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Porcicultura intensiva y medio ambiente en México

Rosario Pérez Espejo

Instituto de Investigaciones Económicas, Universidad Nacional Autónoma
de México.

INTENSIVE PIG FARMING AND THE ENVIRONMENT IN MEXICO

Mexican pig farming has developed significantly in the last 25 years, although its basic characteristics have remained the same: a diversity of products, dependence on imports for foundation stock and feed, and the failure to internalize environmental costs. Environmental problems arise from the segregation of pig farming and agricultural activity, the existence of large pig concentrations at the regional and farm levels, the type of feeding systems used, the free supply and inefficient use of water and a shortage of trained personnel. Mexico has limited water resources and the heaviest pig concentrations are in regions where water is most scarce and polluted. A large number of farms have no waste treatment or recycling facilities and the country's environmental policy is based on prescriptive measures rather than economic incentives. In conclusion, any attempt to render pig production sustainable will be a medium-term undertaking at least, entailing changes in feeding systems, farm facilities and management techniques, together with human resource training and the establishment of interinstitutional and intersectoral environmental programmes tailored to the sector.

ÉLEVAGE PORCIN INTENSIF ET ENVIRONNEMENT AU MEXIQUE

L'élevage porcin intensif s'est sensiblement développé au Mexique depuis 25 ans; cependant, il se caractérise essentiellement par son hétérogénéité de production, sa dépendance à l'égard de l'extérieur pour l'obtention de reproducteurs et de facteurs de production d'aliments et l'absence d'«internalisation» de ses coûts écologiques. Le problème écologique de l'élevage porcin tient au fait que celui-ci est détaché des activités agricoles; à l'existence de grandes concentrations d'animaux au plan régional et par exploitation; aux systèmes d'alimentation auxquels on a recours; à la gratuité de l'eau et à son utilisation inefficace; et à l'absence de ressources humaines formées dans ce domaine. Le Mexique est un pays pauvre en ressources hydriques et les plus fortes concentrations de porcs se trouvent dans les régions où l'eau est la plus rare et la plus contaminée. Un grand nombre d'exploitations n'utilisent ni système de traitement ni recyclage des résidus. La politique de l'environnement est fondée sur l'application d'instruments d'«obligations et de contrôle» et non sur l'application d'incitations économiques. L'auteur conclut que faire de l'élevage porcin une activité durable est une tâche à moyen terme qui doit comporter une modification des systèmes d'alimentation, des installations et de conduite de l'élevage, le renforcement des capacités des ressources humaines et la mise en place de programmes écologiques interinstitutionnels et intersectoriels spécifiques pour le secteur.

La falta de atención que los factores del medio ambiente y los recursos naturales recibieron en las teorías y políticas de desarrollo económico hasta finales de la década de los sesenta se ha manifestado con mayor intensidad en los países en desarrollo y, particularmente, en el sector agropecuario, el cual se ha convertido en una fuente importante de contaminación1.

Las causas de los problemas ambientales son variadas. Durante siglos, los países ahora desarrollados emplearon sus propios recursos naturales y los de otros países sin mayores escrúpulos. Tan sólo tres décadas atrás, cuando ya muchos daños eran irreversibles, se tomó conciencia del problema ambiental y se planteó la necesidad de un desarrollo que no comprometiera la integridad de los recursos naturales y su aprovechamiento por las generaciones futuras.

Para tratar de reducir la brecha cada vez más grande que los separa de los países del mundo desarrollado y alcanzar los niveles de competitividad que exige una economía globalizada, los países en desarrollo han tenido que recurrir a un uso intensivo y depredador de sus recursos naturales y a una mayor explotación de su mano de obra. En el contexto agrícola, los aspectos ambientales, como la calidad de los recursos naturales y la biodiversidad, representan un costo con frecuencia difícil de medir y, por lo tanto, no fácil de asumir. La ganadería, tanto la de pastoreo como la intensiva, con su impacto negativo en los bosques, la fertilidad de los suelos, la biodiversidad y la calidad de los recursos naturales, especialmente el agua, está lejos de ser una actividad sostenible2, aunque podría serlo si se manejara adecuadamente. Su impacto actual y potencial en México y en otros países prácticamente no ha sido estudiado.

El objetivo de este artículo es destacar algunos de los aspectos ambientales más importantes vinculados a la porcicultura y señalar propuestas de carácter general encaminadas a manejar y a reducir su impacto ambiental (Pérez, 1993). En la primera parte se presenta la situación actual de la porcicultura, sus antecedentes, características y principales tendencias. La segunda parte se refiere al problema ambiental generado por las condiciones específicas en que se ha desarrollado esta actividad y sus repercusiones en los recursos hídricos. En la tercera parte se hace referencia al marco legal y normativo de los aspectos ambientales relacionados con la porcicultura, a los instrumentos económi-cos a que se ha recurrido para reducir los problemas que plantea, y a las posibles repercusiones de la apertura comercial en la porcicultura (Pérez, 1993). Por último, en las conclusiones se plantean algunas propuestas destinadas a hacer de la porcicultura comercial intensiva una actividad sostenible y compatible con la protección del medio ambiente.

