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Retos y oportunidades para los pequeños viveros
en las montañas de África oriental

M. Nieuwenhuis y N. O'Connor

Maarten Nieuwenhuis es profesor
del Departamento de Silvicultura,
Universidad Nacional de Irlanda,
Belfield, Dublín, Irlanda.
Niall O'Connor es coordinador
de programa, Concern Universal,
Sunyani, Brong Afaho, Ghana.

Recomendaciones para mejorar las prácticas y la viabilidad económica de los pequeños viveros que suministran plántulas a los sistemas agroforestales locales, basadas en un estudio realizado en el distrito de Murang'a, Kenya.

En las regiones montañosas de África oriental, el cultivo y la or-denación de los árboles han ganado importancia como una de las muchas opciones de uso de la tierra para los pequeños terratenientes (Dewees, 1991). La mayoría de las plántulas utilizadas por los agricultores proceden de pequeños viveros locales que desempeñan un papel importante en el desarrollo sostenible de las comunidades. Este artículo da cuenta de los resultados de un detenido estudio sobre las prácticas de cultivo, gestión y comercialización en pequeños viveros del distrito de Murang'a en las montañas de Kenya. El objetivo del estudio era definir las dificultades que limitan la capacidad de los viveros para producir la variedad y la calidad de plántulas que se precisan para que los árboles de la región cumplan sus muchas y variadas funciones. Se formulan recomendaciones para ayudar a los propietarios y administradores de pequeños viveros a adquirir los conocimientos teóricos y prácticos y los recursos necesarios para la operatividad y la economía de los viveros.

ESTUDIO DEL DISTRITO DE MURANG'A

Para determinar las condiciones ecoló-gicas, sociales y económicas en que trabaja el personal de los viveros se realizó un estudio de 84 viveros en la región montañosa central del distrito de Murang'a en Kenya, zona representativa de las condiciones agroecológicas y sociales reinantes en muchas de las regiones de montaña de África oriental (Ministry of Environment and Natural Resources, 1982). El lugar particular estudiado, consistente en zonas de cultivo de té, café y café marginal (O'Connor, 1997), se escogió a partir de un censo anterior de viveros forestales en la región (Roothaert y Tuwei, 1993).

En el distrito de Murang'a, como en muchas de las regiones montañosas de África oriental, las actividades agrícolas son esenciales para la economía, pero también crean problemas como erosión del suelo, agotamiento de nutrien-tes en la tierra y escasez de leña y madera (Ngugi y Brabley, 1986). Estos problemas se acentúan con las elevadas densidades de población (a menudo hasta 800 habitantes por kilómetro cuadrado), los métodos de cultivo intensivo, el predominio de minifundios por la reiterada subdivisión de las tierras familiares y la rápida disminución de la tierra cultivable (Ministry of Planning and National Development, 1988). Para remediar esta situación, los agricultores han empezado a plantar árboles en sus tierras, sea en bosquecillos o en los linderos. La mayoría de las plántulas utilizadas para ello proceden de pequeños viveros locales.

Propiedad y orientación de los viveros

Se distinguieron tres tipos principales de viveros: privados, de grupos femeninos y escolares. Más del 80 por ciento de los viveros estudiados eran de uno de estos tipos (O'Connor, 1997). Su tamaño y su capacidad variaban poco, salvo que los viveros escolares tendían a ser menores.

Los objetivos perseguidos por los administradores de los viveros eran muy diferentes. El objetivo de los viveros privados, administrados casi siempre por hombres, era el lucro. Los administradores, por lo tanto, dedicaban más tiempo a las tareas de mantenimiento y gestión, consiguiendo tasas más elevadas de supervivencia de los cultivos. Una de las principales características de los viveros privados era que tendían a producir pocas especies. Pocos administradores privados estaban dispuestos a asumir riesgos con otras especies, a menos que les constase una demanda de éstas.

