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El papel y las funciones de la información en
el desarrollo equipotencial de la Mujer
por J. Manuel Calvelo Rios
*

Comencemos por precisar, en forma muy sintética, algunos elementos con respecto al significado del término desarrollo. No son necesariamente sinónimos de desarrollo ni crecimiento, ni tecnificación, ni urbanización, ni industrialización, ni globalización, ni aceleración, aunque quizá en alguna proporción dichos elementos son parte integrante y necesaria del desarrollo. El Informe sobre Desarrollo Humano 1999, del PNUD, indica que el 20% de la población mundial captura el 86% del PBI, el 60% de la población obtiene el 13% del PBI, y el último 20% sólo logra el 1% del PBI. Si bien este indicador es anómalo e ineficiente ya que no incluye datos tan sustantivos para la mujer rural como sus aportes a través de la lactancia materna, su función como reproductora de los valores culturales de la sociedad, o sus aportes productivos, no cabe la menor duda de que gran parte del último 20% y parte sustantiva del otro 60% está integrado mayoritariamente por mujeres y, de nuevo mayoritariamente, por mujeres rurales.

El desarrollo, para serlo, debe significar mejora de los niveles de vida en condiciones de total sustentabilidad para toda la humanidad. La sustentabilidad debe darse, al menos, a cuatro niveles: sustentabilidad económica, para que los procesos de desarrollo puedan ser permanentes; sustentabilidad ecológica, para que operemos sin agredir al entorno y usemos los intereses de los recursos naturales sin agotar el capital; sustentabilidad energética, para que el balance de todas las actividades de desarrollo generen más energía que la que consumen; y sustentabilidad social, o equidad, para que los resultados de las acciones encaminadas a generar desarrollo beneficien a todos y, en particular, con criterios de discriminación positiva, a aquellos que han sido hasta el momento sometidos a una discriminación negativa.

Hablamos de desarrollo equipotencial de la mujer rural, lo que significa prestar una especial atención a la sustentabilidad social. La mujer ha sido discriminada en la mayor parte de nuestras culturas y sociedades y, en algunos aspectos, esta discriminación ha sido aún mayor para la mujer rural; aún mayor si es joven. Pero equipotencialidad no significa meramente igualdad. Por fortuna el hombre y la mujer no son iguales. La mujer es más fuerte en términos biológicos y lleva la mayor carga en la reproducción física de la especie humana y en la reproducción de los valores culturales de su sociedad. Estos dos aportes nunca han sido valorados en forma adecuada. Cuando se nos llena la boca, a aquellos que pertenecemos a la cultura judeo-cristiana, con el paradigma de la democracia griega, nos olvidamos de que ni los esclavos ni las mujeres eran considerados parte de la "demos".

Cuando hablamos de equipotencialidad debemos respetar las diferencias y luchar por igualdad en las siguientes áreas: legal, de oportunidades, educativa, autonomía de género y de participación. Ello en el entorno cultural propio, que no siempre será el mismo de nuestra cultura y con el necesario respeto por aquellas que son diferentes.

No podemos, ni debemos, hablar de información "sobre" la mujer rural. Esta posición, si bien sumamente placentera para los hombres en determinadas oportunidades, debe ser reemplazada por la información "de", "con" y "para" la mujer rural y, en general, para todos nosotros. El problema de la discriminación de la mujer rural, lo es también de los hombres rurales y urbanos, así como el problema del subdesarrollo es un problema de y para los desarrollados.

El papel, las funciones, de la información son múltiples si la encaramos como instrumento de desarrollo de la mujer rural.

La información, en los términos que se definirán más adelante, es vital para sensibilizar: a las mismas mujeres, para que sepan que sus problemas son comunes y compartidos; a los técnicos y científicos para que abandonen el sesgo machista de sus análisis y proyecciones; y a los decisores, para que adopten políticas que, favoreciendo la equipotencialidad de la mujer y la igualdad de ciertas condiciones, favorezcan el desarrollo rural para hombres y mujeres, en un ámbito de equidad.Y la información fidedigna y oportuna es el punto clave, la piedra de toque, para la toma de decisiones correctas, tanto por parte de las mujeres como por parte de los decisores políticos.

