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V. ESTADO ACTUAL DE LA INFORMACION SOBRE MADERA PARA ENERGIA
(CESAR SANDOVAL, CONSULTOR FAO)

1. Introducción

La importancia del sector forestal en Guatemala proviene de las características de su territorio y la actividad económica que de ello se deriva, principalmente dentro de la economía informal, a través de los diferentes usos de cómo recursos en materia prima para la industria, pequeña industria y artesanía, madera para construcciones rurales, energía primaria para combustión (energético), productos no maderables y beneficios ambientales que del bosque se generan, otorgan grandes beneficios económicos y sociales a su población .

Por consiguiente, conocer su comportamiento a través de las estadísticas de su producción, distribución y consumo, así como la de sus sustitutos, es importante para aspectos de planificación y la aplicación de la política pública, que requiere de información actualizada para la toma de decisiones que orienten su desarrollo.

El presente documento se ha elaborado con el objetivo de recapitular y hacer un análisis de la tendencias del consumo de energéticos, pero en forma especial de los dendroenergéticos, así como identificar vacíos de información y la necesidad de implantar acciones que permitan contar con información que refleje el comportamiento del consumo y la necesidad de cambios en la política forestal y sus diversos instrumentos, que incentivan su desarrollo.

La metodología para el presente análisis ha sido básicamente, una revisión documental sobre información disponible sobre consumo, oferta, demanda y mercado de los dendroenergéticos en Guatemala, a través de recolección de datos, tabulación, análisis y discusión de los resultados obtenidos presentados en tablas y gráficas, que muestran el comportamiento de algunos elementos de la producción, del consumo y del mercado durante los últimos 10 años, discutidos en el presente informe, se adiciona un anexo en el cual se presentan la información con los datos de origen que sirvieron de referencia par las estimaciones.

A manera de síntesis se presentan unas consideraciones de tipo general, un trabajo de tal naturaleza no permite llegar a conclusiones contundentes sobre la dinámica de un problema tan complejo y ligado a connotaciones culturales, sociales, de marginación y pobreza en Guatemala.

1. Antecedentes

2.1 Características de la Región.

El logro de la sostenibilidad social en Centroamérica pasa por la superación de una serie de trabas estructurales, heredadas de un modelo de producción y consumo inequitativo, impuesto y excluyente como son los patrones inadecuados de asentamientos humanos, el crecimiento vertiginoso y elevados niveles de pobreza (CCDA, 1998).

En el sector rural la concentración de tierra es mayor que lo que demuestran los índices, porque quienes poseen los medios y la tecnología para su explotación, relegando a los pobres a tierras de mala calidad principalmente las laderas (CCAD,1998).

Se estima que la cobertura forestal de la región para 1996 era de 181,233.790 hectáreas, que representa el 35% del territorio total y el 60% aproximadamente de los que debería de existir con cobertura forestal… … los bosques desaparecen a un ritmo de 388.000 ha /año la utilización de leña para cocinar varía de un 33% en Belice a un 85% en Guatemala (CCAD, 1998).

Durante el proceso de actualización de los diagnósticos forestales, realizado entre 1992-1996, se evidenció que no existe en la región datos recientes confiables sobre bosques tanto en los aspectos biofísicos como en las estadísticas básicas (CCAD, 1998).

Aproximadamente 80% de a población en Centroamérica depende de la leña como combustible doméstico, lo cual representa 31% de toda la energía consumida en la región (SIECA 1979, citado por Dulin, 1984).

2.2 Características de Guatemala

Guatemala se deriva del voz Nahutl Quahtemalan que significa “Tierra de Arboles”, lo que evidencia que desde hace tiempos de los antiguos mayas, Guatemala se ha caracterizado por tener una vocación forestal (IDC, 1997).

Según los datos oficiales del Banco de Guatemala, el sector forestal representó para 1997 el 2.59% del Producto Interno Bruto, con una tendencia decreciente desde principios de los 90´s. La silvicultura aportó el 67% y la industria –primaria y secundaria 33% (IDC, 1999).

El potencial de desarrollo forestal, en materia de bosque es enorme. Del total de la extensión territorial (108,889 km2) el 51% tiene vocación forestal totalizando 55,700 km2. Sin embargo para 1999 el total de su cobertura forestal representaba sólo 38,986 km2 (36%) (INAB,1999).

2.3 Características de los bosques.

Las formaciones forestales de Guatemala cubren alrededor de 38,986.3 km2 de bosques maduros, lo cual no incluye los bosques secundarios ni las plantaciones, la extensión territorial y su porcentaje de cobertura a nivel nacional para 1992 y 1999, se presentan en el cuadro 117. Las características para cada una de las clasificaciones se describen a continuación.

Cuadro 1.

Cobertura Forestal de Guatemala, 1999.

 

1992

 

1999

 

Categoría de bosque

Km2

%

Km2

%

Superficie con bosque

33,902

31.1

38,986

36.7

Bosque Latifoliado

30,176

27.7

28,346

26.0

Bosque de Coníferas

2,282

2.1

2,271

2.8

Bosque Mixto

1,270

1.2

8,190

7.5

Bosque de Manglares

174

0.2

177

0.2

Bosques Secundarios

3600

3.4

11,470

10.5

Plantaciones

619

0.6

789

0.7

Fuente: PAFG 1991, INAB 2000.

El total de superficie cubierta con bosque no incluye bosques secundarios ni plantaciones.

Bosques maduros

Comprende un 36.72% de la extensión territorial de Guatemala y se divide en cuatro grupos representativos de bosques: coníferas, latifoliados, mixtos y manglares.

Los bosques de coníferas

Están constituidos por especies de pino (Pinus spp.), Pinabete (Abies guatemalensis), ciprés (Cupressus lusitanica). Estos bosques pueden representar una sola o varias especies de coníferas. Se localizan en un gradiente altitudinal que va desde los 100 hasta los 4000 msnm (Cabrera G. y Morales D., 1996). Estos bosques abarcan principalmente los departamentos de El Quiché, Huehuetenango, Baja Verapaz, Totonicapán y Chimaltenango. Con una extensión aproximada de 2,271 km2.

