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Parte 2
Los bosques, el desarrollo económico y el medio ambiente

Productos y servicios forestales

Se reconoce que los bosques son parte integrante de las economías nacionales pues aportan toda una serie de factores de producción, bienes ambientales, alimentos, combustible, medicinas, equipamiento doméstico, material de construcción y materias primas para la industria. Los bosques sirven de apoyo a la agricultura al proporcionarle materiales para aperos agrícolas, equipo de recolección y transporte, recipientes para el almacenamiento de los cultivos y secadoras, además de combustible para el tratamiento de las cosechas. Sin embargo, estos múltiples beneficios y servicios tienen distinto valor según de qué gente se trate. Además, también difieren los intereses de ámbito local, nacional e internacional. Por varios motivos es de prever que los cometidos que los bosques han de desempeñar en el desarrollo local, nacional y mundial cambiarán radicalmente con el transcurso del tiempo.

Carreteras, comercio y poblaciones agrarias han invadido en gran parte las tierras forestales del mundo y se han asentado en ellas; son pocas las áreas forestales que quedan desvinculadas de los intereses nacionales. Las zonas forestales han experimentado una ‘agrificación’, que entraña el empleo de los bosques y los árboles en los sistemas de cultivo y la formación de mosaicos agrarios dentro de los sistemas forestales. Los bosques se explotan cada vez más en función de la serie de recursos y servicios que de ellos se sacan, por su capacidad para servir de apoyo al bienestar rural y por su aptitud para fomentar oportunidades industriales. Los bosques proporcionan unas amplias gamas, aunque diversas, de bienes y servicios para casi todos los tipos de asentamientos urbanos y para hallar sustento. No son simplemente masas contiguas de madera, sino partes activas de vida por doquier.

En las estrategias del desarrollo económico se reconocen cada vez más los valores fundamentales de los bosques en las políticas y programas nacionales que modifican rodales, calidades y distribuciones de los árboles. Ahora se reconoce generalmente a los bosques como un capital productivo y como componentes de sistemas de infraestructuras públicas. Los bosques, como elementos ecológicamente análogos a la capacidad industrial y a la infraestructura material, están entrando en las ecuaciones centrales del crecimiento macroeconómico, a menudo a base de nuevas definiciones de lo que es el bosque y de lo que aporta.

Los sistemas tradicionales de cuentas nacionales valoran por exceso los ingresos sostenibles bajo dos aspectos. Primero, en estas cuentas no se tiene en cuenta la depreciación de los bosques y demás capital natural. En segundo lugar, de los ingresos nacionales no se restan los costos que supone el aliviar o compensar los efectos colaterales del agotamiento de los recursos (p. ej., las medidas antisedimentarias en una cuenca despoblada)8, y esto transmite un mensaje falso: que los ingresos obtenidos de agotar los recursos forestales es algo que puede durar siempre9.

Los avances realizados en la contabilidad nacional permiten incorporar expresamente el valor de capital de los recursos forestales como capital productivo, y apreciar los efectos que los cambios en ellos tienen sobre la capacidad productiva nacional. Algunos países establecen nuevos sistemas de contabilidad que miden la depreciación de los recursos forestales por la tala excesiva de su capacidad reproductiva, y su apreciación debido a la reforestación, la regeneración y el crecimiento. Por ejemplo, en el sistema francés aparecen las ventajas e inconvenientes relativos, según opciones, entre las funciones económica, ecológica y social de los recursos naturales. Con arreglo a este sistema, que se conoce como el de las ‘cuentas del patrimonio natural’ se llevan cuentas por separado para los bosques, la vida silvestre, el agua y los suelos.

Los sistemas forestales proporcionan servicios que, en su ausencia, exigirían gastos de capital o reducciones del bienestar humano. Por ejemplo, al almacenar agua, regular las descargas, proteger los canales y depurar las impurezas, los bosques constituyen una estructura de servicios hidrológicos que son afines a las estructuras de transporte y comunicaciones. Los métodos económicos más recientes permiten contabilizar esos servicios infraestructurales a escala más bien nacional.