Un agente de extensión agroforestal inspecciona un vivero técnicamente deficiente de un grupo eclesiástico

- M. NIEUWENHUIS

En cambio, los grupos femeninos parecían más propensos a la diversificación. Como ya había observado MacKenzie (1990), los grupos de mujeres actuaban más en el plano comunitario y eran ellas las primeras en advertir la escasez de leña y los problemas de erosión del suelo. Entre sus objetivos figuraba el suministro de plántulas gratuitas a la comunidad local (con ayuda de organizaciones no gubernamentales) para paliar los problemas sociales y medioambientales. Como la escasez de leña y de otros productos de la madera se notaba sobre todo en la principal zona cafetera, los grupos de mujeres establecieron en esa zona numerosos viveros forestales. Los grupos femeninos se mostraban también más dispuestos a probar nuevas especies arbóreas poli-valentes. Muchos de estos grupos reconocían que los ingresos del vivero eran importantes para una sana gestión, pero de hecho pocos obtenían beneficios.

En general, los objetivos perseguidos por los grupos femeninos se han alcanzado sólo moderadamente. Los viveros privados han tenido más éxito en el logro de sus propios objetivos. Ello puede deberse a que resulta más difícil para las mujeres lograr su propósito en una sociedad dominada por los hombres, y también puede ser que las mujeres estén más dispuestas a reconocer sus dificultades.

La finalidad de los viveros escolares era enseñar a los jóvenes las técnicas de plantación y cuidado de árboles para superar problemas medioambientales como la deforestación y la erosión del suelo, agravados por el crecimiento de la población. Simples parcelas de prueba, junto con breves lecciones sobre los árboles, sus beneficios, su potencial y las mejores prácticas forestales, sirven para animar a los jóvenes a extender el uso de árboles polivalentes. Los viveros se utilizan también para crear bosquecillos escolares que, con la venta de la madera, generan ingresos para el mantenimiento de la escuela. Las plántulas sobrantes se dan a los alumnos para que las planten en las tierras de sus padres. El gran número de viveros en la región da lugar a cierta competitividad entre ellos, lo que ha tenido un efecto negativo sobre la viabilidad de algunos de los viveros, reduciendo el tamaño del mercado y las ventas. Sin embargo, la competencia ha estimulado también la explotación más intensiva y la producción de material de calidad superior, lo que se traduce en menores pérdidas en las explotaciones agrícolas. También ha acentuado la diversificación, al percatarse los administradores de los viveros de que tienen que asegurarse un mercado.

Un vivero privado de dimensión media, ejemplo de buena gestión; los administradores de viveros privados suelen dedicar más tiempo a su mantenimiento y administración

- M. NIEUWENHUIS

Hasta ahora, muy pocos administradores han recibido formación y asesoramiento profesionales. Aunque agentes extensionistas han visitado ocasionalmente algunos de los viveros, eran siempre los administradores de éstos los que decidían qué especies les interesaban. Por la ignorancia sobre especies alternativas, en especial en la comunidad agrícola, se ha formado un círculo vicioso que hace que los viveros suministren sólo lo que los agricultores buscan, y el desconocimiento impide que éstos pidan otros árboles polivalente potencialmente más beneficiosos. Es preciso establecer una red de comunicación entre agentes de extensión agrícola, agentes de extensión forestal, administradores de viveros y agricultores para superar esta falta de entendimiento.

Un vivero de un grupo de mujeres bien administrado, situado en terrenos de una fábrica de té

- M. NIEUWENHUIS

Los viveros privados, que operan sobre una base comercial y son administrados principalmente por hombres, son más eficientes y rentables que otros tipos. Sin embargo, estos viveros privados carecen de muchos de los rasgos positivos que caracterizan a los operados por grupos de mujeres. El vivero ideal sería, pues, uno que funcionase sobre una base comercial, pero que estuviese bajo la influencia de los conocimientos y las inquietudes de las mujeres en lo que concierne a los problemas sociales y medioambientales.