Bosques mixtos

Estos se encuentran constituidos por especies de coníferas y latifoliadas, especialmente de pinos (Pinus spp.), encinos (Quercus spp.), robles (Quercus spp). Hay también algunas especies de la familia betulacea (Ostrya sp. Y Alnus spp.), liquidámbar (Liquidambar styraciflua L.) y otros géneros de la familia Lauraceae (Ocotea sp., Nectandra sp. Y Persea spp.). algunos autores afirman que estos bosques son una etapa de sucesión de las coníferas, peros para fines forestales se reconocen este tipo de bosque diferente al de coníferas.(Cabrera G, Morales D.,1996). Para 1999 abarcaban 8,190 km2 o sea el 7.5% de la existencia de bosque a nivel nacional, siendo los departamentos más representativos Chimaltenango (16%), El Quiché (14%) y Huehuetenango.

Bosques Latifoliados

Llamados también bosques tropicales húmedos o selvas, son formaciones forestales que están constituidas por diversas especies de árboles de hoja ancha (no conífera). Son característicos de zonas de bajura y en conjunto representan más del 72% del área forestal del país, ocupando alrededor del 28,346 km2 para 1999. Las mayores áreas se encuentran localizadas en el Petén (64%) y en la Franja Transversal del Norte18.

Desde el punto de vista comercial estos bosques tiene el inconveniente de tener un volumen comercial muy reducido con respecto al total (5%), haciéndose un aprovechamiento selectivo de las especies preciosos de alto valor comercial como Cedro (Cedrela odorata), caoba (Swtenia macrophyla), Cola de coche (Swtenia panamensis) rossul (Dalbergia sp.) palo blanco (Tabebuia donnel-smithii) tamarindo (Dialium guianensis) , santa maría (Calophyllum brasilensis), sangre, canxán. (Cabrera G, Morales D.,1996).

Bosques manglares

Constituidos de especies de hoja ancha con la característica especial de establecerse en zonas costeras en relación dinámica con el agua salobre. Estas formaciones se encuentran constituidas de una o varias de las cuatro especies de mangle existente en América tropical Avicinia nitida, Rizophora mangle, Langucularia racemosa y Conacarpus sp. Los bosques de mangle se encuentran esencialmente en la costa del Pacífico en los departamentos de Retalhuleú, Escuintla y Santa Rosa., ocupando un área de 177 km2.

Bosques secundarios

Un bosque secundario se puede definir como una formación forestal en alguna etapa de la sucesión ecológica, producto de la intervención humana en los bosques maduros(Cabrera G, Morales D.,1996).

Estos bosque se encuentran esencialmente en zonas donde se práctica la agricultura migratoria en áreas que han sido destinadas a procesos de colonización, es decir en el Norte del país, ocupado por los bosques latifoliados. Para 1999 se estimaba que abarcaban un área de 11,470 km2. Las sabanas pueden considerarse como bosques secundarios y existen en Petén unos 250 km2.

Plantaciones

Según el INAB, para el año 1999 se cuenta con una reforestación acumulada de 78,909 ha, lo cual pareciera ser un dato conservador, si se considera que el mismo toma sólo encuentra las iniciativas y registro de gobierno, ejecutadas a través de diferentes programas de reforestación comunitaria, incentivos fiscales, forestales, crédito, sin embargo se duda de la existencia en campo de otros reportes.

Dentro de los esfuerzos más relevantes para fomentar la reforestación del país se encuentra el Programa de Incentivos Fiscales, con el cual se logró reforestar alrededor de 18,742 ha y con el fideicomiso para la Reforestación del Oriente y Nororiente Proyecto (Proyecto5000) ha, con el cual se alcanzó reforestar un total de entre 5,709 ha, para el período 1988-1993). La reforestación por Incentivos Forestales, ha logrado 15,270 ha, para el período 1997-1999, lo que representa casi un 20% de lo reportado para los últimos años (ver cuadro 2).

Cuadro 2

Tasas de Reforestación por Programas de Gobierno, 1976-1999.

Región

Proyectos de

Incentivos

Proyectos

Compromisos

Incentivos

Total

 

Gobierno

Fiscales

Nororiente

por tala

Forestales

 

Metropolitana

5,185

201

     

5,386

Verapaces

2,249

3,442

1,999

260

5,843

13,793

Nororiente

Nd

7,181

3,224

80

2,745

13,230

Sur oriente

8,914

290

 

216

 

9,420

Central

4,905

782

486

60

 

6,233

Suroccidente

3,272

2,069

 

103

 

5,444

Noroccidente

6,305

1,126

 

121

 

7,552

Petén

102

770

 

Nd

4,772

5,644

Otras regiones*

 

2,881

   

2,360

5,241

Total

30,932

18,742

5,709

840

15,720

**71,943

*incluye las que no tienen dato específico

**difiere de los datos del último informe de INAB 1999.

Fuente: Escobar y Rodríguez, 1995(citados por Dix 1999), Cabrera G y Morales 1995, Inab 2000.

Lamentablemente las plantaciones establecidas y que han entrado en edad para producción, no han sido sometidas a manejo forestal, por lo que su producto final como madera de aserrío es incierto, y su inclusión dentro de las proyecciones de abastecimiento de materia prima a futuro para la industria forestal resulta ser demasiado riesgoso.

Deforestación

Los problemas de deforestación son evidentes en Guatemala, el país ha perdido el 50% de su cobertura boscosa que tenia en 1950 durante los últimos 25 años (cuadro 3. ). Sin embargo existe una discrepancia de información según la fuente. Situación similar se da con la tasa de deforestación cuyas estimaciones se han desarrollado a través de diferentes metodología (fotografías aéreas, imágenes satelitales), es de considerar que aún a pesar de las discrepancias, los últimos mapas de cobertura (CONAP 1997, INAB 1999) coinciden en el área cubierta con cobertura forestal en Guatemala.

Cuadro 3.

Cobertura boscosa de Guatemala 1950-1977

Año

cobertura boscosa %

Km2 bosque

Fuente

1950

1970

1977

1980

1989

1993

1997

1999

65

47

33

42

40

48

34

36

70,451

51,000

36,100

45,500

43,754

52,710

37,500

38,986

INAFOR

Leonard, 1987

INAFOR

Wilkii, 1993

Escobar y Rodríguez, 1989

WRI, 1996

CONAP, 1997

INAB, 2000.

