81,68

86,82

-

65,39

Phalaris tuberoarundinacea

             
 

parte aérea

50,07

74,37

56,64

49,84

58,91

60,20

57,20

 

hojas

73,26

83,77

67,18

68,67

69,40

73,90

70,30

 

tallo

52,12

59,28

20,15

49,63

51,83

51,70

45,80

Phalaris tuberinacea

-

67,40

31,80

38,60

74,00

-

59,70

Rye grass + trébol blanco 1

72,06

75,54

58,09

50,83

81,85

69,60

 

Sonchos oleraceos (Ishana)

18,50

3,40

1,20

4,50

8,70

-

67,50

Totora

             
 

sin inflorescencia

76,67

83,69

79,31

68,16

78,53

78,20

68,30

 

con inflorescencia

84,62

77,05

62,53

54,34

65,73

63,70

57,20

Trébol

68,22

70,82

9,13

10,50

95,84

-

-

Zanahoria

             
 

hojas

90,21

86,49

88,76

81,91

93,77

90,10

77,70

 

raíz

97,93

96,05

87,98

97,98

98,78

98,10

90,00

Residuos de cocina

Cáscara de papa

             
 

cuyes mejorados

83.27

55,61

22,21

61,82

92,34

84,30

77,40

 

cuyes criollos

89,00

48,84

50,75

82,29

96,87

89,40

82,30

Cáscara de zanahoria

             
 

cuyes mejorados

77,55

24,48

41,66

41,21

89,82

80,00

76,00

 

cuyes criollos

88,43

52,00

49,72

54,11

97,16

89,10

84,70

Subproductos de molinería

Afrecho de morbo

70,92

56,71

100,00

79,24

59,81

73,80

66,70

Afrechillo

-

78,13

33,24

60,11

92,84

-

57,46

Cáscara de arvejas

86,06

50,57

97,67

84,72

90,75

88,40

83,40

Cáscara de habas

72,18

12,38

78,16

83,80

66,27

75,70

70,10

Cáscara de kiwicha

51,11

64,27

37,42

42,02

49,56

50,80

43,50

Cáscara de quinua

52,24

54,62

54,07

31,53

58,78

51,50

45,90

Cáscara de tarwi

81,94

65,55

55,73

85,79

85,57

82,60

78,50

Residuos de cervecería

96,02

89,75

60,13

79,03

-

56,84

-

Concentrados

Harina de sangre

             
 

cocida

87,68

78,18

94,36

-

-

81,90

73,30

 

cruda

92,58

83,52

93,93

-

-

92,80

80,90

Harina de vísceras de pescado

             
 

cocida

71,40

73,94

82,62

-

-

67,10

77,80

 

cruda

55,38

52,89

75,04

-

-

54,10

97,70

Harina de pescado (1a)

-

100,00

41,02

57,15

100,00

-

76,16

Harina de pescado (2a)

64,23

77,31

81,77

-

-

66,90

65,30

Cebada engrano

79,06

63,72

65,99

53,75

88,10

80,30

79,70

Maíz grano

-

91,08

27,22

59,06

92,87

. -

71,38

Harina tarwi desamargado

-

87,60

84,70

67,80

85,80

-

-

1 A los 45 días de edad.

Nota: MO = matería orgánica: MS = materia seca; NDT = nutrientes disponibles totales.

Fuente: Castro y Chirinos. 1994 y Resúmenes de las Reuniones científicas anuales de la Asociación Peruana de Producción Animal (APPA), 1976 1993.

Los resultados obtenidos referentes a los consumos de alimento y cantidades de excreta, se muestran en el Cuadro 5 1.

Sistemas de alimentación

Los estudios de nutrición nos permiten determinar los requerimientos óptimos que necesitan los animales para lograr un máximo de productividad, pero para llevar con éxito una crianza es imprescindible manejar bien los sistemas de alimentación, ya que ésta no solo es nutrición aplicada, sino un arte complejo en el cual juegan importante papel los principios nutricionales y los económicos.

En cuyes los sistemas de alimentación se adaptan de acuerdo a la disponibilidad de alimento. La combinación de alimentos dada por la restricción, sea del concentrado que del forraje, hacen del cuy una especie versátil en su alimentación, pues puede comportarse como herbívoro o forzar su alimentación en función de un mayor uso de balanceados.