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1
Celdas en una granja moderna típica de La Piedad, estado de Michoacán, en el centro de México (región de clima templado)
Pens at a typical modern farm in La Piedad, Michoacán State - located in the centre of the country, the area has a temperate climate
Enclos dans une exploitation moderne typique à La Piedad, Etat de Michocan, dans le centre du pays (région à climat tempéré)
Photo/foto: R. Pérez Espejo

SITUACIÓN ACTUAL DE LA PORCICULTURA

En México, la porcicultura ocupa el tercer lugar en importancia como sistema productor de carne, después de la cría de bovinos y aves. Si bien su parte en el producto interno bruto es mínima (alrededor del 0,3 por ciento), su importancia reside en proporcionar un conjunto de productos de valor nutricional, algunos de los cuales son componentes esenciales de la dieta de grupos de ingresos bajos y medianos3; usar en forma indirecta extensas superficies agrícolas; generar una amplia y compleja cadena productiva que incluye la producción de granos forrajeros y oleaginosas, la elaboración de alimentos equilibrados, fármacos, productos biológicos y establecimientos de sacrificio, despiezado e industrialización de la carne; e incidir negativamente en la balanza comercial a causa de la demanda de insumos importados.

A pesar de que la porcicultura mexicana ha alcanzado un desarrollo significativo en los últimos 20 años, sus características fundamentales siguen siendo una gran heterogeneidad productiva, la dependencia del exterior para la obtención de pies de cría e insumos alimenticios (entre un 30 y 40 por ciento del sorgo y más del 80 por ciento de la soja se importan) y la falta de «internalización» de sus costos ambientales.

ANTECEDENTES

La estadística oficial sobre porcicultura ofrece sólo dos datos: producción de carne de cerdo e inventario porcino; por consiguiente, las cifras sobre número de vientres, escala de la producción, estructura de la piara y niveles de tecnificación tienen que inferirse de la información censal4 o de estudios específicos sobre el sector.

Por la magnitud del inventario y la cantidad de carne producida, la porcicultura fue el sistema ganadero más importante del país entre 1975 y 1985. Durante la década de los sesenta y la mitad de los setenta, la carne de cerdo presentó una alta elasticidad-ingreso y constituía, según las encuestas5, el producto cárnico de mayor consumo en los estratos de la población de menores ingresos. En esa época, los cambios a nivel mundial en los sistemas de alimentación, genética, sanidad y manejo permitieron un descenso del precio relativo de la carne de cerdo, convirtiéndola, a partir de entonces, en la carne de mayor consumo en todo el mundo (FAO, 1993).

Durante el período de expansión, el inventario porcino aumentó de 10 millones de cabezas en 1972 a 19,3 millones en 1983, y la producción de carne de cerdo se incrementó en una tasa media anual del 9 por ciento, pasando de 573 000 toneladas en 1972 a 1,4 millones en 1983. En ese período el consumo per cápita se elevó de 11 a 19,6 kg/año. Los factores que determinaron este dinamismo fueron un mercado interno en expansión (el llamado «milagro mexicano», con tasas de crecimiento del 8 por ciento en los años sesenta y tasas poco menores a principios de los setenta), un rápido proceso de urbanización que provocó cambios sustanciales en los hábitos de consumo, una economía de subsidio (en este caso al sorgo, que en México es el principal componente de la dieta de los cerdos), una política proteccionista de elevados aranceles y permisos de importación, y los adelantos tecnológicos que el país adoptó del exterior.

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2
Rejilla separadora en la granja de La Piedad. En la esquina inferior izquierda de la fotografía se ve maíz regado con aguas residuales tratadas
A screen separator on the same farm in La Piedad. On the left-hand side of the photo are maize plants irrigated with treated waste water
Crible dans la même exploitation de La Piedad. En bas, à gauche de la photo, on voit du maïs irrigué avec des eaux usées traitées
Photo/foto: R. Pérez Espejo

El crecimiento de la porcicultura se llevó a cabo sin prestar ninguna atención a los problemas ambientales que creaba, a pesar de que desde 1973 existía un reglamento que fija límites máximos permisibles para las descargas de aguas residuales6.

La crisis de los años ochenta y los programas de ajuste modificaron este panorama económico: el mercado interno se contrajo, se eliminaron la mayor parte de los subsidios, comprendidos los subsidios al sorgo, y se inició un proceso de apertura comercial que culminó en la primera mitad de los años noventa con la firma de varios acuerdos comerciales con diferentes países. En 1984 la porcicultura resultó afectada: el inventario se redujo en forma sistemática hasta 1995, la producción de carne disminuyó un 50 por ciento entre 1983 y 1989, y el consumo per cápita disminuyó en un 50 por ciento, pasando de 20 kg/año en 1983 a 9,1 kg/año en 1989. A partir de 1991 la producción mostró un repunte modesto. Actualmente, el inventario porcino es de 15,4 millones de cabezas y la producción de carne de cerdo de 945 000 toneladas, un 33 por ciento menos que en 1983.