La información es imprescindible, en primer término, para la misma mujer rural. La información sobre sus derechos legales, su potencial y sus limitaciones; la información sobre sus oportunidades; la información sobre los temas de género; la información sobre sus aportes a la sociedad; y la información sobre su posibilidad de participación, son sustantivas para que la mujer pueda participar en las organizaciones sociales y presionar para la reivindicación de sus derechos. Más aún, la información sobre sus reales aportes a la sociedad serán una importante contribución para elevar su autoestima.

La información es sustantiva para los decisores, con el objetivo de generar políticas de desarrollo más eficientes, al incorporar a las mismas a la otra mitad de la humanidad, mediante la igualación de derechos y el reconocimiento de su papel.

La información es, de nuevo, imprescindible para los científicos sociales para poder devolver a las mujeres, como información, los datos que de ellas se obtienen, marcando claramente en las etapas de acopio, procesamiento y retorno, el papel que ellas desempeñan. También lo es para llevar a los decisores alternativas de información, cuantitativa y cualitativa, que favorezcan y faciliten el diseño e implementación de políticas de incorporación plena de la mujer rural a los procesos de desarrollo. Procesos que, para ser eficientes y sustentables, deben ser endógenos, autogestionados y sustentables.

La información vuelve a ser imprescindible para los hombres, con el objetivo de sensibilizarlos al papel de la mujer, a sus aportes, y reducir el nivel de prejuicios, para incorporarlos en igualdad de condiciones a la lucha contra la discriminación de la cual hoy disfrutan.

Datos, Información, Conocimiento, Noticia y Decisiones

La información, como insumo básico para sensibilizar y facilitar la toma de decisiones correctas, no es un hecho estático, sino un proceso.

En estos momentos, y a partir de los desarrollo técnicos derivados de la investigación científica, nos encontramos frente a un fenómeno de polución de datos y escasez de información.

Los datos proporcionados por, u obtenidos de, las mujeres y hombres rurales deben ser procesados y devueltos como información a quienes la han generado. De no ser así, si los datos son un insumo extraido y no devueltos como información, su fiabilidad decrecerá gradualmente.

Para que los datos se transformen en información deben ser procesados. Y, para hacerlo, los sistemas y protocolos de acopio deben tener en cuenta el procesamiento a que serán sometidos, y los destinatrios a los que serán dirigidos y el procesamiento debe asegurar: a) oportunidad y cierta capacidad de predicción, b) fiabilidad o indicación del margen de error, c) intelegibilidad para el destinatario, d) accesibilidad al usuario, e) utilidad para el destinatario. Si el procesamiento de los datos no les confiere estas características, nunca llegarán a ser información.

El punto a) depende de los mecanismos de acopio y de los algoritmos de procesamiento, y se cuenta con herramientas informáticas para satisfacer este requerimiento.

El punto b) depende tanto de los sistemas de acopio como de la participación comprometida de quienes proporcionan y quienes obtienen los datos y se logra cuando, ya procesados y convertidos en información, vuelven a aquellos que los originaron para que los utilicen.

El punto c) es, en realidad, un simple problema de comunicación ajeno, en general, a los informáticos. Basta que el procesamiento incluya el tratamiento (gráfico, sonoro, audiovisual) y que adopte los códigos, nivel y estructura de los mensajes que corresponden al interlocutor.

El punto d) requiere de una diversidad de colaboradores, entre los que son fundamentales los medios masivos. Estos pueden satisfacer el requisito del acceso a un doble nivel. En primer término, devolviendo la información sustantiva a su origen, la mujer rural, y, en segundo término, contribuyendo a la creación de la denominada "opinión pública" a la que tan sensibles son los decisores políticos y económicos. Pero es claro que, además de los medios masivos, de los cuales la radio es fundamental en el área rural, otros sistemas tradicionales de comunicación tienen también un papel importante en la difusión de la información y del acceso a la misma por parte de la mujer rural.

El punto e) depende básicamente de los decisores y de los comunicadores, de lo acertado de las políticas que se establezcan y de la calidad de los comunicadores que las implementen.

Pero la información, que sensibiliza y facilita la toma de decisiones correctas, no es suficinte por si sola. Se requiere compartir con el usuario de la misma un conjunto de habilidades de tipo intelectual que le permitan el análisis de la información recibida, que faciliten y mejoren la calidad de los datos que se le solicitan y que lo coloquen en situación de demandar nuevas informaciones. Sólo así la información se integrará al conocimiento.

