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Capítulo 13. África del Norte


Figura 13-1. África del Norte: mapa de la cubierta forestal

1. Argelia

2. Egipto

3. Jamahiriya

Árabe Libia

4. Marruecos

5. Túnez

6. Sahara Occidental

Esta subregión limita con el océano Atlántico al oeste, el mar Rojo al este y el mar Mediterráneo al norte, y abarca a Argelia, Egipto, la Jamahiriya Árabe Libia, Marruecos, Túnez y Sahara Occidental[28]. El área, tiene una superficie de 6 millones de Km2, de los cuales el 94 por ciento está en el ecosistema desértico del Sahara nor africano. La cubierta forestal de esta subregión es una de las más escasas del mundo, pues abarca sólo cerca del 1 por ciento de la superficie terrestre de la subregión (Figura 13-1).

En general, esta subregión se caracteriza por su clima cálido y seco o muy seco. En su parte septentrional se deja sentir la influencia templada del Mediterráneo, mientras que las regiones centrales y del sur son desérticas. Debido a las variaciones de la latitud, que oscila entre 19° y 37° N y de la altitud, que llega hasta 4 165 m en el Alto Atlas en Marruecos, el régimen de precipitaciones es muy variable. En promedio, la precipitación anual es inferior a 100 mm en el Sahara, pero puede aumentar hasta 1 500 mm en las regiones de Ain Draham y Djebel El Ghorra en Túnez, y 2 000 mm en las montañas de Marruecos. No obstante, menos del 10 por ciento de la subregión recibe más de 300 mm por año. Durante el verano sopla con frecuencia un cálido y seco sirocco procedente del Sahara, que trae consigo masas de arena cegadoras y tormentas de polvo hacia las regiones costeras.

En el pasado, debido a los efectos conjuntos de un clima rígido, la creciente presión demográfica y la falta de una adecuada planificación del uso de la tierra, la cubierta forestal estuvo sujeta a una fuerte deforestación en gran escala. El corte de los bosques y el uso del fuego para el cultivo y el pastoreo redujeron la cubierta a unos cuantos vestigios comparada con la cubierta reportada en siglos anteriores. Los incendios desatados con objeto de producir pastos (especialmente en Argelia) y las sequías siguen obstaculizando los esfuerzos para conservar y desarrollar los bosques. En vista del nivel inadecuado de cubierta forestal en la mayor parte de la región, el proceso de desertificación ha proseguido su curso, afectando en forma crítica a los frágiles ecosistemas y a la economía.

RECURSOS FORESTALES

Argelia, Marruecos y Túnez elaboraron sus inventarios forestales nacionales en 1982, 1995 y 1996, respectivamente. En el caso de Marruecos, el inventario incluyó al Sahara Occidental (Marruecos AEFCS 1996d). Los datos relativos a Argelia son obsoletos: la información utilizada por el FRA 2000 se generó gracias a una encuesta de alcance nacional emprendida por un consultor local, y se trató de una mera actualización del inventario de 1982 sobre la base de los conocimientos locales. Túnez y Argelia han dado comienzo a la actualización de sus inventarios forestales, y los nuevos prevén metodologías equiparables de elaboración cartográfica y diseños de muestreo. Los planes de muestreo, sin embargo, se basan en conjuntos aislados de parcelas provisionales. Los resultados obtenidos en Egipto y la Jamahiriya Árabe Libia se basan en información proveniente de fuentes secundarias.

Tabla 13-1. África del Norte: recursos forestales y manejo

País/área

Área de la tierra

Área de bosque en 2000

Cambios del área 1990-2000 (total de bosque)

Volumen y biomasa por encima del suelo (total de bosque)

Bosques bajo plan de manejo

Bosques naturales

Plantaciones forestales

Área total de bosques

000 ha

000 ha

000 ha

000 ha

%

ha/cápita

000 ha/año

%

m3/ha

t/ha

000 ha

%

Argelia

238 174

1 427

718

2 145

0.9

0.1

27

1.3

44

75

597

28

Egipto

99 545

0

72

72

0.1

n.s.

2

3.3

108

106

-

-

Jamahiriya Árabe Libia

175 954

190

168

358

0.2

0.1

5

1.4

14

20

-

-

Marruecos

44 630

2 491

534

3 025

6.8

0.1

-1

n.s.

27

41

-

-

Túnez

16 362

308

202

510

3.1

0.1

1

0.2

18

27

400

78

Sahara Occidental

26 600

152

-

152

0.6

0.5

n.s.

n.s.