El consumo per cápita es de alrededor de 10 kg/año (Cuadro 1).

1
Producción de carne de cerdo en México
Pig meat production in Mexico
Production de viande de porc au Mexique

Año

Producción (miles de t)

kg/habitante

1972

573

11,20

1975

810

14,30

1977

1 010

16,80

1980

1 251

18,10

1981

1 307

18,50

1982

1 365

19,20

1983

1 486

20,40

1984

1 455

19,60

1985

1 2100

17,10

1986

959

12,50

1987

915

11,70

1988

861

10,90

1989

726

9,10

1990

757

9,30

1992

820

9,80

19100

822

9,90

1994

873

9,50

1995

922

9,90

1996

895

9,601

1997

945

10,002

1 Valor preliminar; 2 estimación.
Fuente: SAGAR.

Los recursos, reducidos en comparación con los que se canalizan a otras ganaderías, se han destinado a apoyar a los grandes productores, particularmente en el sudeste del país. Sin embargo, los nuevos proyectos incluyen, de manera obligatoria, un componente de protección ambiental.

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3
Laguna para recoger el agua tratada que se utiliza en el riego del maíz
A lagoon on the same farm that collects the treated water used to irrigate the maize
Bassin à la même exploitation qui recueille les eaux traitées utilisées pour irriguer le maïs
Photo/foto: R. Pérez Espejo

CARACTERÍSTICAS Y TENDENCIAS

Si bien en México el sector social de la producción, integrado por ejidatarios y comuneros, es muy importante, la porcicultura especializada se concentra en el sector privado, el cual detenta el 94 por ciento de la piara en unidades de producción de más de 1 000 cabezas7. Se estima que un 70 por ciento de las unidades privadas son de ciclo completo; el resto son granjas de engorda que producen cantidades limitadas de lechones; las granjas productoras de pie de cría son muy pocas.

En los años noventa se han introducido los sistemas «de tres sitios»8, y en 1992, a raíz de los cambios hechos al Artículo 27 de la Constitución sobre propiedad de la tierra y el agua, empiezaron a funcionar, en el sector de la producción porcina, unas figuras asociativas entre empresarios privados y ejidatarios que antes no eran legalmente viables.

El sector tecnificado abarca el 46 por ciento de la piara, el semitecnificado el 20 por ciento y el de traspatio el 34 por ciento del inventario porcino9. En el primero se produce el 55 por ciento de la producción de carne de cerdo; en el segundo el 20 por ciento, y el resto, que no entra en los circuitos de comercialización formales, lo aporta el sector de traspatio. Como ha sucedido en otras ramas de la actividad económica, en la porcicultura las crisis han provocado una fuerte concentración de la producción. A partir de 1990 surgieron explotaciones en las que se contaban entre 25 000 y 30 000 vientres, a las cuales las legislaciones estatales en materia de medio ambiente obligan a presentar un estudio de impacto ambiental.

Es difícil obtener una estimación del nivel de concentración de la producción porque la información censal, al tomar como punto de partida la unidad de producción, coloca en un mismo plano a tenedores de cerdos (1 millón de unidades campesinas de economía diversificada con menos de cinco cabezas que poseen el 29 por ciento de la piara) y a unidades especializadas con más de 1 000 cabezas (las cuales representan sólo el 0,03 por ciento de todas las explotaciones y concentran el 24 por ciento de la piara). En las regiones donde la concentración de unidades pequeñas es muy alta, éstas contribuyen tanto como las grandes a la contaminación del agua. Existen además otros problemas de salud pública derivados de las condiciones de vida precarias y de la presencia de cerdos no confinados.

La información de los organismos de porcicultores señala que en 1997 unas 900 granjas reunían una población de alrededor de 8 millones de cerdos. Se desconoce cuántas granjas más de este nivel estarían fuera de las organizaciones; sin embargo, para los fines de las prioridades ambientales, el conjunto que cabe considerar son estas 900 granjas que concentran casi el 60 por ciento de la piara. La mayoría de ellas genera más de 1,5 toneladas de sólidos suspendidos por día.

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Filtros de arena en una granja del estado de Puebla, en el centro de México...
Sand filters on a farm in the central state of Puebla ...
Filtres de sable d'une exploitation de l'Etat de Puebla dans le centre du pays ...
Photo/foto: R. Pérez Espejo

EL PROBLEMA AMBIENTAL

La producción porcina, como cualquier otra producción, requiere insumos que proporciona la naturaleza, y produce, de forma privada, además de productos de valor económico que son apropiados, una serie de residuos que si no son asimilados por la naturaleza imponen a la sociedad un costo en forma de contaminación. El impacto ambiental de los desechos porcinos incluye, además de las repercusiones directas sobre los recursos hídricos, de suelos y el aire, factores de perturbación como olores, ruidos y plagas de insectos, y efectos indirectos -sociales y políticos-, que son imposibles de cuantificar.