Aspectos técnicos

En el trienio 1995-1997, la producción media de los viveros pasó de 3 000 a más de 10 000 plántulas al año. El aumento fue sobre todo consecuencia de la mayor demanda debida a la creciente percepción de los problemas sociales y ecológicos derivados de la superpo-blación y del cultivo intensivo de tierras limitadas.

Para la eficiencia de los pequeños viveros, es esencial la disponibilidad de factores de producción básicos. El suministro de agua era un factor limitativo en más de un tercio de los viveros, cualquiera que fuera el tamaño de éstos o de la zona agroecológica en que estuvieran situados. Aunque en el mercado se ofrecen cisternas para almacenar agua, pocos productores pueden pagarlas. Siendo ahora práctica habitual de los viveros la siembra en la estación seca para que las plántulas estén listas para el trasplante al comienzo de las lluvias, hay que recalcar la importancia de un suministro constante de agua.

La tierra utilizada en semilleros y tubos de polietileno se recogía generalmente en la localidad. No se esterilizaba y su fertilidad era sólo moderada. Muchos administradores desearían añadir fertilizantes inorgánicos a la tierra para aumentar su contenido en nu-trientes, pero su costo era casi siempre prohibitivo. Se utilizaban muchos otros ingredientes a falta de fertilizantes inorgánicos, como estiércol de vaca y composte (abono orgánico compuesto). La creciente densidad de población del distrito ha hecho que descienda el volumen de estiércol disponible para cada familia, con el consiguiente agotamiento de nutrientes en el suelo. Para aliviar esta situación es preciso investigar la idoneidad de alternativas al estiércol de vaca (por ejemplo, composte con cáscara de café).

Las influencias locales han creado una dependencia casi total de un sistema de producción de plántulas, consistente en la germinación en semillero seguida del trasplante a tubos de polietileno. El éxito de este sistema de producción, basado en que los tubos retienen la humedad mucho tiempo, ha reducido la confianza en otros métodos de producción. No obstante, la mayoría de los administradores de los viveros de cualquier tipo consideran que el costo de las plántulas en tubos de polietileno es un factor limitativo y se dan cuenta de que para reducir los costos habría que encontrar alternativas. Los servicios de extensión deben esforzarse por convencer a los agricultores de que otros sistemas de producción y otros contenedores pueden ser igualmente efectivos y producir plántulas más baratas. Por ejemplo, los contenedores de bambú han tenido mucho éxito en viveros de la República Unida de Tanzanía (Ministry of Lands, Natural Resources and Tourism, 1984).

Los propietarios y administradores de viveros tenían acceso a todos o casi todos los instrumentos necesarios para las operaciones de cultivo en un pequeño vivero. Sin embargo, se observó que, al estar acostumbrados a recibir semillas e instrumentos gratis, pocos estaban dispuestos a hacer inversiones para aumentar la eficiencia de sus viveros. Uno de los mayores problemas de la arboricul-tura resultó ser la distribución de los viveros. Para tener un mercado suficiente, los viveros deben situarse cerca de zonas densamente pobladas y deben tener acceso directo a la red de carreteras. En el distrito de Murang'a la mayoría de los viveros estaban a más de 1 km de una carretera asfaltada, lo que limitaba las ventas y los ingresos. Además, cuanto más lejos esté el vivero de la carretera menos probabilidades habrá de que los extensionistas lo visiten regularmente.

Muchos de los problemas técnicos de producción descubiertos durante el estudio, como la escasez de agua, la pérdida de nutrientes del suelo y la falta de redes de distribución, podrían resolverse con inversiones mínimas si los servicios de extensión establecieran programas educativos eficientes. Viveros modelo establecidos en puntos estratégicos podrían animar a los encargados de otros viveros que los visitaran a adoptar ellos mismos las buenas prácticas observadas.