18

59

-

-

Total de África del Norte

601 265

4 569

1 693

6 262

1.0

n.s.

33

0.5

32

51

-

-

Total de África

2978394

641 830

8 036

649 866

21.8

0.8

-5 262

-0.8

72

109

-

-

TOTAL MUNDIAL

13063900

3682722

186733

3869455

29.6

0.6

-9 391

-0.2

100

109

-

-

Fuente: Apéndice 3, Tablas 3, 4, 6, 7 y 9.

Marruecos, Argelia y Túnez poseen el 91 por ciento de la cubierta forestal de la región, si bien la superficie terrestre de esos países abarca menos del 50 por ciento de la superficie total de tierra de la subregión. La cubierta forestal de la subregión corresponde a cerca del 1 por ciento de la superficie de bosques de África y alrededor del 0.16 por ciento de la superficie forestal mundial, aunque su superficie total de tierra equivale al 20 por ciento del continente africano y el 4.5 por ciento del mundo (Tabla 13-1 y Figura 13-2).

La extensión de la cubierta de bosques naturales guarda una estrecha relación con el nivel anual de precipitaciones. Por ende, los bosques naturales son más abundantes en una zona de 100 a 200 Km. situada al norte de Túnez, Argelia y Marruecos, en la que la precipitación oscila entre 300 y 2 000 mm al año, y disminuyen, escasean o incluso desaparecen por completo a medida que desciende el nivel de las lluvias hacia las zonas del sur y orientales de la subregión.

Estos resultados se fundamentan en las definiciones de bosques y árboles utilizadas por la FAO. No obstante, en el plano nacional, se señalan otros componentes de la vegetación como parte de la cubierta forestal. Por ejemplo, en muchas partes se encuentran formaciones arbustivas de garriga y maquí, sin capa arbórea, que comprenden dos grupos principales de especies: el primero incluye especies arbustivas que en cualquier condición edáfica y climática a la madurez nunca llegan a alcanzar la altura de un árbol, entre ellas: Arbutus unedo, Alnus glutinosa, Calycotome villosa, Myrtus communis, Prunus avium y Rosmarinus officinalis. El segundo grupo está formado por especies que se han reducido hasta volverse enanas como consecuencia de un suelo y un clima inadecuados, e incluyen Pinus halepensis, Quercus suber, Quercus ilex, Quercus coccifera, Olea europaea, Pistacia lentiscus y Ceratonia siliqua. La superficie estimada de garriga y maquí asciende a 1 249 640 ha en Marruecos (Marruecos AEFCS 1996d), 1 662 000 ha en Argelia (Ikermoud 2000) y 328 000 ha en Túnez (Selmi 2000). En Túnez, Argelia y Marruecos, forman parte del área forestal declarada las estepas de Stipa tenacissima (alfa), que es una sucesión ecológica herbácea de garriga desarrollada a partir de pinares.

Si se exceptúa a Marruecos, los cambios registrados por la cubierta forestal son positivos en todos los países de la subregión. Egipto registra las variaciones más marcadas, equivalentes al 3.3 por ciento, seguido por la Jamahiriya Árabe Libia (1.4 por ciento), Argelia (1.3 por ciento) y Túnez (0.2 por ciento). El cambio positivo de la cubierta forestal en esta región es principalmente consecuencia de los esfuerzos en materia de plantación de árboles y también de las políticas orientadas hacia la conservación de los recursos. El elevado nivel de variaciones en Egipto se debe a que la cubierta forestal es sumamente reducida y todo árbol que se planta adquiere un valor muy significativo.

Por lo que se refiere a la superficie, en Argelia se observa el programa de plantación de mayor envergadura, pues cada año se planta un promedio de 29 411 ha. Sigue Túnez, con 4 500 ha, la Jamahiriya Árabe Libia con 1 100 ha y Egipto con 100 ha. Según los informes, en Marruecos la plantación anual media es de 40 ha. El área de bosques plantados se estima en 1 693 000 ha, lo que corresponde a un 27 por ciento de la cubierta forestal total de la subregión.

La mayor cantidad de biomasa leñosa se encuentra en Argelia, y corresponde al 50 por ciento del total de biomasa de la subregión. Sigue Marruecos con el 38 por ciento, Túnez con el 4 por ciento y los demás países con el 7 por ciento. En Argelia, el nivel de biomasa relativamente alto tiene su origen en las abundantes existencias plantaciones forestales.

