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APENDICE 2

CONSIDERACIONES SOBRE EL DISEÑO Y EQUIPAMIENTO DE INSTALACIONES PARA EL ALMACENAMIENTO PROLONGADO DE SEMILLAS CON FINES DE CONSERVACION GENETICA
(ESPECIES ORTODOXAS)

(Extraído de IBPGR 1976)

Selección del lugar

A la hora de elegir la ubicación para una instalación de almacenamiento de largo plazo hay que tener en cuenta una serie de factores importantes. Aunque esos factores son en su mayoría obvios, parece acosenjable indicar aquí los principales:

  1. Zona socialmente estable, dentro del radio de acción de personal de seguridad;

  2. Fiabilidad de la red de suministro de electricidad, y estabilidad de su voltaje;

  3. Idoneidad del substrato para cimientos, drenaje suficiente y ausencia de inundaciones;

  4. Distancia suficiente de zonas de almacenamiento de combustibles o sustancias químicas peligrosas, y

  5. Fácil acceso a la zona en que se trillan, secan y limpian las semillas de recolecciones en curso; no obstante, y por producir calor y polvo, estos procesos no deben estar ubicados en el mismo edificio.

Construcción del banco de semillas

En teoría, un banco de semillas debe constar de un edificio principal que contenga una cámara fría normalizada y otro espacio compartimentado para instalaciones auxiliares. La construcción del revestimiento protector exterior estará dictada por las condiciones climáticas y las normas constructivas locales, así como por la disponibilidad de materiales.

No obstante, cuando no se va a almacenar más que cosechas pequeñas, hay otros métodos idóneos (Apéndice 4).

Diseño de la cámara fría

Ya se ha señalado que no es necesario adoptar medidas especiales para controlar la humedad relativa en la cámara fría, siempre que las semillas se guarden en recipientes herméticos. No obstante, a fin de evitar que se hiele el evaporador, y de mantener la integridad de aislamiento, es esencial que se reduzca al mínimo la entrada de humedad en el almacén. Además, para evitar el enmohecimiento de los materiales ferrosos, la humedad relativa no debe superar el 70 por ciento. En consecuencia, los materiales aislantes deben ser suficientemente herméticos a la entrada de humedad, y en este sentido la construcción a base de paneles prefabricados se considera preferible a las estructuras construidas localmente; es asimismo un sistema más seguro y, en la mayoría de las circunstancias, más barato. Además, en la entrada a la cámara fría debe instalarse otra cámara menor, de cierre hermético, que actúa a manera de esclusa. Con una gestión eficiente no ha de ser necesario controlar la temperatura ni la humedad de la cámara hermética, pues se entraría en el almacén como máximo unas pocas veces por semana. Si se previera entrar en el almacén con mucha más frecuencia, entonces en los climas tropicales húmedos sería esencial controlar la humedad relativa de la cámara hermética para mantenerla al 30 por ciento aproximadamente. Esto puede conseguirse fácilmente con un mecanismo de control de la humedad a base de cloruro de litio o con cualquier otro sistema adecuado. No obstante, es preferible limitar la frecuencia de entrada en el almacén mediante una gestión eficiente.

Si se adoptan estas precauciones, la humedad relativa en el almacén se mantendrá automáticamente por debajo del 70 por ciento y, utilizando las técnicas habituales de refrigeración por compresores, posiblemente en niveles tan bajos como el 40 por ciento. Como se ha mencionado supra en el presente informe, sólo sería necesario contemplar la posibilidad concreta de mantener la humedad relativa a un nivel tan bajo como el 40 por ciento si hubiera dudas sobre la fiabilidad de los recipientes herméticos. Si se decidiera hacerlo así, entonces la humedad relativa podría mantenerse en un valor garantizado del 40 por ciento o menos utilizando una pequeña planta de refrigeración secundaria en la que el refrigerante se evaporara a una temperatura inferior a la de la planta de refrigeración principal.

Aislamiento

El grosor del aislamiento para temperaturas de -10°C a -20°C debe ser de 100 a 130 mm, con una conductividad térmica de unos 0,017 Wm °C; ese aislamiento debe satisfacer los requisitos del funcionamiento económico tanto en países de la zona templada como en países tropicales. Debe utilizarse un tipo de aislamiento fiable, de manera que conserve sus propiedades térmicas, resista al ataque de plagas y bichos y contenga un ignirretardante.

Las puertas deben calentarse para evitar que se hielen, y los precintos deben funcionar eficazmente, sin que se arruguen o alabeen. Los suelos deben ventilarse o calentarse para evitar su levantamiento por congelación. Todos los cables y accesorios eléctricos deben ser de fácil acceso, y deben estar preparados para funcionar a bajas temperaturas.

Planta de refrigeración

Habida cuenta de su probada fiabilidad, disponibilidad y fácil mantenimiento, se recomienda emplear la refrigeración tradicional, directa o indirecta, a base de compresión del vapor. Esos sistemas pueden encontrarse como equipos ya montados ensayados en fábrica y preparados para funcionar en las condiciones tropicales.

El refrigerante que se utilice debe ser habitual y de disponibilidad inmediata, a fin de facilitar su reposición cuando exista una fuga.

Se recomiendan los tipos normalizados y comerciales de unidades de refrigeración y enfriadores de habitaciones mediante ventilación por presión. Son preferibles los refrigerantes enfriados por aire a los enfriados por agua, pues con estos últimos la interrupción del suministro de agua o las impurezas de ésta pueden provocar un fallo de la planta de refrigeración.