Material de siembra

El estudio reveló el fuerte predominio en la región de una sola especie arbórea exótica, Grevillea robusta. Aunque esta especie presta muchos servicios, como suministro de leña, madera, forraje, además de dar sombra y contribuir al humus (Harwood, 1992), es peligroso depender de una sola especie en caso de ataque por organismos patógenos. Un ejemplo de daños causados por agentes patógenos fue el de la Lucaenae lucocephala atacada en toda Kenya en los primeros años noventa hasta la total destrucción de la cosecha.

Todas las semillas utilizadas en los viveros estudiados eran de procedencia local, lo que ha llevado a una endogamia resultante de una disminución gradual de la base genética. A este problema se añade el hecho de que la base de recursos genéticos de G. robusta era ya estrecha cuando la especie se introdujo en Kenya, pues su procedencia era una pequeña región del suroeste de Australia. La persistencia de la endogamia podría exponer la especie a graves ataques de insectos u hongos. Como son pocos los árboles de la región que actualmente llegan a la madurez (se cortan hasta tres veces al año para extraer forraje, leña y madera), hay que mantener un número suficiente de árboles maduros para proteger la base actual de recursos genéticos. También debería ampliarse con el tiempo la base genética introduciendo material reproductivo de otras zonas del país de origen. El estudio reveló que las semillas recibían muy poco tratamiento previo para promover las tasas de germinación. Aunque éstas eran elevadas, es posible mejorarlas más y deberían introducirse métodos sencillos de pretratamiento.

Muchos productores se quejaban de no disponer de semillas suficientes cada año. Han conseguido superar esta dificultad utilizando plántulas silvestres, recogidas de la base de árboles mayores y transportadas al vivero. Esta práctica ha resultado muy exitosa y debería fomentarse para muchas otras especies, sobre todo árboles exóticos, respecto a las cuales la falta de un suministro regular de semillas de alta calidad ha afectado a muchos viveros.

Las semillas recogidas en exceso no se almacenaban, por falta de conocimientos o por no disponerse de instalaciones adecuadas. Para evitar las penurias de semillas, es preciso instruir a los administradores en técnicas de almacenamiento. Para mejorar el suministro de semillas, debería promoverse el establecimiento de huertos de semillas sobre una base comercial, con lo que se facilitaría a los viveros locales el acceso a diversas semillas de árboles y se haría ver a los agricultores que muchas especies arbóreas prosperan localmente.

Influencias externas

Para la buena marcha de un vivero se necesita información actualizada sobre las técnicas y las prácticas de cultivo. El acceso a esta información sólo puede obtenerse por contacto con fuentes externas, sean éstas instituciones gubernamentales como los servicios de extensión, organizaciones no gubernamentales o grupos nacionales o internacionales de investigación.

Según muchos administradores de viveros, rara vez eran éstos visitados por agentes de extensión, los cuales no estaban bien informados y no eran útiles para ayudar a mejorar la administración del vivero. Mientras no se hagan cambios en la financiación y la organización de los servicios de extensión, pocos progresos pueden esperarse. Por otra parte, una iniciativa del Gobierno que ha tenido una influencia positiva es un cambio de orientación sobre la producción de frutales. El Gobierno prohíbe ahora la siembra y la venta de frutales a menos que el vivero esté registrado en el Ministerio de Agricultura y Recursos Naturales de Kenya. El objetivo es introducir nuevas variedades mejoradas de frutales, aumentando así la capacidad de producción y la calidad de la fruta. Este proceso ha conducido a la especialización de algunos viveros en el distrito, que se concentran ahora en la producción de frutales de calidad superior. Análogamente, un grupo de agricultores llamado Macadamia People ha establecido, con apoyo industrial, un vivero que produce árboles de macadamia injertados de calidad superior. En vista de estos éxitos, debería alentarse el establecimiento de centros de certificación de semillas.