No existen estudios sistemáticos sobre la biodiversidad. La información de que se dispone proviene de los inventarios forestales nacionales. o de estudios con un enfoque espacial restringido sobre comunidades de vegetación y la vida silvestre. A pesar de las sequías y la aridez que la caracterizan, esta subregión ha conservado una parte importante de su fauna y flora originales. Por ejemplo, en Túnez, la flora sigue siendo abundante, con 2 200 especies (Selmi 2000). Entre las especies vegetales endémicas del norte de África, solo en Túnez se encuentran 20 de ellas (Túnez DGF 1997).

Figura 13-2. África del Norte: área de bosque natural y plantaciones forestales en 2000 y variaciones netas del área entre 1990 y 2000

En Marruecos, el efecto paliativo ofrecido por el clima así como su diversidad han favorecido el desarrollo de una gran variedad de ecosistemas, lo que conlleva una apreciable riqueza florística. Se han registrado más de 4 200 especies y subespecies, de las cuales 800 son endémicas. En Argelia, las diferentes condiciones bioclimáticas, desde las del Sahara en el sur a la humedad del norte, han permitido la existencia de una flora abundante: se han registrado más de 3 300 especies de vegetación de las cuales 640 se encuentran en peligro de extinción y 256 son endémicas (Argelia DGF 2000).

MANEJO Y USOS DE LOS BOSQUES

El manejo formal de los bosques en los países de la subregión del África del norte se emprendió en forma gradual en los primeros años del decenio de 1950. A partir de entonces, se han logrado importantes avances en cuanto a elaborar planes de manejo para una proporción sustancial de los recursos. Únicamente dos de los seis países de África del norte suministraron información a nivel nacional para FRA 2000 en relación con la superficie forestal prevista en un plan de manejo forestal oficial y aprobado a escala nacional (Tabla 13-1)Argelia indicó que 597 000 ha, es decir el 28 por ciento, de su superficie de bosques estaba regido por un plan de manejo formal, mientras que Túnez comunicó que 400 000 ha, o el 78 por ciento, de sus bosques estaba incluido en un plan de ese tenor. Fuentes de referencia adicionales indicaron que un elevado porcentaje de la superficie forestal de Marruecos (cerca del 80 por ciento) también estaba bajo manejo (Marruecos AEFCS 1996c), si bien no se proporcionó información alguna en el marco del FRA 2000. Tampoco Egipto y la Jamahiriya Árabe Libia brindaron datos sobre el estado de su manejo forestal.

En Túnez, la planificación de el manejo forestal gira en torno a los bosques de producción. Además, habida cuenta de su elevado valor ambiental, social y económico, se está planificando en un futuro manejar maquí y la garriga. Respecto de los planes de manejo existentes, el 50 por ciento de ellos requieren ser actualizados (Túnez DGF 1997).

Los logros alcanzados por Argelia en la planificación de su manejo forestal son notables. Los planes abarcan fundamentalmente los montes de producción de Pinus halepensis, Pinus pinaster, Quercus faginea, Quercus afares, Quercus ilex y Quercus suber. Asimismo, se otorga prioridad a la planificación y ejecución de el manejo del P. halepensis a causa de su relevancia ecológica y económica. Por lo que concierne a otras especies, en particular Q. suber, Q. faginea y Q. afares, se registra cierta demora en la ejecución de los planes de manejo (Túnez DGF 2000).

En Marruecos, se ha asignado la mayor prioridad a los bosques naturales con rodales formados por especies de elevado valor social y económico. También se ha extendido el manejo a diversas formaciones de Cedrus atlantica, Pinus spp., Q. suber y una serie de otras especies de latifoliadas y coníferas (Marruecos AEFCS 1997).

Puesto que la principal función de la cubierta forestal es proteger el suelo de la erosión y el paisaje contra una mayor degradación, se han desplegado esfuerzos para establecer zonas protegidas en los parques nacionales y reservas naturales. En Túnez se han instituido ocho parques nacionales que abarcan unas 200 000 ha, de los cuales el 12 por ciento está compuesto por diversas formaciones forestales. Los parques nacionales fueron concebidos a fin de proteger los vestigios de algunos bosques y las especies silvestres amenazadas. Por ello, abarcan una amplia gama de ecosistemas (Túnez DGF 1997).

El sistema de áreas protegidas de Argelia, sin incluir los parques en el desierto de Ahagar y Tassili en el sur, se extiende por una superficie de 250 000 ha, de las cuales 113 000 ha están cubiertas de diversas formaciones boscosas y 59 000 ha de maquí. Al igual que en Túnez, las áreas protegidas incluyen una amplia gama de ecosistemas cuya diversidad biológica es de especial interés (Argelia DGF 2000).

