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IX. Sobrevivencia de la cosmovisión mesoamericana precolombina

La consulta directa con personas de las diferentes comunidades puso en evidencia que hay una reducción significativa de los "portadores de tradición". Estos son valiosos para la explicación de la cosmovisión tanto como para la preservación de las prácticas y conocimientos ancestrales. Los "portadores" son los que explican a la población general aspectos de difícil comprensión o quienes a través de las prácticas reproducen socialmente los símbolos y valores de cada identidad étnica. Sin embargo, al proceso de homogeneización de la cultura que avanza sustancialmente en las comunidades, significa que las prácticas productivas de los pueblos también tienden a uniformarse, con la desaparición de los conocimientos tradicionales sobre la relación sociedad -medio ambiente.

Lo anterior no significa que ya no exista una cosmovisión particular, lo que aun se expresa en las prácticas en tornoal maíz y el calendario de trabajo agrícola. Sin embargo, la desaparición paulatina de los portadores y la introducción de tecnologías modernas contribuyen al desarraigo de los conocimientos tradicionales que vienen reemplazados por los trasmitidos porla cultura de masas originados básicamente en una lógica económica de la utilización de los recursos.


Las observaciones realizadas en las distintas localidades indican que las comunidades más involucradas con el mercado nacional e internacional tienen menor conservación de la cosmovisión propia y diferenciada; tal es el caso de Aguacatán y Tzunul, por un lado, y las comunidades de Río San Juán por el otro. En el caso de Aguacatán, la producción tradicional está siendo reemplazada por productos no tradicionales como el ajo y la cebolla. En Tzunul, se presenta una rápida expansión del cultivo del brócoli, el cual comenzó a sembrarse hace apenas cinco años.

El diagnóstico participativo de las tres localidades muestra entre los resultados principales que la introducción de esos renglones no tradicionales implica la especialización de algunas unidades productivas, aunque se reconoce la existencia de una economía familiar. En uno de los grupos de trabajo de Aguacatán, la milpa, el ajo y la cebolla aparecen vinculadas a la casa, lo que refiere a la subsistencia de una economía familiar.

Sin embargo, se nota que la milpa se asigna a una vivienda y el ajo y la cebolla a otra, lo que apuntaría a una especialización del trabajo. La integración de estos dos renglones agregan complejidad y mayor vulnerabilidad al sistema de producción local. La producción del ajo y la cebolla como productos comerciales dependen altamente del mercado, además de requerir financiamiento, lo cual no es necesario para el cultivo del maíz, debido al tipo de tecnología a aplicar en ambos casos.

Mapa 2
Mapa actual según los vecinos de Aguacatán

En el caso de las comunidades de Tzunul, Todos Santos Cuchumatán, la situación es completamente dramática. La percepción de los hombres es que aunque en el mapa actual hay una presencia abrumadora del maíz, sin embargo en el futuro observan una sustitución absoluta del grano por el brócoli.


Las dos gráficas presentan solo un fragmento de los mapas completos (actual/futuro), sin embargo son representativos del total. Los hombres de Tzunul informaron que ellos pasan cosechando durante todo el año dado que siembran brócoli todos los meses. Comienzan a sembrar en agosto y terminan en febrero, de tal forma que la cosecha comienza en noviembre y termina en mayo. Las familias que siembran brócoli, ahora compran maíz.

Mapa 3
Mapa actual según los vecinos de Tzunul

Mapa 4
Mapa futuro según los vecinos de Tzunul

Mapa 5
Mapa actual de las localidades de Rio San Juán

Respecto a las localidades de montaña arriba del río San Juan, las personas participantes eran en su mayoría de habla casi exclusivamente quiché, sin conocimiento de español. No obstante, los miembros del grupo son conscientes de la variedad de recursos naturales de los que disponen, incluyendo una diversidad florística y faunística. En cuanto al destino de los productos, se dedican mayormente al consumo familiar y a la venta en el mercado local, lo que identificaría una economía mercantil simple.

De los tres grupos mencionados, Aguacatán, Tzunul y Río San Juán, los dos primeros presentaron los mayores casos de utilización de tecnología externa, y así mismo fueron las que mostraron un mayor alejamiento del trabajo femenino en relación a la agricultura. En cambio en el caso de las comunidades del río San Juan, los campesinos expresaron que las mujeres participan con ellos en todo el proceso de trabajo. De igual manera, se puede apreciar que en las familias indígenas, la vinculación femenina a la agricultura es significativamente mayor que en las familias ladinas.

Aunque en los talleres de consulta realizados en las 6 comunidades de estudio, los participantes manifestaron de no realizar rituales vinculados a cualquiera de las fases del trabajo del maíz; la mayor cantidad de datos sobre prácticas tradicionales de carácter religioso (maya), ocurrieron en las comunidades de Río San Juán. La información levantada refleja que "existen zajorines en Tucuná", los cuales son objeto de consulta por las comunidades previo a llevar a cabo los rituales. Los hombres participantes informaron que, para la siembra, de acuerdo a la tradición, cada actividad tiene su día, lo que refleja una supervivencia de la utilización del calendario maya. (Una profundización sobre el tema arrojaría información mas precisa sobre el grado de arraigo que todavía tiene el calendario y los nahuales de cada día. En Aguacatán se detectó también que en el área de influencia de los quichés, se hallan sacerdotes mayas (Ah pop) que hacen rituales provenientes de la cultura maya.

Aunque los participantes en los talleres no manifestaron de realizar los ritos tradicionales, es evidente que las prácticas todavía existen en algunos grupos.

Otro elemento a destacar, es el valor de la tradición de trasferencia del conocimiento en "forma oral". Un ejemplo de ello lo constituye el conocimiento sobre la planta conocida como "casco de mula", el cual surgió en uno de los casos de la tradición oral con que se iniciaban los talleres. Sólo las personas de mayor edad reconocieron haberlo conocido. En Las Guayabitas, los participantes de mayor edad dijeron conocer el producto (Txetxiv). Reconocieron que sus antepasados iban a la montaña a buscarlo, "lo extraían de la tierra y era más grande que una papa". Por su descripción esta planta podría corresponder a la especie Dioscorea convolvulacea, curiosamente denominada comúnmente madre de maíz y descrita por Williams (1981) como una especie a partir de la cual se puede extraer alimento de emergencia.

"Se le quitaba una cáscara gruesa y luego se picaba la pulpa, y se cocía y se juntaba con el maíz para hacer tortillas".

Esta información nos puso al tanto, por un lado de la validez del contenido de la tradición oral, pero por otra, también de la desaparición de los conocimientos tradicionales sobre alimentos autóctonos. Esta situación que se prevé con el maíz ya se ha registrado con otros cultivos locales, tal es el caso del ramón o ujuhste (Brosimun alicastrum), que constituía un alimento para los mayas clásicos, pero ha desaparecido de la dieta local. Existen numerosas especies que se conservan de manera silvestre y que son susceptibles de ser utilizadas en programas de autosuficiencia alimentaria.

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