PRODUCCIÓN PESQUERA Y ACUÍCOLA TOTAL4

La producción pesquera y acuícola total (excluidas las algas4) se ha incrementado significativamente en los últimos siete decenios, pasando de 19 millones de toneladas (equivalente en peso vivo) en 1950 a un récord histórico de unos 179 millones de toneladas en 2018, con un ritmo de crecimiento anual del 3,3 %. A continuación, la producción descendió ligeramente en 2019 (caída del 1 % en comparación con 2018) para incrementarse luego apenas un 0,2 % hasta alcanzar los 178 millones de toneladas en 2020. El valor total de primera venta de la producción pesquera y acuícola de animales acuáticos en 2020 se estimó en 406 000 millones de USD, de los cuales 265 000 millones de USD procedían de la producción acuícola.

El estancamiento experimentado en los últimos dos años se debe principalmente a un ligero descenso de la pesca de captura, que descendió un 4,5 % en 2019 en comparación con el máximo de 96 millones de toneladas registrado en 2018 y, después, otro 2,1 % en 2020. Este descenso se debió a diversos factores, en particular la fluctuación de las capturas de especies pelágicas, en particular de la anchoveta, la reciente reducción de las capturas de China y las repercusiones de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en el sector en 2020 (véanse las secciones “Producción de la pesca de captura”, y “La COVID-19, una crisis sin parangón”, así como el Recuadro 2). Asimismo, la producción acuícola (el principal motor del crecimiento de la producción total desde finales del decenio de 1980) sigue aumentando, aunque a un ritmo más lento en los dos últimos años (un 3,3 % en 2018-19 y un 2,6 % en 2019-2020 en comparación con la media anual del 4,6 % registrada de 2010 a 2018) (véase la sección “Producción acuícola”). Esta disminución de las tasas de crecimiento se debe a una serie de factores, en particular a la repercusión de los cambios en las políticas de China centrados en la protección del medio ambiente y a diversas cuestiones relacionadas con la COVID-19 en 2020 que no solo afectaron a la producción destinada a los mercados de exportación, sino que también redujeron la disponibilidad de trabajadores, suministros e insumos (como piensos, alevines y hielo), mientras que las perturbaciones en el transporte y la comercialización, sumadas a las medidas sanitarias, también dejaron huella. Como la acuicultura ha crecido más rápido que la pesca de captura durante los dos últimos años, su porcentaje de la producción pesquera y acuícola total también ha aumentado. De los 178 millones de toneladas producidas en 2020, el 51 % (90 millones de toneladas) procedió de la pesca de captura y el 49 % (88 millones de toneladas), de la acuicultura (Figura 3). Ello constituye un cambio importante en comparación con el porcentaje del 4 % que correspondía a la acuicultura en el decenio de 1950, el 5 % en el decenio de 1970, el 20 % en el decenio de 1990 y el 44 % en el decenio de 2010.

RECUADRO 2 REPERCUSIONES DE LA COVID-19 EN LA PRODUCCIÓN PESQUERA Y ACUÍCOLA MUNDIALY ESTADÍSTICAS CONEXAS

La pandemia de la COVID-19 ha tenido una repercusión profunda en la pesca y la acuicultura a nivel mundial (véase la sección “La COVID-19, una crisis sin parangón”) como consecuencia de los cambios en la demanda de los consumidores, las perturbaciones de los mercados y las dificultades logísticas para garantizar estrictas medidas de contención que impedían o dificultaban las actividades pesqueras y acuícolas, como los confinamientos, los toques de queda, el distanciamiento físico en las actividades y a bordo de las embarcaciones y las restricciones en los puertos.