El nivel de biodiversidad de Marruecos es uno de los más altos de la cuenca del Mediterráneo, y a fin de proteger este patrimonio nacional, el país ha delimitado una red de áreas protegidas integrada por diez parques nacionales y 146 reservas (Marruecos AEFCS 1996b). Este sistema de áreas protegidas alberga una gran variedad de ecosistemas, y la superficie forestal en los parques nacionales se estima en unas 120 000 ha.

Los recursos forestales de Argelia son en su mayoría de propiedad del estado y sólo en un 8.7 por ciento pertenecen a entidades privadas (Ikermoud 2000). En Túnez, el sector privado posee cerca del 5.2 por ciento de la cubierta forestal, que se trata en su totalidad de plantaciones (Selmi 2000). Los bosques de propiedad privada de Marruecos se estiman en un 2.9 por ciento de toda la cubierta forestal, y todos ellos han sido plantados. No se dispone de información sobre la propiedad en relación con Egipto y la Jamahiriya Árabe Libia.

Los incendios forestales constituyen una grave amenaza para los recursos forestales a pesar de los esfuerzos desplegados para contener su impacto negativo. En Argelia, el número de incendios que se registra en los bosques varía de año en año. El menor número registrado en los últimos 15 años es de 562 incendios y el mayor asciende a 2 322, con un promedio de 1 256 incendios (Ikermoud 2000). En ese mismo período, la superficie media afectada por el fuego cada año se estima en 37 917 ha, es decir el 1.8 por ciento de la cubierta forestal nacional. Siempre en ese período, en Túnez se registraron 134 incendios con un impacto medio de 1 783 ha por año (Selmi 2000), lo que corresponde al 0.4 por ciento de la cubierta forestal del país. No se dispone de información acerca de los incendios forestales en los otros países de la subregión, si bien en vista de las analogías de índole social, económica y medioambiental en los diversos países, es muy probable que los efectos de los incendios sean los mismos registrados en Argelia y Túnez.

CONCLUSIONES Y TEMAS

La evaluación de la cubierta forestal y de sus variaciones respecto de los países de África del Norte no fue una tarea sencilla, pues las definiciones y sistemas nacionales diferían en gran medida de los utilizados en el FRA 2000. La estrecha colaboración con Túnez y Argelia permitió a los expertos de los países elaborar una reclasificación de sus clases nacionales e incorporarlas en el sistema de clasificación global. La información más reciente sobre la cubierta forestal es la relativa a Marruecos (Marruecos AEFCS 1996d), y los resultados de su inventario forestal nacional fueron publicados en 1996. En ellos, estaban incluidos los datos sobre la cubierta forestal del Sahara Occidental, extraídos sucesivamente. Los datos existentes suministrados por los países se produjeron a partir de inventarios aislados, sin información alguna acerca de los cambios acaecidas con el tiempo. Puesto que Túnez ha hecho más avances en la actualización de su inventario, se utilizaron resultados preliminares, que arrojaron las tendencias iniciales.

Los datos notificados sobre las plantaciones forestales a veces pueden dar lugar a confusiones. Con frecuencia incluyen la plantación de enriquecimiento en rodales de regeneración espontánea o especies de arbustos como Atriplex spp., Acacia spp., Calligonum comosum, Prosopis juliflora, Opuntia ficus-indica y Parkinsonia aculeata utilizadas como forraje, o para la fijación de dunas o la estabilización del suelo (FAO sin fecha).

Los países de la subregión han reconocido los recursos forestales como bienes de importancia económica, social y ecológica. Los países con mayor cubierta forestal, esto es Argelia, Marruecos y Túnez, realizan esfuerzos considerables en pro de la conservación, desarrollo y explotación de sus recursos en condiciones de sostenibilidad por medio de una mejor legislación, el manejo sostenible y la ejecución de programas de desarrollo estimulantes. Como resultado de ello, se han reducido al mínimo los efectos de la desertificación a pesar de las condiciones naturales y sociales desfavorables y la productividad del sector ha mejorado considerablemente. De los bosques se extraen muchos productos, con inclusión de la madera y otros productos madereros y no madereros. La contribución de la esfera forestal a las economías nacional y a las necesidades de las poblaciones rurales en esos países es apreciable. En Marruecos, por ejemplo, la aportación del sector forestal a la economía del país se estima en el 10 por ciento del producto interno bruto del sector agrícola si se tienen en cuenta todos los tipos de aprovechamiento de los recursos (Marruecos, AEFCS 1997).

