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Introducción

Mijo es un nombre colectivo con el que se designa a un cierto número de plantas herbáceas anuales de semilla pequeña que se cultivan como cereales, preferentemente en tierras marginales de las zonas áridas de las regiones templadas, subtropicales y tropicales. Las especies más importantes son el mijo perla, el mijo coracán, el mijo proso y el mijo de cola de zorra (véase en el Anexo I los tipos de mijo). Casi la mitad de la producción mundial de mijo es de mijo perla, la especie más importante tanto por la superficie cultivada como por la contribución a la seguridad alimentaria en zonas de Asia y Africa en las que es difícil producir otros cultivos. El mijo coracán es un cultivo muy extendido en las regiones más frescas y de mayor altitud de Asia y Africa, tanto para la alimentación humana como para fabricar la cerveza tradicional. El mijo proso tiene gran importancia como alimento para las aves en los países desarrollados y como alimento humano en determinadas zonas de Asia (sobre todo, China) y Europa. Las restantes especies (mijo de los arrozales, mijo koda, mijos pequeños, la digitaria y el teff) son cereales alimentarios importantes a nivel local que sólo se cultivan en regiones pequeñas o en países concretos. Las diversas especies presentan diferencias en sus características físicas, calidad, requisitos edafológicos y climáticos y ciclo vegetativo.

En los países en desarrollo -fundamentalmente de Asia y Africa- se obtiene el 94 por ciento de la producción mundial, estimada en torno a los 28 millones de toneladas (promedio de 1992-94, Cuadro 1), de las cuales 15 millones corresponden al mijo perla, 5 millones al mijo de cola de zorra, 4 millones al mijo proso y más de 3 millones al mijo coracán (Anexo II). Prácticamente toda la producción está en manos de pequeños agricultores, que la destinan al consumo familiar y al comercio local. El mijo perla, en particular, tiene una importancia decisiva para la seguridad alimentaria en algunas de las zonas cultivadas más cálidas y áridas.

La producción de mijo de los países desarrollados, muy reducida, se destina principalmente a un mercado muy especializado como el del alimento para aves. Por consiguiente, en el comercio internacional sólo se registra un volumen limitado de la producción de mijo.

En general, las estadísticas existentes sobre el mijo son deficientes y fragmentarias. Son muy pocas las estadísticas nacionales que distinguen entre las diferentes especies botánicas. En algunos países, los datos correspondientes al mijo se presentan junto con los del sorgo y otros cereales e incluyen al mijo en la categoría general de "otros cereales secundarios" y, por otra parte, muchas de las estadísticas son sólo estimaciones aproximadas. Por todo ello, los análisis basados en esos datos han de ser tomados con cautela.

El mijo se adapta mejor que la mayor parte de los demás cultivos a los suelos áridos e infértiles, por lo cual se cultiva frecuentemente en condiciones extremas, por ejemplo, de elevadas temperaturas, precipitaciones escasas e irregulares, período de crecimiento corto y suelos ácidos e infértiles con escasa capacidad de retención de agua. Casi todas las especies de mijo tienen un sistema radicular fuerte y profundo y un ciclo vegetativo corto y crecen rápidamente cuando hay humedad. Gracias a ello pueden sobrevivir y producir pequeñas cantidades de grano en zonas donde las precipitaciones no superan los 300 mm. Las cifras correspondientes al sorgo y el maíz son de 400 y 500-600 mm, respectivamente. Algunas especies (el mijo perla y el mijo proso) toleran también temperaturas más elevadas que el sorgo y el maíz, aunque no soportan tan bien como el sorgo largos períodos de sequía.

Sistemas de producción del mijo

El mijo es, en casi todas las regiones del mundo, un cultivo de subsistencia para el consumo local. La producción comercial de mijo supone un riesgo, especialmente en Africa, porque la inexistencia de grandes mercados implica que las oscilaciones de la producción provocan importantes fluctuaciones de precios, en particular en zonas en las que el mijo es el principal cultivo alimentario. El mijo no sólo se cultiva por el grano, sino también como pasto, como forraje verde o para el ensilaje. La ganadería es un componente importante de la mayor parte de los sistemas de producción de mijo y los residuos del cultivo tienen gran importancia para el suministro de forraje. Por ejemplo, algunas variedades locales muy conocidas en la India alcanzan más de tres metros de altura y son valoradas porque proporcionan un volumen muy importante de forraje, pese a que el rendimiento de grano es relativamente bajo1.

1. El valor total como forraje de la paja seca de mijo suele ser más bajo que la de sorgo u otros cereales, porque los tallos están lignificados y su contenido de energía digerible es más bajo. No obstante, muchas veces es el único forraje disponible en las zonas en las que se cultiva el mijo.