Fuente: Dix, Anne, modificado.

Cuadro 4.

Tasas de deforestación anual para Guatemala, 1987-1997.

Año

(km2/año)

Fuente

1977

1983

1980-1990

1993

1997

1992-1997

637

600

570

900

900

820

INAFOR

Leonard, 1987

Escobar y Rodríguez, 1989

Wilkii, 1993

CONAP, 1997

FAO/PAFG 1997

Fuente: Dix 1990, modificado.

3. Necesidades de información estadística

Según FAO (1993) las acciones para mejorar las estadísticas en leña y Carbón deben estar conducidas a:

1. Identificar área con mayor consumo.

2. Determinar usos para los cuales se destina la leña y el carbón vegetal en cada país.

3. Analizar sistemas de comercialización de leña y carbón.

4. Identificar fuentes de leña y materia prima para carbón vegetal.

5. Levantar información técnica sobre las especies utilizadas para leña y carbón vegetal.

6. Calcular índices de consumo percápita para los diferentes usos de leña y carbón vegetal, tanto a nivel nacional como regional.

7. Analizar y divulgar información sobre precios de estos productos en el mercado nacional e internacional, desagregándola en calidades, especialmente en carbón natural.

Siendo las principales fuentes de información:

- Empresas Industriales

- Guías forestales.

- Información sobre comercio Aduana y Banca Central, Ministerio de Economía.

- Boletín de precios.

Como producto se Seminario de Estadísticas de Forestales (FAO, 1993), se concluyó que en líneas generales existe demanda de información en todos los países en Latinoamérica, pero también surge la necesidad de conformar sistemas integrados de información adaptados a cada país comparados a nivel internacional, unificando definiciones, conceptos, criterios de clasificación y metodología especificando claramente las variables utilizadas. Así como también, Incorporar mecanismos apropiados de planificación estratégica para asegurar la continuidad y permanente retroalimentación del sistema de información.

4. Balance energético nacional

De acuerdo con la Organización de Estados Americanos y el Ministerio de Energía y Minas (1989) Guatemala posee un alto potencial de recursos energéticos provenientes de hidroeléctricas (12 mil MW), recursos geotérmicos, solares y eólicos, de los cuales para 1989, se habían instalado únicamente 488 MW.

Según Azurdia citado por Dix (1999), dicha situación ha variado considerablemente y para 1996 reporta 4,000 MW instalados, constituidos principalmente por generación hidroeléctrica, y otras fuentes alternas de energía, como la biomásica, geotérmica, solar y fotovoltaíca, aunque en menor escala.

La electricidad que por lo general se genera de derivados del petróleo, en el período 1979-1983 representó un 3.5% del consumo nacional (OEA, 1989), lo cual no vario para el período 1986-1989, teniendo un leve ascenso aun poco más de un 4% para 1993 (Cabrera, 1996). Los demás energéticos participan en menor cuantía, como por ejemplo los residuos vegetales (3.3%) y el carbón de leña (0.36%) (OEA, 1989).

En 1997 el índice de electrificación para Guatemala era de 63.5% vrs. El 37% en 1994, siendo evidente la mejoría de la cobertura. Sin embargo, el consumo anual de electricidad por habitante fue de alrededor de 250 K-WH, el más bajo de todo el continente americano después de Bolivia y Haití (IDC, 1999).

Diversos estudios realizados durante la década de los 80 (Bogach 1981, Martínez 1982, Torres y Moscoso 1986, Trocki et al. Al. 1988, OEA año) coinciden en que la fuente de energía mayormente utilizada es la leña, la cual representaba durante los años 80 alrededor del 63% del balance energético nacional y el petróleo y sus derivados que representan el 28%. La hidroenergía apenas constituye el 2% del consumo nacional y la utilización del bagazo de caña, el 7%, PAFG (1991), esta estructura de participación con respecto a las fuentes de combustible, están cambiando, debido fundamentalmente al incremento de Gas Licuado de Petróleo y a la utilización creciente de residuos de caña de azúcar por parte de la industria azucarera.

Cuadro 5

Fuentes alternas de energía y potencial generador en Guatemala

Fuente

MW

Viento

Geotérmico

Hidroeléctrico

Biomásico

Solar fotovoltaico

Térmica

Total

100

200

4,000

150

5

0

4455

Fuente: Azurdia, 1996, citado por Dix, (año).

Con respecto a los derivados del petróleo, su consumo se destina a los sectores residencial, transporte, industrial, comercial y sector agropecuario, y representó aproximadamente un 28% del consumo total de energía en el período 1979-1983, (OEA, 1989). Lo cual en términos relativos ha permanecido estable con leves crecimientos y decrementos (25% en 1986, 28.2% en 1989, 29% en 1992, 25% 1999).

Trocki et al. Al. (1988), citado por PAFG (1991), menciona que en términos de barriles equivalentes de petróleo (bep) el consumo de leña a nivel nacional paso de 12 millones en 1970 a 19 millones en 1985. Esta cifra es indicativa del costo de sustitución de leña por petróleo o sus derivados, ya que a precios de 1987 (US$ 18.00/bep) era de US$ 342 millones y se estima que a precios de 1999 (US$ 29/bep) pudo alcanzar 676 millones de dólares.

Reportes preliminares del Balance Energético Nacional de la República de Guatemala para 1999, indican que la oferta bruta de energía fue de 61,787 miles de bep, de los cuales 44,236 miles de bep fueron consumidos como energía.

La participación de la leña se ha estimado alrededor de 65% durante casi dos dedadas, sin embargo en el Balance Energético Nacional para 1999 representó un 41%.

Con relación a los residuos vegetales, el bagazo de caña ha participado como combustible en el Balance Energético Nacional con un 3% en 1986, 5% en 1989, 6 % en 1992 y 29% en 1999, siendo en términos relativos, el que más ha incrementado su participación.

Estos datos demuestran un cambio del patrón de consumo que se ha venido manejando durante las últimas dos décadas en Guatemala, y modifican la estructura de distribución del consumo, concediendo una mayor importancia para el GLP y a la producción de caña o bagazo de caña como consumo energético.