Los sistemas de alimentación que es posible utilizar en la alimentación de cuyes son:

CUADRO 50 Digestibilidad aparente de la materia seca de la chala de maíz y alfalfa en cuyes

Insumos

Actividad cecotrófica

 

Permitiendo

Evitando

Digestibilidad aparente (%)

Chala de maíz

68,47

50,44

Alfalfa

69,40

64,73

CUADRO 51 Digestibilidad aparente del afrecho de trigo en cuyes

Parámetros

Actividad cecotrófica

 

Permitiendo

Evitando

Peso vivo promedio (g)

1 005,50

1 005,80

Consumo promedio de MS (g/100g peso vivo)

2,56

1,58

Consumo promedio de MS (g de afrecho/día)

26,02

15,94

Producción de MS en heces (g/día)

7,88

9,46

Digestibilidad aparente

69,72

40,65

Nota: MS = materia seca.

Cualquiera de los sistemas puede aplicarse en forma individual o alternada de acuerdo a la disponibilidad de alimento existente en cualquiera de los sistemas de producción de cuyes, sea familiar, familiar-comercial o comercial. Su uso está determinado no sólo por la disponibilidad sino por los costos que éstos tienen a través del año.

Alimentación con forraje

El cuy es una especie herbívora por excelencia, su alimentación es sobre todo a base de forraje verde y ante el suministro de diferentes tipos de alimento, muestra siempre su preferencia por el forraje. Existen ecotipos de cuyes que muestran una mejor eficiencia como animales forrajeros. Al evaluar dos ecotipos de cuyes en el Perú se encontró que los maestreados en la sierra norte fueron más eficientes cuando recibían una alimentación a base de forraje más concentrado, pero el ecotipo de la sierra sur respondía mejor ante un sistema de alimentación a base de forraje (Zaldívar y Rojas, 1968)

Las leguminosas por su calidad nutritiva se comportan como un excelente alimento, aunque en muchos casos la capacidad de ingesta que tiene el cuy no le permite satisfacer sus requerimientos nutritivos. Las gramíneas tienen menor valor nutritivo por lo que es conveniente combinar especies gramíneas y leguminosas, enriqueciendo de esta manera las primeras. Cuando a los cuyes se les suministra una leguminosa (alfalfa) su consumo de MS en 63 días es de 1,636 kg. valor menor al registrado con consumos de chala de maíz o pasto elefante. Los cambios en la alimentación no deben ser bruscos; siempre debe irse adaptando a los cuyes al cambio de forraje. Esta especie es muy susceptible a presentar trastornos digestivos, sobre todo las crías de menor edad.

Los forrajes más utilizados en la alimentación de cuyes en la costa del Perú son la alfalfa (Medicago sativa), la chala de maíz (Zea mays), el pasto elefante (Pennisetum purpureum), la hoja de camote (Hypomea batata), la hoja y tronco de plátano, malezas como la abadilla, el gramalote, la grama china (Sorghum halepense), y existen otras malezas. En la región andina se utiliza alfalfa, rye grass, trébol y retama como maleza. En regiones tropicales existen muchos recursos forrajeros y se ha evaluado el uso de kudzú, maicillo, gramalote, amasisa (Amasisa eritrina sp.), pasto estrella (Cynodon plectostachyus) y brachiaria (Brachiaria decumbes).

Los niveles de forraje suministrados van entre 80 y 200 g/animal/día. Con 80 g/animal/día de alfalfa se alcanzan pesos finales de 812,6 g con un incremento de peso total de 588,2 g y con suministros de 200 g/animal/ día los pesos finales alcanzados fueron 1 039 g, siendo sus incrementos totales 631 g (Paredes et al., 1972).

Estas cantidades suministradas de forraje son bajas al compararlas con las registradas en los trabajos realizados en Colombia donde se señalan suministros de 500 g de forraje fresco, siendo los más comunes el rye grass, tetraploides (Solium sp), kikuyo (Pennisetum clandestinum), saboya, brasilero imperial, puntazo, elefante, micay y guinea. Estos forrajes han sido utilizados en crecimiento y engorde de cuyes (Caycedo, 1993b). La frecuencia en el suministro de forraje induce a un mayor consumo y por ende a una mayor ingesta de nutrientes.

