S. OLIVARES, C. MORóN, I. ZACARíAS, M. ANDRADE Y F. VIO
Sonia Olivares es Profesora asociada del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA),
Universidad de Chile. Cecilio Morón es el Oficial principal de Política alimentaria y nutrición de la Oficina
Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. Isabel Zacarías y Margarita Andrade son
Profesoras asistentes del INTA. Fernando Vio es Director del INTA.
La promoción de hábitos de alimentación y estilos de vida saludables en los niños se ha convertido en una de las prioridades de la política de salud de Chile, en razón de la alta prevalencia y del aumento de la obesidad durante las últimas dos décadas (Salinas y Vio, 2003; Uauy, Albala y Cain, 2001). Esta situación de salud se ha asociado, en los niños, a la insuficiente actividad física y a un elevado consumo de alimentos elaborados ricos en grasas totales, grasas saturadas, azúcar y sal (Kain et al., 2001; Olivares et al., 1999; Yáñez et al., 2001). El reconocimiento de los factores de riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles vinculadas a la obesidad, que comienzan en las primeras etapas de la vida, plantea la urgencia de mejorar los hábitos de alimentación y de vida desde una edad lo más temprana posible. La educación en nutrición en la escuela es una de las estrategias que pueden contribuir a formar en los niños la capa cidad de elegir una alimentación saludable. En un mundo que cambia rápidamente, la oferta de alimentos elaborados es cada vez mayor, y se observa que los hábitos de alimentación familiar se han perdido (CDC, 1996).
Este artículo presenta la metodología desarrollada por el proyecto de cooperación técnica TCP/CHI/0065 de la FAO. El modelo educativo propuesto considera la situación alimentaria y nutricional de los alumnos que asisten a las escuelas públicas, y los planes y programas de estudios del Ministerio de Educación de Chile.
El proyecto se llevó a cabo en 10 escuelas públicas (6 urbanas y 4 rurales) de tres regiones del país -la I Región (norte), la Región Metropolitana (centro) y la X Región (sur)-, con objeto de tener en cuenta diversas zonas geográficas y diversas variables socioculturales y permitir el diseño de un modelo educativo aplicable en todo el país. Se selecciona ron seis escuelas en las que tuvo lugar la intervención educativa y cuatro escuelas de control. La muestra inicial quedó constituida por 1 717 escolares (939 hombres y 778 mujeres): deéstos, 1 039 eran escolares urbanos y 678 rurales.
En la fase de diagnóstico se evaluó el estado nutricional de los escolares comparando el índice de masa corporal (IMC, kg/m2) de cada individuo con los valores contenidos en las tablas de referencia del Centro de Control de las Enfermedades de los Estados Unidos (CDC/NCHS, 2000) y con los criterios de clasificación recomendados por el Comité Estadounidense de Expertos en Obesidad Infantil (Barlow y Dietz, 1998). Las mediciones fueron efectuadas por encuestadores especializados, que tam bién realizaron encuestas de actitudes y prácticas alimentarias.
El consumo de alimentos se determinó mediante una encuesta de frecuencia de consumo cuantificada de alimentos saludables y no saludables por los escolares con objeto de orientar las intervenciones educativas. Los conocimientos alimentarios y nutricionales de los escolares fueron evaluados aplicando pruebas específicas según el nivel de escolarización. Las actitudes y hábitos alimentarios se determinaron mediante una encuesta semiestructurada previamente validada (Olivares et al., 1999).
Para determinar la frecuencia y el tiempo que los escolares dedicaban a ver la televisión y a realizar actividades físicas fuera de la escuela se usó una encuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (OMS, 1999). La autopercepción del estado nutricional de los escolares se determinó utilizando imágenes reunidas por la OMS. Los resultados se com pararon con el estado nutricional real de los alumnos. Se identificaron además las necesidades de capacitación de los profesores; y se revisaron los planes y programas de estudios del Ministerio de Educación y la información de alimentación y nutrición contenida en los textos oficiales del Ministerio.
Las evaluaciones diagnósticas realizadas en 2001 fueron aplicadas durante las intervenciones educativas de 2002, comparándose los resultados obtenidos por el grupo estudiado y por el grupo control con el fin de establecer las bases para futuras evaluaciones.
