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Reunión sobre políticas públicas que afectan a los incendios forestales: Argentina - Ing. Ftal. Omar N. Tesolin[36]

ANTECEDENTES

En Latinoamérica los incendios forestales no ocurren de la manera que se describen en Estados Unidos y en Canadá. Generalmente aquí se producen enmascarando una problemática sociocultural en la mayoría de los casos. A diferencia del hemisferio norte de este continente (americano) no son los rayos los principales causantes de los incendios de bosques, montes, plantaciones forestales y pastos.

Si bien es falso que no existan incendios producidos por rayos en el ámbito del territorio argentino, es el hombre con sus actividades culturales el factor desencadenante de las principales causas de generación de incendios forestales y pastizales. A modo de ejemplo se mencionan las prácticas más usuales de trabajo a campo, que ocasionan incendios cuando las mismas se realizan sin advertir las condiciones propicias del tiempo atmosférico para la propagación del fuego:

Algunos datos estadísticos de la superficie afectada por incendios

De las veintitrés provincias del país sólo diecisiete registran problemas de incendios en las dos últimas temporadas, en el resto aunque sabemos que ocurren los siniestros son poco frecuentes o de magnitudes pequeñas que no llegan alarmar a la población y las autoridades.

De las distintas regiones geográficas del país dos son las más importantes miradas desde un punto de vista forestal productivo. Una es la región mesopotámica integrada por las provincias: Misiones, Corrientes y Entre Ríos; que es donde se registran las plantaciones industriales de mayor magnitud de especies forestales introducidas.

La superficie quemada por incendios en 1996 es de 6.275 ha de pastizales y monte, y 2.879 ha de bosque nativo. Con respecto a bosques de cultivo, fueron afectadas 4.540 ha.

El sector andino de la región patagónica, es la segunda en importancia, sobretodo en su área de transición entre la precordillera y la estepa; aquí es donde se le presta mayor atención al problema por motivaciones propias de la gente del lugar que disfruta de su naturaleza y fundamentalmente, la naturaleza es el atractivo más importante que tiene el turismo del lugar, uno de sus principales fuentes de ingreso. La temporada de incendio 1996/97 registró 35.435 ha quemadas de pastos y montes, 318 ha de bosques nativos y 537 ha de bosques de cultivo.

En tercer orden se encuentra el área semiárida-subhúmeda del país constituyendo la región centro y centro-oeste. Aquí la actividad más importante es la ganadería extensiva realizada en un ambiente de monte y bosques xerofíticos. También existen en esta tercera región polos de desarrollo forestal de bosques de cultivo principalmente pinos, y salicáceas en zonas bajo riego. En 1996 la superficie quemada de bosques nativos fue de 59.920 ha y 32.470 ha de pastizales y montes. En bosques de cultivo las pérdidas por el fuego sólo fueron de 35 ha.

El noroeste argentino es la cuarta zona con problemas de incendios forestales. Pero, como en el resto del país, ha tenido temporadas muy suaves últimamente motivo por el cual no se registran datos.

No obstante, periódicamente se presentan temporadas donde los problemas que generan los incendios pueden calificarse de graves a muy graves. Un ejemplo de ello fue la temporada 1986. En todo el país se quemaron 2.140.269 ha de montes y pastos, 1.880 ha de bosques nativos y 6.179 ha de bosques de cultivo. Y en el año 1988 la superficie incendiada de montes y pastos fue de 1.545.682 ha, 216.932 ha de bosques nativos y 6.587 ha de bosques de cultivo.

En quién recae la responsabilidad de presupresión y supresión de incendios

La responsabilidad del control y el combate de los incendios en la República Argentina corresponde en primer grado a las provincias pues como políticamente este es un país federal la nación no tiene superficies de bosques en sus jurisdicciones con excepción de la Administración de Parques Nacionales que sí tiene bosques y que por ende son de jurisdicción nacional. Asimismo hay algunas pocas dependencias del Estado Nacional que poseen establecimientos o propiedades agropecuarias con alguna parcela de bosques pero en porcentaje de la masa forestal total pueden considerarse esas superficies como insignificantes o despreciables.

En segundo grado de responsabilidad se encuentra la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano que depende de la Presidencia de la Nación, a nivel nacional es quien atiende el problema. A su vez, bajo su jurisdicción se encuentra la Administración de Parques Nacionales.