8 S. El Serafy y E. Lutz. 1989. Environmental and resource accounting: an overview. En Y.J. Ahmad, S. El Serafy y E. Lutz, eds. Environmental accounting for sustainable development. Wáshington D.C., Banco Mundial.

9 C.A. Meyer. 1993. Environmental and natural resource accounting: where to begin? Issues in development (noviembre). Wáshington, D.C. Centro de Desarrollo Internacional y Medio Ambiente.

Los bosques representan unos activos productivos que sirven de medio para alcanzar unos objetivos nacionales de desarrollo, con equidad, estabilidad, inversiones y crecimiento. Los programas de silvicultura comunitaria se han convertido en elemento central de los programas de desarrollo rural, que tratan de construir unas relaciones más productivas entre las comunidades rurales y los recursos naturales de propiedad pública. Se ejecutan generalmente programas de silvicultura comunitaria para potenciar los incentivos de inversiones y fomentar la participación cívica en el crecimiento y en la utilización de los bosques y árboles.

Los bosques se han convertido en factores significativos de las relaciones económicas y políticas entre las naciones. Por ejemplo, los bosques han adquirido dimensiones de política exterior por su asociación con cuestiones que interesan al comercio y al medio ambiente. La situación de los bosques repercute cada vez más en la dependencia nacional del comercio internacional y de la capacidad de transformación de productos madereros e insumos de producción. Los patrones comerciales se vuelven cada vez más complejos a medida que las naciones exportadoras de madera pasan de formas de producción primaria a otras secundarias y terciarias, aumentan su capacidad de compra y diversifican sus necesidades de consumo.

Las variaciones que se van registrando en la extensión y en la calidad de los bosques se han convertido en objeto de preocupaciones ecológicas a nivel mundial: la variación de la situación de los bosques crea preocupaciones en cuanto a la diversidad biológica y al cambio climático mundial. Estos fenómenos ejercen presión sobre los gobiernos nacionales para que consideren los bosques en el ámbito de las relaciones internacionales. Hay ya naciones que tienden a concertar acuerdos internacionales en que se vinculan cuestiones de intercambio económico y ecológico al servicio de intereses mundiales de más amplio alcance.

Por todos estos motivos, la política y las medidas nacionales en el sector forestal han dejado de ser una prerrogativa sectorial angosta para incorporarse al caudal pluralizado de intereses políticos en los que intervienen grupos muy diversos. Han proliferado las perspectivas y exigencias de estos grupos políticamente diversos, que ejercen gran presión en instituciones de política forestal surgidas cuando los bosques significaban sólo madera perteneciente al Estado y estaban controlados por un grupo pequeño de profesionales. Estas presiones contrapuestas, junto con un conocimiento más amplio de la importancia y complejidad de los servicios y valores forestales no maderables, están influyendo considerablemente en la política forestal de nuestros días.

Los bosques como fuente de desarrollo nacional

Los distintos ecosistemas forestales cumplen muchos servicios protectivos, científicos y comerciales que van desde el espacio vital y los alimentos a la regulación del clima y los recursos genéticos. Sin embargo, a nivel nacional los países están interesados en su entero sistema forestal, y en cómo éste contribuye colectivamente al desarrollo nacional como fuente de bienes y servicios, como formas de seguro contra unos riesgos excesivos y como patrimonio económico y social.

Fuentes de ingresos, divisas y activos financieros

Los bosques aportan materiales para la industria nacional, para la exportación y para sustitución de las importaciones en forma de madera, fibra, productos elaborados, energía y toda una variedad de productos forestales con fines médicos, ornamentantes y de encargo.

La madera ha sido característicamente una fuente primaria de capital para países dotados de bosques, mediante el intercambio de la madera por divisas, el empleo de los bosques como garantía de préstamos y para el alivio de la deuda y el intercambio de concesiones por infraestructura material. Canadá, Côte d'Ivoire, India, Indonesia, Malasia, Noruega, Suecia, la Federación de Rusia, Tailandia y los Estados Unidos, entre tantos otros países, han contado con la transformación del capital forestal para crear sus capacidades industriales y agrícolas; Laos, Myanmar y Viet Nam parecen perseguir ahora una estrategia análoga.