Etapas de la formulación de la intervención educativa en alimentación y nutrición DIAGNÓSTICO
FORMULACIÓN
ORGANIZACIÓN Y EJECUCIÓN
EVALUACIÓN
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En el total de la muestra se encontró un 3,3 por ciento de escolares con bajo peso, un 15,4 por ciento de escolares obesos y un 19,6 por ciento de escolares con sobrepeso. Los varones presentaron una prevalencia de obesidad significativa mente superior a las mujeres (17,2 y 14,2 por ciento respectivamente; p < 0,005). No se observaron diferencias significativas por región o por sector urbano o rural.
Se encontró un bajo consumo de productos lácteos, verduras, frutas y pescado, y un alto consumo de productos elaborados ricos en grasas, azúcar y sal. El 91,5 por ciento de los escolares disponía de dinero para comprar alimentos, entre los que figuraban refrigerios dulces (46,5 por ciento) y salados (42,3 por ciento). Los alimentos que algunos escolares traían del hogar para consumir como colación en la escuela eran similares a los refrigerios dulces y salados. Con respecto a la actividad física, se observó una alta prevalencia de actividades sedentarias y ligeras: el 22,5 por ciento y el 46,9 por ciento de los escolares dedicaban más de 3 horas a ver televisión durante los días de semana y los fines de semana, respectivamente.
La estrategia educativa incluyó la producción de los siguientes materiales educativos: el libro Educación en alimentación y nutrición para la enseñanza básica, la Guía para el profesor y la Guía de alumnos y alumnas de enseñanza básica (3º a 8º nivel). Los contenidos tuvieron un enfoque del aprendizaje orientado a lograr cambios de conducta conformes a las recomendaciones internacionales (Bandura, 1986; FAO, 1996; CDC, 1996; Contento et al., 1995).
Para la validación de los materiales se utilizó el juicio de expertos y las interven ciones educativas de 36 profesores en las 6 escuelas estudiadas. La evaluación hecha por los profesores mostró que los alum nos habían encontrado que los materiales educativos eran atractivos, fáciles de entender y de aplicar. Los materiales edu cativos fueron incluidos en un CD-ROM y puestos en el sitio Web de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe (http://www.rlc.fao.org/prior/segalim/accalim/educa.htm).
Además de un aumento en los conocimientos, la evaluación final permitió observar una significativa disminución del porcentaje de escolares obesos en el grupo estudiado respecto al grupo de control (13,3 y 16,1 por ciento, respectivamente); un mejoramiento de la autopercepción de los niños obesos de su estado nutricional real, y un aumento del número de niños obesos que deseaban mejorar su estado nutricional.
El Ministerio de Educación incorpo rará la educación en nutrición en las «Escuelas Saludables para el Aprendizaje» por conducto de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), que depende del mencionado Ministerio. La JUNAEB recibió de la FAO los materiales educativos impresos y 10 000 CD-ROM para su uso en todas las escuelas públicas del país.
El proyecto de la FAO llevó a cabo una estrategia de intervenciones de educación en nutrición en la enseñanza básica, y validó una metodología, instrumentos y materiales educativos, y un programa de capacitación de profesores que debían repetir las experiencias educativas a nivel nacional. Este proyecto puede ser de utilidad para otros países de América Latina y el Caribe interesados en mejorar la salud y la nutrición de su población escolar.
Bibliografía
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Barlow, S. y Dietz, W. 1998. Obesity evaluation and treatment: expert committee recommendations. Pediatrics, 102: E29-E36.
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Contento, I., Balch, G., Bronner, Y., Paige, D., Gross, S., Bisignani, L., Lytle, L., Maloney, S., White, S., Olson, C. y Sharaga, S. 1995. The effectiveness of nutrition education and implications for nutrition education policy, programs and research. A review of research. Journal of Nutrition Education, 27: 298-310.
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Yáñez, R., Olivares, S., Torres, I., Guevara, M. y Díaz, N. 2001. Consumo de alimentos de escolares chilenos. Su relación con las guías y la pirámide alimentaria. Revista Chilena de Nutrición, 28(8): 422-428.
1 Este trabajo forma parte del Proyecto FAO TCP/CHI/0065 «Educación en nutrición en las escuelas básicas», realizado conjuntamente por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) y el Ministerio de Educación de Chile, entre marzo de 2001 y marzo de 2003.