La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación -SAGPyA- no tiene incumbencias sobre el control y combate de los incendios. La misión y función se circunscribe a la promoción del acrecentamiento del capital forestal a través de bosques de cultivo con el objeto de procurar el abastecimiento industrial de materia prima. La Dirección de Forestación es la dependencia de la SAGPyA que instrumenta el Régimen de Promoción de Plantaciones Forestales desde 1992 entregando una ayuda económica no reintegrables a toda persona física o jurídica que realice forestaciones. Además desde 1995 se subvenciona de manera similar las actividades de poda y raleo para mejorar la calidad de las maderas.

Cómo enfoca la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación la problemática de los incendios en plantaciones forestales comerciales

Las pautas técnicas que todo forestador debe adoptar para ser considerado dentro del régimen, prevé en materia de presupresión de incendios en primer lugar el diseño de calles cortafuegos de un ancho no inferior a 15 metros y los cuadros forestados en bloque que no superen las 20 hectáreas en macizo. El diseño de los cortafuegos en su conjunto debe considerar una superficie del 10% de lo total forestado.

En segundo lugar, es requisito a cumplir por todo forestador poseer un equipamiento mínimo para proteger su propio capital forestal, consistente en herramientas manuales adecuadas para equipar una cuadrilla de cinco combatientes cuando la superficie a forestar sea entre 50 a 400 hectáreas. Cuando la superficie de la solicitud sea entre 400 a 700 hectáreas además del equipamiento anterior se requerirá además una motobomba de alta presión, tramos de manguera y un carro aguatero. En los casos de planes de forestación que superen las 700 hectáreas se requerirá la presentación de un plan integral de manejo de fuego que describa las actividades de a) presupresión: diseño de la plantación, actividades de silvicultura preventiva (plan de poda y raleos en áreas de máximo riesgo y aledañas a las calles y cortafuegos), prevención (carteles, convenios de ayuda mutua con vecinos, municipios, etc.), capacitación del personal, b) supresión: diseño de la detección, alarma, primer ataque, ataque ampliado y equipamiento específico para cada actividad.

En tercer lugar se aconseja a los particulares que cuando realicen las prácticas culturales de poda y raleos que son materia de subvención por parte del Estado el material combustible que queda yacente sea acondicionado de forma tal que no incremente el riesgo de incendio en épocas críticas.

En consecuencia, y con el propósito de transferir conocimientos a los productores forestales y a los profesionales independientes que asesoran a los forestadores, se ha iniciado una serie de cursos de capacitación en el uso prescrito del fuego como herramienta eficaz y barata.

Dentro del marco del Proyecto Forestal de Desarrollo que la SAGPyA cofinancia con el Banco Mundial se realizaron y se continuará en los próximos años con el dictado de talleres de capacitación donde el participante incorpora conocimientos teóricos y prácticos sobre el comportamiento del fuego, el uso prescrito del fuego y las distintas técnicas de quema. El propósito es sensibilizar al productor que la acumulación de combustible muerto debajo de sus forestaciones no debe superar un determinado tonelaje por hectárea, para lo cual uno de los conocimientos adquiridos en los talleres es precisamente, metodología de inventariación de cantidad de combustible muerto.

Conclusión

Como en toda sociedad cada actor debe cumplir un rol, cuando se habla de prevenir incendios los propietarios del recurso amenazado son los primeros que deben intervenir acondicionando sus bosques de forma tal que de producirse un fuego los caminos de acceso estén transitables, los cortafuego estén limpios de todo combustible y los combustibles muertos yacentes se encuentren reducidos lo máximo posible, al igual que los combustibles de continuidad vertical.

Sabemos que de los límites de la propiedad hacia adentro cada propietario debe estar preparado para resolver el problema cuando el mismo se presenta y su estado es de pequeñas dimensiones. Y cuanto mejor esté preparado en el interior de la propiedad mejor podrá aprovechar la ayuda externa cuando el siniestro por su envergadura deba ser controlado por una organización local, provincial o nacional.

Es con este criterio que la SAGPyA actúa, advirtiendo del problema y transfiriendo conocimientos directamente al productor. Mucha de esta actividad se realiza a través de los seis Núcleos de Extensión Forestal del Proyecto Forestal de Desarrollo SAGPyA/BIRF que tiene alcance en todas las áreas forestales del país.


[36] Coordinador de Programas, Dirección de Forestación, Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca, Domicilio de trabajo: Av. Paseo Colón 982, anexo jardín, (1063) Capital Federal.

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