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El nuevo reconocimiento forestal de Suecia

por el Profesor ERIK HAGBERG, Jefe del Departamento de Reconocimientos Forestales del Instituto Forestal de Suecia

Con objeto de poder formular un juicio correcto sobre las cuestiones forestales de interés actual, es necesario conocer las condiciones que reinan en los montes y los cambios que ocurren en ellos. El reconocimiento forestal nacional es el que ha de proporcionar la información necesaria a este respecto, información que incluye los datos sobre el tamaño y composición del material en crecimiento y la velocidad correspondiente, así como también la tasa actual de extracción de maderas, a base del nuevo tipo de inventario implantado en 1953. El trabajo de reconocimiento ofrece además una clasificación de tierras e incluye una descripción detallada de la zona forestal.

Historia

El primer reconocimiento forestal nacional efectuado en 1923-29 fué del tipo de faja pura (o línea), es decir, que los cálculos se hicieron en fajas paralelas de 10 m. de ancho, situadas a determinadas distancias (Figura 3). El área se registró tomando como base la longitud en metros, mediante mediciones lineales continuas a lo largo de las fajas, y todos los árboles situados dentro de las líneas de reconocimiento se anotaron y distribuyeron de acuerdo con las especies y sus diámetros (éstos clasificados en grupos independientes cada 5 cm.). Con objeto de determinar los factores necesarios para calcular el volumen y el crecimiento, se eligieron algunos árboles como muestra aplicando cierto sistema de cociente, y haciendo mediciones detalladas de su diámetro normal (a la altura del pecho) espesor de la corteza, altura total, incremento, edad, etc.

El segundo reconocimiento forestal nacional se efectuó en 1938-52, a base de la evaluación de lotes situados en fajas, a lo largo de un sistema lineal semejante al que se empleó en la primera investigación, aunque el espacio entre las líneas era algo más estrecho. Tal como en el reconocimiento anterior, el área se registró mediante mediciones continuas a lo largo de las líneas establecidas para la operación. Además, la distribución del área se registró también en los lotes tomados como muestra para el levantamiento de inventarios, habiendo seleccionado dichos lotes a intervalos regulares a lo largo de las líneas. Se ensayaron varias formas y tamaños para los lotes de la muestra. El tipo que resultó más conveniente fué el de los lotes circulares dentro de un área de unos 140 metros cuadrados. Se registraron todos los árboles que quedaban comprendidos dentro de los límites respectivos, según las especies y las escalas de los diámetros, seleccionándose los árboles de la muestra de acuerdo con cierto sistema. Estos se midieron con objeto de obtener los factores necesarios para el cálculo del volumen (diámetro normal, espesor de la corteza, altura total del árbol, altura hasta la parte más baja de la copa); además, se agujerearon para determinar la edad y el incremento, y se midieron los pimpollos más altos de la copa. En el norte de Suecia (Norrland y Dalecarlia) se efectuó un reconocimiento completo por fajas, que incluyó el recuento de los árboles situados en secciones longitudinales de 10 m. de ancho, y el inventario del material existente en los lotes de muestra, a fin de obtener datos para comparar los dos métodos de evaluación. La comparación hizo ver que, aunque el porcentaje del área objeto de reconocimiento era mucho menor, el método basado en lotes de muestra daba un resultado sólo ligeramente inferior en exactitud que el mero reconocimiento por fajas. Como la evaluación a base de lotes puede efectuarse a costo mucho más bajo, se empleó exclusivamente este sistema en los reconocimientos que se hicieron en la parte central y meridional del país.

FIGURA 3. Mapa que indica el sistema de reconocimiento lineal en el primer reconocimiento forestal nacional de 1923-29

FIGURA 4. División del país en regiones para el nuevo reconocimiento forestal nacional.

FIGURA 5. Un tramo de reconocimiento en la región III, con sus lotes de muestra.

FIGURA 6. Distribución de los tramos de reconocimiento de un año (reg. III)

Plan general

Los primeros reconocimientos forestales nacionales se habían efectuado como inventarios provinciales, es decir, mediante reconocimientos de una o dos provincias cada año. Este método comportaba serios inconvenientes, puesto que los resultados correspondientes a todo el país se basaban, hasta cierto punto, en cifras de actualidad y en parte en las cifras obtenidas hacía 15 años. En el nuevo inventario, cuyos trabajos comenzaron en 1953 y terminarán, según los planes respectivos, en 1962, se ha eliminado este inconveniente gracias a la adopción de un inventario a base de un bajo porcentaje que abarca toda Suecia y que se repite anualmente; así pues, tras diez años, los bosques del país se habrán evaluado con el mismo porcentaje que en el segundo reconocimiento forestal nacional. De hecho, esto significa que la nueva operación incluye una serie completa de reconocimientos anuales.