5. La participación de la leña en la economía nacional

Con relación a la leña, su participación en la economía a través de los indicadores económicos que se reflejan dentro de las cuentas nacionales prácticamente está invisibilizada y únicamente se considera lo que entra dentro de la economía de los bienes de mercado formal o de capital. Normalmente cuando se aborda la participación de la leña como energético, se asocia directamente con su contribución dentro del balance energético nacional.

Cuadro 6.

Porcentaje de la población que consume leña como principal fuente de energía.

Año de medición

%

Fuente

1964

1973

1980

1980

1981

1986

84.9

82.6

80.0

80.0

78.5

78.6

Censo

Censo

Encuesta

Encuesta

Censo

Encuesta

Fuente: PAFG. 1991, citados por Dix, (1999).

Consumo de leña

Una gran parte de leña en el país está siendo comercializada en forma cada vez más creciente. La leña es consumida fundamentalmente para la cocción de alimentos y calefacción de hogares, aunque también se utiliza en industrias tales como ladrilleras, caleras y carboneras, también en agroindustrias como beneficios de café (OEA 1989).

Diversos estudios (Bogach, 1981; Martínez, 1982; Torres y Moscoso 1986; Trocki et al. Al. 1987, citados por PAFG 1990), han reconocido la importancia de la leña a nivel nacional. Según el INE (1984) y Moscoso (1986) (citados por PAFG 1990), estiman un 78% de hogares consumen leña a nivel nacional. Los datos recolectados por Dix (1999), demuestran que existe un tendencia a una disminución del porcentaje de la población que consume leña, en términos relativos, puesto que, de un 85% de la población que reportaba la leña como energético en 1964, ha descendido a un 78.6% según los últimos reportes. Este cambio en el patrón del comportamiento del consumo se puede acreditar a la sustitución de GLP como fuente energética por parte del sector residencial.

Bogach (1981), Martínez (1982), Torres y Moscoso (1986), citados por PAFG (1991), encontraron un consumo anual percápita entre los consumidores de 1.8 millones de m3 de leña, lo cual significa que el consumo anual estimado para 1990 alcanzó 13 millones de m3, solo para hogares, sin considerar lo que consume la pequeña industria (panaderías, caleras, salineras), lo cual según Martínez (1984), citado por PAFG (1991), podría estar por alrededor de 2 millones de m3 al año. Esto es demasiado elevado de acuerdo con lo reportado por el MEN en 1990, que indica que para ese año se destino para la pequeña industria 180,221 m3, correspondiendo el 56% de éste a la ciudad de Guatemala.

Estimaciones del consumo de energéticos

Diferentes autores difieren en sus estimaciones con relación a la participación de la leña como energético, para FAO (1985), citado por Nuñez 1995, sobre un total de 69.3 millones de m3 de pérdida anual por deforestación, la leña participa con 43.87 millones de m3 (63.3%), el cambio de uso de la tierra 20.7 millones de m3 (29.7%), los incendios con 4.5 millones m3 (6.5%) y la industria con 0.7 millones de m3 (1.1%), estimando que la biomasa que se pierde anualmente se consume como energético, lo cual no necesariamente es así, el dato proporcionado por FAO (1985), está muy lejano a la realidad nacional y sustancialmente corregido en sus últimos reportes, en los cuales se indica que el consumo de leña para Guatemala está alrededor de 13.3 millones de m3 (FAO, 1999), y varios autores han estimado la demanda de leña a través de una correlación directa entre: estimación de la población para un determinado período, el % de esa población que consume leña y el consumo percápita anual (ver cuadro 8).

Cuadro 8

Consumo estimado de leña, 1985-1999

Volumen estimado

(miles m3)

Año

Autor

12,875

15,400

14,700

13,300

1990

1995

1997

1997

Martínez, PAFG

DIGEBOS

IDC

Fuente: Elaboración propia, diversas fuentes.

De acuerdo con el Ing. Quemé19, la estructura actual del consumo energético, puede responder a los condiciones anteriores, sí los supuestos de población y el porcentaje que consume leña son correctos, sin embargo, en ambos casos ha existido un sesgo de error, y no se ha considerado el desplazamiento que ha existido hacia el consumo de GLP, el cual no ha sido bien incorporado en las proyecciones.

El Departamento de Planificación Energética del MEM, estableció una metodología para estimar el consumo de energético como leña que incorpora el consumo de GLP a nivel residencial de la forma siguiente:

i) Sobre la base de las importaciones de GLP menos el consumo que se destina para el sector industrial, permite obtener por diferencia el total de GLP que se destina hacia el sector residencial.

ii) Sobre la base de estimaciones de población del INE para el período a generar la información de consumo, se obtiene el número de familias (se asumen 5.46 miembros por familia) y se asume un consumo de 360 lbs. por familia al año.

iii) Con el número de familias que consumen GLP, se obtiene por diferencia el total de familias que consume leña y al resultado se multiplica por 12 m3 de biomasa de consumo anual por familia.

Con los ajustes anteriores, se procedió a establecer sus propias las estimaciones para los últimos 25 años, los resultados para el período de 1990 a 1999 se presentan en la figura 3, en la cual se puede observar que el comportamiento del consumo de leña ha tenido leves incrementos y decrementos, que oscilan entre 15.8 millones de m3 (1996) a 13.8 millones de m3 (1999).

Este comportamiento oscilante está íntimamente relacionado con el consumo de GLP, el cual de acuerdo con los registros del MEM, ha variado de 882 bep para 1992 a 1939 bep para 1999, o sea un crecimiento positivo equivalente a un 200% para ese período. (ver figura 4).

De acuerdo con el MEN (figura 3), el consumo de leña ha perdido una relación lineal con relación al aumento de la población, sin embargo, su consumo si responde al crecimiento de la misma, puesto que en términos absolutos no ha sufrido mayores variaciones, a pesar del porcentaje de la población que se incorpora año con año al consumo de GLP. Con los últimos incrementos que se han dado al GLP, pareciera ser que en las áreas rurales esta tendencia podría revertirse.20

Esta tendencia con relación al patrón de comportamiento, del desplazamiento de consumo de leña a GLP, ya había sido previsto anteriormente por DIGEBOS (1993), quien a través de un estudio del consumo para el sector urbano evidenció un incremento del uso de GLP de un 48% entre 1981 y 1989, en tanto que el consumo de leña disminuyó en un 11% para ese mismo período.