Estudios estadísticamente significativos realizados en otros países (Taiganides, 1992), indican que una unidad de producción animal porcina10 produce aproximadamente 6,17 kg de excretas de las que el 55 por ciento son heces y el 45 por ciento es orina; el contenido de humedad de las excretas es del 88 por ciento. Cerca del 90 por ciento de los sólidos se excretan en las heces y un 10 por ciento en la orina, principalmente en forma de potasio disuelto, fósforo disuelto y algo de amoníaco-nitrógeno (Taiganides, Pérez y Girón, 1996). Las excretas porcinas son potencialmente contaminantes a causa de sus elevadas concentraciones de microorganismos patógenos (bacterias, hongos, virus, helmintos, amebas y otros parásitos) (Cuadro 2), metales pesados (cobre y zinc)11, materia orgánica, y fósforo, potasio y nitrógeno (FAO, 1994). Los procesos biológicos y físicoquímicos a que se observan con respecto a estos elementos dan lugar a la formación de compuestos químicos y gases nocivos, como el dióxido de carbono (CO2), el amoníaco (NH3), el sulfuro de hidrógeno (H2S) y el metano (CH4) (Taiganides, 1992), que afectan a la salud humana y a la de los cerdos y deterioran los recursos naturales incidiendo negativamente en la calidad de vida.


Valores de diseño para cuentas bacterianas
Reference values for bacterial counts
Valeurs de référence pour le dénombrement des bactéries

MEX

Unidad

Enterococos

4,2E + 14

Escherichia coli

6,1E + 12

Coliformes fecales

1,3E + 14

FS

3,6E + 15

Estreptococos

2,6E + 13

Coliformes totales

3,5E + 14

Fuente: Taiganides, Pérez y Girón (1996).

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... y un separador en la misma granja
... and a separator on the same farm
et séparateurs dans la même exploitatiaon
Photo/foto: R. Pérez Espejo

Entre los parámetros que se usan con más frecuencia para determinar la capacidad contaminante de las excretas se encuentra la presencia de sólidos suspendidos totales, la demanda biológica de oxígeno, la temperatura, el potencial de hidrógeno (pH) y otros. Sin embargo, con un manejo adecuado, estos residuos pueden ser utilizados como fertilizantes primarios, secundarios y micronutrientes (Cuadro 3), insumos para la alimentación animal (Cuadro 4) y fuentes para producir energía en forma de biogás. El 9,6 por ciento de los sólidos excretados tiene valor como fertilizantes y la proteína cruda representa el 27 por ciento de los sólidos totales excretados. Una granja de 1 000 vientres puede producir 1 200 kg de proteína cruda al día, es decir más de 400 toneladas al año (Taiganides, Pérez y Girón, 1996).

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Laguna en el estado semiárido septentrional de Nuevo León. El agua tratada de la laguna se utiliza para regar gramíneas y árboles
A lagoon in the northern semi-arid state of Nuevo León. The treated water from the lagoon is used to irrigate grass and trees on the farm
Bassin dans l'Etat semi-aride de Nuevo León dans le nord. Les eaux traitées qu'il contient servent pour irriguer les graminées et les arbres
Photo/foto: R. Pérez Espejo


Contenido de fertilizante de las excretas
Fertilizer content of excreta
Contenu fertilisant des excréments

Componentes

H y O (mg/kg)

H y O (kg/día/t)

ST (%)

Primarios

     

TKN

8 181

 

6,7

TAN

 

4,9

4,0

TPP

2 127

 

1,7

PO5

 

4,9

4,0

TKK

4 039

 

3,3

TKO

 

4,9

4,0

 

 

 

 

Secundarios

     

Boro

49

 

0,04

Calcio

4 866

 

4,00

Cloro

3 244

 

2,67

Fierro

324

 

0,27

Magnesio

973

 

0,80

Manganeso

32

 

0,03

Sodio

973

 

0,80

Azufre

1 135

 

0,93

Zinc

81

 

0,07

Subtotal

11 677

11,7

9,60

Fuente: Taiganides, Pérez y Girón (1996).
ST = sólidos totales; TKN = nitrógeno total Kjeldahl; TAN = amoníaco; TPP = fósforo total; PO5 = ortofosfatos; TKK = potasio; TKO = potasa.

4
Parámetros del valor alimenticio de las excretas
Nutritional value of excreta
Paramètres de la valeur alimentaire des excréments

Parámetros

kg/UPA/día

H y O kg/día/t

% ST

Fibra detergente ácida

0, 20

32

27

Fibra cruda

0, 10

16

13

Proteína cruda

0, 20

32

27

Extracto etéreo

0, 08

13

11

Extracto libre de nitrógeno

0, 40

65

53

Nutriente digestible total

0, 60

97

80

Triptófano

0, 10

16

13

ST = sólidos totales.
Fuente: Taiganides, Pérez y Girón (1996).