Se ha añadido al reconocimiento una nueva fase que implica la estadística de cortas en forma de enumeración de tocones. De esta manera es posible determinar anualmente en las mismas unidades («metros cúbicos forestales») el volumen cortado, así como el material en crecimiento y el incremento, y con análoga distribución respecto a especies arbóreas y grupos de diámetros.

A raíz de cada reconocimiento anual, el nuevo inventario proporciona datos fidedignos para todo el país y, tras dos años, se obtienen cifras para las mitades septentrional (regiones I-II) y meridional (regiones III-V ). (Por lo que se refiere a la división de Suecia en regiones, véase la Figura 4). Pasado el tercer o cuarto año, pueden darse cifras seguras para cada una de las cinco regiones y, al cabo de 10 años - es decir, al final del ciclo de los reconocimientos - para las diferentes provincias también. Cabe indicar que Suecia está dividida en 24 unidades administrativas o län. Mediante el nuevo procedimiento se pueden tener datos continuos sobre el material en crecimiento - y sobre los cambios que experimenta - en todo el territorio de Suecia o en ciertas partes del país, en una forma que no resultaba viable utilizando los viejos métodos. De esta manera, a intervalos de varios años, o bien anualmente, es posible efectuar, mediante la adición del crecimiento y la deducción de las cortas, un balance comparativo entre el material en desarrollo a principios del intervalo, por una parte, y el material en crecimiento a finales del intervalo, por la otra.

Los «tramos» de reconocimiento

Se resolvió realizar el nuevo inventario en forma de un reconocimiento de lotes lineales, siguiendo los mismos principios fundamentales adoptados el segundo reconocimiento forestal nacional efectuado en el centro y el sur de Suecia. El sistema de líneas de reconocimiento, empleado en el segundo estudio que se hizo, fué la base que se utilizó al preparar el nuevo inventario. Como se describió anteriormente, cada reconocimiento anual pretendía cubrir todo el país e incluir un 10 por ciento del área total analizada durante el inventario anterior. El principio se aplicó en la forma que se explica a continuación, eligiéndose lotes de muestra del mismo tamaño, situados a lo largo de las líneas y, más o menos, a las mismas distancias que en el reconocimiento anterior: cada año tenía que evaluarse la mitad de la longitud de cada quinta faja del último sistema lineal (½ x 1/5 =1/10). La faja de terreno que había que reconocer anualmente a lo largo de la línea, según este sistema, no se medía de una manera continua. La longitud total de la línea se dividía en secciones de 4,8-8,8 kilómetros. De estas secciones lineales se evaluaron en el curso del año todas las que ocupaban el segundo lugar. Cada una de estas secciones se llamó «tramo de reconocimiento». En vez de reconocer estos tramos siguiendo una línea recta, se consideró preferible efectuar la operación siguiendo los cuatro lados de un cuadrado De este modo pudo reducirse considerablemente el tiempo que se desperdiciaba durante los trabajos de campo, comenzando y terminando el reconocimiento aproximadamente en el mismo punto. La longitud total de los cuatro lados del cuadrado es igual a la correspondiente sección lineal de 4,8-8,8 Km. Las longitudes de los lados de los tramos (o cuadrados) se escogieron de manera que la extensión total del tramo correspondiera aproximadamente a un día de trabajo, disponiéndose del siguiente modo:

Región

Kilómetros

I

4 x 2,2 = 8,8

II

4 x 1,8 = 7,2

III

4 x 1,6 = 6,4

IV

4 x 1,4 = 5,6

V

4 x 1,2 = 4,8

El principio general que se empleó para establecer los tramos de reconocimiento puede deducirse del siguiente esquema:

Esquema

En el esquema, las líneas continuas indican las líneas de reconocimiento; las discontinuas, las fronteras de los distritos de reconocimiento; dentro de cada uno de éstos, los diez tramos anuales del ciclo de reconocimiento (1= tramos que deben reconocerse durante el primer año, es decir, en 1963, 2 = tramos que deben reconocerse durante el segundo año, esto es, en 1954, etc.) se han agrupado a lo largo de las cinco líneas de reconocimiento con objeto de conseguir que el distanciamiento de los distritos de reconocimiento fuera, en lo posible, lo más uniforme, a raíz de cada operación anual.