Además de la madera y la leña, también el corcho producido con la corteza de Quercus suber representa una importante fuente de generación de ingresos. Marruecos cuenta con 366 000 ha de esta especie, mientras que Argelia posee 230 000 ha y Túnez 46 000 ha, que producen respectivamente unas 15 000 toneladas (Marruecos AEFCS 1996c), 9 600 toneladas (Ikermoud 2000) y 8 100 toneladas (Túnez DGF 1997).

Los ecosistemas forestales de esos países desempeñan múltiples funciones, no todas de índole económica, y a veces contradictorias. De hecho, se espera que los bosques desempeñen, aún en condiciones climáticas a veces extremadamente severas, múltiples funciones encaminadas a la generación de diversos productos madereros y no madereros para el consumo familiar y la elaboración industrial para el mercado local e incluso la exportación, la protección de la diversidad biológica, la conservación de los suelos y las aguas y la lucha contra la desertificación (Argelia DGF 2000; Marruecos DGF 1997).

La legislación sobre bosques y fauna y flora silvestres varía considerablemente entre los países de la subregión. En Túnez y Marruecos ha sido objeto de una reciente revisión, pues se han incluido nuevos conceptos relacionados con la participación de la población local, los incentivos para la plantación de árboles y el requisito de que "no se provoque la reducción de las zonas forestales". Si bien a través de la legislación se ha logrado disminuir la tasa de deforestación en determinados países y detenerla por completo en otros, la cubierta forestal de la subregión sigue disminuyendo a causa de los incendios y en particular del pastoreo excesivo. Pese a su reciente evolución económica y social, en los países de África del norte continúan existiendo grandes poblaciones rurales que hacen pastar a su ganado. Una parte sustancial del pastoreo se lleva a cabo en los bosques, lo que ha dado lugar a una grave degradación en algunos lugares debido a que la regeneración natural ha dejado de ocurrir (Argelia DGF 2000; Túnez DGF 1997; Marruecos AEFCS 1996a).

La mayor presión ejercida en los recursos por la población de la subregión, conjuntamente de con una situación climática rígida y la baja fertilidad del suelo, han aumentado aún más la fragilidad de los ecosistemas, y en algunos sitios su renovación se ve amenazada. En los casos en que los bosques naturales están amparados por leyes adecuadas aplicadas por los funcionarios forestales locales, que ejercen así un estricto control, se logra evitar que una parta considerable de ellos se destine a otros usos de la tierra. Sin embargo, la degradación general y gradual de la cubierta forestal y de la biodiversidad sigue representando un problema, que puede afectar gravemente a los recursos. También la desertificación está avanzando hacia el norte, lo que no permite la recuperación de la vegetación en las tierras taladas y abandonadas sin la ayuda humana mediante la preparación del suelo, el uso de fertilizantes y el riego en la fase de regeneración (Argelia DGF 2000; Tez DGF 1997; Marruecos AEFCS 1996a).

BIBLIOGRAFÍA

Argelia. Direction Générale des Forêts (DGF). 2000. Etude prospective du secteur forestier en Algérie. Argel.

FAO. Sin fecha. Ressources forestières de la Libye. Documento de trabajo. Roma. (inédito).

Ikermoud, M. 2000. Evaluation des ressources forestières nationales. Argel, Argelia, DGF.

Marruecos. Administration des Eaux et Forêts et de la Conservation des Sols (AEFCS). 1996a. Colloque national sur la forêt, rapport des modules. Rabat.

Marruecos AEFCS. 1996b. National parks and natural reserves of Morocco. Rabat.

Marruecos AEFCS. 1996c. Maroc. Rabat.

Marruecos AEFCS. 1996d. Rapport final, inventaire des ressources forestières du Maroc. Rabat.

Marruecos AEFCS. 1997. 17ème session du comité CFFSA/CEF/CFPO des questions forestières méditerranéennes, Silva Mediterranea, rapport national. Rabat.

Marruecos AEFCS. Sin fecha. Apperçu sur le Maroc forestier. Rabat.

Selmi, K. 2000. Tunisia, rapport sur les ressources forestières en Tunisie pour le FRA 2000. Túnez, Túnez, DGF.

Túnez. Direction Générale des Forêts (DGF). 1995. Résultas du premier inventaire forestier national en Tunisie. Túnez.

Túnez DGF. 1997. Plan directeur national des ressources forestières et pastoral. Túnez.


[28] Para más detalles sobre cada país véase www.fao.org/forestry

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