En los países en desarrollo, el cultivo del mijo es extensivo y la aplicación de tecnologías mejoradas es limitada, salvo en algunas de las regiones agrícolas de la India con un mayor grado de comercialización. Normalmente, el mijo se cultiva sin fertilizantes y sin riego en suelos ligeros y bien drenados pobres en materia orgánica. Cuando disponen de agua de riego, los agricultores prefieren cultivar otros productos más rentables, aunque en este aspecto existen excepciones en algunas regiones (como la de Gujarat en la India) donde existe una importante demanda estacional de residuos de mijo perla como forraje para los animales productores de leche. También se cultivan en régimen de regadío cultivares de mijo de ciclo corto, antes o después de otros cultivos de mayor valor, en aquellos lugares en los que la temporada es lo bastante prolongada como para que sea posible plantar dos cosechas.

Por estos motivos y por otros que se analizan en la sección dedicada a las tendencias de la producción, los rendimientos del mijo suelen ser más bajos que los de otros cereales (que se cultivan en condiciones más favorables). Aunque el mijo ocupa aproximadamente el 5 por ciento de la superficie cerealera del mundo sólo aporta el 1, 5 por ciento de la producción de cereales. Además, los rendimientos presentan oscilación interanual. Así, en el Níger los rendimientos medios del mijo perla cayeron de 510 kg/ha en 1988 a 240 kg/ha en 1990, para aumentar a 360 kg/ha en 1992.

Cuadro 1. Superficie, rendimientos y producción de mijo por regiones.1

1. Cada cifra expresa el promedio trienal del período correspondiente, p, ej., 1979-81.
2. Hasta 1991, superficie de la ex URSS.
Fuente: FAO

Figura 1. Principales productores mundiales de mijo.

Distribución del cultivo

En Asia, el mijo se cultiva casi exclusivamente en dos países, la India y China, aunque también Myanmar, Nepal y Pakistán producen pequeñas cantidades. La India, con casi 11 millones de toneladas anuales, casi el 40 por ciento de la producción total, es el primer productor mundial (Fig. 1). El mijo perla (al que corresponden casi las dos terceras partes de la producción total de mijo de la India) se cultiva en las regiones más áridas del país, principalmente en los estados de Rajasthan, Maharashtra, Gujarat, Uttar Pradesh y Haryana. El mijo coracán se cultiva sobre todo en el estado de Karnataka, pero también en Orissa, Uttar Pradesh y Tamil Nadu. Es también la especie más importante en el Nepal y Bhután. China produce alrededor de 3, 7 millones de toneladas de mijo (principalmente mijo de cola de zorra) anuales, en su mayor parte en las provincias de Hebei, Shansi y Shandong.

En Africa (Fig. 2), el mijo se distribuye entre un número más elevado de países, pero destacan sobre todos los demás Nigeria (con más del 40 por ciento de la producción regional), el Níger, Burkina Faso, Malí, Senegal y el Sudán (Cuadro 1). El mijo perla se cultiva en la periferia del sur del Sahara (es decir, en los países sahelianos y en la zona septentrional de los países ribereños del Africa occidental) y en otras regiones áridas del Africa oriental y austral, siendo Uganda y Tanzania los principales productores. El cultivo del teff como cereal se circunscribe casi exclusivamente a Etiopía. La digitaria blanca se cultiva en pequeñas cantidades en toda el Africa occidental subsaheliana, particularmente en Malí. La digitaria negra se cultiva en zonas aisladas de Nigeria, Togo y Benin y el mijo de Guinea únicamente en la meseta de Fouta-Djallon del noroeste de Guinea y en la vecina Sierra Leona. El mijo de cola de zorra y el mijo proso son cultivos menores en Africa, pero se cultivan en Kenya y en otras zonas de montaña del Africa oriental. En cuanto al mijo koda, se recolectan variedades silvestres en el Africa occidental, pero las variedades cultivadas sólo se encuentran en Asia. En América Latina, el mijo únicamente se cultiva en una zona reducida de la Argentina.

Entre los países desarrollados, el cultivo del mijo (casi en su totalidad mijo proso) se concentra en la CEI, en particular en la Federación de Rusia, Kazajstán y Ucrania. En América del Norte, Australia y Europa, la producción es muy reducida. En algunos países, el mijo se siembra como cultivo secundario, cuando las condiciones son desfavorables para el cultivo principal. Pero en esos casos, a veces no se recoge la cosecha, que se deja para que sea consumida por el ganado.

Figura 2. Importancia relativa mundiale del mijo.


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