Como puede observarse en el esquema, uno de los cuatro lados de cada, uno de los tramos de reconocimiento coincide con la correspondiente faja lineal del segundo reconocimiento forestal nacional. Esto permite comparar los resultados de los dos reconocimientos, especialmente en lo que concierne a la clasificación de la tierra según su aprovechamiento (tierra forestal, cultivada, baldía, etc.). Los cambios que ocurren en dicha clasificación, a causa de la conversión de tierras de labor en tierras forestales, o bien de los pantanos en tierras de cultivo o forestales, mediante el avenamiento, pueden estudiarse mejor repitiendo el inventario en la misma sección lineal. No cabe efectuar una comparación absolutamente exacta, puesto que no es posible hacer en ningún campo un reconocimiento que sea rigurosamente lineal.

Inventario del área

Los principios adoptados para el registro detallado de los datos en el campo son, más o menos, los mismos que los que se emplearon en el segundo reconocimiento forestal nacional. De modo que el inventario del área se hacía siguiendo la línea de reconocimiento, dividiendo la longitud, medida en metros, según los tipos de aprovechamiento de la tierra. El área forestal se subdividió en diferentes clases, tales como tierras forestales, propiamente dichas, o tierras forestales y de pastoreo, grupos de propiedad, categoría del legar (en lo que se refiere a la capacidad de rendimiento del suelo), clases de corta (de acuerdo con la forma de apeo que se debe emplear en los diversos rodales como, por ejemplo, las limpias en los rodales de brinzales, de chirpiales o masas jóvenes, el aclareo en los bosques de media edad y las talas de regeneración en los adultos; la tierra forestal desnuda se registró también como una clase especial de corta); además, se tomó nota de las medidas adoptadas recientemente en relación con la labor de reproducción.

Los lotes de muestra

El material en crecimiento se calcula a base de lotes circulares de muestra cuyo radio es de 6,64 metros, es decir, una superficie de 138 metros cuadrados, aproximadamente. Hay cuatro lotes por lado del tramo (en la región V el número se ha aumentado a 7 lotes por lado de tramo, debido a que en dicha zona el porcentaje de tierras forestales es relativamente bajo) El intervalo medio entre los lotes de muestra situados a lo largo de la línea de reconocimiento es: en la región I, 550 metros; en la región II, 450 metros; en la región III, 400 metros; en la región IV, 350 metros y en la región V, 170 metros. Para simplificar, se establecen lotes cada 100 metros, de modo que los intervalos reales serán, pues, algo diferentes. Las Figuras 5 y 6, en las que aparecen los tramos de reconocimiento de la región III, da una idea de la ubicación de los lotes de muestra.

En el momento de hacer las anotaciones en los lotes (en una hoja especial de lotes - muestra) se registran las clases de aprovechamiento de la tierra del lote respectivo, las condiciones del lugar como, por ejemplo, la vegetación, la exposición al viento y la inclinación del terreno. Además, se anotan varios datos forestales que ya se conocen por la hoja del inventario del área (propiedad, productividad, clases de corta, medidas de reproducción adoptadas), así como los grupos de edad de los árboles, el grado de densidad, las condiciones generales del rodal, una descripción de la historia del rodal (origen, apeos previos), medidas forestales que se sugieren, etc.

Después, se obtiene el volumen tomando nota de todos los árboles del lote, de acuerdo con las especies y los grupos de diámetros normales, en escala creciente de 5 cm. de diferencia. Ello se anota en la parte destinada a apuntar los árboles, en la hoja correspondiente al lote de muestra.

Los árboles de muestra

Los árboles de muestra se escogen, de acuerdo con ciertos métodos, entre los que han sido anotados al examinar los lotes. Se hacen mediciones detalladas de los factores que determinan el volumen, el crecimiento, la edad y la calidad. Los árboles que se toman como muestra se seleccionan en lotes concéntricos, cuyo radio varía de 1 metro, para los grupos de diámetros más pequeños, a 6,64 metros (igual al radio del lote normal), para los mayores. Por ejemplo, en la región III los árboles de muestra se seleccionaron del siguiente modo:

Grupos de diámetros

Lote

Tipo

Radio (en metros)

0-

Circular

1,00

5-

Circular

1, 64

10-

1/2-Circular

3,29

15-

1/2-Circular

4,93

20 +

Circular

6,64

Las cifras correspondientes al radio se refieren a las secciones separables de la vara de 5 m. utilizada para medir la altura de los árboles seleccionados como muestra; el centro de los lotes concéntricos de los árboles de la muestra coincide con el del lote normal.