Más allá de esta fase inicial de transformación forestal, hay naciones que tratan de crear empleo y aumentar sus ingresos fortaleciendo su capacidad industrial para transformar la madera en productos acabados. Finlandia, Alemania, Indonesia, Italia, Malasia, Singapur, Tailandia y los Estados Unidos han seguido esa senda sirviéndose de la madera procedente de fuentes tanto internas como exteriores. Tailandia obtiene muchas divisas del comercio de muebles, orquídeas, especialidades alimenticias, medicinas y fauna y vida silvestre. Esta etapa exige unos sistemas más complejos de comercio y de tenencia de tierras que los que predominaban cuando la madera era la principal aportación del bosque. La industria forestal del Japón depende mucho de las importaciones de trozas de frondosas y coníferas de zonas tropicales y templadas; el país contribuye al 30 por ciento de las importaciones mundiales de rollizas industriales y a un 45 por ciento de todas las importaciones de frondosas tropicales. Aunque los bosques del Japón pueden proveer la materia prima para la producción industrial, por consideraciones económicas y ambientales y los elevados costos de explotación se prefieren las importaciones10.

Los bosques también atraen a los usuarios de lugares de esparcimiento. Ahora bien, como el turismo y el esparcimiento pueden requerir inversiones infraestructurales que trascienden de las necesidades de la industria de elaboración, esta actividad económica suele tener que esperar a etapas ulteriores de desarrollo industrial y comercial.

Por lo tanto, las naciones han de optar entre las respectivas ventajas e inconvenientes de orden estratégico que supone el transformar el capital forestal en actividades industriales y comerciales, el dar acceso a productos no madereros, el aprovechar los bosques como fuentes de energía y el incrementar las corrientes futuras de ingresos que derivan de turistas que sienten atracción hacia los bosques primitivos.

10 F. Nectoux y Y. Kurada. 1989. Timber from the south seas: an analysis of Japan's timber trade and environmental impact. Gland, Suiza, WWF.

Fuentes de ingreso rural

Las poblaciones del campo dependen de los productos de los bosques y también de los servicios ecológicos que éstos prestan. Los bosques contribuyen a la seguridad alimentaria de tantas formas. En muchos países en desarrollo, los bosques constituyen la fuente primordial de energía, proteína, aceites, medicinas y alimentos básicos para gran parte de la población rural y, lo que es más importante, para sus grupos más vulnerables. En general, los bosques son importantísimos para la alimentación durante hambrunas estacionales o periódicas o escaseces de alimentos del campo. Al menos tres cuartas partes de la población mundial dependen no poco de la medicina popular. Brasil tiene catalogadas por lo menos 3 000 plantas medicinales, India más de 2 000 y Malasia alrededor del millar.

Como fuentes de ingresos, los bosques revisten importancia en sentido distributivo, al crear oportunidades que no pueden generarse a escala nacional o mediante sistemas comerciales incipientes. En las cuentas nacionales no se suelen registrar estos ingresos forestales en especie, aunque son esenciales para el bienestar de centenares de millones de personas (especialmente de aquellos grupos que dependen del bosque como su única fuente de ingresos monetarios).

Las poblaciones rurales aprovechan, protegen y crean también los bosques como fuentes de insumos agrícolas; dependen de los productos arbóreos para sostener la feracidad de los suelos y su estructura, para nutrir al ganado y para mantener unos regímenes de humedad y unas corrientes de agua convenientes.

Estos insumos de producción no monetizados no figuran en las cuentas nacionales, aunque su merma reduciría la producción monetizada, exigiría compensación mediante un aumento de los insumos monetizados de capital y mano de obra o incrementarían la presión por desmontar bosques que dedicar a la labranza.

En las etapas iniciales de la participación comercial, las poblaciones rurales se sirven de los productos forestales comerciales para generar ingresos en dinero. Por ejemplo, India tiene un amplio sector comerical en productos forestales ‘menores’ que las comunidades residentes recolectan, elaboran y venden. Como ejemplos cabe citar la seda, envoltorios para hacer cigarrillos, alimentos y piensos, carbón, aceites, laca y resinas, especias y medicinas.