Algunos sectores de la sociedad han propuesto el establecimiento de proyectos que busquen mejorar la eficiencia del consumo de leña o bien su sustitución por otras fuentes de energía, sin embargo, las iniciativas no han tenido el éxito deseado. Según el PAFG (1990), dentro de las causas principales para que la utilización de leña como combustible

persista se encuentran: i) tradición y versatilidad en cuanto a su uso; ii) costo relativamente bajo del costo de la leña; iv) costo elevado de posibles sustitutos.

Figura 1

Fuente: Ministerio de Energía y Minas, Departamento de Planificación Energética

Figura 2.

Fuente: Ministerio de Energía y Minas, Departamento de Planificación Energética.

Comparando los reportes de FAO se existe una diferencia promedio de 2 millones de m3, de consumo, lo cual obviamente varía de acuerdo con la fuente y las estimaciones, con relación al carbón vegetal la diferencia es mayor, puesto que representa arriba de un 280% de lo que se consume en Guatemala.

Distribución del consumo de energéticos:

Para el período 1992-1999, el mayor consumo de energéticos se destinó para el sector residencial tanto en leña, y carbón vegetal, GLP con valores relativos de 98, 97 y 72% respectivamente (ver cuadro10).

Para el caso de la caña o bagazo de caña de azúcar, su producción se destina para la generación de su propia energía en sus procesos de transformación industrial, los consumos no energéticos, son consumo propio en el calentamiento de las calderas al inició de la zafra de azúcar..

Cuadro 10.

Distribución del consumo de dendroenergéticos 1992-1999.

Destino del

Leña

GLP

Carbón

Caña de

Bagazo de

consumo

   

vegetal

azúcar

Caña

 

%

%

%

%

%

Residencial

98

72

97

   

Comercial

 

13

     

Transporte

 

1

     

Industrial

2

1

3

75

95

Agropecuario

 

5

     

No energético

     

25

5

No incluye los derivados de petróleo que se destinan al sector eléctrico

Fuente: Ministerio de Energía y Minas, Departamento de

Planificación Energética.

Un análisis del consumo de GLP durante el período 1992-1999, demuestra que el mayor destino es hacia el sector residencial (75%), el sector industrial pareciera ser un fuerte demandante de tipo de combustible (13%), pareciera que el sector de comercio (5%) no se tabuló debidamente para el período 1995-1996, ya que no aparece en los registros, el sector transporte se presenta muy incipiente al principio de los 90, con un repunte fuerte para 1999, el sector agropecuario tuvo un pequeña partición a principios de los 90´s, para luego desaparecer de los reportes (ver Figura 3).

Figura 3

Fuente: Ministerio de Energía y Minas, Departamento de Planificación Energética.

Oferta del recurso forestal

La problemática de leña para algunas áreas de Guatemala fue reportada por Dulin (1984), quien considerando los factores de existencia de bosques y densidad de población, encontró que el abastecimiento de leña ya era crítico y muy crítico para algunas áreas, que contenían a la ciudad de Guatemala y su periferia, Quetzaltenango y el altiplano occidental (ver cuadro 11 ).

Cuadro 11

Situación de la leña en Guatemala, 1984.

Categoría

Extensión km2

%

Zonas

Muy crítica

37,558

34.8

Seca oriental, alrededores de la ciudad de Guatemala y Quetzaltenango y altiplano occidental.

Crítica

11,929

11.1

Depto. De Guatemala, Costa sur y Suroriente.

Potencialmente crítica

5,337

5.0

Verapaces, Altiplano Central.

Satisfactoria

8,419

7.8

Izabal.

Más que satisfactoria

4,456

41.3

Petén, Franja Transversal del Norte.

       

Fuente: Duling (1984). FAO (1987).

Bajo los dos factores considerados por Dulin, la situación continúa siendo muy similar, ya que la disponibilidad de recursos boscosos es mayor para las área de Petén, Verapaces, Nororiente y Noroccidente y sus densidades de población relativamente bajas, no así para los departamentos del altiplano occidental que contienen poca oferta de recursos boscosos y altas tasas de densidad poblacionales. Algunas áreas como la Costa Sur, a pesar de contener áreas boscosas pequeñas, reciben buena parte de su abastecimiento a través de las plantaciones agroforestales las cuales no se consideran como áreas boscosas, cuando se realizan las estimaciones de cobertura por algunos autores.

Martínez (1980), citado por DIGEBOS (1993), indica que los bosques comunales y municipales, así como los desombres de café constituyen la principal fuente de leña para el interior del país.

La importancia de estos bosques es su función como recursos de acceso abierto para las comunidades, en los cuales se desarrollan las tareas de recolección de leña. Estimaciones de Elías (1992), citado por Cabrera (1995), dan cuenta de la existencia de más de 129 unidades de bosques comunales con un total de 60,000 ha, estimaciones que resultan ser bastante conservadores, ya que sólo en el departamento de Petén, los municipios que se ubican dentro de la Reserva de la Biosfera Maya, cuentan con ejidos municipales constituidos por un promedio de 250 caballerías o sea alrededor de 11,000 ha, por cada uno.

Otro aporte significativo, proviene de los desombres de las plantaciones establecidas bajo el sistema de agroforestal, según Castro, citado por ANACAFE (1991), para el año de 1991 el aporte del agroecosistema café para el consumo de leña a nivel nacional se estimaba en 1,7 millones de m3, lo cual representaba para ese entonces un 16% del total del consumo a nivel nacional.

Una de las vías más indicada para el abastecimiento de leña deberían de ser las plantaciones con fines energéticos, si estuvieran establecidas en un buen número y sujetas bajo manejo forestal, sin embargo, el efecto de la política de establecimiento de plantaciones hasta hace unos pocos años no ha tenido el éxito deseado.