En la medida en que la noticia ha ido acentuando un sesgo hacia lo espectacular, en función de su carácter de mercancía perecedera, será necesario un proceso de acuerdos con los medios masivos, con el fin de integrar la información sobre el desarrollo de la mujer rural a la condición de noticia, que hasta ahora sólo tiene en forma muy escasa y esporádica.

Los modelos de Información y Comunicación: potencial y limitaciones

El modelo teórico de Información, formulado por Shannon en la década del 40 y erróneamente transformado en modelo de comunicación poco más tarde, es el de Emisor - Medio - Receptor, con un sistema de realimentación que asegura al Emisor la correcta y completa llegada del mensaje al Receptor. Este modelo es pertinente, y sumamente eficiente, para el intercambio de datos e incluso de información entre máquinas. Pero no responde al concepto de "comunis facere", de la comunicación como interacción entre seres humanos, aunque se utilicen instrumentos de intermediación para facilitar la homogeneidad, la persistencia y la masividad de los mensajes.

Cuando se utiliza el modelo de Información para obtener datos de la mujer rural, ni siquiera el sistema de realimentación opera. El emisor, en este caso la mujer que proporciona los datos, no tiene participación alguna en el destino de los mismos: se siente expropiada de un valor que posee y cuando se le vuelven a pedir los que proporciona ya no son fidedignos. Por otra parte, cuando los datos son procesados, no siempre llenan las condiciones de inteligibilidad y acceso, por lo cual se acentúa la condición mencionada de falta de fiabilidad.

Nuestra experiencia en el área rural nos obligó a poner en práctica primero, y a formalizar más tarde, un modelo alternativo: Interlocutor - Medio - Interlocutor y nos llevó a afirmar que hay comunicación si, y sólo si, los mensajes intercambiados entre interlocutores son el resultado de un trabajo conjunto. Es decir, sólo tratando a la mujer rural como Interlocutor lograremos que la Información sea "de", "con" y "para" la mujer, entendiendo aquí la Información como un tipo particular de los diferentes mensajes que se intercambian en un proceso de comunicación que, en el caso de las habilidades intelectuales son de educación y en el de las destrezas psico-motrices son de capacitación.

El uso de este modelo, y la consiguiente participación de la mujer rural en el mismo, es una de las vias que permitirán contar con Información válida y eficiente, tanto para los decisores y los proyectos de intervención en pro del desarrollo de la mujer, como para la que debe ser la protagonista de dichos proyectos: la mujer rural.

El modelo, además, nos aproxima cada vez mejor a la satisfacción del último nivel mencionado de procesamiento: la utilidad. Nadie se incorpora a un proceso de comunicación si el mismo no ofrece un buen nivel de relación entre el esfuerzo y los resultados, es decir, eficiencia.

Los instrumentos para producir, procesar, transmitir y reproducir mensajes de información

El proceso de información en general, y en particular para la mujer rural, es cíclico y reiterativo. Parte del acopio de datos, prosigue con su procesamiento y culmina con el retorno al origen y la llegada a los decisores políticos y científicos.

Para la etapa de procesamiento, siempre y cuando los instrumentos de acopio tengan el diseño pertinente, el instrumental más eficiente es el informático. Pero, como ya dijimos, parte del tratamiento debe ser encarado por comunicadores para el desarrollo y no por informáticos. De ello dependerá básicamente la inteligibilidad.

Para las etapas de acopio y retribución existen varios procedimientos e instrumentos. En la primera etapa, la observación participante, las encuestas cerradas o abiertas, las series históricas de datos ya disponibles, las asambleas grupales y las entrevistas, son parte de las técnicas e instrumentos ya utilizados y que se pueden seguir utilizando. Para el segmento de la sociedad que nos ocupa no es posible, aún, pensar en usar los sistemas de redes ya disponibles en las áreas urbanas, sobre todo en los paises desarrollados, pero es necesario poner en marcha procesos de investigación operativa y prepararse para el día en que estos sistemas se pongan al alcance de los sectores rurales.

Para la retribución de la información será necesario tomar en cuenta las características y condiciones de cada segmento de interlocutores. Ello significará el uso de instrumentos diferentes para cada segmento, en función de sus especificidades socioeconómicas. Para los decisores, ya hemos mencionado los medios masivos, al igual que para la denominada "opinión pública" y, en general, para la población urbana. También para los decisores, el tratamiento de los mensajes en forma electrónica y escrita es plenamente funcional. La única condición de este tipo de mensajes es la de la imprescindible brevedad o síntesis, ya que casi ningún decisor dispone de tiempo para la lectura de mensajes prolongados.