En algunos países, los confinamientos causaron descensos de la demanda, con la consiguiente caída de los precios de los productos pesqueros y acuícolas. Numerosas flotas pesqueras u operaciones acuícolas detuvieron o redujeron sus actividades al no resultar rentable su trabajo, en particular durante las olas pandémicas de 2020. En algunos casos, las cuotas pesqueras no se alcanzaron debido a la baja demanda, los cierres de mercados o la falta de capacidad de almacenamiento en frío. Las restricciones de los movimientos afectaron a los marineros profesionales, incluidos los observadores de la pesca marina y el personal marítimo de los puertos, lo cual impidió la rotación de la tripulación y la repatriación de los marineros. En la acuicultura, los productos no vendidos dieron lugar a un aumento de los costos del pienso y a un incremento de la tasa de mortalidad entre los animales acuáticos. La producción pesquera y acuícola que dependía de los mercados de exportación se vio más afectada que la que suministraba productos a los mercados nacionales debido a los cierres de los mercados, el aumento de los costes de flete, las cancelaciones de vuelos y las restricciones en las fronteras. No obstante, el suministro nacional de pescado y marisco frescos también se vio gravemente afectado por el cierre de sectores relacionados con los servicios alimentarios (por ejemplo, hoteles, restaurantes y servicios de alimentación de grupos, en particular los comedores escolares y empresariales)1.

A nivel mundial, las repercusiones variaron, y numerosos países notificaron acusados descensos de la producción de la pesca de captura y la acuicultura durante las primeras semanas y meses de la crisis, seguidos de mejoras a medida que el sector se adaptaba. Por ejemplo, en el punto álgido de la crisis de la COVID-19 en los Estados Unidos de América, se estima que las capturas cayeron hasta un 40 % en todo el país2. Análogamente, se observaron reducciones del esfuerzo de pesca en África, Asia, Europa y Oceanía, especialmente en el caso de las flotas que dependían en gran medida de los mercados de exportación de especies de mayor valor como la langosta o el atún.

En algunos países, la repercusión efectiva de la pandemia en el sector pesquero y acuícola no siempre se pudo seguir adecuadamente, pues la rutina de recopilación y procesamiento de estadísticas pesqueras y acuícolas se vio gravemente afectada, lo cual también abrió las puertas a actividades de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca INDNR). Del mismo modo, en muchos casos, los estudios en el mar se interrumpieron por completo, lo cual comprometió la recopilación de datos cruciales para la evaluación de poblaciones en el espacio y en el tiempo. En otros casos, no se pudieron desplegar observadores científicos en el mar debido a dificultades para garantizar las medidas sanitarias (por ejemplo, el distanciamiento físico entre los miembros de la tripulación en el mar) o la falta de suministros necesarios (como mascarillas y guantes). La recopilación de datos de instalaciones acuícolas también se vio gravemente afectada.

La recopilación tradicional de datos sobre la pesca y la acuicultura en los puntos de desembarque se suspendió sistemáticamente en numerosos países. Lo mismo ocurrió con las encuestas por hogares y los censos, que son fuentes de información importantes para evaluar la dimensión socioeconómica del sector y sus tendencias. En general, la COVID-19 trajo consigo un nuevo conjunto de desafíos para los sistemas y las operaciones nacionales relacionados con las estadísticas. Estos desafíos no fueron homogéneos en todos los países, ni siquiera en el mismo país, pues algunos poseían capacidades institucionales, financieras, tecnológicas y digitales más adecuadas para el desarrollo de soluciones. En algunos casos, se aplicaron enfoques y métodos alternativos de recopilación de datos, mientras que en otros países no se recopilaron datos durante varios meses o solo se recopilaron parcialmente. En algunos países, existe el riesgo de que los distintos enfoques adoptados o la cobertura parcial hayan afectado a la calidad y comparabilidad de sus datos de 2020. En lo que hace a los datos notificados a la FAO, la COVID-19 agravó los problemas existentes de notificación tardía o falta de notificación de estadísticas pesqueras y acuícolas en 2020 y 2021. Asimismo, los datos notificados por unos pocos países incluían tendencias anómalas que necesitaron el seguimiento directo junto con los países en cuestión, así como la verificación cruzada con otras fuentes para garantizar la calidad y la coherencia de los datos divulgados por la FAO.

FIGURA 3PRODUCCIÓN MUNDIAL DE LA PESCA DE CAPTURA Y LA ACUICULTURA (EXCLUIDAS E INCLUIDAS LAS ALGAS)

FUENTE: FAO.
NOTAS: Excluidos los mamíferos acuáticos, los cocodrilos, los lagartos y los caimanes. Los datos se expresan en términos de equivalente en peso vivo.
FUENTE: FAO.