Se estima que la reforestación en Guatemala puede alcanzar unas 78,909 ha, acumuladas del año 1980 a 1999 (INAB, 1999), sin embargo, pocas han entrado en proceso de producción. Una distribución por región y por iniciativa de fomento se presentó en el Cuadro 2.

Manejo Forestal para la oferta de Leña

La obtención de leña en Guatemala se presenta básicamente dentro de la economía informal, lo cual queda de manifiesto a través del número de autorizaciones (manejo forestal y permisos) que se otorgan por parte autoridad forestal para tal fin, de los 13,8 millones de m3 reportados como consumo de energéticos para 1999, sólo un 2.4%, entra dentro del régimen de legalidad formal. Se observa que los departamentos de Baja Verapaz, Guatemala, Quiché y Chimaltenango, se otorgan la mayor cantidad de autorizaciones, siendo la principal razón su posibilidad de comercializar hacia los centro de mayor consumo ubicados en Guatemala y Quetzaltenango (ver cuadro 12).

Cuadro 12

Volumen autorizado para producción de leña 1999.

 

Manejo forestal

Permisos

Total

 

Región

Volumen

Volumen

Región

 

m3

m3

 

I

19,071.00

22,890.00

41,961.00

II

49,211.00

2,585.00

51,796.00

III

13,330.00

1,545.00

14,875.00

IV

30,027.00

11,318.00

41,345.00

V

9,962.00

14,548.00

24,510.00

VI

5,426.00

132,075.00

137,501.00

VII

13,571.00

715.00

14,286.00

VIII

4,862.00

21.00

4,883.00

Total

145,460.00

185,697.00

331,157.00

Se modifican los datos para que estén acordes a la regionalización nacional.

Fuente: INAB 1999.

Demanda de leña

La demanda de leña como energético esta directamente ligada a la cantidad de población, a través de métodos indirectos se ha llegado estimar la distribución del consumo entre la población urbana y la rural, sin embargo se corre el riesgo de seguir utilizando indicadores que han variado de acuerdo a la estructura del consumo actual discutida en punto 4.2. Como referencia en el cuadro 13, se presenta la relación entre la población y la disponibilidad de recursos para el año 1990, se observa que los mayores problemas se presentaban para el altiplano sur occidental, sur oriente y el área metropolitana.

Las estimaciones de Bogach en 1979, determinaron un consumo específico para Guatemala de 748 kg/persona/ año; en 1986 CEMAT determinó 2.7 kg/persona/día, o sea 974 kg/persona/año.

El comportamiento de la demanda varía si es área rural o urbana, entre 3.85 y 2.2 kg/persona/día respectivamente o bien si el usuario utiliza una estufa mejorada, se ha reportado que el uso de este tipo de estufa, podría disminuir hasta en un 43% el uso de los energéticos (CEMAT 1991).

Cuadro 13

Población , cobertura y densidad de población por disponibilidad de bosque, 1990.

Región

Población

Area Total

Area de Bosque

Habitantes

   

(km2)

(km2)

/Km2 de bosque

Metropolitana

1,962,953

2,126

251

7,821

Verapaces

753,323

11,810

2,915

480

Nororiente

828,014

16,026

3,184

2,077

Sur oriente

795,126

8,237

273

19,740

Central

1,035,337

6,828

833

5,263

Suroccidente

2,332,525

12,230

1,531

11,307

Noroccidente

1,250,813

15,778

5,186

532

Petén

240,357

35,854

19,540

12

         

Total

9,198,448

108,889

33,713

 

Fuente: CONAMA 2000, PAFG 1991

Especies utilizadas

El consumo de las especies de leña esta relacionado con la preferencia y la disponibilidad, no existen estudios recientes a nivel nacional que permitan dar un dato preciso sobre la preferencia de las especies, los estudios más cercanos se reportan del año 198021, la preferencia de especies para leña puede estar siendo afectado con base a su disponibilidad actual, regiones con problemas de escasez reportaban ya un número amplio de especies para 1980. Las especies varían de región a región, en las regiones de cultivo de café los productos del desombres especies del género Inga y gravilea,

las zonas que están constituidas por formaciones arbóreas de coníferas, son preferidas las especies de los géneros Quercus, Pinus y Alnus, los bosques latifoliados de bajura se prefieren canxán, sangre.

Mercado de leña

El mercado de leña no ha sufrido mayores transformaciones que las reportadas durante los 80 y 90, un buen porcentaje se obtiene a través de la recolección directa y de acuerdo con Martínez 1990 CEMAT-MERCAPLAN citados por DIGEBOS 1993, encontraron que un 51% de la leña que se consume en Guatemala se obtiene por compra a intermediarios. El mercado de la leña es de tipo informal donde el precio no refleja el equilibrio entre la oferta y la demanda.

Cuadro 14

Distribución de especies por región

Especies

Regiones

 

I

II

III

IV

V

VI

VII

VIII

Especies de mayor consumo

               

Encino (Querqus spp.)

X

X

X

X

X

X

X

 

Roble (Querqus spp.)

   

X

X

X

X

X

 

Pino (Pinus spp.)

X

X

 

X

X

X

X

 

Sare (Acacia riparoides)

X

 

X

X

       

Guachipilin (Diphysa robinioides)

   

X

X

 

X

   

Gravilea (Gravilea robusta)

       

X

     

Ingas (Inga spp.)

 

X

   

X

     

Liquidambar Stericyflua L.

 

X

           

Volador (Terminalia oblonga)

       

X

     

Madrecacao (Gliricidia sepium)

   

X

X

 

X

   

Yaje (Leucaena leucosephala)

   

X

X

       

Brasil (Haematxylon brasileto)

   

X

         

Caulote (Guazuma ulmifolia)

     

X

X

X

   

Mangle (Rhizophora mangle)

     

X

X

X

   

Subin (Acacia farnesiana)

   

X

X

       

Zarza (Mimosa platicarca)

     

X

       

Cipres (Cupressus lusitanica)

X

   

X

       

Palo blanco (Cybistax donnell-smithi)

         

X

   

Aripim (Caesalpinia velutina)

   

X

         

Ramón (Brosimium alicastrum)

             

X

Jaboncillo (Sapindus saponaria)

             

X

Chico Zapote (Manilkara anchras)

             

X

Especies promisorias

               

Acacia (Acacia mangium)

     

X

X

     

Alnus (Alnus acuminata)

       

X

X

   

Ciprés (Cupressus lusitanica)

X

     

X

X

   

Aripím (Caesalpinia velutina)

     

X

X

X

   

Casuarina (Casuarina equisetifolia)

       

X

X

   

Eucalipto (Eucaliptus camaldulensis)

     

X

X

X

   

Eucalipto (Eucaliptus citriodora)

     

X

X

X

   

Eucalipto (Eucaliptus globulus)

         

X

   

Eucalipto (Eucaliptus robusta)

     

X

X

X

   

Eucalipto (Eucliptus saligna)

     

X

X

X

   

Gmelina (Gmelina arborea)

   

X

X

X

X

   

Teka (Tectona grandis)

   

X

X

X

X

   

Cuadro 15.