El número total de estos árboles se escogió con vistas a asegurar la precisión necesaria de los resultados, Y la distribución del número total entre los diferentes grupos de diámetros se hizo en proporción aproximada con el volumen cúbico medio de las respectivas clases.

Como se describe anteriormente, las mediciones de los árboles de la muestra incluyen los factores que determinan el volumen útil: diámetro normal, es decir, a la altura del pecho, doble espesor de la corteza, altura total del árbol y altura hasta la parte más baja de la copa. Con estos datos se calculó el volumen de cada uno de los árboles que integraban la muestra, con la corteza y sin ella, mediante las tablas de volumen Näslund-Hagberg, que se basan en las funciones de los grandes volúmenes de Näslund. Los volúmenes de cada uno de los árboles seleccionados se suman después para determinar cada una de las distintas clases. Multiplicando el volumen medio por el número de árboles anotados en los correspondientes grupos de diámetros de los distintos lotes de muestra, se determina el volumen por hectárea y, finalmente, multiplicando las cifras obtenidas por el área del distrito o región de que se trate, se establece el volumen total.

Además, los árboles de la muestra se taladran para conocer el incremento y la edad. Los cilindros extraídos con el taladro se envían a la oficina central de Estocolmo, donde son medidos en las máquinas especialmente construidas a este fin por el Instituto de Investigaciones Forestales, con objeto de conocer el tamaño de los anillos anuales. Mediante estas mediciones se determina el crecimiento anual del diámetro durante los cinco años precedentes; de esta manera puede calcularse el diámetro normal en los cinco años anteriores al reconocimiento. Midiendo el crecimiento diametral correspondiente a cada año de dicho quinquenio, se obtienen los datos para establecer la variación del crecimiento según las diferentes especies de árboles, en las diversas regiones, en relación con un crecimiento medio observado durante un período relativamente largo. El aumento de altura en los árboles de la muestra, durante el quinquenio, se calcula midiendo los renuevos más altos con anteojos especiales de larga distancia. Cuando se conocen el diámetro y la altura, tanto en la época del reconocimiento como durante los cinco años anteriores, pueden obtenerse los dos volúmenes correspondientes para uno de dichos árboles, mediante tablas de volúmenes basadas en las funciones de pequeño volumen de Näslund; la diferencia entre estos dos volúmenes es equivalente al crecimiento del árbol de muestra durante el quinquenio. Sumando el crecimiento de los árboles de la muestra, por especies y grupos de diámetros, y dividiendo las sumas resultantes por los correspondientes volúmenes en el momento del reconocimiento, se obtienen los porcentajes de crecimiento del volumen (porcentaje de descuento). Aplicando estos porcentajes al volumen por hectárea, o al total del volumen tal como se calculó anteriormente, puede obtenerse el volumen de crecimiento correspondiente al período objeto de la investigación, excluyendo el crecimiento de los árboles talados.

La edad de los árboles incluidos en la muestra se determina mediante la cuenta de los anillos anuales (a la altura del pecho) de los cilindros de incremento. La edad real del árbol se obtiene después sumando el número de años que tarda un árbol para llegar al diámetro normal a la altura del pecho. La edad así determinada se coteja con la estimación de los grupos de edad hecha en el campo.

Finalmente, los árboles de la muestra seleccionada dentro del lote escogido también como muestra, se evalúan según la calidad, esto es, se registran los defectos, así como la distribución estimada de los árboles entre las diferentes clases de madera (madera para chapas, para sierra, para pulpa, para ebanistería, para leña).

Marcado de los árboles para el apeo

Al hacer la enumeración de los árboles en los lotes de muestra, el capataz marca y anota separadamente los árboles que, desde un punto de vista puramente silvícola, deberán cortarse en un futuro inmediato. Esta «corta de muestra» corresponde al volumen que deberá ser apeado durante un período equivalente al intervalo normal entre dos aclareos.