Muchas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales se han esforzado en el campo por elevar el nivel tecnológico de los viveros de árboles. Sin embargo, ha habido poca comunicación entre estos grupos. Las consecuencias han sido duplicaciones de trabajos, pérdida de información valiosa y conflictos sobre los objetivos y las prácticas.

El reembolso a los viveros del costo de distribución gratuita de plántulas ha tenido un efecto negativo sobre un tercio por lo menos de los viveros estudiados. El mercado de los viveros se ha perturbado considerablemente, y muchos agricultores no quieren ahora pagar por las plántulas. No obstante, se ha visto que las plántulas compradas, comparadas a las gratuitas, tienen más probabilidades de supervivencia por ser objeto de mayores cuidados ulteriores por parte de los agricultores (Tarleton, 1996). Convendría que las organizaciones que promueven el reparto gratuito de plántulas por los viveros dedicaran sus fondos a otros usos más efectivos, por ejemplo el suministro de recursos como cisternas para almacenar agua, la formación técnica y la instrucción sobre manejo de semillas y selección de especies.

Un gran vivero privado dedicado a una sola especie, lo que puede darle una vulnerabilidad peligrosa al ataque por organismos patógenos

- M. NIEUWENHUIS

Para que las influencias externas contribuyan positivamente al desarrollo de los viveros forestales, los responsables de los sectores agrícola y forestal deben reunirse regularmente con objeto de identificar y eliminar los obstáculos y facilitar la transferencia de conocimientos. Hay que establecer vínculos con todas las organizaciones no gubernamentales y los grupos de investigación, como el Centro Internacional de Investigaciones Agroforestales (ICRAF), para que pueda utilizarse toda la información disponible y para que las investigaciones se orienten hacia los problemas más apremiantes.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

El estudio de los viveros forestales en las montañas de Kenya lleva a algunas conclusiones que podrían aplicarse también a muchos otros países en desarrollo. Es preciso encontrar sistemas para comunicar los conocimientos y las informaciones a todas las organizaciones pertinentes y para que los agentes de extensión agrícola y forestal reciban formación práctica. Deben movilizarse fondos para dar a los agentes acceso a la información necesaria sobre gestión de viveros. Hay que tratar de convencer a agricultores y administradores de viveros de que les interesa visitar a los agentes de extensión en lugares centrales, lo que reduciría los costos de transporte para los servicios de extensión y permitiría invertir más fondos en fines educacionales.

Deberían establecerse centros locales de educación para que los administradores de viveros tuvieran acceso, subvencionado a ser posible, a parcelas de demostración, cursos de capacitación e información sobre manejo de semillas, gestión, contabilidad y comercialización.

Los problemas relacionados con el suministro gratuito de plántulas dificultan considerablemente el establecimiento de pequeños viveros económicos y eficientes. Hay que desaconsejar la distribución de plántulas gratuitas. Las organizaciones externas que patrocinan viveros deberían reorientar sus actividades y sus recursos financieros hacia la cooperación con los administradores, proporcionándoles recursos materiales como instrumentos y aperos, cisternas para almacenar agua y semillas de buena calidad, así como posibilidades de capacitación e información.

Muchos aspectos de la gestión necesitan ser objeto de mayor investigación. Habría que recopilar, publicar y distribuir documentación sobre las mejores prácticas de los viveros. Es urgente diseñar sistemas alternativos aceptables de producción de plántulas, a partir de las condiciones locales y con materiales locales. También es esencial estudiar fuentes alternativas de fertilizantes para paliar las graves escaseces de fertilizantes locales. Incumbe a los administradores de pequeños viveros de árboles una función importante en la promoción del desarrollo sostenible de las comunidades rurales en las regiones montañosas de África oriental. Es esencial facilitarles el acceso a los conocimientos teóricos y prácticos y a los recursos necesarios para mantener y acrecentar su capacidad de producción de las plántulas que son parte integrante de los sistemas agroforestales locales. 

Bibliografía


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