Los problemas ambientales que acarrea la porcicultura en México están estrechamente ligados al modelo de crecimiento que ha polarizado la producción; las características de esta porcicultura son las siguientes:

· desarrollo especializado sin vinculación con la agricultura;
· concentración de la piara en un número cada vez menor de grandes unidades productivas;
· falta de disponibilidad de terrenos agrícolas para el uso de las sustancias residuales como fertilizantes y mejoradores del suelo;
· reducida recuperación o reciclaje de sustancias resi-duales como fertilizantes elaborados (deshidratados o peletizados) o para la generación de biogás;
· carencia de un programa de relocalización de granjas que se encuentran actualmente demasiado cercanas a ciertos núcleos urbanos cuyo crecimiento ha sido incontrolado;
· empleo de sistemas de alimentación con un alto contenido de proteínas, de las cuales el cerdo sólo asimila un 30 por ciento;
· falta de atención al sector de traspatio;
· falta de atención a los problemas ambientales;
· falta de personal profesional capacitado en el manejo de residuos.

A ese modelo de crecimiento, pernicioso para el ambiente y la salud humana, se suman diversos aspectos derivados de la conducta humana:

· la resistencia a enfrentar el problema ambiental porque se considera que su solución representa sólo un costo y no un beneficio;
· un conocimiento superficial de las tecnologías disponibles;
· la falta de confianza en las tecnologías disponibles, debido a sus limitaciones inherentes y a que sus beneficios no han sido probados;
· el desconocimiento de los costos reales de los diversos sistemas de tratamiento y reciclaje;
· un escaso conocimiento de la legislación ambiental, fiscal y de las normas vigentes;
· las irregularidades administrativas relativas al agua;
· una excesiva politización de los problemas ambien-tales.

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Vacunos que se alimentan con desechos de porcinos mezclados con otros materiales en el estado de Jalisco, en la costa del Pacífico
Cattle being fed swine waste mixed with other materials - Jalisco State on the Pacific coast
Alimentation des bovins avec des déchets porcins mélangés à d'autres substances dans l'Etat de Jalisco, dans le centre du pays, sur la côte Pacifique
Photo/foto: R. Pérez Espejo

Cabe mencionar además la severa crisis económica mexicana de diciembre de 1994, la caída de los precios del petróleo y el impacto de la crisis financiera mundial, que han hecho que los problemas ambientales no figuren entre las prioridades macroeconómicas del Gobierno o entre las prioridades microeconómicas de los productores de cerdos.

La producción porcina afecta a diversos recursos naturales, y al agua en particular. México es un país pobre en recursos hídricos. Las precipitaciones pluviales promedio son de 700 a 777 mm/año, con valores que van de 90 a 1 800 mm/año. México posee sólo el 0,1 por ciento del agua dulce que hay en el planeta (Alcocer y Escobar, 1996). Este recurso, además de ser escaso, está mal distribuido: el 80 por ciento del agua se encuentra a menos de 500 m sobre el nivel del mar y sólo el 5 por ciento se encuentra a más de 2 000 m de altitud, en zonas donde vive cerca de un tercio de la población y de las cuales provienen dos tercios de la producción manufacturera. El consumo varía entre 40 y 400 litros/habitante/día. Paradójicamente, aunque los cerdos están presentes en todo el territorio, su concentración es significativa en las zonas donde los recursos hídricos son escasos y presentan los mayores problemas de contaminación. En la cuenca del río Balsas, en el centro del país, donde la concentración de centros urbanos, actividades industriales y agropecuarias ha ocasionado una sobreexplotación del agua del subsuelo, existen aproximadamente 4,3 millones de cerdos. En estados como Querétaro y Guanajuato la situación es crítica, ya que el agua del subsuelo ha disminuido de 1 a 3 m al año presentándose asentamientos del terreno. La contaminación de las aguas superficiales y subterráneas puede calificarse como grave. En el noroeste (estados de Sonora y Sinaloa, con alrededor de 1,6 millones de cabezas), donde se localiza el sector agroexportador más importante del país, las aguas subterráneas están sobre-explotadas y las aguas superficiales están contaminadas mayormente por la actividad agrícola. En la zona de Hermosillo, al norte de Sonora, hay intrusión salina de los acuíferos costeros. Por último, la situación más delicada se presenta en el sudeste, ya que la península de Yucatán, cuyos suelos son calcáreos, carece de agua superficial debido a su pendiente topográfica casi nula y a la infiltración que produce el tipo de suelo. La falta de drenaje y el nivel del agua subterránea (3 a 5 m de profundidad) facilitan la migración de las aguas residuales urbanas y de granjas avícolas y porcinas hacia los acuíferos. Los acuíferos de esta región -donde hay aproximadamente un millón de cabezas- son los más vulnerables del país.