Alimentación mixta

La disponibilidad de alimento verde no es constante a lo largo del año, hay meses de mayor producción y épocas de escasez por falta de agua de lluvia o de riego. En estos casos la alimentación de los cuyes se torna critica, habiéndose tenido que estudiar diferentes alternativas, entre ellas el uso de concentrado, granos o subproductos industriales (afrecho de trigo o residuo seco de cervecería) como suplemento al forraje.

Diferentes trabajos han demostrado la superioridad del comportamiento de los cuyes cuando reciben un suplemento alimenticio conformado por una ración balanceada. Con el suministro de una ración el tipo de forraje aportado pierde importancia. Un animal mejor alimentado exterioriza mejor su bagaje genético y mejora notablemente su conversión alimenticia que puede llegar a valores intermedios entre 3,09 y 6. Cuyes de un mismo germoplasma alcanzan incrementos de 546,6 g cuando reciben una alimentación mixta, mientras que los que recibían únicamente forraje alcanzaban incrementos de 274,4 g.

Al evaluar el uso de afrecho con aportes de forraje restringido en raciones de acabado (iniciado entre la 8a y la 12a semana de edad), se logró incrementos diarios de 7,59 g cuando recibían 30 g de afrecho y 170 g de alfalfa, incremento superior al registrado cuando recibían como único alimento la alfalfa (6,42 g/animal/día) (Castro et al., 1991).

Al evaluar el crecimiento de cuyes entre la 2a y la 7a semana de edad, se lograron pesos finales de 778 g, equivalente a 15,2 g, alimentando a los cuyes con una ración con 20 por ciento de proteína y 3,45 kcal de ED/kg más pasto elefante en cantidades diarias del 20 por ciento de su peso vivo (Saravia et al., 1994a).

Germinados. La disponibilidad o fácil acceso a granos de avena, cebada, trigo y maíz permite tener la alternativa de uso de germinados. Estudiando el suministro de granos germinados, cebada y frijol chino con 5 días de germinación en cuyes en crecimiento, se determina que los pesos a la 6a semana de edad en los que recibían chala de maíz alcanzaban 750 g. Los cuyes que recibían germinados alcanzan pesos inferiores, sobre la 7a semana tuvieron decrementos de peso y mortalidades sobre la 8a semana. Aparentemente por recibir aportes insuficientes de germinado (30 g) que conllevan a deficiencias de vitamina C (Saravia et al., 1994b).

Evaluando el crecimiento de cuyes entre la 2a y la 12a semana de edad, se encontró incrementos diarios de 6,8 y 8,8 con maíz y cebada germinada, respectivamente. El incremento logrado (9,8 g) con una alimentación convencional (concentrado con 17 por ciento de proteína más chala de maíz) fue superior al compararlo con la alimentación con germinados. Las conversiones alimenticias en MS son de 5,1 y 4,0 para el caso de maíz y cebada germinada, respectivamente (Silva, 1994).

Forraje restringido. Otra alternativa que se viene evaluando con buenos resultados es la alimentación de cuyes en recría con suministro de forraje restringido. Un racionamiento técnicamente concebido exige su empleo de manera más eficiente que permita aumentar sus rendimientos. Se vienen evaluando con buenos resultados los suministros de forraje restringido equivalentes al I ,0,1,5 y 2,0 por ciento de su peso con MS proveniente del forraje. Esta alternativa es viable si el productor de cuyes esta dispuesto a invertir en alimento balanceado. Para el caso de crianzas familiar-comercial y comercial su adopción es fácil. Para las crianzas familiares la alternativa es el suplemento con granos, en la sierra norte del país utilizan avena o cebada remojada.