Valores del patrimonio nacional

Las tenencias forestales se han convertido en parte de unas estrategias más amplias encaminadas a distribuir activos nacionales para conseguir una combinación conveniente de crecimiento económico, justicia social y estabilidad, y conservar oportunidades medio ambientales para las generaciones futuras.

El régimen de tenencia de tierras se ha diversificado en estas últimas décadas, respondiendo a la variedad de funciones que cumplen los bosques, al crecimiento demográfico y a las expectativas políticas, y ampliando las capacidades de orden técnico, financiero y organizativo. A las propriedad pública de iure o al control local de facto se han venido a sumar toda una serie de estructuras paraestatales de control de la tierra y el mercado. Estas incluyen sistemas de cooperativismo estatal-local, estructuras locales de gestión y tenencias privadas para actividades forestales a escala social, agrícola y familiar. Por lo tanto, la distribución forestal implica opciones dentro y entre las políticas de orden fiscal, educacional, industrial, agrario y de estabilización.

Sistemas ecológicos para la biodiversidad

Los bosques del mundo son laboratorios para la selección natural de los recursos genéticos de plantas y animales y bancos dinámicos de almacenamiento de esos genes. Se considera que los bosques tropicales contienen más del 50 por ciento de todas las especies vivas del planeta, incluida una gran proporción de plantas y mamíferos de orden superior. Por ejemplo, en Europa al norte de los Alpes hay 50 especies indígenas de árboles. En Malasia, se ha encontrado una extensión forestal de casi 50 ha que contiene 830 especies de árboles y, en Perú, en una sola hectárea se llevan registradas casi 300 especies de árboles.

Infraestructura

Los bosques proporcionan servicios infraestructurales sin los cuales merman las oportunidades de desarrollo. Estabilizan las corrientes y los microclimas; protegen las estructuras de tierra y terraplenes, como carreteras y canales; y drenan, dan sombra y purifican la atmosféra. Los árboles urbanos refrescan a las ciudades, conservan la energía y absorben los contaminantes, sirven de sustitutivos a una infraestructura más tradicional que, de no ser así, haría falta. Unos árboles estratégicamente situados pueden reducir las necesidades domésticas de aire acondicionado de un 10 a un 15 por ciento proporcionando sombra, y también pueden reducir las necesidades de calefacción protegiendo de los vientos.

Son difíciles de predecir las consecuencias económicas y sociales de los cambios que se verifiquen en los ecosistemas forestales. Las variaciones en la dinámica de las cuencas fluviales, las regiones ecológicas o sistemas de vida silvestre pueden reducir o aumentar, por ejemplo, distintos aspectos del bienestar humano; si no se tiene un conocimiento suficiente al respecto, la imprevisibilidad de las consecuencias suele aumentar con el alcance del cambio. La inundación de aldeas tailandesas arrastrando troncos, los desprendimientos de tierras sobre aldeas del Nepal y la invasión de aldeas indias por elefantes privados de su hábitat y que lo destrozan todo a su paso son ejemplos recientes de catástrofes que pueden ser evitados por bosques bien ordenados.

Aunque la idea del ‘bosque como infraestructura’ todavía no tiene amplia acogida, la ausencia de bosques exige evidentemente la construcción de infraestructuras a costa de otros empleos posibles de un capital escaso.

Fuente de energía

Los bosques proporcionan energía que de lo contrario no la habría o costaría más obtenerla. La madera sigue siendo el combustible primordial de la mayoría de los países tropicales y un importante combustible en muchos otros. La madera puede sustituir a los combustibles fósiles y a la biomasa agrícola, aligerando así la presión de costos sobre las necesidades que pugnarían por estos recursos.

Surgen problemas nutricionales cuando la gente carece de leña suficiente para cocinar debidamente sus alimentos y cuando su sustitución por estiércol reduce la fertilidad y la productividad de sus terrenos. Su sustitución por combustibles fósiles, bien para fines energéticos o de abono, puede resultar costosa en divisas o suponer la pérdida de oportunidades futuras para su empleo en el país. En las políticas energéticas de países de Asia meridional y de Africa se ha hecho gran hincapié en las plantaciones para leña.