En México sólo se han realizado dos estudios (con objetivos y metodologías diferentes) que abordan el problema ambiental provocado por las granjas porcinas. El primero (Taiganides, Pérez y Girón, 1996) tuvo como propósito diseñar un panorama general de alcance nacional del tipo de manejo predominante en las granjas porcinas medianas y grandes y reunir información para un programa de cómputo12 que ofrece alternativas de manejo mediante la construcción de lagunas y el reciclaje mediante el riego agrícola y alimentación animal. El segundo (Drucker et.al., inédito, 1997) es un trabajo académico circunscrito al estado de Yucatán, cuyo objetivo fue estudiar los aspectos económico-ambientales de los desechos porcinos.

Entre los resultados de ambos estudios cabe destacar los siguientes:

· Debido a que en México el agua que se destina a las actividades agropecuarias es gratuita, los porcicultores ignoran la cantidad que utilizan efectivamente en la granja; el uso de esta agua es ineficiente. Ambos factores complican la instalación de sistemas de tratamiento.
· El 30 por ciento de las granjas encuestadas reciclan las aguas residuales empleándolas en el riego de las explotaciones agrícolas; el 23 por ciento utiliza las excretas en la alimentación de rumiantes y sólo el 3 por ciento recicla las aguas dentro de la granja. Ninguna produce biogás.
· El 38 por ciento de las granjas descarga sus aguas residuales en un cuerpo receptor (generalmente un dren) de propiedad de la nación, y prácticamente ninguna paga un derecho por el uso de este bien.
· El 76 por ciento de las granjas dispone de algún tipo de tratamiento de aguas residuales, por lo general un cárcamo y lagunas de estabilización; las dimensiones de estas instalaciones no son adecuadas para el tamaño de la granja. El 10 por ciento de las granjas descarga las aguas sin tratar en cuerpos receptores de agua.
· Sólo una de las granjas estudiadas cuenta con un sis-tema de tratamiento completo: fosa, separador, diges-tores, dispositivo de separación química y clarificador.

Entre las conclusiones del estudio sobre Yucatán cabe mencionar las siguientes:

· Existe una alta variabilidad en la carga contaminante de las aguas residuales y en los niveles de contaminación de los pozos, tanto dentro de una misma granja como entre distintas granjas.
· La cantidad de aguas residuales generadas por unidad de producción animal varía muy poco entre las granjas medianas, grandes y muy grandes, pero mucho entre estas últimas y las granjas pequeñas, en las cuales se produce un 50 por ciento más de aguas residuales por unidad de producción animal.
· El 36 por ciento de las aguas residuales se descarga sin tratamiento. Un 30 por ciento corresponde a un gran número de granjas muy pequeñas y otro 30 por ciento a un grupo limitado de granjas de más de 1 000 vientres.
· No existe un patrón claro respecto a la producción de aguas residuales, y sólo las variables como el tamaño y la modalidad correspondientes al pie de cría fueron significativas para explicar las cantidades de aguas producidas. Las granjas más grandes resultaron ser las que hacían un uso más eficiente del agua.
· Se constató que es imposible que las granjas porcinas puedan cumplir con el nivel máximo permitido de coliformes fecales mencionado en la norma respecto a las aguas residuales utilizadas en el riego agrícola.

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Corderos alimentados con desechos porcinos en una granja de Nuevo León
Sheep fed on swine waste at a farm in Nuevo León
On donne aux agneaux des déchets porcins à la même exploitation de Nuevo León
Photo/foto: R. Pérez Espejo

EL MARCO LEGAL, LOS INSTRUMENTOS ECONÓMICOS Y LA APERTURA COMERCIAL

El marco legal de los aspectos ambientales está constituido por cuatro leyes: la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la Ley de Aguas Nacionales, la Ley General de Salud y la Ley Federal de Derechos. Como parte de los instrumentos de «comando y control», en enero de 1997 se publicó una norma específica sobre descargas de aguas residuales13. Los instrumentos económicos para la solución de los problemas ambientales relacionados con las descargas de aguas residuales son únicamente dos y están en el ámbito de la política tributaria:

· un incentivo fiscal, que consiste en deducir el 100 por ciento del monto de las inversiones en equipo para prevenir y controlar la contaminación ambiental (Budedo, 1997), y
· el pago de un derecho por la descarga de aguas residuales a aguas y terrenos de propiedad de la nación, consignado en la Ley Federal de Derechos.

La norma sobre descarga de aguas residuales es genérica y regula seis tipos de cuerpos receptores y cinco usos posibles del agua de estos cuerpos. Establece además límites máximos permisibles para el potencial de hidrógeno, la temperatura, los coliformes fecales, los huevos de helmintos, ocho parámetros básicos, y el contenido en cianuros y ocho metales pesados. La aplicación de la norma es gradual y las fechas de cumplimiento son los años 2000, 2005 y 2010, según la carga contaminante medida por la demanda bioquímica de oxígeno o los sólidos suspendidos totales.