De la producción total, el 63 % (112 millones de toneladas) procedió de aguas marinas (el 70 % de la pesca de captura y el 30 % de la acuicultura) y el 37 % (66 millones de toneladas), de aguas continentales (el 83 % de la acuicultura y el 17 % de la pesca de captura) (Figura 4). La expansión de la acuicultura en los últimos decenios ha impulsado el crecimiento general de la producción en aguas continentales. En 1950, la producción en aguas continentales apenas representaba el 12 % de la producción pesquera y acuícola total, porcentaje que, con algunas fluctuaciones, se mantuvo relativamente estable hasta finales del decenio de 1980. A continuación, con el crecimiento de la producción acuícola, se incrementó gradualmente hasta el 18 % en el decenio de 1990, el 28 % en el decenio de los 2000 y el 34 % en el decenio de 2010. A pesar de este crecimiento, la pesca de captura marina sigue constituyendo la principal fuente de producción (un 44 % de la producción total de animales acuáticos en 2020, en comparación con el 87 % aproximado registrado en el período comprendido entre 1950 y 1980) y el método predominante de producción de varias especies. Tras varios decenios de crecimiento sostenido, la pesca de captura marina se ha mantenido bastante estable desde finales del decenio de 1980, en unos 80 millones de toneladas, con algunas fluctuaciones interanuales (aumentos y reducciones) del orden de los 3 a 4 millones de toneladas.

FIGURA 4PROPORCIÓN DE LA PRODUCCIÓN MUNDIAL DE LA PESCA DE CAPTURA Y LA ACUICULTURA POR AGUAS CONTINENTALES Y AGUAS MARINAS

FUENTE: FAO.
NOTA: Excluidos los mamíferos acuáticos, los cocodrilos, los lagartos, los caimanes y las algas.
FUENTE: FAO.

Esta tendencia general oculta variaciones considerables entre continentes, regiones y países. En 2020, los países asiáticos eran los principales productores con el 70 % de la producción pesquera y acuícola total de animales acuáticos, seguidos por los países de las Américas (12 %), Europa (10 %), África (7 %) y Oceanía (1 %). En general, la producción pesquera y acuícola total ha experimentado importantes incrementos en todos los continentes en los últimos decenios (Figura 5). Las excepciones son Europa (con un descenso gradual desde finales del decenio de 1980 que se ha ido recuperando ligeramente en los últimos años hasta 2018, tras lo cual se ha vuelto a registrar un descenso) y las Américas (con varios aumentos y reducciones desde el máximo alcanzado a mediados del decenio de 1990, provocados principalmente por fluctuaciones en las capturas de anchoveta), mientras que en África y Asia casi se ha duplicado durante los últimos 20 años. Aun así, en comparación con 2019, la producción total de animales acuáticos descendió en 2020 un 3 % en los países africanos y un 5 % en los países de Oceanía, con toda probabilidad como resultado de la COVID-19. En 2020, China siguió siendo el principal productor, con un porcentaje del 35 % del total, seguida de la India (8 %), Indonesia (7 %), Viet Nam (5 %) y el Perú (3 %). Correspondió a estos cinco países aproximadamente el 58 % de la producción pesquera y acuícola de animales acuáticos a nivel mundial en 2020. También existen diferencias en lo que respecta a la contribución del sector al desarrollo económico. En los últimos decenios, los países de ingresos bajos y medianos han representado un porcentaje creciente de la producción pesquera y acuícola total (del 33 % aproximadamente en el decenio de 1950 al 87 % en 2020). En 2020, los países de ingresos medianos altos, en particular China, se alzaron como productores principales con el 49 % de la producción total de animales acuáticos, seguidos por los países de ingresos medianos bajos (32 %), los países de ingresos altos (17 %) y, por último, los países de ingresos bajos (2 %).

FIGURA 5CONTRIBUCIÓN REGIONAL A LA PRODUCCIÓN MUNDIAL DE LA PESCA DE CAPTURA Y LA ACUICULTURA

FUENTE: FAO.
NOTAS: Excluidos los mamíferos acuáticos, los cocodrilos, los lagartos, los caimanes y las algas. Los datos se expresan en términos de equivalente en peso vivo.
FUENTE: FAO.