Fuente de servicios mundiales potencialmente comerciables

Los bosques aportan muchos beneficios a nivel mundial: almacenan el carbono; mantienen formas de vida diversas, singulares y raras; sirven de depósito para el potencial biótico; y encierran fenómenos naturales todavía por explicar. Estas propiedades a nivel mundial adquieren rápidamente valor a medida que se crean instituciones para protegerlas y se desarrollan medios para traducirlas en formas comerciables. Para financiar a nivel nacional estos posibles servicios se creó el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF).

El canje de deuda por protección de la naturaleza, las compras a largo plazo de almacenaje forestal de carbono para las emisiones de la industria a la atmósfera, condiciones ecológicas en los tratados comerciales y contratos internacionales para la concesión de derechos de prospección biológica constituyen ejemplos iniciales del desarrollo progresivo del comercio internacional en los servicios medioambientales del mundo.

Cuadro 1
Productos forestales en la economia, 1991 (millones de $ EE.UU.)

 producciónpor ciento del PIBimportacionesexportacionespor ciento del comercioconsumo
mundo417 6652107 61398 0503427 228
Africa24 55264 3331 562227 322
Argelia139034800487
Angola2844800292
Benín20511200206
Botswana5720--57
Burkina Faso35111500357
Burundi163155--169
Camerún690612020115610
República Centroafricana1491201520134
Chad179154--183
Congo188721291662
Côte d'lvoire69892827810448
Egipto28012 730003 010
Guinea Ecuatorial394-194220
Etiopía1 703-4001 707
Gabón271662261252
Gambia35120--35
Ghana7291211939647
Guinea1806110180
Guinea-Bissau28602826
Kenya1 5081924401 529
Lesotho23-5--28
Liberia331-37831255
Jamahiriya Arabe Libia32052--84
Madagascar35813321359
Malawi34015800348
Malí23192--233
Marruecos239123930475
Mozambique642-510646
Niger2038500208
Nigeria4 66716981104 754
Reunión1055--56
Rwanda219136--224
Santo Tomé y Príncipe100001
Senegal217431--248
Sierra Leona12414200126
Somalia276-100277
Sudáfrica2 710323238122 561
Sudán967139--976
Swazilandia132201751357
Tanzanía, Rep. Unida de1 427-13311 437
Togo53350059
Túnez209118390382
Uganda67423200676
Zaire1 6192192431 604
Zambia55617600562
Zimbabwe42181980433
America del norte/central133 391216 90729 6245120 674
Belice8252111
Canadá30 48251 84016 9311315 391
Costa Rica248581221307
Cuba276119320467
República Dominicana4118500126
El Salvador20032230219
Guatemala323370192373
Haití21691000226
Honduras2819136313386
Jamaica140670081
México3 546167613304 089
Nicaragua173-731177
Panamá10325610158
Trinidad y Tobago100540064
Estados Unidos97 470213 46712 478398 459
America del sur23 72931 1102 633322 206
Argentina1 511210219321 420
Bolivia712430445
Brasil16 36942471 472515 144
Chile2 23387783691 474
Colombia1 30431291701 416
Ecuador6917163261828
Guyana Francesa822466
Guyana411411
Paraguay341621284334
Perú398110940503
Suriname13131015
Uruguay216330171229
Venezuela571122100792
Asia108 178226 89412 3362122 736
Afganistán32961--330
Bangladesh1 257633001 2
Bhután63220101153
Brunei Darassalam212170039
Camboya288-01843270
China29 31683 904829132 392
Chipre70850092
Hong Kong15101 93686111 226
India15 227539939015 587
Indonesia11 869102953 601128 563
Irán, República Islámica del7231467001 190
Iraq190117--136
Israel1620405260541
Japón27 184112 4532 139-37 497
Jordania130569160
Corea, RPD2751510279
Corea, República de4 27922 61250616 385
Laos1731511621158
Líbano7134100112
Malasia4 683104993 12092 061
Mongolia1435100144
Myanmar9338514835790
Nepal802-400806
Pakistán1 4083153001 561
Filipinas1 89041619411 956
Singapur26619646431597
Sri Lanka37547600451
República Arabe Siria120530065
Tailandia2 61331 21013603 687
Turquía2 27423854802 612
Viet Nam1 3489139351 267
Europa83 93415596547 567392 331
Albania1744210175
Austria4 23921 5583 28582 512
Bélgica/ Luxemburgo1 81713 4511 92623 342
Bulgaria5783101451634
Ex- Checoslovaquia2 308710642741 987
Dinamarca58401 76641711 933
Finlandia8 95975128 238361 233
Francia9 32816 1523 842211 638
Alemania16 703-12 5676 819222 451
Grecia447199910011 346
Hungría66223391351865
Irlanda18504671361516
Italia4 94206 1661 81819 289
Paísos Bajos2 20114 3992 43324 167
Noruega2 40027081 51741 592
Polonia2 338412725022 214
Portugal1 97237381 20971 501
Rumania1 57058017141 479
España4 37212 7841 12026 036
Suecia10 75641 1689 873182 051
Suiza1 57012 1361 28322 423
Reino Unido4 22208 8531 727111 348
Ex-Yugoslavia, RFS1 609268979571 503
Oceania5 395214771 55335 319
Australia2 98011 21647113 724
Fiji41316481310
Nueva Caledonia1010--11
Nueva Zelandia1 9715212885101 298
Papua Nueva Guinea3611151147253
Samoa741008
Islas Salomón3216135422
Vanuatu320152
Yemen12-100022
Ex-URSS38 48529272 773436 639
TOTAL DE PAISES DESARROLLADOS285 377186 71683 6524288 441
TOTAL DE PAISES EN DESARROLLO132 289420 89714 3982138 787