CUADRO 52 Composición nutritiva del germinado de maíz

Nutriente

Tal como ofrecido

Base seca

(%)

10 días

20 días

10 días

20 días

Materia seca

19,16

17,69

100,00

100,00

Cenizas

0,52

0,68

2,71

3,84

Proteína

2,58

2,61

13,47

14,75

Grasa

0,96

1,13

5,01

6,39

Fibra

1,73

2,34

9,03

13,23

Una forma de restricción del forraje se realiza proporcionándoles cantidades pequeñas todos los días a interdiario; esto estimula el consumo de la ración balanceada que, al contrario, se proporciona ad libitum. El menor suministro de forraje no afecta mayormente debido al pasaje lento a través del tracto digestivo, e inclusive después de 24 horas de ayuno ano se encuentra abundante contenido en estómago y ciego. El uso de raciones con niveles altos de fibra puede ser la alternativa.

Suministrando forraje diariamente o dejando pasar un día se consiguen pesos mayores, aunque sin significancia estadística cuando se lo suministra diariamente y en volúmenes altos del 20 por ciento del peso vi va. Estos resultados determinan suministros de forraje promedio equivalentes al 20, 10 y 5 por ciento del forraje diario.

Alimentación a base de concentrado. El utilizar un concentrado como único alimento, requiere preparar una buena ración para satisfacer los requerimientos nutritivos de los cuyes. Bajo estas condiciones los consumos por animal/día se incrementan, pudiendo estar entre 40 a 60 g/animal/día, esto dependiendo de la calidad de la ración. El porcentaje mínimo de fibra debe ser 9 por ciento y el máximo 18 por ciento. Bajo este sistema de alimentación debe proporcionarse diariamente vitamina C. El alimento balanceado debe en lo posible peletizarse, ya que existe mayor desperdicio en las raciones en polvo. El consumo de MS en cuyes alimentados con una ración peletizada es de 1,448 kg. mientras que cuando se suministra en polvo se incrementa a 1,606 kg. este mayor gasto repercute en la menor eficiencia de su conversión alimenticia.

CUADRO 53 Pesos, consumos y conversiones alimenticias logradas en cuyes con diferentes niveles de forraje

Forraje diario

Forraje interdiario

 

(20% de PV)1

( 10% de PV)

(20% de PV)

(10% de PV)

Peso inicial (3 semanas de edad)

289 a

290 a

292 a

291

Peso final (9 semanas de edad)

804 a

789 a

767 a

748 a

Incremento diario

12,3 a

11,9 a

11,3 a

10,9 a

Consumo de MS 2 por alimento (g)

Forraje

836

420

410

203

Concentrado

1 290 a

1 485 b

1 478 b

1 648 b

Total

2125 a

1905 b

1887 b

1851 b

MS semanal (g/100g de PV)

59,85

53,97

53,97

53,97

Conversión alimenticia

4,12

3,81

3,97

4,05

1 PV = peso vivo.

2 MS = materia seca.

Nota: Diferencia estadística para P<0,05.

Fuente. Rivas. 1995.

CUADRO 54 Porcentajes mínimos y máximos de insumos utilizados en la preparación de raciones para cuyes

 

Mínimos

Máximos

Fuentes energéticas

Maíz

   

Sorgo

-

50

Cebada

20

40

Polvillo de arroz

-

18

Melaza de caña

10

30

Afrecho

15

100

Ryemalt

-

25

Fuentes proteicas

Quinua

10

30

Harina de alfalfa

7

12

Pasta de algodón tratada

15

30

Pasta de algodón no tratada

-

15

Harina de pescado

2

12

Harina de vísceras de pescado

5

10

Harina de sangre

5

18

Fibra

Cáscara de algodón

-

9

Coronta

-

9

Panca de maíz

5

15

Otros

Estiércol bovino

-

10 1

Porquinaza

10

30

Cama de aves

-

10 1

Cama de cuyes

5

10

1 Suministrado durante 4 semanas.

Del análisis de la información de trabajos de investigación realizados en diferentes lugares del Perú, así como de otros países, se ha preparado el Cuadro 54, en el se muestran los diferentes insumos utilizados en la preparación de raciones para cuyes. Debe tomarse como referencia los niveles mínimos y máximos utilizados en la elaboración de raciones para cuyes. Es indudable que las raciones evaluadas en los diferentes trabajos han sido utilizadas con suministros de forraje.

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