La norma tiene varias limitaciones. La principal es que otorga el derecho de contaminar a cambio de un pago; además, deja fuera de control el nitrógeno y el fósforo cuando las aguas residuales se usan para el riego agrícola, y establece un límite máximo permisible para coliformes fecales imposible de alcanzar con un tratamiento secundario. Con la estructura administrativa actual su vigilancia resulta prácticamente imposible y sus plazos son extremadamente laxos.

A nivel internacional, la cuestión ambiental ha sido objeto de negociación en diversos acuerdos y tratados comerciales14 que, en términos generales, parten de la libertad de cada país para establecer las normas que juzgue pertinentes. Sin embargo, la preocupación subyacente por los efectos que la liberalización comercial puede tener en el uso de los recursos naturales y en el ambiente se pone de manifiesto en las siguientes hipótesis:

· La diferencia entre los costos de control de la contaminación motivará a las empresas «sucias» de los Estados Unidos y el Canadá para establecerse en México, «paraíso de la contaminación».
· Esta diferencia de costos representa una competencia desleal; por consiguiente, se sugiere establecer impuestos compensatorios y homologar las normas ambientales.
· Existe la posibilidad de que las normas en países como los Estados Unidos y el Canadá se modifiquen «a la baja» ante la fuga de los inversionistas.

Los estudios realizados sobre la industria (Belausteguigoitia, 1997) no han permitido comprobar ninguna de estas hipótesis. Dichas hipótesis tampoco reflejan la situación de la porcicultura, sector de inversiones extranjeras y exportaciones reducidas. No obstante, prevalece la inquietud de que en algún momento los argumentos ambientales puedan usarse como barreras al comercio.

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Separadores caseros en distintas granjas del estado tropical seco de Yucatán
"Homemade" separators on different farms in the dry tropical state of Yucatán
Séparateurs artisanaux dans différentes exploitations dans l'Etat à climat tropical sec du Yucatán
Photo/foto: R. Pérez Espejo

CONCLUSIONES Y PROPUESTAS

· La porcicultura mexicana presenta todavía una gran heterogeneidad productiva; sin embargo, se ha puesto en marcha un proceso de reestructuración que la está convirtiendo en una actividad tecnificada, con alta densidad animal y predominio del sistema de alimentación convencional grano-soja. La internalización de los costos ambientales es incipiente.
· La porcicultura ocupa el tercer lugar en la producción de productos cárnicos, después de la producción de bovinos y aves. Aunque el consumo per cápita de carne de cerdo ha disminuido en un 50 por ciento entre 1983 y 1997, la elasticidad-ingreso de este producto es elevada, lo que hace prever incrementos de la piara en el futuro.
· El modesto crecimiento de la producción desde 1989 se ha debido sobre todo al incremento de los inventarios y, en menor medida, al aumento de la productividad. De continuar esta tendencia y de mantenerse invariados los sistemas de alimentación y de manejo de sustancias residuales, se causarán mayores daños a los cuerpos de agua y el suelo.
· Aunque los sistemas de alimentación basados en el sistema grano-soja son económica y ecológicamente cuestionables, entre un 72 y un 80 por ciento de los animales que se envían al mercado se producen con este tipo de alimentación. A corto plazo será difícil modificar esta situación, y los sistemas de tratamiento «de fin de tubería» deberán tratar de resolver los problemas causados por el tipo de alimentación y las condiciones de las instalaciones.
· A mediano plazo, la reducción del impacto ambiental de las granjas deberá resultar de los cambios en la nutrición porcina. A corto plazo, y mientras el sistema grano-soja, sumamente caro en términos de energía consumida, siga prevaleciendo en la porcicultura intensiva, será necesario usar sustancias que coadyuven a la digestibilidad de la proteína y reduzcan la cantidad de nitrógeno y fósforo del alimento equilibrado.

El costo de los sistemas de tratamiento representa un porcentaje reducido (entre el 2 y el 6 por ciento) de los ingresos brutos anuales de la granja. La inversión inicial es elevada pero puede realizarse de forma gradual. Se considera que los porcicultores podrán hacer frente a los costos ambientales. Las tecnologías de manejo y reciclaje que reducen el impacto de las excretas en los cuerpos de agua y el suelo están insuficientemente difundidas. Es indispensable ofrecer programas de capacitación a estudiantes de disciplinas vinculadas a la producción pecuaria, productores y personal de granja. Sin estos programas será sumamente difícil cumplir con las normas vigentes.

Es necesario incorporar en los programas de capacitación un enfoque holístico en el manejo de la granja, y considerar dicho enfoque como un objetivo de racionalidad económica y ecológica en la porcicultura.

Ante una situación de virtual emergencia provocada por la caída de los precios del petróleo15, es improbable que México destine recursos a la solución de problemas ambientales. Sin embargo, es posible lograr algunos objetivos específicos de protección ambiental en porcicultura mediante una coordinación de acciones entre el sector privado, las instituciones académicas y las dependencias del sector público responsables del fomento pecuario, el finan-ciamiento y la protección ambiental. (Esta coordinación es prácticamente inexistente en la actualidad.)

