Un mejor medio ambiente tiene como objetivo proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y marinos y luchar contra el cambio climático (reducir, reutilizar, reciclar y gestionar los residuos) mediante sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.
Un mejor medio ambiente significa:
Número de recursos genéticos a) vegetales y b) animales para la alimentación y la agricultura preservados en instalaciones de conservación a medio y largo plazo
Antecedentes:
La biodiversidad de los cultivos fortalece los sistemas agroalimentarios contra el cambio climático, las especies invasivas, la contaminación, la expansión urbana y el uso excesivo de la tierra. En Malí, por ejemplo, el arroz y el mijo son alimentos básicos. Pero con un 80% de los cultivos de arroz de secano devastado por la sequía, el rendimiento se ha reducido drásticamente.
Intervención de la FAO:
El Fondo de distribución de beneficios, establecido mediante el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura de la FAO, ,ayuda a los agricultores de los países en desarrollo a salvaguardar y utilizar la diversidad genética para la seguridad alimentaria. En la República de Malí, ha ayudado a las comunidades locales a determinar las variedades locales de arroz que son resistentes y de alto rendimiento.
Resultados:
La labor del Fondo con las comunidades y los productores locales a través del Institut d'Économie Rurale ha ayudado a preservar 266 variedades locales de arroz, así como a determinar qué especies ofrecen un rendimiento máximo y a la vez toleran sequías y una sumersión excesiva en agua. Se está proporcionando a los agricultores un mayor acceso a estas variedades, y sus semillas se enviaron también recientemente al Depósito Mundial de Semillas de Svalbard.
Repercusión:
Mediante el apoyo a la gestión sostenible de los recursos genéticos de los cultivos en los países en desarrollo, el Fondo ha incrementado la seguridad alimentaria y ha mejorado los medios de vida de más de un millón de personas.
Antecedentes:
Los bosques cumplen una función esencial en el mantenimiento de la salud de nuestro planeta. Por desgracia, en torno al 11% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo están relacionadas con la deforestación.
Intervención de la FAO:
La FAO ha brindado apoyo a unos 40 países en el acceso a los recursos del Fondo Verde para el Clima (FVC) con vistas al cumplimiento de los objetivos climáticos. Uno de los proyectos tiene como finalidad reducir la deforestación en Argentina. Otro contempla alternativas de combustible de baja emisión en las zonas rurales de Armenia. Otro más está relacionado con la preservación de los paisajes de Nepal. Y el primer proyecto de la FAO y el FVC en África impulsará la producción de cacao con deforestación cero en Côte d'Ivoire.
Resultados:
En la Argentina, se está incluyendo a casi 3 000 familias locales e indígenas en los esfuerzos de planificación para restaurar los bosques nativos y prevenir o combatir los incendios forestales. En Armenia, el proyecto del FVC promoverá estufas energéticamente eficientes a fin de reducir el consumo de madera en un 30%. El proyecto del FVC en Nepal ayudará a cerca de 200 000 hogares a mitigar los efectos de fenómenos meteorológicos extremos. En Côte d’Ivoire, el proyecto fomenta sistemas agroforestales de cacao sombreados de forma natural.
Repercusión:
Involucrar a las comunidades en la gestión de sus propios recursos reduce la probabilidad de que los bosques se talen ilegalmente. Fomentar el sentimiento de propiedad y el compromiso también reduce las causas de la deforestación, al asegurar que la madera y otros productos como la miel y las nueces se produzcan y comercialicen de forma sostenible.
Suma anual, en dólares de los Estados Unidos de América, movilizada como parte del compromiso de llegar a 100 000 millones de dólares para 2025
Proporción de poblaciones de peces cuyos niveles son biológicamente sostenibles
Antecedentes:
Los océanos son esenciales para nuestros ecosistemas. Pero su gestión es extremadamente compleja. Ningún país gobierna en lo que se conoce como zonas situadas fuera de las jurisdicciones nacionales, pero todos tienen el deber conjunto de mantenerlas.
Intervención de la FAO:
El Programa de gestión pesquera global sostenible y conservación de la biodiversidad en las áreas fuera de la jurisdicción nacional (2014-19) ha mejorado la gestión de la pesca y la conservación de la biodiversidad. Financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y dirigido por la FAO, el Programa ha contribuido a reducir la sobrepesca de atún, proteger la vida marina, salvaguardar ecosistemas vulnerables y combatir la pesca INDNR.