Dicho intervalo varía en las diferentes partes del país: pero se han dado las siguientes cifras, como promedio: 20 años en las regiones I-III, 10 años en la Región IV y 6 años en la región V. El objeto principal de esta «marca de muestra» es tener una idea general del volumen que ha de cortarse de acuerdo con cierto método silvícola considerado racional. Se utiliza como base para hacer los cálculos de apeo. Los resultados del marcado quizás requieran alguna modificación al efectuar el cálculo final, por lo que se refiere al excedente o falta de madera madura o sobremadura, o a las dificultades para llevar a cabo, dentro de un período conveniente, las medidas de regeneración en los rodales en que, según las marcas respectivas, deberá hacerse el apeo.

Enumeración de tocones

Las estadísticas de apeo, que constituyen parte del reconocimiento forestal nacional, se obtienen en el campo efectuando la enumeración de los tocones, y se preparan del siguiente modo: cada 100 metros de la faja de reconocimiento se hacen observaciones de las cortas emprendidas durante la última estación de apeo, así como durante la penúltima. Al realizar las observaciones habrá que tener en cuenta un área que esté comprendida dentro de los 20 metros a partir de la marca de 100 metros; sin embargo, la enumeración de tocones, propiamente dicha, se efectúa en un lote circular que tiene un radio de 6,64 metros. Sea que se hayan efectuado o no las cortas de la clase mencionada, el hecho se registra cada 100 metros, en una hoja especial para tal enumeración. Si se han hecho apeos, se anotan ciertas características del rodal del lote (categoría del lugar, grupos de edades, etc.). Debe además, especificarse la temporada durante la cual se ha verificado la tala. Como límite entre las diferentes temporadas se ha escogido el principio del período de crecimiento de cada año. Así, pues, adoptando los «años de vegetación» en vez de los años del calendario, se facilita considerablemente la distinción entre las campañas de corta. Lo que habrá que hacer, en primer lugar, será investigar si los apeos se efectuaron durante el invierno o el verano. Se reconocen las cortas de verano por el hecho de que para esa época ha comenzado ya el crecimiento de la copa, lo cual puede deducirse de las ramas y renuevos que quedan en el suelo. Naturalmente, el principio de la temporada de crecimiento varía de año en año y de distrito en distrito. Sin embargo, los tocones que no se hayan registrado un año se incluirán en el año siguiente y, por lo tanto, el promedio de varios años se considerará correcto. Debido al hecho de que son muy pocos los apeos que se hacen durante el período en cuestión, no abundan los que ocurren en las épocas fijadas como límites. Después, hay que distinguir entre los apeos de verano de la última temporada y los apeos de verano de la penúltima, así como entre los apeos de invierno de las dos temporadas. Ello se hace, sobre todo, juzgando el aspecto general del tocón, el color de las agujas de los renuevos y ramas que han quedado en el suelo, los residuos de aserrín que hay cerca del tocón, o la existencia de agujas recién caídas en la parte aserrada del mismo. Aunque todos estos indicios son, por lo general, bastante claros, puede haber duda en algunos casos. Cuando es así, se hacen taladros para sacar cilindros con qué medir el incremento tanto en el tocón como en el árbol en pie que haya cerca de él («árbol gemelo»). Después se trazan diagramas comparativos de los anillos anuales, con lo cual, por regla general, se puede averiguar la estación.

Cuando se encuentran tocones en el lote circular, deben registrarse en la hoja de acuerdo con las especies arbóreas y los grupos de diámetros del tocón. El diámetro de éste tiene que convertirse al diámetro normal (a la altura del pecho) con objeto de poder calcular el volumen del árbol cortado. A este fin, se calibran 1 ó 2 árboles de muestra («árboles gemelos»), tanto a la altura del tocón como a la del pecho, por cada lote, según las especies que en él se den. Estos árboles gemelos deben estar dentro del lote mismo o en sus inmediaciones (pero en el mismo rodal), y los diámetros de sus tocones deben corresponder aproximadamente a los diámetros de los tocones en cuestión. Se anota además el grupo de edad de los árboles gemelos y la clase de productividad del lugar. Al calcular el volumen cortado, los árboles apeados se agrupan según la escala de diámetros a la altura del pecho y se subdividen en clases según la edad y la categoría del lugar. Después se obtiene el volumen mediante el cálculo empírico de las alturas medias correspondientes a las diferentes edades y moradas de los árboles marcados para el apeo.