Cuadro 2
Valor anual de la leña y de los productes madereros en la economia mundial
(US$ '000 million)

 silviculturaindustriatotalpor ciento del PIB*
países en desarrollo70631334,1
países desarrollados262592851,4
total mundial963224181,8

* por ciento del producto interno bruto

Patrimonio cultural

En estos últimos años, los bosques se han venido reconociendo cada vez más como hogares de culturas. La preocupación por el valor de las culturas tradicionales y su apreciación internacional y su conocimiento de la naturaleza han contribuido a la preservación de regímenes forestales y a que se preste mayor atención a las necesidades de las comunidades que habitan en los bosques como cuestión de interés nacional.

Contribución económica del bosque

Están perfectamente documentadas las múltiples aportaciones económicas que tradicionalmente proporcionan los bosques, especialmente el valor energético de la madera y los productos de la madera y fibras sólidas. Se estima que el valor anual de la leña y de los productos forestales a base de madera para la economía mundial supera los 400 000 millones de dólares, EE.UU., es decir, un 2 por ciento del PIB (véase Cuadro 2). En los países en desarrollo, la leña representa unos 70 000 millones de dólares y los productos de la industria forestal unos 63 000 millones de dólares. Las estimaciones relativas a los países desarrollados son de 30 000 millones para la leña y de 259 000 millones para los productos de la madera.

El valor real de la aportación del sector forestal ha aumentado en las últimas dos décadas a un índice anual medio del 2,5 por ciento. El incremento del valor de la energía procedente de los bosques en los países en desarrollo ha sido por término medio del 2,5 por ciento mientras que el valor de la leña dedicada a la producción de energía ha bajado en los países desarrollados. La industria forestal ha promediado un crecimiento del 3 por ciento en todo el mundo, pero a razón del 6 por ciento para los países en desarrollo.

No se dispone a nivel mundial de estimaciones comparables para los servicios y beneficios no madereros que reportan los bosques, pero sí que existen estimaciones para algunos países. En un estudio de la FAO sobre el empleo de productos forestales no madereros en Grecia, Italia, Marruecos, España, Túnez y las zonas del litoral de Francia y Argelia se señala que el comercio mediterráneo de corcho, resina, almáciga, miel, setas, frutos silvestres y caza, sumado al valor de los árboles empleados en producción ganadera, tenía un valor que en 1992 se estimaba en más de 1 000 millones de dólares11. Las exportaciones de junquillo por los países del sudeste asiático son del orden de 300 millones de dólares anuales, y las exportaciones de goma arábiga por Sudán son del orden de 70 millones de dólares anuales.