Precios de la leña 1974 –1999.

Año

US$

 

1974

3.92

Rieche

1978

8.33

Reiche

1980

10.00

Reiche

1982

11.67

Reiche

1983

15.00

Reiche

1984

16.67

Reiche

1990

18.00

DIGEBOS

1992

12.65

DIGEBOS

1996

20.67

DIGEBOS

1999

19.27

INAB

Fuente: DIBEGOS (1993), Boletines de precios.

El comportamiento del precio para el período 1974 – 1999 se presenta en el cuadro 16, la tendencia ha sido a un incremento, aunque en el año 1992 se presentó un comportamiento atípico. En lo referente a los promedios nacionales por región para tres diferentes años, existe duda con la veracidad de la información aunque la misma provenga de fuentes oficiales (ver cuadro 16).

Cuadro 16.

Variaciones de precios de leña puesta en sitio de consumo por región años 1992, 1996, 1999.

  Región  

Año

 

 

1992

1996

1999

Metropolitana

14.53

32.95

31.33

Verapaces

N/D

5.49

14.91

Nororiente

N/D

N/D

N/D

Sur oriente

9.97

33.18

16.60

Central

N/D

N/D

14.23

Suroccidente

9.87

15.65

N/D

Noroccidente

16.24

16.06

N/D

Petén

N/D

N/D

N/D

Promedio nacional

12.65

20.67

19.27

Fuente: Boletín de Precios de Productos y Servicios Forestales

Las especies de los géneros Quercus y Pinus son las que se han producido y comercializado en Guatemala, como se muestra en Balance Energético Nacional, su consumo fue menor del 1% como energía secundaria y su distribución se da principalmente a nivel residencial (97%) y restaurantes (3%) que ofrecen parrilladas al carbón (ver cuadro 9).

Cuadro 9

Comparación de dendroenergéticos entre reportes de FAO y MEN 1992-1997

     

1993

1994

1995

1996

 

1997

 

FAO

Leña (CUM)

12,821

13,184

13,328

13,328

 

13,328

 
 

Carbón Vegetal (TM)

86

88

89

89

F

89

F

MEN

Leña

14,752

14,763

14,625

15,054

 

15,762

 
 

Carbón Vegetal

31

32

32

32

 

32

 

Fuente:FAO (1997), MEN (1997).

           

Con relación a los precios del carbón vegetal, las estadísticas no son muy confiables y presentan una condición estable de los mismos, con decrementos para el carbón de árboles del género Pinus de casi un 65% de 1996 a 1999.

Intimamente relacionado con la dinámica del mercado de la leña, están las tareas de recolección, las cuales son desarrolladas por los hombres en un 62%, las mujeres y los niños también participan aunque en menor cuantía (10 y 12% respectivamente), sólo un 16% se reporta que paga para la obtención de su leña (FAO1987, citado por PAFG 1990.

Con relación a la compra y recolección de leña, no existen estudios recientes a nivel nacional, algunos estudios aislados otorgan algunos datos, por ejemplo en La Máquina, Suchitepéquez, se determinó un comportamiento de compra que varió de un 41% (Zanotti 1982), 21% (Monterroso 1988) y 17% Sandoval (1993), y la recolecta un 52% (Zanotti) 1982, 21% Montrerroso 1988) y 70% (Sandoval 1993), lo cual evidenció, un cambio en el comportamiento de los agricultores, debido a la disponibilidad con efecto de las acciones del MADELEÑA en ese entonces.

 

Consumo por región y especie años 1992, 1996, 1999.

 
   

(US$)

       

Año

1992

 

1996

 

1999

 

Región

Pino

Encino

Pino

Encino

Pino

Encino

Metropolitana

 

6.84

8.24

8.24

4.74

7.45

Verapaces

     

6.59

 

4.74

Nororiente

     

7.66

6.10

8.81

Sur oriente

 

5.98

 

6.59

 

8.13

Central

       

5.42

8.13

Suroccidente

 

8.55

9.47

10.71

 

5.42

Noroccidente

         

10.16

Petén

           

Promedio nacional

 

7.12

8.86

7.96

5.42

7.55

Fuente: Boletín de Precios de Productos y Servicios Forestales.

1Red de 35 lbs.

Consideraciones finales.

Los registros para la obtención del Balance Energético Nacional están siendo llevados de buena manera por parte del Ministerio de Energía y Minas, hace falta una mayor exploración con respecto a otras fuentes de tipo vegetal, tal el caso de residuos de actividades agrícolas como la cascarilla de arroz, de café, y otros residuos de actividades agrícola, que tienen un uso como energético.

De acuerdo con los datos recabados en cuanto a la estructura del consumo de energéticos, el GLP está siendo incorporado cada vez más al consumo de hogares, sin embargo los altos costos que se están dando a enero del 2001, pueden provocar cambios en las tendencias.

Con relación a la oferta de los recurso forestales y su legalidad dentro de la economía formal se encuentra bien registrada, no es posible desarrollar secuencias históricas debido a los frecuentes cambios que se han dado con la institución forestal.

La leña es el principal energético, otras formas como el carbón vegetal es poco usado en el país, si ha sido considerable la incorporación de bagazo de caña de azúcar para la producción de energía.

El mercado se desarrolla dentro de la economía informal, es necesario modificar la estructura PIB, a efecto que dentro de la misma se pueda incorporar la producción de leña dentro de las estadísticas oficiales, y que la aportación de la leña a la economía se vea reflejada dentro de los informes de las cuentas nacionales.