Resultados:
Se establecieron 18 nuevos emplazamientos para la protección de la vida marina en riesgo, la reducción de la mortalidad de los mamíferos marinos y la atracción de inversiones destinadas a combatir la pesca INDNR. Ocho de las 13 principales poblaciones comerciales de atún ya no son objeto de sobrepesca. Se ha aprobado una segunda parte del programa, dirigida por la FAO y ejecutada conjuntamente por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Repercusión:
El programa ha recopilado datos y realizado un estudio sobre los efectos de las operaciones pesqueras en las zonas oceánicas comunes. Asimismo, ha contribuido directamente a reducir el número de mamíferos marinos capturados accidentalmente (“capturas incidentales”). En particular, ha devuelto a niveles sostenibles especies de peces sobreexplotadas.
Antecedentes:
Siguen perdiéndose árboles a un ritmo alarmante. Es necesario hacer un seguimiento local de la calidad para controlar los éxitos y los fracasos y para catalizar y ampliar las inversiones.
Intervención de la FAO:
La FAO ha contabilizado árboles en el noreste de Nicaragua mediante la contratación de un proveedor de Internet por satélite y la colaboración colectiva. Los datos se introdujeron en Collect Earth, una herramienta de la plataforma Open Foris de la FAO que utiliza imágenes de la NASA, la Agencia Espacial Europea, Google Earth y datos de la empresa Planet proporcionados por la Iniciativa Internacional sobre el Clima y los Bosques de Noruega. Los datos validados y compilados en Collect Earth se incorporan posteriormente al Sistema de acceso, procesamiento y análisis de datos de observación de la Tierra para el monitoreo de la superficie terrestre .
Resultados:
Expertos y residentes en Nicaragua lograron actualizar estudios anteriores y seguir los progresos en la restauración de la cubierta arbórea. Al “mapatón” de Nicaragua siguió otro en Etiopía. En una parte de la India, los participantes locales reconocieron los puntos en los que existía cubierta arbórea y en los que se podría hacer crecer una cantidad mayor. En un distrito rwandés, el mapatón reveló más árboles de los esperados.
Repercusión:
Los mapatones son una novedosa manera de integrar a las diferentes partes interesadas, incluidos los oficiales forestales gubernamentales con sus prioridades y los pequeños productores con las suyas. Gracias al uso de conjuntos de datos satelitales históricos, estos ejercicios permiten a los gobiernos desarrollar una gestión adaptativa en un entorno de clima cambiante.
Superficie de bosques como porcentaje de la superficie terrestre total
Índice de cobertura verde de las montañas
Antecedentes:
Los ecosistemas de montaña proporcionan recursos vitales a una parte importante de la población mundial. Pero son especialmente vulnerables al cambio climático. Esto resulta aún más alarmante por el hecho de que los habitantes de las montañas se encuentran entre las poblaciones con mayor inseguridad alimentaria del mundo.
Intervención de la FAO:
Junto con el Centro Mundial de Monitoreo de la Conservación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la FAO ha elaborado herramientas gratuitas de código abierto con el fin de reforzar la capacidad técnica nacional para informar sobre el Índice de cobertura verde de las montañas.
Resultados:
La FAO ha establecido acuerdos con proveedores de datos sobre el uso de imágenes de observación de la Tierra. La Organización ha elaborado también una metodología para simplificar y automatizar la medición y el seguimiento del Índice de cobertura verde de las montañas a partir de productos de observación de la Tierra. En 2021, esta metodología hizo merecer a la FAO el premio del Grupo de observaciones de la Tierra para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la categoría de Organismo responsable de los ODS.
Repercusión:
Los datos de observación de la Tierra contribuyen directa e indirectamente a mejorar la disponibilidad, calidad y coherencia de los indicadores de los ODS. Parte de la labor de la FAO dirigida a un seguimiento más preciso de los progresos de los ODS consiste en trabajar con los Estados Miembros y las organizaciones colaboradoras para seguir mejorando la metodología relacionada con el Índice de cobertura verde de las montañas.
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