Según estimaciones de la FAO, el sector forestal proporciona medios de subsistencia y empleo retribuido por un equivalente de 60 millones de años de trabajo en todo el mundo; un 80 por ciento de esa cantidad corresponde a los países en desarrollo12. Gran parte del trabajo corresponde a actividades relacionadas con la leña y el carbón. Se estima en tres mil millones de personas las que dependen de la leña como su fuente principal de energía doméstica, consumiendo más de la mitad de la producción de madera del mundo. En muchas zonas urbanas de los países en desarrollo, las familias pueden gastar de un 20 a un 30 por ciento de sus ingresos en leña y carbón13. En 1992, el consumo mundial de madera comprendía 1 870 millones de m3 de leña y 1 600 millones de m3 de madera rolliza para fines industriales.

11 FAO. 1993. More than wood. Informe FAO n№ 4 sobre temas forestales FAO. Roma.

12 FAO. Agricultura: Hacia el año 2010. (En prensa).

El consumo mundial per cápita de productos forestales ha aumentado en casi un 1 por ciento anual durante las tres décadas últimas. Entre 1961 y 1991 se duplicó holgadamente en términos reales el valor del consumo mundial de madera, siendo el crecimiento anual del 2,7 por ciento. Durante ese mismo período, aumentó en un 75 por ciento la producción mundial de rollizos, se duplicó casi la producción de leña y aumentó en un 50 por ciento la madera rolliza para fines industriales. Entre los productos elaborados, la madera aserrada aumentó un 20 por ciento, los paneles a base de madera un 600 por ciento y el papel un 350 por ciento. Tres países, Canadá, la Federación de Rusia y los Estados Unidos contribuyen a más de la mitad de toda la producción mundial de rollizas industriales.

Estos aumentos sustanciales en el volumen de productos a base de madera se han conseguido con un incremento relativamente pequeño de la producción de madera en rollo para usos industriales. Se explica esto por la mejora de la productividad en la producción de madera de aserrío y de tableros, la recuperación de los residuos de la madera para la fabricación de paneles a base de madera y para la fabricación de papel, y un mayor reciclaje del papel que se utiliza en la fabricación de más papel. Además, los residuos de la madera suponen una gran contribución como fuente de combustible, mejorando el rendimiento energético de muchas industrias de la madera.

Los países desarrollados consumen la mayor parte de la madera aserrada y de los paneles a base de madera que se producen en el mundo (300 m3 por cada mil personas y año en viviendas y mobiliario) y papel (150 toneladas por cada mil personas por año para comunicaciones, embalaje y uso higiénico). El consumo anual medio de los países en desarrollo por lo que se refiere a la madera aserrada y a los paneles a base de madera es de 30 m3 por cada mil personas y el consumo de papel asciende a 12 toneladas por cada mil habitantes.

13 R. Rowe, N.P. Sharma y J. Browder. 1992. Deforestation: problems, causes, and concerns. En sharma, ed. 1992.
Managing the world's forests: looking for balance between conservation and development. Dubuque, Iowa.

Cuadro 3
Valor de las exportaciones de productos madereros (US$ '000 million)

 totalpor ciento del comercio*
países desarrollados843.5
países en desarrollo141.9
total mundial983.1

* por ciento del comercio mercancías

En los países en desarrollo, el 80 por ciento de la madera se emplea como combustible. La leña contribuye al 58 por ciento de la energía empleada en Africa, al 15 por ciento en América Latina y al 11 por ciento en Asia. En más de 40 países y en muchos de los países menos adelantados, la madera es fuente de más del 70 por ciento del consumo energético nacional. La madera suministra las necesidades básicas de energía en comunidades donde la población no tiene acceso a combustibles alternativos o no se los puede permitir; cuando escasea el suministro de madera, pueden utilizarse ramas y hojas.