Se recomienda dotar a la cámara fría de dos unidades distintas de refrigeración, capaces de mantener en el almacén la temperatura deseada funcionando durante 18 horas al día en condiciones de temperaturas extremas. Habida cuenta de que la máxima carga de electricidad está regida por la gran cantidad de corriente que se precisa para arrancar el motor o los motores del compresor, las dos unidades deben encenderse secuencialmente utilizando las actuales técnicas de arranque limitado. Además, debe instalarse un generador de reserva capaz de proporcionar automáticamente energía suficiente al menos para una de las unidades de refrigeración y otros servicios esenciales, por si fallara el suministro de la red.

Se necesitará un suministro de energía eléctrica de corriente alterna trifásica. La carga conectada total se estima en 20–45 KVA para los tamaños de almacén que se contemplan en el presente informe.

Circulación del aire

Si partimos de que dentro del almacén se dejan espacios para la circulación del aire, la recirculación del aire en la cámara fría para evitar unos gradientes de temperatura inaceptables se conseguirá utilizando ventiladores y conducciones como los que se emplean habitualmente en las cámaras frías. La tasa de recirculación del aire enfriado debe ser de entre 5 y 10 renovaciones por hora. No se precisan sistemas de circulación de aire más complejos, pues es perfectamente aceptable una variación de 2°C dentro del espacio de la cámara.

Precauciones de seguridad

Además de contar con dos sistemas de refrigeración y un refrigerador de reserva, se recomienda incorporar cuatro dispositivos para garantizar que la temperatura de la cámara fría que funciona a -18°C se mantenga en los niveles deseados. Esos cuatro dispositivos son los siguientes:

  1. un dispositivo que registra constantemente la temperatura;

  2. un interruptor sensible a las temperaturas que pone en marcha una alarma sonora y visual cuando la temperatura asciende o desciende en más de 5°C respecto de la temperatura de control;

  3. un interruptor sensible a la temperatura que desconecta los ventiladores y compresores cuando la temperatura asciende en más de 10°C respecto de la temperatura de control, y

  4. un cartucho de cera que desconecta los ventiladores y compresores cuando la temperatura llega a 40°C.

En todos los casos, estos elementos sensibles a la temperatura deben colocarse en las partes altas del almacén. Entre todos ellos, estos dispositivos de seguridad no deben costar más de 3 000 dólares. En el caso de los almacenes grandes, se recomienda también que se incluya en el sistema de circulación de aire un detector de humos.

En las zonas en que son probables los temblores de tierra, el almacén debe construirse sobre una placa continua de cimentación o cualquier otro mecanismo que reduzca al mínimo la posibilidad de que se produzcan daños; asimismo, en esas zonas no debe construirse nada encima de la cámara fría de almacenamiento.

Estas precauciones deben ser totalmente suficientes, pues si, pese a ellas, se produjera un fallo en la planta de refrigeración, la constante de tiempo térmica (es decir, el tiempo que tarda la temperatura en subir hasta el 67 por ciento del intervalo que existe entre la temperatura de funcionamiento y la temperatura ambiente) sería probablemente de 4 ó 5 días en los almacenes de mayor tamaño. Además el cambio de la temperatura no afecta por sí mismo a la viabilidad de la semilla; el período de viabilidad es una función de la integración de la temperatura con el tiempo. Así, por ejemplo, si se produjera un fallo completo de manera que la temperatura fuera la del ambiente durante dos semanas, ello no sería más grave que un retraso inicial de dos semanas en poner las semillas secas en la cámara a su llegada.

A fin de garantizar la seguridad de las personas que utilizan la cámara, es esencial que la puerta esté diseñada de tal manera que pueda abrirse desde el interior. En la parte exterior de la cámara, en una posición destacada que esté en paralelo con su circuito de iluminación interior, debe colocarse una luz indicadora. Se recomienda también que se coloque en la puerta un aviso que indique que nadie debe entrar en la cámara sin notificarlo a otra persona responsable.

Normas de diseño

Se recomienda que las especificaciones para la licitación se basen en las normas de la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción y Refrigeración (ASHRE), pues son las que se consideran más adecuadas y están universalmente aceptadas.

Salas y equipo auxiliares para el almacenamiento prolongado de semillas

Además de almacenar las semillas, en las instalaciones de almacenamiento prolongado se deben realizar otras actividades: hay que limpiar las semillas, secarlas, envasarlas y realizar ensayos para determinar su viabilidad, pureza y contenido de humedad; y deben llevarse registros. En algunos institutos en los que se están estableciendo bancos de semillas, es posible que existan ya laboratorios, oficinas y equipo que puedan utilizarse o modificarse con estos fines, pero en otros casos no ocurrirá así y habrá que instalar todos los medios necesarios.

Al margen del tamaño del almacén, en todos los bancos de semillas es preciso llevar a cabo las mismas operaciones, y por lo tanto es probable que las necesidades sean relativamente independientes del tamaño del almacén. Las recomendaciones que se efectúan a continuación sobre necesidades de espacio mínimo se basan en este supuesto, aunque se acepta que es posible que los establecimientos pequeños puedan reducir esas asignaciones sin que ello afecte gravemente a la eficiencia de la organización.

Sala de maquinaria (planta de refrigeración para la cámara fría)20 por ciento de la cámara fría
(pero no menos de 10 m2)
  
Sala de secado  15 m2
Sala de limpieza  30 m2
Laboratorio de ensayos  40 m2
Oficinas y sala de registros  40 m2
Cámaras de almacenamiento  40 m2
Aseos y servicios  20 m2
    Total (excluida la sala de maquinaria)185 m2

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