Ejecución

El nuevo inventario forestal nacional incluye anualmente unos 1.000 tramos de reconocimiento, 10.000 lotes de muestra para el inventario de las tierras forestales y 40.000 lotes de muestra para la enumeración de tocones en esas mismas tierras; además, cada año se miden unos 20.000 árboles, que se toman como muestra.

Compilación del material de reconocimiento

Todos los datos que se recogen en el campo se registran en tarjetas perforadas (sistema Powers). Una vez llenos, los formularios se envían semanalmente a la oficina central de Estocolmo donde, antes que nada, se verifican cuidadosamente las anotaciones. Los datos se pasan a las tarjetas por medio de una máquina perforadora, de acuerdo con la clave o código que se indica en el formulario para las distintas clases de anotaciones. Estos números de código se refieren a las columnas de las tarjetas perforadas y la máquina horada dichas tarjetas en la posición correspondiente al número de que se trate. Se utilizan cuatro tipos diferentes de tarjetas, que corresponden a los cuatro formularios empleados para el trabajo de campo, es decir, un tipo para la perforación de los datos procedentes del inventario del área siguiendo la línea de reconocimiento, otro para todos los datos descriptivos y para la cuenta de árboles en los lotes de muestra, el tercero para las mediciones de los árboles de la muestra, y, finalmente, el cuarto para la enumeración de tocones. Con objeto de comprobar la exactitud de esta operación, otro empleado vuelve a perforar las tarjetas basándose en el formulario original. Pasan después las tarjetas por un comprobador automático que verifica si el agujero original coincide con el segundo. Cuando se quieren sacar datos de las tarjetas perforadas se colocan éstas en el clasificador automático. Este aparato, que registra mecánicamente las perforaciones de las tarjetas, las agrupa y ordena de un modo automático en el orden que se requiere para el trabajo ulterior de compilación. Si es necesario, las tarjetas así ordenadas se colocan luego en el llamado tabulador, que suma y convierte en cifras la información que representan las perforaciones, e imprime los resultados en listas especiales. Los cuadros definitivos se preparan después sobre la base de las listas que salen de la máquina tabuladora.

Resultados

Como se dijo anteriormente, el área anual que realmente se reconoce constituye un porcentaje muy pequeño de la superficie total. Sin embargo, los errores típicos no deben pasar de ±1,3 por ciento, por lo que se refiere al volumen cubico por hectárea en todo el país; al terminar un ciclo de reconocimiento de 10 años dicha cifra se reducirá a sólo ±0,5 por ciento. Esto supone que en 100 muestreos similares, el resultado, en 95 casos, quedará comprendido en un intervalo igual al doble de este margen de precisión. El error típico en el cálculo de la cantidad total que se apea anualmente, de acuerdo con la enumeración de tocones es de ±4 a 5 por ciento. Para conocer los resultados que se han obtenido hasta ahora, véanse los Cuadros 1-5.

Organización

Durante la temporada de labores de campo, cada verano trabajan de 12 a 14 equipos de reconocimiento. La organización de la oficina central está representada por el Departamento de Reconocimientos Forestales del Instituto de Investigaciones Forestales de Suecia, con sede en Estocolmo; este Departamento emplea unas 30 personas.

Para facilitar la labor del inventario los equipos de reconocimiento tienen un autobús Volkswagen. Los grupos están constituidos por 6 ó 7 hombres, incluyendo un jefe de cuadrilla (adiestrado en una escuela forestal o en el colegio de silvicultura), un capataz, un agrimensor, en algunos casos un calibrador, dos cadeneros y un chófer que es al mismo tiempo cocinero.

Costo

El costo total del nuevo reconocimiento forestal nacional se calcula en unas 450.000 coronas (alrededor de unos 87.000 dólares E.U.A.) anuales, o en 2 ore (0,4 centavos E.U.A.) por hectárea de tierra forestal; es decir, 20 ore (4 centavos E.U.A.) por hectárea de tierra forestal para todo el ciclo de reconocimiento. Un 55 por ciento de la cantidad total se destina a los trabajos de campo, y el 45 por ciento a las labores de oficina, las cuales, además de las tareas normales descritas anteriormente, incluyen una serie de investigaciones y cálculos especiales.