Se pueden observar diferencias importantes analizando los datos por principal área de pesca de la FAO. En 2020, en torno al 33 % de la producción total de animales acuáticos se obtuvo en aguas continentales de Asia, seguido del 22 % en el Pacífico noroccidental y el 10 % en el Pacífico centro-occidental. Por lo general, en la década de 1950, más del 40 % de la producción se obtuvo en el Océano Atlántico; en cambio, en 2020, el mayor porcentaje de la producción total procedía del Océano Pacífico (40 %) y apenas el 13 % del Océano Atlántico. La producción difiere de una zona a otra en función de varios factores, en particular el nivel de desarrollo de los países cercanos a esas zonas, las medidas de ordenación de la pesca y la acuicultura aplicadas, la cantidad de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), el estado de las poblaciones de peces, la disponibilidad y la calidad de las aguas continentales y la composición de las especies obtenidas. Por ejemplo, en algunas zonas de pesca, la pesca de captura puede fluctuar más cuando las capturas comprenden un porcentaje elevado de pequeños recursos pelágicos, que son más propensos a grandes fluctuaciones relacionadas, en algunas zonas, con la variabilidad climática, como ocurre con las capturas de anchoveta en el Pacífico sudoriental en América del Sur.

Cada año se captura un gran número de especies; el número y las especies varían de una región a otra. En 2020, los peces de aleta representaron el 76 % de la producción total de animales acuáticos, de los cuales los peces marinos constituyeron el 51 % del total de peces de aleta y el 39 % de la producción total de animales acuáticos, seguidos por los peces de agua dulce, que representaron el 43 % del total de peces de aleta y el 33 % de la producción total de animales acuáticos5 (Figura 6). Las carpas, los barbos y otros ciprínidos representaron el principal grupo de especies producidas en 2020, con un porcentaje del 18 % de la producción de animales acuáticos, seguidos por especies varias de agua dulce y clupeiformes como los arenques, las sardinas y las anchoas. En términos de especies, con 5,8 millones de toneladas, el camarón patiblanco (Penaeus vannamei) fue la principal especie producida en 2020, seguida de cerca por la carpa herbívora (o carpa de la hierba [Ctenopharyngodon idellus]), ostiones nep (Crassostrea spp.), la carpa plateada (Hypophthalmichthys molitrix) y la anchoveta (Engraulis ringens).

FIGURA 6PRODUCCIÓN MUNDIAL DE LA PESCA DE CAPTURA Y LA ACUICULTURA POR CLASIFICACIONES DE LAS CEIUAPA EN VALORES ABSOLUTOS Y EN PORCENTAJE, 2020

FUENTE: FAO.
NOTAS: Excluidos los mamíferos acuáticos, los cocodrilos, los lagartos y los caimanes. Los datos se expresan en términos de equivalente en peso vivo. CEIUAPA = Clasificación estadística internacional uniforme de los animales y plantas acuáticos.
FUENTE: FAO.

Además de los 178 millones de toneladas de animales acuáticos, en 2020 se produjeron 36 millones de toneladas (peso en fresco) de algas, de los cuales el 97 % procedía de la acuicultura. La producción de algas ha experimentado un impresionante crecimiento en los últimos decenios, pues se situó en 12 millones de toneladas en 2000 y en 21 millones de toneladas en 2010. Sin embargo, en 2020 apenas aumentó un 2 % en comparación con 2019. Los países asiáticos confirmaron su función como principales productores con un 97 % de la producción total de algas. China por sí sola como principal productor representó el 58 % del total general en 2020, seguida por Indonesia (27 %) y la República de Corea (5 %).

Si la producción de algas se añade a la de animales acuáticos, la producción pesquera y acuícola alcanzó un récord histórico de 214 millones de toneladas en 2020, con un crecimiento general de apenas el 0,4 % en comparación con 2019 y del 0,3 % en comparación con el anterior récord, registrado en 2018. De este total general, los países asiáticos produjeron el 75 % en 2020, seguidos por los países de las Américas (10 %), Europa (8 %), África (6 %) y Oceanía (1 %). En la producción pesquera y acuícola total de animales acuáticos y algas, la acuicultura ya superaba en 2013 a la pesca de captura como principal fuente de productos acuáticos, y su parte de la producción total alcanzó el 57 % en 2020 (Figura 3).

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