Patrones del comercio mundial de productos forestales

Una cuarta parte de la producción mundial de madera se comercia internacionalmente. Las exportaciones han alcanzado actualmente alrededor de 98 millones de dólares, lo que supone un 3 por ciento aproximadamente del comercio mundial de mercancías (véase Cuadro 3). El comercio de los productos a base de madera crece más rápidamente que la producción. Los países desarrollados dominan las corrientes comerciales, contribuyendo a más del 80 por ciento del comercio total. Por otro lado, el comercio se concentra en unos pocos países; los cinco importadores principales (Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido e Italia) han contribuido al 50 por ciento de las importaciones mundiales. A los cinco exportadores principales (Canadá, Estados Unidos, Suecia, Finlandia y Alemania) les corresponde más del 50 por ciento de las exportaciones mundiales. Brasil, Indonesia y Malasia contribuyen al 10 por ciento de las exportaciones mundiales y al 50 por ciento de las exportaciones de los países en desarrollo.

Para varios exportadores importantes, los productos forestales constituyen un elemento importante de su comercio exterior; en el caso de Camboya, República Centroafricana, Guinea Ecuatorial, Finlandia, Laos, Liberia, Myanmar y las Islas Salomón, los productos madereros superan el 20 por ciento de sus exportaciones totales; en el caso de Canadá, Camerún, Congo, Côte d'Ivoire, Gabón, Fiji, Finlandia, Indonesia, Malasia, Nueva Zelandia, Swazilandia y Suecia, sus exportaciones de madera pasan del 10 por ciento. Canadá exporta casi el 50 por ciento de su producción.

Hay otros países que dependen mucho de las importaciones. Vale esto especialmente para el papel; unos 80 países en desarrollo dependen de las importaciones de papel para más de la mitad de sus suministros. Incluso los Estados Unidos, que es el mayor productor del mundo y el segundo mayor exportador de productos forestales, también es el mayor importador de éstos.

Una característica que destaca en el comercio entre los países en desarrollo ha sido el aumento de los productos manufacturados en porcentaje de sus exportaciones totales. En 1961, el 54 por ciento del valor de las exportaciones consistió en madera rolliza sin elaborar mientras que para 1992 esa proporción había descendido al 20 por ciento de un total mucho mayor.

Aunque la madera tropical supone sólo una pequeña parte del comercio mundial y de la producción total de madera, en el caso de varios países es importante. En Malasia, la exportación de madera aserrada y de paneles a base de madera supuso más del 60 por ciento de la producción en 1991 y 1992. Indonesia exporta más del 80 por ciento de sus paneles y tableros a base de madera. Otros países con unos porcentajes elevados de exportación son Congo, Côte d'Ivoire, Gabón, Ghana, Liberia y Papua Nueva Guinea.

Cuatro países asiáticos - China, Japón, Tailandia y la República de Corea - importan de países tropicales alrededor del 80 por ciento de la madera rolliza industrial. Japón es el mayor importador individual pues contribuyó al 45 por ciento de las importaciones en 1992.

Perspectivas económicas del sector forestal

Las perspectivas en el campo del desarrollo forestal apuntan a una demanda creciente de productos y servicios y, al propio tiempo, la intensificación de la competencia en la utilización de las tierras forestales. Los bosques, como fuente de energía, seguirán jugando un gran papel para muchos países en desarrollo, aunque el crecimiento global de su consumo total de energía será mucho más rápido que el aumento de la madera empleada para producirla. Se prevé que el crecimiento anual del consumo de leña y carbón en los países en desarrollo sea aproximadamente del 1,6 por ciento en lo que va de 1990 al año 2010 (véase Cuadro 4). El consumo industrial mundial de madera rolliza crecerá, según proyecciones, un 2,5 por ciento aproximadamente durante el período de 1990–2010: de ese aumento un 3,8 por ciento corresponderá a los países en desarrollo y un 2 por ciento a los países desarrollados.

Cuadro 4
Consumo corriente y proyectado de productos forestales (1990–2010)

 1990crecimiento (1990–2010)2010
*m3 o toneladas (milliones)por ciento*m3 o toneladas (millones)
mundialpaíses desarrolladospaíses en desarrollomundialpaíses desarrolladospaíses en desarrollomundialpaíses desarrolladospaíses en desarrollo
leña y carbón*1 80024015601.40,81.62 4002802 120
rolliza industrial*1 6501 2703802.52,03.82 7001 900800
madera aserrada*4853731122.51,54.1790500250
paneles125108174.64,36.531025060
papel238196423.12,35.8440310130

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