Es necesario establecer un programa interinstitucional e intersectorial que aborde el problema de la contaminación ambiental en su totalidad, no sólo en las granjas comerciales especializadas, sino también en las explotaciones medianas y de traspatio, y en la cadena de comercialización, especialmente en los rastros.

Ciertos recursos agrícolas como la «ferti-irrigación» y el equipamiento rural16 pueden ser solicitados por las entidades federativas para los porcicultores. Para ello, dichas entidades deberán intensificar el cabildeo con las autoridades estatales. Se deben realizar estudios que demuestren la importancia económica y ecológica del reciclaje de las aguas residuales y su valor como fertilizantes orgánicos, insumos para la alimentación de rumiantes y fuentes de biogás (Campabadal, 1995; Molina, 1997).

Debido a su estructura de precios relativos, la producción de biogás aún no ha formado parte de los sistemas de tratamiento de aguas residuales en México; sin embargo, esta opción deberá ser contemplada a causa del encarecimiento interno de los productos energéticos y como medio para conseguir la sostenibilidad de la producción porcícola. 

Bibliografía 

Alcocer, J. y Escobar, E. 1996. Limnological regionalization of Mexico. Lakes and Reservoirs. Research and Management,
2: 55-69.
Belausteguigoitia, J.C. 1997. United States-Mexico relations: environmental issues. En B. Bosworth, S. Collins, y N. Lustig, eds. Coming together? Mexico-U.S. Relations. Bookings Institution, Washington, D.C.
Budedo M.G. 1997. La política fiscal en México y los nuevos instrumentos de política ambiental. Economía ambiental: lecciones de América Latina. Instituto Nacional de Ecología. México.
Campabadal, C. 1995. Utilización de excretas porcinas en la alimentación del ganado. Seminario sobre manejo, tratamiento y reuso de excretas porcinas. Navojoa, Sonora.
FAO. 1994. Los residuos del ganado y el medio ambiente. Documento preparado para el Taller Internacional de Residuos Periurbanos del Ganado en China. CCEICR, Beijing, 19-22 de septiembre.
FAO. 1995. Agricultura mundial: hacia el año 2000. Estudio de la FAO. FAO, Roma y Ediciones Mundi-Prensa, Madrid.
Molina, J.R. 1997. Utilización de la cerdaza en la alimentación animal. Una alternativa para disminuir la contaminación ambiental. Memorias del Segundo Seminario sobre Manejo y Reciclaje de Residuales Porcinos, Querétaro, México, 21-23 de octubre.
Pérez, E.R. 1993. Perspectivas de la porcicultura en México. XV Simposium de Ganadería Tropical. Veracurz.
Taiganides, E.P. 1992. Pig waste management and recycling. The Singapore experience. CIIDI, Ottawa, Canadá.
Taiganides, E.P., Pérez, R. y Girón, E. 1996. Manual para el manejo y control de aguas residuales y excretas porcinas en México. Instituto de Investigaciones Económicas. UNAM, México.

Notas

1 En México, las descargas no puntuales originadas en la agricultura y en las actividades de deforestación son responsables de más del 70 por ciento de la contaminación de los cuerpos de agua.
2 Conclusiones de una conferencia electrónica convocada por FAO y otros organismos internacionales (marzo-junio de 1997).
3 En México, las distintas piezas que conforman la canal porcina tienen mercados diferenciados según los estratos de ingreso.
4 El último censo agropecuario se levantó en 1991 con información correspondiente a 1990.
5 Encuestas de ingreso-gasto de los hogares de 1963, 1967 y 1974. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), México.
6 Contenido de grasas y aceites no superior a 70 mg/l; contenido de sólidos sedimentables no superior a 1 mg/l; temperatura no superior a 35 °C; ningún cuerpo flotante que pudiese retenerse en una malla de 3 mm, y un pH comprendido entre 4,5 y 10.
7 Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Compendio de información estadística del sector porcícola. México, junio de 1993.
8 Las etapas de pie de cría, destete y engorda están localizadas, por razones sanitarias, en unidades independientes.
9 Se considera tecnificada la granja que envía al mercado más de 18 cerdos por vientre al año, y semitecnificada la que envía entre 14 y 17.
10 Una unidad de producción animal equivale a 100 kg de peso vivo.
11 En los análisis de aguas residuales porcinas en México también se ha encontrado arsénico.
12 Programa de cómputo PigMex para el manejo y utilización de excretas porcinas del Consejo Mexicano de Porcicultura.
13 Norma Oficial Mexicana NOM-001-ECOL-1996, que establece los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en aguas y otros bienes nacionales.
14 México ha firmado acuerdos de complementación económica con Chile, y tratados de libre comercio con los Estados Unidos y el Canadá (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), Colombia y Venezuela (G Tres), Bolivia, Costa Rica y Nicaragua.
15 En México, el 49 por ciento de los ingresos fiscales provienen de la producción de petróleo.
16 El Programa Alianza para el Campo, creado a fines de 1995, es el principal instrumento de política agrícola en el país.

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