Cuadro 1. - Existencia total, de madera en pie según los reconocimientos de 1953 y 1954

Región

Area forestal en millones de hectáreas

Existencia total de madera en pie en millones de metros cúbicos

Porcentaje de aumento

Número entre los reconocimientos

Reconocimiento 1953

Reconocimiento 1954

Reconocimiento 1953 y 1954

Reconocimiento anterior (1938-52)

I-II

11,2

796

828

815

723

+12,7

13,0

III-V

11,7

327

329

1 327

1 193

+11,2

6,0

I-V

22,9

2 123

2 157

2 142

1 916

+11,8

9,5

Cuadro 2. - Distribución del material en crecimiento por especies arbóreas, regiones I-V

Especies

Material total en millones de metros cúbicos

Incremento en relación con el reconocimiento de 1938-52, en porcentaje

1953/54

Reconocimiento anterior (1938-52)

1953/54

1953

1954

Pino

861

769

+12

+11

+13

Abeto

953

844

+13

+11

+14

Maderas duras

328

303

+8

+9

+8

Todas las especies

2 142

1 916

+11,8

+10,9

+12,6

Cuadro 3. - Distribución del, material, en crecimiento según los diámetros, regiones I-V

Concepto

Grupos de diámetros

0-14 cm.

15-24 cm.

25 + cm.

Total


Millones de metros cúbicos

Reconocimiento anterior (1938-52)

591

777

548

1 916

Reconocimientos 1953-54

611

861

670

2 142

Aumento

Porcentaje

1953-54

+3

+11

+22

+11,8

1953

+3

+9

+20

+10,9

1954

+2

+12

+25

+12,6

Nota para los Cuadros 1-3. Las cifras que se dan separadamente para los años 1953 y 1954 (cuando no se refieren al material total del país en conjunto) solo se han incluido en los cuadros con objeto de mostrar 109 resultados de los reconocimientos anuales que hasta ahora se han terminado, ya que no son lo suficientemente exactas como para publicarse.

Cuadro 4. - Cifras aproximadas del volumen cúbico por hectárea

Concepto

Región

I

II

III

IV

V


m. ³ por Ha

Reconocimiento anterior 1938-52

56

70

86

109

84

Reconocimiento 1953-54

59

84

99

119

95

Cuadro 5. Cifras preliminares de los apeos anuales

Especies

1952-53

1953-54


Millones de metros cúbicos

Pino

13,3

20,9

Abeto

21,8

25,4

Maderas duras

5,0

5,0

Todas las especies

40,1

51,3

Valía de nuevo ala de reconocimiento

Es claro que se podrá preguntar si el reconocimiento forestal nacional ha mejorado realmente con el nuevo método, puesto que tras dos años de investigaciones de esta clase, sólo es posible presentar los resultados generales que se dan más arriba. En los inventarios anteriores se podía dar, a finales de cada año, una información detallada de las condiciones forestales de una o dos provincias. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que el nuevo tipo de reconocimiento permite ya trazar un panorama completo de la situación maderera en todo el país después de uno o dos años; con los sistemas anteriores sólo se podían presentar las cifras correspondientes después de terminado el ciclo de reconocimiento y, además, esas cifras se basaban en los resultados obtenidos en las provincias que habían sido investigadas en diferentes épocas. Asimismo, no se hará evidente todo el efecto del nuevo tipo de reconocimiento hasta que no se conozcan los resultados respecto a regiones y provincias, una vez que hayan transcurrido algunos años; después, en cambio, se conseguirán informes anuales correspondientes a dichos distritos. Aparte del material en desarrollo, el nuevo reconocimiento proporciona también datos relativos al crecimiento y a la extracción anuales. Las cifras referentes a la extracción anual constituyen la base de las estadísticas anuales de corta para todo el país. De esta manera ha encontrado solución satisfactoria un antiguo problema estadístico que ha preocupado durante muchas décadas a autoridades y expertos. Se aplica a la corta total, que puede ahora expresarse en «volumen cúbico forestal» (volumen total del tronco de los árboles en pie). Esta solución sólo ha podido lograrse organizando el reconocimiento forestal nacional de conformidad con el nuevo sistema.

El nuevo tipo de reconocimiento ofrecerá, por lo tanto, el medio de ejercer una vigilancia continua sobre la situación de la madera en el país, de manera más satisfactoria de lo que se había hecho hasta ahora, y deberá, pues, considerarse como un progreso en el campo de la estadística maderera.


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