Existe poca certeza en cuanto a los precios de mercado, por sobre todo a nivel regional, debido a que su comercialización, tiene diferentes vías, una puede ser de acuerdo al estado del productos (troceada, rajada) o bien de acuerdo a su punto de compra (si es en finca o en centro de consumo), obviamente en ambos casos, el precio de venta al intermediario o al consumidor final es diferente.

Para algunas regiones del país (Petén, Norte de los departamento de Alta Verapaz, Quiché, Huehuetenango, Izabal) en las cuales todavía, existe abundancia del recurso, su precio en algunos casos no paga ni siguiera sus costos de extracción, y prácticamente con un mercado casi inexistente.

La información con relación al comportamiento entre la demanda y la oferta de leña y su desagregado entre los diferentes consumidores no se registra, y sus estimaciones de consumo obedecen en algunos casos a supuestos que se generaron en los 80´s, y que, debido a las modificaciones en la estructura del consumo pudieran dar subestimaciones o sobreestimaciones.

Bibliografía

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Cabrera G, Claudio; Morales D, Josué. 1996. Diagnóstico Forestal de Guatemala. Unión Mundial para la Naturaleza/Area de Conservación de Bosques. Costa Rica. Borrador para discusión. 103 p.

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DIGEBOS. 1993. Revisión y Actualización del Diagnóstico del Problema de Leña en Guatemala. Proyecto Bosques de Uso Múltiple para el Abastecimiento de Leña y otros Productos. Convenio 08-92 MAGA/CATIE. Guatemala. 66 p.

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Dulin, Paul. 1984. Situación leñera en los países centroamericanos. –Turrialba Costa Rica: Centro Agronómico de Investigación y Enseñanza, Proyecto Leña y Fuentes Alternas de Energía, CATIE-ROCAP. 52 p.; 23 cm- (Serie Técnica, Informe Técnico/Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza No. 51).

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INAB. 1999a. Boletín de Estadísticas Forestales 1999. Guatemala. 45 p.

Inversiones y Desarrollo de Centroamérica, S. A. 1999. Diagnóstico del Closter Forestal. Guatemala. 56 p.

INAB.1999b. Boletín de Precios de Productos y Servicios Forestales. Junio 1999. Sp.

MAGA/DIGEBOS. 1994. Proyecto Nacional de Bosques de Uso Múltiple –BUM-. Proyecto Bosques de uso múltiple para el abastecimiento de leña y otros productos. Convenio 08-92 MAGA/CATIE. Guatemala. 50 p.

MAGA/IICA. 1996. Establecimiento de Plantaciones Forestales a Nivel Comunitario, en las comunidades de El Julete (Municipio de Santa Ana) y el Ocote (Municipio de Dolores), Petén. Sandoval César. Informe de Consultoría. Convenio MAGA/IICA 41-93. 45 p.

Nuñez, Oscar. 1995. Área Forestal. En Diagnóstico de los Recursos Naturales y Ambiente. USAC/DIGI/PUIRNA. Guatemala. 188-220 p.

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Sandoval G, César. 1993. Evaluación de Efectos e Impactos de la Reforestación con Arboles de Uso Múltiple en la Costa Sur de Guatemala, caso MADELEÑA. Tesis de Maestria ICAP. San José, C.R.180 p.

________. 2000. Análisis Financiero de Plantaciones Forestales. Informe de consultoría INAB. 43 p. (inédito).

Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales. 2000. Primera Comunicación Nacional. Versión Preliminar. Proyecto Primera Comunicación Nacional y Plan de Acción Sobre Cambio Climático/CONAMA/PNUD/GEF. Guatemala. Sp.

Cuadro 7

Balance Energético Nacional 1992-1999 (miles de bep)

   

1992

         

1999

     

Energía primaria

   

Energía secundaria

 

Energía primaria

   

Energía secundaria

 

Fuente

bep

%

Fuente

Bep

%

Fuente

1999

%

Fuente

1999

%

Petróleo

7,692

25

Electricidad

1,736

12

Petróleo

14,370

26

Electricidad

3,337

11

Gas natural

53

0

Gas licuado

937

7

Gas Natural

611

1

Gas licuado

1,593

5

Hidroenergía

1,121

4

Gasolina

2,665

19

Hidroenergía

1,606

3

Gasolina

5,116

17

Leña

20,049

65

Kerosene

543

4

Leña

23,318

41

Kerosene

708

2

Produc. Caña

1,920

6

Diesel Oil

5,714

40

Producción caña

16,086

29

Diesel Oil

6,799

23

Carbón Mineral

 

0

Fuel Oil

2,010

14

Carbón Mineral

78

0

Fuel Oil

5,108

17

Geotérmica

 

0

Carbón Vegetal

153

1

Geotérmica

50

0

Carbón Vegetal

141

0

Otras

20

0

Bagazo de caña

   

Otras

188

0

Bagazo de caña

6,283

21

     

Gases

         

Gases

177

1

     

No Energéticos

499

4

     

No Energéticos

761

3

Transformación

   

Transformación

   

Transformación

(25,807)

 

Transformación

(8,577)

 

Ajuste

   

Ajuste

   

Ajuste

   

Ajuste

   

Otros

   

Otros

         

Pérdidas

   
                       
 

30,855

   

14,257

   

30,500

   

21,446

 
                   

51,946

 

17 Las comparaciones entre ambos cuadros resulta difícil y puede dar a interpretaciones erróneas. debido a que la metodología y las consideraciones de estrato bosque pueden ser diferentes.
18 Norte de los departamentos de El Quiché, Izabal, Alta Verapaz y Huehuetenango.
19 Ing. Sergio Quemé, Unidad de Planificación Energética, Ministerio de Energía y Minas, comunicación personal.
20 Ing. Juventino Gálvez, Director IARNA, URL, comunicación personal.
21 Si se encuentran estudios puntuales realizados por estudiantes en sus prácticas de formación media, los cuales habría que clasificar, tabular y emitir un reporte, aunque las metodologías para la obtención de los datos y su confiabilidad pueden ser variables.

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