Para los interlocutores masivos el instrumento que se elija y el tratamiento de los mensajes son elementos fundamentales para que sean Interlocutores. Ya conocemos algunas de las condiciones de estos interlocutores: masividad, dispersión, analfabetismo, bilinguismo o multilinguismo. Los instrumentos que se usen deben estar acordes con la superación de estas características. La radio rural aparece como el instrumento con mayor cobertura y posibilidades de acceso de mensajes de información a la población que nos interesa. Aunque, si de capacitación se tratara, debiéramos utilizar instrumentos audiovisuales y relación interpersonal como los elementos básicos para facilitar el aprendizaje.

Los medios tradicionales, tales como el teatro, los títeres y muchos otros, pueden tener también un papel fundamental, sobre todo para tratar informaciones sin urgencia. El uso de medios masivos, como la radio, el video o la televisión, ponen otras condiciones muy severas al retorno de los mensajes de información. Los códigos de los mensajes, su estructura, el ritmo, los niveles de reiteración, el nivel de tratamiento de los contenidos y la estructura de relato del mensaje, deben adecuarse a, o establecerse con, el destinatario con el fin de que se transforme en interlocutor y asegurar, así, la fiabilidad de los nuevos datos que se le soliciten, así como el uso eficiente de la información que recibe. Por ello dichos mensajes deben ser procesados por comunicadores para el desarrollo.

Para la etapa de procesamiento, siempre y cuando los instrumentos de acopio tengan el diseño pertinente, el instrumental más eficiente es el informático. Pero, como ya dijimos, parte del tratamiento debe ser encarado por comunicadores para el desarrollo y no por informáticos. De ello dependerá básicamente la inteligibilidad.

Para las etapas de acopio y retribución existen varios procedimientos e instrumentos. En la primera etapa, la observación participante, las encuestas cerradas o abiertas, las series históricas de datos ya disponibles, las asambleas grupales y las entrevistas, son parte de las técnicas e instrumentos ya utilizados y que se pueden seguir utilizando. Para el segmento de la sociedad que nos ocupa no es posible, aún, pensar en usar los sistemas de redes ya disponibles en las áreas urbanas, sobre todo en los paises desarrollados, pero es necesario poner en marcha procesos de investigación operativa y prepararse para el día en que estos sistemas se pongan al alcance de los sectores rurales.

Para la retribución de la información será necesario tomar en cuenta las características y condiciones de cada segmento de interlocutores. Ello significará el uso de instrumentos diferentes para cada segmento, en función de sus especificidades socioeconómicas.

Para los decisores, ya hemos mencionado los medios masivos, al igual que para la denominada "opinión pública" y, en general, para la población urbana. También para los decisores, el tratamiento de los mensajes en forma electrónica y escrita es plenamente funcional. La única condición de este tipo de mensajes es la de la imprescindible brevedad o síntesis, ya que casi ningún decisor dispone de tiempo para la lectura de mensajes prolongados.

Para los interlocutores masivos el instrumento que se elija y el tratamiento de los mensajes son elementos fundamentales para que sean Interlocutores.

Ya conocemos algunas de las condiciones de estos interlocutores: masividad, dispersión, analfabetismo, bilinguismo o multilinguismo. Los instrumentos que se usen deben estar acordes con la superación de estas características. La radio rural aparece como el instrumento con mayor cobertura y posibilidades de acceso de mensajes de información a la población que nos interesa. Aunque, si de capacitación se tratara, debiéramos utilizar instrumentos audiovisuales y relación interpersonal como los elementos básicos para facilitar el aprendizaje.

Los medios tradicionales, tales como el teatro, los títeres y muchos otros, pueden tener también un papel fundamental, sobre todo para tratar informaciones sin urgencia.

El uso de medios masivos, como la radio, el video o la televisión, ponen otras condiciones muy severas al retorno de los mensajes de información. Los códigos de los mensajes, su estructura, el ritmo, los niveles de reiteración, el nivel de tratamiento de los contenidos y la estructura de relato del mensaje, deben adecuarse a, o establecerse con, el destinatario con el fin de que se transforme en interlocutor y asegurar, así, la fiabilidad de los nuevos datos que se le soliciten, así como el uso eficiente de la información que recibe. Por ello dichos mensajes deben ser procesados por comunicadores para el desarrollo.

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